EL
REMANENTE 400 AÑOS HASTA CRISTO
Autor
Teólogo: Juan Martínez
“Estudios
Bíblico”
Tema: Los
libros Proféticos
Texto: Jeremías cap. 9 verso 23-24; “Así dijo
Jehová: No se alabe El sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe
el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Más alábese en esto el
que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy
Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra;
porque estas cosas quiero, dice Jehová.”
Introducción
Estudio
Cronológico Bíblico Básico con raíces paralelísticas con el Apocalipsis el
libro de la revelación de acuerdo a la homilética.
Para
entender a los profetas hay que leer despacio el Segundo Libro de los Reyes. La
Biblia no está ordenada en orden cronológico. Para entenderla hay que tener un
marco histórico. La Biblia es una expresión
del empeño de Dios por hacerse progresivamente comprensible al hombre; pero es
al mismo tiempo expresión del esfuerzo humano por comprender progresivamente a
Dios, vemos que en las antiguas murallas
la Biblia nos habla de que se conquista la ciudad de Jericó: dándole vueltas. Hemos de
tomar en cuenta el contexto histórico donde se originó el texto y su dimensión
literaria. La "profecía“es la intervención divina sobre un hombre para que
éste trasmita oralmente un mensaje de parte de Dios. La "inspiración"
es la actuación de Dios en la redacción de las Sagradas Escrituras. La
"Revelación" hace referencia a la manifestación de Dios al hombre. ¿Qué
sabes de los profetas? Ofrecen las
pautas para orientar el curso de la historia hacia el nuevo cielo y la tierra
nueva, metáfora de la humanidad hermanada por los lazos de la justicia y la
caridad. Ahí despunta su actualidad. Por los profetas, Dios formó a su pueblo
en la esperanza de una alianza nueva y eterna. Cuatro etapas en el profetismo. Época
pre-davídica: Abrahán, Moisés, Samuel. Tiempos de David y Salomón: Gad, Natán, Después
de la división de Israel en el Reino del Norte o Israel: Elías y Eliseo →A partir del siglo VIII: 4 profetas mayores y
12 menores (escritores). Una de las tantas clasificaciones:
1) Profetas preexílico.
2) Profetas del exilio (586-538. A.C).
3)
Profetas postexílicos (VI-IV a.C.).
Ruinas de
Babilonia. Líneas históricas del Mesianismo Profetas preexílico: mesianismo
real, la salvación vendrá a través de un descendiente de David. Profetas exílicos: surge un mesianismo sin
Mesías, o sea, hay referencias a que Dios mismo traerá la salvación Profetas
post-exílicos: la misión mesiánica cambia de perspectiva y la salvación adquiere
un matiz más universal (Mal 3,13-18).
Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué
hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué
aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová
de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios,
y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. Entonces
los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y
oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová,
y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha
dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como
el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y
discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios
y el que no le sirve. Tentación de los profetas que confrontan la fe de
Israel con las cosmovisiones babilónicas. Los tratan de alejar de los ritos
paganos y las bacanales cananeas que les eran atractivas. Profecías mesiánicas
en el exilio los profetas del exilio dan ánimo a los israelitas que están en
tierra extraña. Predican que Dios mismo traerá la salvación, sin intermediarios
(contenido muy cercano al misterio de la Encarnación). La salvación vendrá de uno nacido en el pueblo
y de aquel “resto” que continuó fiel y alcanzará para sí y para sus compatriotas
la liberación plena.
División
Los
Profetas mayores
Isaías: (a veces
deletreado como: Esaias) Isaías, el hijo de Amoz, fue casado y tuvo dos hijos.
Profetizó: La salvación es de Dios.
Isaías
(del hebreo, Ieshaiáhu, y que significa ("Yahveh es salvación") fue
uno de los profetas mayores de
Israel, cuyo ministerio tuvo lugar durante el siglo VIII a.C. El ministerio
profético de Isaías tuvo lugar
en el Reino de Judá durante las monarquías de Uzías, Jotán, Acaz, Ezequías y
Manasés. Profetizó. Mensaje de condenación (1-39), y
consolación a la vez (40-66), El juicio de Dios sobre el pecado de Judá, las
naciones circundantes y el mundo, seguida de salvación y restauración.
Isaías profetizó durante los reinados de
cuatro reyes, desde Uzías hasta Ezequías (Isaías 1:1). La primera fecha
provista es la del año en que murió el rey Uzías (Isaías 6:1), la que
probablemente ocurrió cerca del año 740 a. de J.C. El último evento histórico
aludido es la muerte de Senaquerib (Isaías 37:38), que ocurrió en el año 681 a.
de J.C. Los eventos más importantes son la guerra siroefratea en los días de
Acaz (Isaías 7:1-9), la que Isaías trató, a pesar de su gran devastación (2
Crónicas 28:5-15) como algo casi insignificante en comparación con el tormento
causado por Asiria, algo mucho más grande y que estaba por llegar (Isaías
7:17-25). Asiria es el enemigo principal y del cual tratan la mayoría de los
caps. 7-39; y más allá de esto se vislumbra un enemigo mucho más poderoso,
Babilonia, cuya caída ya se predice en los caps. 13 y 14, y quien es el tema
principal de los cap. 40-48. Es dentro de este contexto de los terribles
instrumentos del juicio divino que Isaías proyecta la esperanza mesiánica,
primero al aconsejar al incrédulo Acaz y, después, repetidamente. La estructura
del contenido del libro de Isaías pudiera analizarse brevemente de la siguiente
manera: Isaías 1-5, El cap. 1 contiene “la gran acusación”. Al igual que muchos de los
pronunciamientos proféticos de Isaías, el primer cap. combina amenazas fatales
con llamados urgentes al arrepentimiento y ofertas misericordiosas de perdón y
bendiciones. Le sigue la promesa de redención mundial (Isaías 2:1-5). Después
siguen una serie de pasajes con amenazas, incluyendo una descripción detallada
de los atavíos de las mujeres de Jerusalén como ilustración del pecado frívolo
de todo el pueblo. La tierra se compara con una viña sin fruto, que muy pronto
será puesta en desolación. Isaías 6, la visión en el
templo. Este cap. contiene una
visión del Santo de Israel, uno de los títulos favoritos de Isaías al referirse
a Dios. Isaías 7-12, el libro de
Emmanuel. Estos caps. Pertenecen al
período de la guerra siroefratea (2 Reyes 16:1-20; 2 Crónicas 28). En medio de
este tiempo de peligro, Isaías pronuncia la gran profecía relacionada con
Emanuel (Isaías 7:14-16; 9:6, 7; 11:110). Isaías 13-23, profecías contra las naciones. Estos son diez oráculos en contra de naciones que eran o serían una
amenaza para el pueblo de Dios: Babilonia (Isaías 13:1-14:27); Filistea (Isaías
14:28-32); Moab (caps. 15-16); Damasco (caps. 17-18); Egipto (caps. 19, 20);
Babilonia (Isaías 21:1-10); Duma (Isaías 21:11-12); Arabia (Isaías 21:13-17);
Jerusalén (cap. 22); Tiro (cap. 23). Aquí las profecías en relación con el
futuro cercano (Isaías 16:14; 21:16; cf. 22:20 y 37:2) aparecen entre otras que
se refieren a un tiempo más distante (Isaías 23:17) o bastante remoto.
