El Peligro de los Falsos maestros











IGLESIA CENTRO EVANGELISTICO

GUARDIÁN DE LA SANA DOCTRINA
    
Punta de Lanza para el Avivamiento de Venezuela y el Mundo 

ESTUDIO BÍBLICO

EL PELIGRO DE LOS FALSOS MAESTROS








 

Autor
Teólogo: Cruz Monasterio





Estudio Bíblico

Tema: El Peligro de los Falsos Maestros

Texto: “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.” (2 Ped. 2:9)

Introducción

Un Comentario Teologico Biblico Sistemático. Las enseñanzas falsas son un “Peligro Mortal,” y el creyente debe cuidarse. Cosas como estas nos deben hacer recordar que una falsa enseñanza, aun cuando sea muy poco lo falso que contenga esa enseñanza, es peligrosa para la fe.

Es por eso que el cristiano debe estar alerta contra las asechanzas a su “fe”, es decir contra las doctrinas que parecen ser sanas pero que tienen “Errores”.

El propósito de este estudio: Es concientizar al creyente y prepararlo para que a través del conocimiento de la palabra, y el revestimiento del poder del Espíritu Santo y el Don espiritual llamado “Discernimiento de espíritu,” esté debidamente equipado para descubrir las maquinaciones del enemigo. (2 Cor. 2:11).

División

Comentario Teologico Biblico Sistemático. El problema manifiesto en nuestras iglesias con relación a los falsos maestros no es nuevo, el apóstol Pedro en su segunda epístola, nos narra las enseñanzas Perniciosas tanto de los falsos profetas como de los falsos maestros, que hacen tanto mal a los cristianos de hoy día, como los falsos profetas que vivieron en la época del Antiguo Testamento. “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negaran al señor que los rescato, atrayendo sobre si mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado.”    (2 Ped. 2:1-2).

¿Qué clase de personas son los falsos maestros?

"Son mayormente los que siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellos delante del Señor. Pero éstos hablando mal de cosas que no entienden." (2 Ped. 2:10-12). 

“Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición”. (2 Ped. 2:14)  

“Han dejado el camino recto y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad." (2 Ped. 2:15).

Además: “Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción.” (2 Ped. 2:19).

¿Qué enseñan los falsos maestros?

Palabras erróneas; el apóstol Pedro nos enseña que ellos: “Hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencia de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.” (2 Ped. 2: 18).

En otras palabras, una forma de enseñanza falsa: Es que, según ellos, realmente no es necesario vivir una vida santa. Algunos dicen, por ejemplo, que cuando se es cristiano no importa lo que uno hace; y se olvidan que somos Carta Abierta al mundo y que Dios nos está llamando a vivir una vida santa. "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Heb. 12:14). 

Otros dicen que cuando más peca el cristiano, tanto más abunda la gracia de Dios en nosotros. [Tamaña aberración]- (Rom. 5:20-21).

¿Cómo introducen subrepticiamente sus enseñanzas los falsos maestros?

Escudándose en la libertad cristiana: La libertad cristiana es maravillosa, es una gran verdad; pero esos falsos maestros toman la verdad como un libertinaje torciendo la palabra para sus propios fines. 

Ellos recalcan también que: La salvación es por la gracia de Dios y no por las obras. Dicen también, que dado que la salvación no es por obras, el cristiano tiene la libertad de hacer lo que le plazca.

Examinemos más detenidamente estas conclusiones: 1) Por supuesto que la salvación es por gracia solamente. (Rom. 5:9-10). Nuestras obras no pueden salvarnos. 

El apóstol Pablo lo enseña claramente: “¿Qué pues, diremos?” ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿Cómo viviremos aún en él?" (Rom. 6:1-2).

En realidad el que no ha sido salvo por gracia no debe desear siquiera seguir en el pecado. 

Leamos la epístola a los Romanos. "Sabiendo esto que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado." (6:6-7) “Si somos salvos por gracia, pero por lo tanto, no estamos libres para dejarnos dominar por el pecado.” 


El apóstol Santiago nos indica en el cap. 2 verso 18: ”Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras."  Por nuestras obras demostraremos nuestra salvación. (1 Cor. 3:11-15).

Los falsos maestros prometen una libertad mayor, pero en realidad llevan a los que le siguen a una esclavitud más grande. El apóstol Pedro nos lo explica: “Les prometen libertad y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.”  (2 Ped. 2:19).

El que se rinde al pecado: Se convierte en esclavo del pecado aunque lo haga en nombre de la libertad. El apóstol de nuestra salvación Jesús de Nazaret nos enseña, en el Evangelio según san Juan en el cap. (8:34). Jesús les respondió: "De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado."

El que realmente está bajo la gracia, comprende cuánto costó su salvación, conoce el precio de la libertad cristiana y se niega a dar cabida en su vida al pecado. (Rom. 6:12-14; 1 Ped. 1:18-19). 

La libertad cristiana no es libertad para pecar: Sino libertad del pecado. “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna. (Rom. 6:22). Después de haber sido libertados del pecado, es una cosa horrenda volver a caer en sus garras. (2 Ped. 2: 20-21).

Los falsos maestros: Ellos profesan estar ayudando la condición espiritual de sus discípulos, en realidad están administrandoles pequeñas dosis del veneno llamado apostasía, que acabara con su vida espiritual. Por lo tanto los cristianos necesitan estar alerta contra las falsas enseñanzas. El cristiano no debe permitir que su mente se llene con el veneno de los falsos maestros. Usted no querrá negar al Señor como lo hacen ellos. (2 Ped. 2:1).

Las exigencias de los falsos maestros: El apóstol Pedro expone la codicia de los falsos maestros, en el versículo 3 del cap. 2 diciendo: “Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme."

¿Por qué los Seudos cristianos toleran a los falsos maestros?

Porque quieren escuchar lo que les agrada a ellos. Los que no viven cerca de Dios, prestaran atención a cualquiera que les diga que están bien en lugar de (oír), a los que le dicen que están mal. Ellos quieren sentir gozo, cosas   agradables; no quieren ser exhortados y menos redargüidos, ni confrontados por la palabra de Dios.

El apóstol Pablo, se refirió a los tales con estas palabras: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencia, y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Tim. 4:3-4). 


Conclusión

El juicio contra los falsos maestros: A causa de sus enseñanzas, estos falsos maestros se acarrean la destrucción. Este principio lo hemos visto demostrado a través de toda la Biblia y la historia.

Los que se han rebelado contra Dios han sido castigados: Dios no perdonó a los ángeles que se rebelaron contra Él; no libró a los impíos de los días de Noé; no perdonó a las ciudades de Sodoma y Gomorra.

Los falsos maestros de hoy día verán que perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia. (2 Ped. 2:12-13). Querían recompensa  y la tendrán, serán acusados por su propia conciencia la cual, los atormentara por los siglos de los siglos. 

El justo juicio de Dios: “Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándolos o defendiéndoles sus razonamientos, en el día que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Rom. 2:15-16).

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