La Apostasia en el Nuevo Testamento

                                    
                                                  



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                                           La Apostasía  en el Nuevo  Testamento



                Autor
                Teólogo: Cruz Monasterio


                                                         “Estudio Bíblico”

  
Tema: La apostasía en el Nuevo Testamento.

Texto: "Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos. Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos." (Mat. 16:6 y 12)

Introducción

La Apostasía: Es negar a Cristo como su señor y redentor, abandonando la fe Cristiana y el conjunto de creencias que la sustenta.

Apostatar: Negar la fe en Cristo, cambiando de opinión y recayendo nuevamente en el error, abandonando definitivamente el Cristianismo y la Sana Doctrina.

Levadura: En el Nuevo Testamento es el agente de corrupción y emblema de las doctrinas perniciosas, de la maldad que tenemos que guardarnos totalmente los creyentes. Ella simboliza la vieja y nueva falsa enseñanza de los líderes religiosos del pasado y presente futuro.


 Los Teólogos están convencidos que la apostasía de la parábola de la levadura y  de la cizaña, muestran diferentes aspectos de la misma realidad: así la levadura introducida en la iglesia, fermentará el proceso de corrupción conducente a la apostasía que irá en aumento en el seno de la iglesia en la tierra hasta la intervención del señor en juicio sobre una cristiandad apóstata. (Mat. 24:12; 2 Tes. 2:3; 1 Cor. 5:6-8; Gal. 5:9). 

Un poco de levadura hace fermentar toda la masa

    Las diversas teologías interpretan las parábolas de la cizaña y de la levadura: Como una imagen de la influencia saturadora del falso Evangelio que de una manera escondida penetra en las diferentes denominaciones, hasta que todo sea leudado diametralmente opuesto. (Luc. 18:8; 1 Tim. 4:1-2; 2 Tim. 3:1-5).

División

Según el relato histórico Bíblico: El Señor Jesucristo como fundador de la iglesia, le otorgó al pueblo de Israel la responsabilidad de su palabra. (Rom. 3:2). Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. (Jn. 5:39).
      
     El señor le advirtió a la iglesia sobre la apostasía en la parábola de la cizaña, sembrada por Satanás, con tal sutileza que muchos no se darían cuenta del terrible mal. (Mat. 13:24-36; 24:4).

El Espíritu Santo: Alertó a la iglesia Apostólica sobre la apostasía,  haciéndoles recordar lo que les había enseñado el señor Jesús sobre la doctrina de los fariseos y saduceos y sobre la existencia de una iglesia apóstata, asegurándole al pueblo, que la autoridad provenía de Satanás, y será reconocida por el poder del Anticristo, causando grandes problemas a la iglesia del señor. La iglesia apostata no es reconocida por Dios y un día la condenara. (Mat. 7:21-23).

El Espíritu Santo: profetizó sobre la apostasía; Son muchas las profecías dadas por el Espíritu Santo en cuanto a que la iglesia sería atacada por fuerzas apóstatas, tanto internas como externas y la presenta como una gran potencia que se extenderá a través de los tiempos. Habrá en los últimos tiempos una gran comezón de oír. (2 Tim. 4:3). 

Algunos Cristianos serán convencidos y destruida su fe. (2 Tim. 2:17-18; 1 Tim. 1:6-7).

El Apóstol  Juan presenta el sistema apostata como una manifestación del espíritu del Anticristo.

De esta manera se da cumplimiento a la palabra profética dada por el Espíritu Santo. (2 Tes. 2:3). Aquella semilla apóstata nacida en el tiempo de la iglesia Apostólica, hoy cuenta con millones de seguidores que pertenecen a este poder de las tinieblas.
      
El arma que usará el enemigo son las filosofías y creencias, tan infernales     que no matan el cuerpo sino el espíritu, esto es lo que hace la apostasía, destruir la fe en el creyente para  suplantarla con la creencia diabólica que    traen los apostatas. (Col. 2:8; Mat. 10:28).

En el Nuevo Testamento hay cuatro ejemplos que nos muestran como   la apostasía envuelve a la iglesia, el enemigo penetro las congregaciones de Gálatas, Pergamo y Tiatira. Ellos aceptaron las doctrinas contrarias a la verdad que les habían sido dadas, tales como:

(1) judaizantes.

(2) Nicolaitas.

(3) Jezabel.

(4) Balaam. (Gal 1:6-10; Ap. 2:14-15 Y 20).

Subdivisión

Los apóstoles y la apostasía. El señor preparó a los apóstoles para hacerle frente al poder apóstata. El Apóstol Pablo aconsejó a Timoteo de la manera que deben prepararse en la palabra para contrarrestar la apostasía y guardar la sana doctrina. (2 Tim. 3:14-17). 

El creyente debe estar preparándose en una búsqueda constante para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo aquel que os  demande razón de la esperanza que hay en vosotros. (1 Pedro. 3:15; Col. 4:6).

El señor autorizo a los ministros y creyentes para combatir todo sistema apostata que se levante en contra de la iglesia y su palabra. (Mat. 16:18; 18:18; Jud. 1:3-4). 

En el nuevo testamento pueden observarse manifestaciones apostatas que no tuvieron auge en la totalidad de los creyentes, ya que los siervos del señor  se guardaron de la doctrina, usando la autoridad que les había sido delegada por el señor. Ordenándonos a que contendamos por la fe. (Fil 3:2).


Conclusión 

La iglesia del señor está en el sagrado deber de apartarse de todo sistema apostata. La misma advertencia que Dios le dio al pueblo de Israel para ser librado, es la que se le da a la iglesia hoy. (Isa. 52:11; 2 Cor. 6:14-18). La apostasía es un poder de las tinieblas, que va minando al pueblo de Dios. El Señor nos recomienda que debemos tomar toda la armadura de Dios con que podamos apagar los dardos de fuego del maligno. (Efe. 6:13-16).
















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