Jeremías: vivió
hace unos 2600 años. Profetizó: La última hora de Judá
Declaración de ciertos
juicios de Dios contra Judá, Dios promete establecer un nuevo pacto con su
pueblo.
Jeremías fue uno de los profetas hebreos más
grandes de todos los tiempos. Jeremías es un libro de oráculos o sermones
proféticos, combinados con mucho material autobiográfico e histórico que
proveen el trasfondo de estos oráculos. El material contenido en el libro de
Jeremías no está arreglado en forma cronológica.
El bosquejo
provisto enseguida sugiere lo que parece haber sido el propósito del libro:
I. Los oráculos de Jeremías en contra de la teocracia, Jeremías 1:1-25:38
A. El llamamiento del profeta, Jeremías 1:1-19
B. Reproches y reprimendas, mayormente del tiempo de Josías, Jeremías
2:1-20:18
C. Profecías tardías, Jeremías 21:1-25:38
II. Eventos en la vida de Jeremías, Jeremías 26:1-45:5
A. El sermón del templo y el arresto de Jeremías, Jeremías 26:1-24
B. El yugo de Babilonia, Jeremías 27:1-29:32
C. El libro de la consolación, Jeremías 30:1-:26
D. Algunas de las experiencias de Jeremías antes de la caída de Jerusalén,
Jeremías 34:1-36:32
E. Jeremías durante el sitio y la destrucción de Jerusalén, Jeremías
37:1-39:18
F. Los últimos años de Jeremías, Jeremías 40:1-45:5
III. Los oráculos de Jeremías en contra de naciones foráneas, Jeremías 46:1-
51:64
A. En contra de Egipto, Jeremías 46: 1-28
B. En contra de los filisteos, Jeremías 47:1-7
C. En contra de Moab, Jeremías 48: 1-47
D. En contra de los amonitas, Jeremías 49: 1-6
E. En contra de Edom, Jeremías 49: 7-22
F. En contra de Damasco, Jeremías 49: 23-27
G. En contra de Quedar y Hazor, Jeremías 49: 28-33.
H. En contra de Elam, Jeremías 49: 34-39
I. En contra de Babilonia, Jeremías 50: 1-51: 64
La caída de Jerusalén y otros eventos
relacionados, Jeremías 52: 1-34 A pesar del hecho de que el libro no está del
todo en orden cronológico, es posible fechar varias de sus secciones porque las
mismas contienen anotaciones cronológicas. Enseguida se anotan esas secciones
juntamente con sus fechas:
1. Durante el reinado de Josías. En el decimotercer año, cap. 1. Más tarde
en su reinado, caps. 2: 6. Es posible que la mayoría de los caps. 7-20 (excepto
el material anotado enseguida) debe fecharse en la época de Josías.
2. Durante el reinado de Joacaz. Ninguno.
3. Durante el reinado de Joacim. En los primeros años de su reinado, cap. 26
y probablemente Jeremías 7:1-8:3; 22:1-23. En el cuarto año, caps. 25; 36; 45;
Jeremías 46: 1-12. Después del cuarto año, cap. 35.
4. Durante el reinado de Joaquín. Jeremías 22:24-30; posiblemente cap. 14.
5. Durante el reinado de Sedequías. Al comienzo de su reinado, caps. 24;
Jeremías 49:34-39. En el cuarto año, caps. 27, 28; Jeremías 51:59-64. En tiempo
no especificado, caps. 21; 29. Durante la primera parte del sitio, cap. 34.
Durante la interrupción del sitio, cap. 37. Durante la reanudación del sitio,
caps. 32; 33; 38; Jeremías 39:15-18.
6. En Judá después de la caída de Jerusalén. Jeremías 39: 1-4; 40: 1-43:7.
En Egipto después de que fue llevado allí. Jeremías 43: 8-44:30. Jeremías era
un sacerdote, nacido en Anatot, de la tribu de Benjamín. Fue llamado al oficio
profético siendo muy joven, unos setenta años después de la muerte de Isaías, y
lo ejerció durante unos cuarenta años con gran fidelidad, hasta que los pecados
de la nación judía completaron su medida y vino la destrucción.
Lamentaciones:
Esta hermosa serie estructurada de cinco poemas de lamento es un canto
lastimero por la caída de Jerusalén.
El libro comprende cinco poemas que lamentan
la desolación que había alcanzado a la santa ciudad en 586 a. de J.C. Las
primeras cuatro composiciones consisten de acrósticos basados en el abecedario
Heb Cada v. de los caps. 1 y 2 comienzan con una palabra cuya primera
consonante es sucesivamente una de las 22 letras del abecedario Heb Una pequeña
variación en el orden común ocurre en 2:16, 17; 3:47, 48; y 4:16,17. La
peculiaridad del cap. 3 consiste de un arreglo alfabético triple, de modo que
las tres líneas de cada estrofa comienzan con la misma letra. El cap. 5 no es
un acróstico, aunque igual que los otros caps., contiene 22 estrofas, y es una
oración en vez de ser una elegía. Esta clase de formas alfabéticas
probablemente servía de estímulo, útil a la memoria en una época cuando los
manuscritos eran escasos y caros. Aunque en Heb No había un nombre por
el cual se conociera al libro, su autoría fue atribuida a Jeremías por
autoridades antiguas. El libro lamenta el asedio y destrucción de Jerusalén y
se apena por los sufrimientos de los habitantes durante ese tiempo. Confiesa
los pecados para bien del pueblo y sus líderes en una manera conmovedora;
reconoce una completa sumisión a la voluntad divina y ruega a Dios mostrar su
favor para con el pueblo restaurándolo.
Análisis:
1. La ciudad caída admite su pecado y la justicia del juicio divino (caps.
1-2).
2. Lamentación; reafirmación de la misericordia y del juicio divino;
oración por intervención divina (caps. 3-4).
3. Más confesión y oración por piedad (cap. 5). Es evidente que Jeremías
fue el autor de las Lamentaciones, que lleva su nombre. El libro no fue escrito
sino después de la destrucción de Jerusalén por los caldeos. Que seamos guiados
a considerar el pecado como la causa de todas nuestras calamidades, y estando
en pruebas, ejerzamos sumisión, arrepentimiento, fe y oración, con la esperanza
de la liberación prometida por medio de la misericordia de Dios.
Ezequiel:
Profetizó: Restauración futura
Ministró a los judíos
cautivos en Babilonia antes y después de la caída de Jerusalén. La suerte de
los enemigos de Judá y la visión apostólica de su futuro.
Profeta hebreo del exilio. El lugar del
ministerio de Ezequiel era Babilonia, a la cual había sido deportado en el 597
a. de J.C. Ezequiel 8-11 contiene una visión singular de los acontecimientos
que se estaban llevando a cabo en Jerusalén (c Ezequiel 24:1-2). Parecería
imposible que Ezequiel en Babilonia pudiera haber conocido en tal detalle los
acontecimientos en Jerusalén salvo por revelación divina. El libro se divide en
tres partes:
(1) la denuncia de Judá e Israel (caps. 1-24, 593-588 a. de .C.),
(2) oráculos en contra de las naciones extranjeras (caps. 25-32, con fecha
del 587-571) y
(3) la futura restauración de Israel (caps. 33-48, con fecha del 585-573).
