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Estudio
Bíblico
Autor
Teólogo: Cruz Monasterio
Teólogo: Cruz Monasterio
Estudio Bíblico
Tema: El Pecador Impenitente
Texto: "E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." (Mat. 25:46)
Introducción
Un Comentario al pecador Impenitente Cristiano Evangélico
Una palabra al pecador impenitente: “Pero Dios, habiendo
pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres
en todo lugar que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos
con haberle levantado de los muertos” (Hec. 17:30-31).
Si usted pudiera discernir espiritualmente la
odiosa deformidad del pecado: Consideraría la
infinita Majestad y Santidad de Dios que son insultados por nuestros pecados,
las buenas cosas que la impenitente continuación en pecado le priva a usted, de los horrorosos males a los cuales le exponen a usted, la ira infinita de Dios
que le espera a usted si vive y muere impenitente, y la obligación infinita
bajo la cual usted se encuentra para guardar todos Sus mandamientos.
El Cristiano Evangélico: Debe llamarse a
cuenta él mismo cada día y traer sus pecados de omisión y comisión delante del
Trono de la Gracia; y esto, para ver qué gran razón usted tiene para
arrepentirse de ellos. Medite sobre la angustiosa y terrible muerte
(asombrosa), del Señor Jesús, para que usted pueda ver lo pecaminoso
y excesivo del pecado, y el castigo eterno que merece el pecador.
"Tu maldad te
castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo
es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor,
Jehová de los ejércitos." (Jer. 2:19).
¿Qué es un pecado de omisión?: El apóstol Santiago declara: "y
al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado." (Stg. 4:17). El
pecado de omisión es un pecado, que es el resultado de no hacer algo que la palabra de Dios enseña que
debemos hacer. Generalmente se usa en contraste con la correspondiente frase
"el pecado de la comisión", o pecados que una persona comete
activamente. Pablo contrasta los dos conceptos en (Rom. 7:14-20).
El condena la tendencia a ambos tipos de pecado. Él hace lo que no quiere hacer y sabe que es malo.
El condena la tendencia a ambos tipos de pecado. Él hace lo que no quiere hacer y sabe que es malo.
En el nuevo testamento, el clásico ejemplo dado
por Jesús es el relato del buen samaritano.
Después de que un hombre había sido golpeado y
abandonado en necesidad de ayuda, (ambos sabían lo que debían hacer)
y no hicieron nada.
El tercer hombre, un samaritano, se detuvo a mostrar
compasión al hombre en necesidad (Luc. 10:30-37). Jesús
usó este ejemplo para enseñar que de igual manera tenemos que ayudar a aquellos
en necesidad. Al hacerlo, Jesús claramente comunicó que es pecado el evitar
hacer el bien, así como es pecado hacer lo malo.
Jesús además describe los pecados de omisión en (Mat. 25:31-35).
Los cabritos, aquellos que fueron apartados por Cristo, son aquellos que vieron
otros hambrientos y sedientos, pero no proporcionaron alimento ni agua. Son
aquellos que vieron a otros en necesidad de vestido, que estaban enfermos o en
la cárcel, pero no hicieron nada para vestirlos y consolarlos.
Todos estos son ejemplos de los pecados de omisión.
No se cometió ningún pecado contra estas personas necesitadas, ni estuvieron
intencionalmente hambrientas o privadas de vestido. Sin embargo, el pecado de
omisión se cometió cuando aquellos que podrían haber proporcionado
para las necesidades ellos decidieron no hacerlo.
Por último, el apóstol Pablo ofrece un resumen que explica por qué deberíamos hacer lo que es correcto y abstenerse de pecados de omisión: "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" (Gal. 9:6). Cuando hacemos la voluntad de nuestro padre celestial. (Mat. 12:50), podemos evitar los pecados de omisión y vivir vidas productivas y fructíferas que le agraden a Dios. (Rom. 12:1-2; Jn. 15:1-11).
Por último, el apóstol Pablo ofrece un resumen que explica por qué deberíamos hacer lo que es correcto y abstenerse de pecados de omisión: "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" (Gal. 9:6). Cuando hacemos la voluntad de nuestro padre celestial. (Mat. 12:50), podemos evitar los pecados de omisión y vivir vidas productivas y fructíferas que le agraden a Dios. (Rom. 12:1-2; Jn. 15:1-11).
El Pecado de Comisión: (acción
de cometer), o sea, que no hace lo que
saben que deben hacer y realmente quieren hacerlo: Aquí está la imagen de la
nueva naturaleza en conflicto con la carne, que es donde habita. En
ambos casos asumen su responsabilidad.
División
Reflexione sobre los pensamientos de
la muerte y del juicio que ha de venir sobre el pecador impenitente: Considere
seriamente cuan incierta es la continuación de su vida en este mundo. Asegúrese
que si la muerte le sorprende en incredulidad e impenitencia, usted para
siempre está desechado. Piense también del temible tribunal de aquel justo e
inexorable Juez, cuyos ojos son como una llama de fuego, ante el cual usted
tiene que comparecer; donde cada impenitente pecador finalmente, de acuerdo a
los desméritos de sus obras hechas en el cuerpo, será sentenciado al castigo
eterno. ¡Oh, cuan tremenda, cuán irresistible será la sentencia pronunciada
sobre el impenitente, “Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para
el diablo y sus ángeles!” (Mat. 25:41). O considere esto, y por fe y
arrepentimiento huya rápidamente de la ira venidera.