Se pronunciaron las profecías de la primera sección antes de la caída de
Jerusalén.
El llamado de Ezequiel a la obra profética (caps. 1-3) incluye su
visión de la gloria divina: el trono de Dios cargado por un carro extraterreno
de querubines y ruedas (Ezequiel 1:4-21). El profeta come el rollo en el cual
está escrito su triste mensaje (Ezequiel 2:8-3:3) y se le ordena que sea el
atalaya del Señor, con el precio de su propia vida si no da la alarma (Ezequiel
3:16-21; ver 33:1-9). Ezequiel entonces predice la destrucción de Jerusalén con
actos simbólicos (Ezequiel 4:7) como el sitio de una copia de la ciudad
(Ezequiel 4:1-8) y el racionamiento del alimento y la bebida (Ezequiel 4:9-17).
Después sigue la famosa visión de la iniquidad de Jerusalén para la cual
Ezequiel es arrebatado en espíritu a Jerusalén (caps. 8-11) y ve todo tipo de
idolatría repugnante practicada en las cortes del templo. Mientras mira la profanación de la casa del Señor, ve como la gloria
divina que se ha manifestado en el lugar santísimo.
(Ezequiel 8:4) deja el templo y la ciudad
(Ezequiel 9:3; 10:4-19-11:22-23), simbolizando el abandono de Dios de su
pueblo apóstata. En ese momento Ezequiel vuelve en espíritu a Babilonia. El
resto de la primera sección (caps. 12-24) registra las acciones simbólicas y
los sermones que predicen la caída de Jerusalén. Realiza actos simbólicos de la
salida al exilio (Ezequiel 12:1-7), prédica en contra de los falsos profetas
(cap. 13) y en dos oráculos conmovedores (caps. 16: 23) describe la apostasía del
pueblo ingrato. Su declaración de la responsabilidad del individuo ante Dios
(cap. 18) es famosa. Finalmente anuncia el comienzo del sitio de Jerusalén, en
la tarde del mismo día en que muere su esposa y se vuelve mudo hasta la caída
de la ciudad (cap. 24). Después de las profecías
del juicio en contra de las naciones extranjeras (Ezequiel 25-32) viene el
punto culminante de la visión del profeta, escrito después de la caída de
Jerusalén: la restauración de Israel (caps. 33-48).Dios traerá al pueblo de nuevo
a su tierra, enviará el hijo de David a reinar sobre ellos y les dará un nuevo
corazón (caps. 34: 36). La visión del valle de los huesos secos (cap. 37) es
una declaración figurada de esta recomposición de la nación. Después sigue el
triunfo de Israel sobre los poderes gentiles, Gog y Magog (caps. 38 y 39).
Finalmente se describe un gran templo restaurado (caps. 40-43), con sus santos
servicios (caps. 44-46), el río de vida que fluye de él (cap. 47) y el pueblo
de Israel viviendo en sus lugares alrededor de la ciudad llamada Jehovah está
allí (cap. 48), a la cual ha vuelto la gloria de Dios (Ezequiel 43:2- 4- 5;
44:4).Ezequiel fue uno de los sacerdotes; fue llevado al cautiverio a Caldea
con Joaquín. Todas sus profecías fueron entregadas en ese país, en alguna parte
en el norte de Babilonia. Su principal objetivo era consolar a sus hermanos
cautivos. Se le manda que advierta de las calamidades espantosas que vienen a
Judea, particularmente a los profetas falsos y a las naciones vecinas. También,
para anunciar la restauración futura de Israel y Judá de sus varias
dispersiones y su estado de dicha en sus días postreros, bajo el Mesías. Hay
mucho de Cristo en este libro, especialmente en la conclusión.
Daniel: Profetizo: El
plan para Israel
Daniel bosqueja el plan de
Dios para las naciones gentiles (2-7), y describe a Israel durante la época de
la dominación gentil (8-12).
Aunque aparece como el último de los profetas mayores en la Biblia en
español, este libro aparece en el AT Heb (Que consiste en la Ley, los Profetas
y los Escritos) como uno de los Escritos. Porque aunque Cristo habló de la
función de Daniel como profética (Mateo 24:15), su posición era la de oficial
gubernamental y escritor inspirado en vez de profeta ministrante (Hechos 2:29-30). La primera mitad del libro
(cap. 1-6) consiste de seis narraciones sobre la vida de Daniel y de sus
amigos: su educación (605-602 a. de J.C.), la revelación del sueño-imagen de
Nabucodonosor por Daniel, la predicción de la locura de Nabucodonosor por
Daniel, su interpretación de la escritura en la pared (539, la caída de
Babilonia) y su prueba en el foso de los leones (cf. también. La segunda mitad
consiste de cuatro visiones apocalípticas que predicen el curso de la historia
mundial. Daniel 7 presenta el
surgimiento de cuatro bestias: un león, un oso, un leopardo y un monstruo con
dientes de hierro, explicados como representaciones de cuatro reyes sucesivos
(o reinos, Daniel 7:23).
Se piensa que estos reinos representan respectivamente a Babilonia,
Persia, Grecia y Roma. La visión además describe la desintegración de Roma en
una distribución del poder en diez partes (Daniel 2:42; 7:24; Apocalipsis
17:12-16), el surgimiento final del anticristo durante un período indefinido
de tiempos (Daniel 7:8-25) y su destrucción cuando venga alguien como un Hijo
del Hombre con las nubes del cielo (Daniel 7:13). La mayoría de los estudiosos
entienden que esta imagen es la del Mesías porque Cristo mismo se aplicó esta
imagen a sí mismo (Mateo 24:30), aunque algunos entienden que simboliza a los
santos del Altísimo (Daniel 7:18-22). La profecía de las 70 semanas en 9:20-27
ha recibido diversas interpretaciones. Daniel 2:4b-7:28 está compuesto en el idioma internacional (arameo); el
resto está en Heb Hay referencias al libro en el NT (Mateo 24:15; Hebreos 11:
33-34). El libro fue diseñado para inspirar a los judíos exiliados con
confianza en el Altísimo (Daniel 4:34-37). Daniel fue de noble cuna, si es que no era de la familia real de Judá.
En su juventud fue llevado al cautiverio en Babilonia, en el cuarto año del
reinado de Joaquín, 606 a. C. Allá le enseñaron la ciencia de los caldeos, y
tuvo altos cargos en el imperio babilónico y en el persa. Fue perseguido por su
religión, pero fue milagrosamente librado, y vivió hasta edad avanzada, y debe
de haber tenido alrededor de noventa y cuatro años en la época de la última de
sus visiones. El libro de Daniel es en
parte histórico, porque narra varias circunstancias acaecidas a él y a los
judíos en Babilonia, pero es principalmente profético detallando visiones y
profecías que anuncian muchos sucesos importantes referidos a los cuatro
grandes imperios del mundo, a la venida y la muerte del Mesías, a la
restauración de los judíos y a la conversión de los gentiles. Aunque hay considerables dificultades para explicar el significado
profético de algunos pasajes de este libro, siempre hallamos aliento para la fe
y la esperanza, ejemplos dignos de imitar y algo para dirigir nuestros
pensamientos a Cristo Jesús en la cruz y en su trono glorioso.
Los
Profetas menores
Oseas:
Profetizo: Amor de Dios para Israel
La historia de Oseas y se
esposa infiel ilustran la fidelidad del amor de Dios y el adulterio espiritual
de Israel.
Oseas, el único libro del AT procedente del
reino del norte, de Israel. Este notable profeta del siglo VIII a. de J.C.
vivió durante un período de mucha ansiedad Nacional. Oseas nació durante el
reinado de Jeroboam II (c. de 786-746), y ministró como profeta en Israel
cuando Uzías (c. 783-743), Jotam (c. 742-735), Acaz (c. 735-715) y Ezequías (c.
715-686) Reinaban en Judá. El tiempo de Oseas se
distinguió por una gran prosperidad material. Bajo Jeroboam II el reino del
norte experimentó un desarrollo económico y comercial impresionante, algo nunca
visto desde los primeros días del reino unido. Aun cuando no hay ninguna
referencia a la ocupación de Beeri, el padre de Oseas, bien pudo haber sido un
comerciante de la clase media, quizá un panadero. Oseas mismo era una persona
educada y probablemente provenía de una de las ciudades de Efraín o Manasés.
Era un hombre con una profunda visión espiritual; dotado de cualidades
intelectuales que le permitieron comprender el significado de esos
desafortunados eventos que marcaron su vida doméstica, e interpretarlos como
una oportuna muestra del amor divino hacia la descarriada y pecadora Israel.
Los ritos culticos se celebraban varias veces al año y se caracterizaban por
las borracheras, prostitución ritual, actos de violencia e indulgencia en
formas de adoración paganas en los santuarios. La diseminada prevalencia de la
prostitución cultica es evidente en el hecho de que en el tiempo de Jeremías,
un siglo más tarde del tiempo de Oseas, la prostitución floreció en los
recintos del templo (2 Reyes 23:7).
La adoración en Israel era todo lo opuesto a lo que Dios deseaba de su
pueblo. El pacto realizado en Sinaí hacía hincapié en la adoración exclusiva al
Señor por una nación santa. Sin embargo, la vida religiosa del pueblo bajo este
pacto había degenerado hasta el punto de haberse llegado a identificar con la
desvergonzada e inmoral adoración de las deidades cananeas paganas. El énfasis
sobre la desenfrenada actividad sexual, juntamente con la excesiva indulgencia
alcohólica, estaba mermando la vitalidad no sólo de los cananeos sino también
de Israel. Todo esto, practicado en el contexto de la magia y la mitología
pagana, estaba muy lejos de la pureza de adoración que se había contemplado con
el pacto en Sinaí. El elemento catalítico del mensaje profético de Oseas es su
matrimonio con una mujer llamada Gomer. Hay dos puntos de vista en cuanto a
esta relación. El punto de vista profético sostiene que Gomer era una mujer
pura cuando se casó con Oseas, pero después le fue infiel. El otro punto de
vista sostiene que Gomer ya era una prostituta cuando el profeta se casó con
ella. De cualquier manera, los efectos trágicos de las dificultades del
matrimonio de Oseas seguramente tendrían un fuerte impacto sobre la comunidad
donde vivía. Los hijos que nacieron de este matrimonio recibieron nombres simbólicos,
los cuales indicaban el descontento divino con Israel. Después de que Gomer
hubiera insistido en buscar a sus amantes, se le debía traer de regreso y con
amor paciente aceptarse nuevamente en el hogar de Oseas, aguardando con
paciencia y dolor el tiempo de una completa restauración. Este era un cuadro preciso
de la pecadora Israel en su relación con Dios, y mostraba la interminable
fidelidad del Todopoderoso. Un bosquejo del contenido de Oseas pudiera ser el
siguiente:
1-3 El infeliz matrimonio de Oseas y sus resultados
4 Los sacerdotes toleran la inmoralidad
5 El pecado de Israel será castigado, a menos que se arrepientan.
6 El pecado de Israel es completo y su arrepentimiento sin ganas.
7 Depravación interna y deterioro externo
8 La cercanía del juicio
9 La calamidad inminente
10 La culpabilidad de Israel y su castigo
11 Dios busca a Israel con amor.
12-14 Una exhortación al arrepentimiento, con promesas de restauración.
Se supone que Oseas era del reino de Israel.
Vivió y profetizó durante un largo período. El alcance de sus predicciones
parece ser, detectar, reprender y convencer de sus muchos pecados a la nación
judía en general, y a los israelitas en particular, y especialmente la
idolatría; también se comenta el estado corrupto del reino. Pero los invita a
arrepentirse con promesas de misericordia y predicciones del evangelio en
cuanto a la restauración futura de los israelitas y de los judíos, y su final
conversión al cristianismo.
Joel:
Profetizo: El Día del señor
Una reciente plaga de
langosta ilustra el terrible día del señor. Dios apela a su pueblo a que se
arrepienta para evitar la ira que vendrá.
El libro de Joel no tiene la acostumbrada
fórmula utilizada por los profetas (Oseas 1:1; Amós 1:1), y en ninguna parte se
indica la fecha para el ministerio del profeta o para la escritura del libro. Los eruditos que sostienen el punto de vista tradicional creen que el
libro es preexílico, escrito probablemente durante el reinado del joven rey
Joás (837- 800 a. de J.C.), por las siguientes razones:
1. Los enemigos de Judá que se
mencionan: los filisteos y fenicios (Joel 3:4), Egipto y Edom (3:19), son del
período preexílico. (2 Reyes 8:20-22; 2 Crónicas 21:16-17), pero no se
mencionan a los asirios y babilonios quienes causaron problemas a Judá más tarde.
2 Amós, un profeta durante ese
tiempo, parece haber estado familiarizado con las profecías de Joel (Joel 3:16; Amós 1:2; 3:18; 9:13).
3 El hecho de que se mencione a los
ancianos y sacerdotes en vez de mencionar al rey pareciera apuntar al tiempo
cuando Joás aún era menor de edad (2 Reyes 11:21).
4 La posición del libro entre
los dos primeros profetas, y su estilo diferente al de los profetas postexílicos,
también hablan en favor de una fecha preexílica. La ocasión del libro fue una devastadora
plaga de langostas. El profeta, después de describir la plaga y sus resultados
caóticos, exhorta a la nación para que se arrepienta de sus pecados. Después
prosigue para predecir una visitación aun peor: el futuro día del Señor.
I. La plaga de langostas y su remoción (Joel 1:1-2:27)
A. La plaga de langostas (Joel 1:1-20).
B. Se exhorta a la gente a arrepentirse (Joel 2:1-17).
C. Dios se compadece y promete alivio (Joel 2:18-27).
II. El futuro día del Señor (Joel 2:28-3:21)
A. El Espíritu de Dios será derramado (Joel 2:28-32).
B. El juicio de las naciones (Joel 3:1-17).
C. Las bendiciones sobre Israel después del juicio (Joel 3:18-21).
La
contribución más grande de Joel al pensamiento cristiano es su enseñanza sobre
el derramamiento del Espíritu Santo sobre todo mortal (Joel 2:28), la cual citó
Pedro en su sermón el día del Pentecostés (Hechos 2:14-21). En una manera especial, la nueva era sería la del Espíritu (Isaías
32:15; Zacarías 12:10; Juan 7:39). Toda la gente de Dios sería sacerdotes y
profetas. El ideal declarado cuando se dio la ley nunca pudo lograrse, pero
ahora sería una realidad (Éxodo 19:5-6; 1 Pedro 2:9-10). De las desolaciones que estaban por venir a la tierra de Judá, por las
devastaciones de las langostas y otros insectos, el profeta Joel exhorta a los
judíos al arrepentimiento, al ayuno y la oración. Destaca las bendiciones del
evangelio con el estado glorioso final de la Iglesia.