Tal vez ningún pasaje de la escritura entre las portadas de la Biblia se adelanta con más frecuencia y con confianza para apoyar la doctrina del castigo eterno, que el texto que ahora nos proponemos examinar y explicar.
La Biblia nos da la definición correcta del pecado, y lo encontramos en 1° Juan
cap. 3; vrs. 4 que dice: “Todo aquel que comete pecado, infringe
también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.”
¿Cuál es el significado de la palabra Impenitente? Empedernido, Incorregible: Se aplica a la persona que no corrige su conducta o sus malas costumbres y persiste en su error.
Un pecador Impenitente es: Un pecador contumaz; tenaz, porfiado, terco, obstinado, pertinaz.
Pero
por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para
el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. (Rom. 2:5).
El
pecado tiene consecuencias cuando lo practicamos Deliberadamente: Y son
consecuencias muy graves porque son eternas si continuamos en el pecado. Dios
nos ha hecho y nos ha dado un libre albedrío, podemos hacer lo que nosotros
queramos pero vamos a pagar las consecuencias de nuestros pecados. "Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios, y de los poderes del mundo venidero, y cayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, puesto que crucifican de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio." (Heb. 6:4-6).
El pecado nos esclaviza: Juan.8:33. Pero Jesús les dijo que si eran 'esclavos del pecado'. Juan. 8:34. Nosotros somos esclavos del pecado, el pecado esclaviza a la gente, las hace sus esclavos. "
Romanos 6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
El pecado hace una barrera entre Dios y nosotros Isaías cap. 59; vrs 1 al 2.
Confesión del pecado de Israel. "He aquí que no se ha acortado la
mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír...Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro
Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no
oír."
Subdivisión
Clasificación del pecado: Hay muchas formas de pecar, pero según su origen básicamente el pecado puede ser imputado, heredado y personal.
“Por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Rom. 5:12).
El
pecado imputado: Es el pecado que resulta en la participación de
todos los hombres en el primer pecado de Adán. Este tipo de pecado se
transmite directamente a cada miembro de la raza humana y su castigo es la
muerte física.
El
remedio para este tipo de pecado es Cristo: “Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en Él.” (2 Cor. 5:21).
Comentario Teológico Bíblico. Entendiendo que Jesús se ofreció voluntariamente haciéndose 'pecado' no pecador, para ofrendar al Padre un sacrificio por el pecado, con la intención de que nosotros pudiéramos ser hechos justicia de Dios en Él. Por lo tanto cuando aceptamos a Cristo como redentor y Salvador, este tipo de pecado queda justificado suficientemente. "Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." (Rom. 5:1).
El pecado heredado o naturaleza pecaminosa: Es la capacidad e inclinación del hombre de hacer las cosas que nos hacen reprobables delante de Dios.
Los resultados de esta naturaleza son la falta de méritos en el hombre ante los ojos de Dios y la consecuencia es la muerte espiritual.
La Biblia nos enseña que cuando no conocemos a Cristo como nuestro Salvador: Tienen el entendimiento entenebrecido, "...ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efe. 4:18) y que se transmite de Padres a hijos “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5).
Conclusión
Comentario Teológico Bíblico Final. Medite mucho sobre los pensamientos de la muerte y del juicio que ha de venir. Considere seriamente cuan incierta es la continuación de su vida en este mundo. Asegúrese que si la muerte le sorprende en incredulidad e impenitencia, usted para siempre estará desechado. Piense también del temible tribunal de aquel justo e inexorable Juez, cuyos ojos son como una llama de fuego, ante el cual usted tiene que comparecer; donde cada impenitente pecador finalmente, de acuerdo a los desméritos de sus obras hechas en el cuerpo, será sentenciado al castigo eterno. ¡Oh, cuan tremenda, cuán irresistible será la sentencia pronunciada sobre el impenitente, “Apartaos de mí, malditos al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles!” (Mat. 25:41). O considere esto, y por fe y arrepentimiento huya rápidamente de la ira venidera.
Si usted dice: ‘No puedo arrepentirme,” esto no será una excusa; porque el arrepentimiento verdadero es parte de la salvación, ofrecida y prometida en el Evangelio, y la oferta y la promesa son dirigidas a usted. "Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su hijo. El que tiene al hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida." (1 Jn. 5:11-12; Hec. 2:38- 39).
Si usted dice: No puedo creer esas ofertas y
promesas aplicadas a mí, ni esto será aceptado como excusa, porque la oferta y
la promesa de fe a creerlas son también dirigidas a usted. (Ap. 22:17; Mat. 12:21; Heb. 4:1). Confíe en Cristo Jesús entonces, sobre la base de la oferta,
para la gracia del arrepentimiento verdadero; y en la fe de la promesa, atente
a ejercitarla frecuentemente.
Usted debe estar persuadido: Mientras todavía es de día, para arrepentirse y volverse de todas sus transgresiones; para que la iniquidad no sea su ruina. “Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis?” (Eze. 31:11). ‘Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo” (Joe. 2:12-13).