Amós:
Profetizó: Juicio de Israel
En ocho declaraciones de
juicio Amós gira alrededor de sus vecinos antes de caerle a Israel. Hace una
lista de los pecados de Israel y llama al arrepentimiento.
Una de las personalidades pintorescas en una
era en que se levantaron varias grandes figuras proféticas. Realizó su
ministerio en la época del reinado de Jeroboam II (c.786-746 a. de J.C.), de
extenso poder político antes del apogeo de Asiria. La prosperidad era
acompañada de un grado de corrupción social casi sin precedentes (Amós 2:6-8;
5:11-12), causada principalmente por la influencia desmoralizadora del Baal cananeo.
Amós vivía en Tecoa, una pequeña aldea en las montañas, al sur de Jerusalén, al
borde de los extensos campos de pasto en Judá. Siendo pastor de ovejas y cabras
(Amós 7:14), se ocupaba también del cuidado de árboles sicómoros, de la familia
de las higueras. Amós protestó vigorosamente contra la vida lujuriosa y
descuidada característica de Samaria, condenó las sofisticadas ofrendas que se
hacían en los santuarios de Beerseba en Gilgal, y afirmó categóricamente que el
ritual nunca podría ser un sustituto aceptable de la justicia. Afirmó la
jurisdicción moral de Dios sobre las naciones (Amós 1:3-6-9-11-13; 2:1-4-6) y
advirtió a los israelitas que a menos que se arrepintieran de su idolatría y,
después de una renovación en su relación espiritual con Dios, comenzarán a
enmendar las injusticias sociales, caerían víctimas del invasor del oriente.
Tan grande fue el impacto de su vigorosa personalidad que Amós fue acusado de
sedición por Amasías, el sumo sacerdote idólatra de Betel (7:10 ss.). Como
respuesta, Amós hizo ver que él no tenía ninguna conexión con ninguna orden
profética, ni estaba de ninguna manera asociado políticamente con la casa de
David.
El estilo de su libro, aunque sencillo, es
pintoresco, caracterizado por vívidas ilustraciones tomadas de su vida de
campo. Su trabajo como pastor no era de ninguna manera incompatible con un
conocimiento de la historia (Amós 9:7) ni con la capacidad de evaluar la
significación de las tendencias políticas y religiosas contemporáneas. La
integridad de su libro poco ha sufrido en manos de los eruditos críticos
modernos.
Abdías:
Profetizó: Juicio de Edom
Condena a la nación de Edom
(descendiente de Esaú) por no actuar como hermanos con la tribu de Judá
(descendientes de Jacob).
El tema del libro es la destrucción de Edom
(Abdías 1:1). El libro no está fechado. Abdías 1:1-9 pronuncia juicio sobre
Edom (cf. Jeremías 49:22). Es probable que ya sea Jeremías o Abdías, uno haya
hecho uso de los escritos del otro, o que ambos hayan empleado una fuente común
de la que ya no disponemos. En Abdías 1:10-14, Edom es
acusada de tomar partido con los enemigos de Israel en el tiempo en que
Jerusalén y Judá estaban en grande aflicción. En los v. 12-14; el profeta
exhorta a Edom a terminar su maligna alianza con los enemigos de Jerusalén. En los v. 15 y 16; se
anuncia el día de Jehovah, es decir un tiempo de juicio espantoso, como cercano
en el tiempo para todas las naciones, y se predice la aniquilación de aquellos
pueblos que hacen la guerra contra Jehovah: quedarán como si nunca hubiesen existido.
Israel extenderá en gran medida sus fronteras (v. 19-21). El principal mensaje
de Abdías a las generaciones actuales parece ser la advertencia, no solamente
del peligro de luchar contra Dios, sino también del riesgo de combatir contra
su pueblo. La primera parte anuncia la destrucción de Edom, deteniéndose en las
injurias que les infligieron a los judíos. La segunda predice la restauración
de los judíos y las glorias posteriores de la Iglesia.
Jonás: Profetizó: Gran despertar de Nínive
El arrepentimiento del
pueblo de Nínive ante el mensaje
profético de Jonás hizo que el Dios de misericordia restaurar la ciudad.
1. La traducción lit, que se hace del término gr. Para el nombre de Jonás.
Mientras que la mayoría de los libros de los Profetas Menores contienen
discursos proféticos, con muy poco material narrativo, el libro de Jonás se
ocupa principalmente de una narración, y el mensaje profético es casi
incidental. Los caps. Mismos marcan la división natural del libro: cap. 1, la
desobediencia de Jonás; cap. 2, la oración de Jonás; cap. 3, Jonás predicó en
Nínive; cap. 4, las quejas de Jonás. Él propósito del libro es, esencialmente,
enseñar que los bondadosos planes de Dios no se limita sólo a Israel, sino que
se extienden al mundo gentil. El deseo del autor es ampliar las simpatías de
Israel para que, como misioneros de Dios, puedan guiar a los gentiles al
arrepentimiento y hacia Dios.
La respuesta positiva de la gente de Nínive
muestra que los paganos son capaces de un arrepentimiento genuino. El libro de
Jonás bien puede considerarse como una obra maestra en cuanto a misiones
foráneas. El mismo anticipa lo universal del evangelio de Jesús, y es la
contraparte del AT en relación con Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al
mundo. El punto de vista
tradicional, en cuanto a que Jonás es el autor y que el relato es
históricamente verdadero, está respaldado por un sinnúmero de consideraciones:
2 El libro se escribió como un simple relato, y así fue considerado por
judíos y cristianos hasta hace un siglo. No parece haber duda de
que Jesús consideraba el relato como algo histórico y así lo enseñó. Algunos
críticos, refugiándose en la doctrina de la Kenosis (que Cristo estaba un tanto
limitado por su naturaleza humana; ver Filipenses 2:5-8), hacen a un lado la
enseñanza de Jesús sobre este punto considerándola errónea. Otros, apoyándose
en la doctrina de la acomodación, piensan que Jesús no consideró que fuera
necesario corregir los puntos de vista erróneos de sus contemporáneos. Pero
ninguna de estas explicaciones armoniza con el punto de vista bíblico en cuanto
a la persona de Cristo. La mayoría de los críticos
o eruditos modernos en los últimos 100 años han considerado que el libro es una
obra de la imaginación. Algunos lo consideran un mito; otros, una alegoría, una
parábola, o una historia didáctica; y así por el estilo. Estas interpretaciones
no toman en cuenta los elementos milagrosos en el relato, los cuales estos
críticos consideran imposibles de aceptar; pero ello no hace justicia al hecho
de que nuestro Señor evidentemente sostuvo lo histórico del libro. Jonás era
nativo de Galilea, 2 Reyes 14, 25. Su liberación milagrosa del pez lo hizo tipo
de nuestro bendito Señor que, como para mostrar la verdad certera de la
narración, lo menciona. Todo lo hecho fue fácil para la omnipotencia del Autor
y Sostenedor de la vida. Este libro nos muestra, por el ejemplo de los
ninivitas, cuán grande es la paciencia y la tolerancia divina para con los
pecadores. Muestra un contraste muy marcado entre la bondad y misericordia de
Dios y la rebeldía, impaciencia y belicosidad de su siervo; y se entenderá
mejor por los que conozcan bien sus propios corazones.
Maquias: Profetizó: juicio y restauración de Judá A pesar del juicio divino contra la corrupción de Israel y Judá, el pacto de Dios con ellos se cumplirá con el advenimiento del futuro reino del Mesías. El quinto de los Profetas Menores, se le da la fecha de las últimas décadas de 700 a. de J.C. El profeta predice la caída de Samaria que ocurrió en 722, pero se preocupa más por los pecados y el peligro de Jerusalén en los días de Ezequías, alrededor del año 700. Como lo demuestra el arreglo que sigue, el mensaje varía entre condena por los pecados actuales y el propósito de Dios de dar a su pueblo una bendición finalmente:
Maquias: Profetizó: juicio y restauración de Judá A pesar del juicio divino contra la corrupción de Israel y Judá, el pacto de Dios con ellos se cumplirá con el advenimiento del futuro reino del Mesías. El quinto de los Profetas Menores, se le da la fecha de las últimas décadas de 700 a. de J.C. El profeta predice la caída de Samaria que ocurrió en 722, pero se preocupa más por los pecados y el peligro de Jerusalén en los días de Ezequías, alrededor del año 700. Como lo demuestra el arreglo que sigue, el mensaje varía entre condena por los pecados actuales y el propósito de Dios de dar a su pueblo una bendición finalmente:
I. Predice desolación de Samaria y Jerusalén (Miqueas 1:1-3:12)
II. Bendiciones futuras para Sion (Miqueas 4:1-8)
III. Invasión y rescate por un gobernador davídico (Miqueas 4:9-5:15)
IV. Condena por los pecados (Miqueas 6:1-7:6)
V. Ayuda futura de Dios (7:7-20) En la parte inicial del libro (Miqueas 1:1-3:12), se anuncia el juicio
de Dios sobre Samaria por su idolatría. Sin embargo, parece que el interés de
Miqueas yace mayormente en Jerusalén, la desolación de la cual anuncia en Miqueas
3:12 en términos muy similares. Los caps. 2 y 3 son un catálogo de los pecados
de Judá. La opresión de los pobres era una de las características en Judá, pero
otra era que rehusaban escuchar a los profetas de Dios. Tal como en los días de
Jeremías, los profetas preferidos predecían paz ( Miqueas 3:5 con Jeremías
8:10, 11; Ezequiel 13:10). No es improbable que Jeremías y Ezequiel hayan
tomado de Miqueas sus textos para este tema. Al menos las advertencias de
Miqueas en 3:12 se conocían muy bien en los días de Jeremías (Jeremías 26:18).
La segunda sección (Miqueas 4:1-8) incluye un pasaje que es prácticamente
idéntico a Isaías 2:1-4. Isaías 2:1 llama a este pasaje la palabra de Isaías.
Miqueas evidentemente utiliza la profecía de Isaías y con gran habilidad la
entreteje de manera que llega a ser parte de su composición. La tercera sección
(Miqueas 4:9-5:15) tiene como fondo las guerras de la época de Ezequías. Los
asirios se llevaron cautivas 40 ciudades de Judá y recibieron tributo de
Ezequías 2 Reyes 18:13-16).Las condenas de la cuarta sección (Miqueas 6:
1-7:6) incluyen varias referencias al Pentateuco y a otros libros históricos
(Miqueas 6:4, 5; también 5:6 con Génesis 10:8-9). La respuesta de Miqueas
6:8 es famosa. Algunos han argumentado que enseña una salvación aparte de
sacrificios. En verdad, alude a
Deuteronomio 10:12 y tiene que ver con el deber de Israel de obedecer todos los
mandatos de Moisés. Cristo probablemente se refirió a este v. en su condena de
los fariseos formalistas (Mateo 23:23). El libro termina con la declaración del
profeta de su fe en que el pacto que Dios hizo de bendecir a Abraham encontrará
su cumplimiento final. Miqueas fue levantado para apoyar a Isaías y confirmar
sus predicciones, mientras invitaba al arrepentimiento, por los juicios
amenazados y las prometidas misericordias. Un pasaje muy notable, capítulo 5;
contiene un resumen de profecías referidas al Mesías.
Nahúm: Profetizo: Juicio
sobre Nínive
Maquias predijo la
destrucción de Nínive por su idolatría y brutalidad, 125 años después del
arrepintiendo de la ciudad bajo la predicación de Jonás.
El breve libro de Nahúm es en su mayor parte
un poema, una obra de arte, que predice la caída de Nínive, la capital de
Asiria. Nínive fue conquistada por los babilonios, los medos y los escitas en
el año 612 a. de J.C. Nahúm declaró que Nínive caería, como cayó Tebas, a la
cual los asirios mismos habían conquistado en el 663. El libro, por lo tanto,
se escribió entre el 663 y el 612, en tiempos turbulentos. Sofonías también
predijo, en tiempos de Josías, la caída de Nínive (Sofonías 1:1; 2:13). El
libro de Nahúm consiste de dos partes: un poema relacionado con la grandeza de
Dios (Nahúm 1:2-15), y luego un poema más extenso en el que se detalla la caída
de Nínive (Nahúm 2:1-3:19). La crueldad de los asirios ya casi sobrepasaba los
límites de lo creíble. Su política parece haber sido la de generar el terror.
Sus propios cuadros muestran a prisioneros estaqueados al suelo y despellejados
vivos. No es de sorprenderse que Nahúm se entusiasmara con la caída del
orgulloso, rico y cruel Imperio Asirio. Si es censurable que Nahúm se
regocijara frente a la caída de Asiria, ¿qué diremos de la multitud celestial
en Apocalipsis 19:1-6 (. Nehemías 2:3; 4:4,5) Este profeta anuncia la segura
e inminente destrucción del imperio asirio, en particular de Nínive, que es
descrita muy minuciosamente. Junto con esto hay consuelo para sus compatriotas,
exhortándolos a confiar en Dios.
Habacuc:
Profetizó: Vivir por fe
Inquieto ante el plan de Dios
de usar a Babilonia para castigar a Judá Habacuc alaba al Señor después de
obtener una perspectiva mejor del poder y propósito de Dios.
El nombre de un profeta y del octavo libro de
los profetas menores (Habacuc 1:1). De Habacuc no se sabe nada más que lo que
menciona el libro que lleva su nombre. Los eruditos más tradicionales creen que
el libro es una unidad, el trabajo de un solo autor, Habacuc, producido en Judá
durante el período de los caldeos. El templo aún está de pie (Habacuc 2:20) y
se predice el surgimiento del poder caldeo (Habacuc 1:5-6). Aquí el argumento
descansa sobre la palabra heb. Kasdim, que se traduce “caldeos”. Algunos
eruditos modernos sugieren la palabra kittim, como refiriéndose a los
chipriotas, y consideran que se refiere a los griegos macedonios bajo Alejandro
Magno. Por tanto, ellos fechan el libro durante este período mucho más tardío.
No hay razón para hacer esta enmienda. Kasdim claramente se refiere a los
caldeos. El imperio de los neo babilonios o caldeos se hizo prominente cuando
el rey babilonio Nabucodonosor derrotó a los egipcios en la batalla de
Carquemis, en 605 a. de J.C., y restablecieron a Babilonia como el centro del
poder mundial. La profecía de Habacuc
difícilmente pudo haber comenzado antes del año 605 a. de J.C. Jerusalén cayó
ante los babilonios en el año 587 a. de J.C. El libro debe colocarse en algún
tiempo entre estas fechas, probablemente durante el reinado del rey Joacim de
Judá. Algunos fechan el libro un poco más temprano creyendo que los de Judá
tenían conocimiento de los caldeos mucho antes que la batalla en Carquemis, y
enfatizan el ataque inesperado al que alude Habacuc (Habacuc 1:5).
Los primeros
dos caps. Presentan el oráculo profético, o carga, de Habacuc. Dos veces el profeta se muestra perplejo y pide iluminación de lo alto;
y dos veces recibe respuesta. Primero, él se muestra preocupado por la
violencia y el pecado de su pueblo. ¿Por qué no se les castiga? (Habacuc
1:2-4). La respuesta es que muy pronto Dios enviará a los babilonios (caldeos)
para juzgar a Judá (Habacuc 1:5-11). Esto hace que Habacuc se muestre aun más
perplejo: ¿Cómo puede un Dios justo usar a los malvados babilonios para
castigar a Judá, quien, aunque ha apostatado, todavía es mucho mejor que los
babilonios (Habacuc 1:12-17)? La respuesta de Dios es que los orgullosos
conquistadores también serán castigados (Habacuc 2:2-20). La declaración de que
el justo vivirá por su fidelidad (Habacuc 2:4) llegó a ser un asunto muy
importante para los escritores del NT (Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Hebreos
10:38). Al cap. 3 de Habacuc se le denomina la oración del profeta Habacuc
(Habacuc 3:1). En este lírico y conmovedor poema, el profeta describe la
revelación divina en términos de una teofanía (Habacuc 3:2-15), pero concluye
diciendo que él confiará en Dios sin importar lo que venga (Habacuc 3:16-19).
El tema de esta profecía es la destrucción de Judea y Jerusalén por los pecados
del pueblo, y el consuelo de los fieles sometidos a las calamidades nacionales.
Sofonías:
Profetizó: Día del Señor
El día del Señor será un
tiempo terrible de juicio seguido de gran bendición Judá es condenada, pero
Dios restaura la fortuna del remanente.
Fechado en el reinado de Josías (Sofonías
1:1), este libro fue escrito probablemente a principios de su reinado, antes de
la confrontación religiosa que comenzó hacia el período de 640 a 622 a. de J.C.
El libro se ocupa totalmente del día del Señor. Este concepto profético hace
referencia a cualquier intervención de Dios en la historia. La expresión
final del día del Señor tendrá lugar en los tiempos del fin. En Sofonías 1:2-6
se ve el día del Señor en sus efectos sobre Judá y Jerusalén. Viene como un
castigo por la idolatría del pueblo (Sofonías 1:4-6). En Sofonías 1:7-13
presenta al pueblo como si estuviera acudiendo a un sacrificio comunal, pero
cuando llega es repentinamente sujeto al devastador castigo de Dios (Sofonías
1:8, 9). El castigo viene por crímenes sociales tanto como por idolatría. En
Sofonías 1:14-18 se describe el escatológico día del Señor. En el cap. 2 el
profeta apela a los humildes a volverse a Dios, porque el día del Señor
implicará destrucción universal. El cap. 3 continúa con el mismo mensaje, pero
allí el profeta incluye un mensaje de esperanza centrado en un remanente del
pueblo de Dios que será guardado seguro a través del disturbio predicho por el
profeta (Sofonías 3:12-18). Sofonías insta al arrepentimiento, predice la
destrucción de los enemigos de los judíos, y consuela al justo que hay entre
ellos con promesas de bendiciones futuras, la restauración de su nación, y la
prosperidad de la Iglesia en los postreros tiempos.
Hageo:
Profetizó: Reconstrucción del templo
Después del cautiverio en
babilonia, Hageo urge a los judíos a poner a Dios primero, y terminar el templo
que habían comenzado para que pudieran gozar las bendiciones de Dios.
Uno de los profetas que el Señor enviará a
los judíos alrededor del año 520 a. de J.C. Se tiene muy poco conocimiento de
su historia personal. Vivió un poco después del cautiverio y fue contemporáneo
de Zacarías (. Hageo 1:1 con Zacarías 1:1). Después del retorno del cautiverio, los israelitas pusieron el altar
sobre su base, estableciendo así la adoración diaria y pusieron los cimientos
para el segundo templo; después fueron forzados a abandonar la construcción por
algunos años. Sin embargo, durante su reinado, Darío Hystaspes (Esdras 4-6; Hageo;
Zacarías 1-6) brindó su ayuda y estimuló a los judíos a continuar y no permitió
la oposición. En el segundo año de Darío (520) Hageo llevó a cabo su brillante
misión de amonestar y animar a los judíos. Los cinco mensajes breves que
conforman su libro están todos fechados, cubriendo sólo tres meses y 23 días; y
en esas pocas semanas la situación cambió totalmente de derrota y desánimo a
victoria. Zacarías apoyó a Hageo en el último mes de su ministerio, según los
registros que se tienen (Zacarías 1:1-6). Después del retorno desde el
cautiverio, Hageo fue enviado a exhortar al pueblo para que reconstruyera el
templo y para reprobar la negligencia de ellos. Para exhortar su empresa, le
asegura al pueblo que la gloria del segundo templo excederá mucho a la del
primero por manifestarse ahí Cristo, el Deseado de todas las naciones.
Zacarías:
Profetizó: Preparación para el Mesías
Como Hageo, Zacarías exhorta
a los judíos y terminar la construcción
del templo. Lo relaciona con el advenimiento del Mesías en una serie de
visiones y profecías mesiánicas.
II. Contenido
A. Zacarías 1-8. Mensajes dados en tres ocasiones separadas.
1. Zacarías 1:1-6: Introducción general.
2. Zacarías 1:7-6:15: Una serie de
ocho visiones nocturnas simbólicas, seguidas por una escena de coronación.
Estas visiones tenían el propósito de animar a los israelitas a completar el
templo.
3. Zacarías 7 y 8 fueron dadas dos
años después de las series de visiones descritas arriba, y representan las
respuestas de Zacarías a las preguntas que le hicieron ciertos visitantes sobre
si los ayunos observados en memoria de la destrucción de Jerusalén debían ser
observados aún. La respuesta es no, porque Dios no demanda ayunos, sino la
observancia de las leyes morales. Dios ha venido a morar con su pueblo; y hasta
los paganos desearán adorar a Dios en Jerusalén.
B. Zacarías 9-14. Está compuesto de dos profecías distintas, sin fechas.
1. Zacarías 9-11. Dios visitará las naciones en juicio y a su pueblo en
misericordia. El Príncipe de Paz vendrá y confundirá a los malos pastores, pero
será rechazado por el rebaño, y ellos consecuentemente experimentaron
sufrimientos otra vez.
2. Zacarías 12-14. Una profecía que describe las victorias de la nueva era
y la venida del día del Señor. Se presentan tres figuras apocalípticas.
1 Jerusalén será librada de un
sitio de sus enemigos mediante la intervención del Señor.
2 un remanente de Israel será
salvo.
3 las naciones vendrán a Jerusalén a participar en la gozosa fiesta de
los tabernáculos, y todos gozarán las
bendiciones del reino de Dios. Esta profecía es adecuada para todos, porque su
objetivo es reprender por el pecado, anunciar los juicios de Dios contra el
impenitente, y exhortar a los que temen a Dios con las seguridades de la
misericordia que Dios tiene reservadas para su Iglesia, y especialmente de la
venida del Mesías, y el establecimiento de su reino en el mundo.
Malaquías: Profetizó: Apelación
a apóstatas
El ambiente espiritual del
pueblo se ha enfriado, y Malaquías los reprende por sus componendas sociales y
religiosas. Si regresan a Dios con corazones sinceros, serán bendecidos.
El último libro del AT y el profeta cuyas profecías el libro contiene
(Malaquías 1:1). Malachi es la expresión Heb que quiere decir mi mensajero (3:1; . Ezequiel 3:8-9). El libro del profeta Malaquías fue escrito después de la
cautividad. El templo ya había sido construido y ya se ofrecían los holocaustos
(Malaquías 1:7-10; 3:8). Un gobernador persa (Malaquías 1:8) estaba a cargo de
Jerusalén. Esto indica una fecha más tarde que la de Hageo y Zacarías. Es obvio
que el primer entusiasmo por la reconstrucción del templo se había desvanecido
y la situación presente era una de deterioro moral y religioso. Los matrimonios
mixtos (Malaquías 2:10-12), la falta de pago del diezmo (Malaquías 3:8-10) y la
ofrenda de sacrificios impuros (Malaquías 1:6-14) son condiciones no tan
diferentes de las que se describen en la época de Esdras y Nehemías (Esdras 7- Nehemías
13). Parecería que la profecía de Malaquías fue dada cerca del mismo tiempo, o
posiblemente un poquito después, alrededor de la mitad o final del siglo V a.
de J.C. Hay dos temas principales en el libro:
1 El pecado y apostasía del pueblo de Israel (cap. 1 y 2), y; el juicio que caerá sobre los infieles y la bendición guardada para los
que se arrepientan (caps. 3 y 4).
Un análisis más detallado
sigue:
1. Título, Malaquías 1:1.
2. Un argumento a favor del amor de Dios para con Israel demostrado en
las experiencias contrastadas de Edom e Israel, Malaquías 1:2-5.
3. Una protesta en contra de la negligencia del culto por los sacerdotes,
Malaquías 1:6-2:9.
4. Una condenación de los que se divorcian de sus esposas para casarse con
mujeres extranjeras, Malaquías 2:10-16.
5. Una respuesta para los que se quejan de que Dios es indiferente a la
injusticia: un día de juicio se aproxima, Malaquías 2:17—3:5.
6. Una amonestación por la negligencia del diezmo y las ofrendas,
Malaquías 3:6-12.
7. Una respuesta a los que dudan y una promesa a los fieles, Malaquías
3:13-4:3.
8. Un llamado a volver a la ley y profecía de la venida de Elías,
Malaquías 4:4-6.
II. Características sobresalientes
1. El uso de preguntas y respuestas retóricas como método de comunicación.
Este artificio comienza la mayoría de las ocho secciones mencionadas
anteriormente.
2. Malaquías contiene asuntos
de interés profético y sacerdotal. Se le ha llamado profecía dentro de la ley.
Generalmente los profetas muestran poco interés en holocaustos y leyes
ceremoniales, prefiriendo enfatizar los aspectos más internos de la vida
religiosa.
En cambio, Malaquías ve la apostasía del pueblo manifestada en el
descuido de las ofrendas sacrificiales (Malaquías 1:6-14), la negligencia de
los sacerdotes de sus tareas (Malaquías 2:1-9), y la falta del pueblo en pagar
sus diezmos y otras ofrendas (Malaquías 3:7-12). Este libro refuta la opinión
muy común hoy en día de que los profetas no creían en la necesidad de la ley
ritual.
3. En el anuncio del mensajero del pacto de Dios, vemos un testimonio del
desarrollo de la expectación mesiánica en el AT. El advenimiento de este
profeta resultará en la purificación y juicio de Israel (Mateo 3:1-5; cf. Mateo
11:10). El otro testimonio tiene que ver con el profeta Elías quien anunciará
el día de Jehová (Mateo 4:5-6; Mateo
17:9-13). Malaquías fue el último de los profetas y se supone que profetizó en
el 420 a. C. Reprende a los sacerdotes y al pueblo por las malas costumbres en
que habían caído, y les invita al arrepentimiento y a la reforma, con promesas
de bendiciones que serán impartidas cuando venga el Mesías. Ahora que la
profecía iba a cesar, habla claramente del Mesías, como que está muy cerca, y
manda al pueblo de Dios que siga recordando la ley de Moisés mientras esperan
el evangelio de Cristo.
Conclusión
Todos los profetas advirtieron a sus pueblos señalandoles el Día
del Juicio, e intentaron que se preocupen por la sanción de Dios (a los
pecadores). Así actuó ese creyente que ocultaba su fe. Los profetas se pasaron
la vida explicando esto a sus pueblos una y otra vez. No obstante, la mayoría
de las personas a las que fueron enviadas los acusaban de mentirosos, de buscar
beneficios materiales o de intentar imponerse sobre ellos como autoridades
mundanales. Por lo tanto, la mayoría de esos pueblos siguieron con sus sistemas
de vida desviados, sin tomar en cuenta lo que decían los profetas o sin
cuestionarse sus propias acciones. Algunas de esas personas incluso fueron más
lejos e intentaron matar o extraviar a los creyentes.
Por otra parte,
aunque casi siempre fue muy reducida la cantidad de creyentes que seguían y
obedecían a los profetas, unos y otros eran salvados cuando Dios castigaba a
las comunidades rebeldes.
A pesar de los
miles de años que han pasado y de las profundas modificaciones habidas en los
distintos lugares, en las costumbres, en las tecnologías y en las
civilizaciones, nos encontramos con que fueron reducidos los cambios en las
estructuras sociales y en los sistemas de los incrédulos.
Cómo enmarcamos antes, cierta parte de la sociedad en la que vivimos tiene todas las
características de corrupción de los pueblos descritos en el Corán. Al igual
que en el caso del pueblo de Tamud, pero en otra dimensión, hoy día también
existe una gran cantidad de personas espurias o estafadoras. (También) existe
una "comunidad homosexual" que es defendida en cualquier oportunidad
que se presente y cuyos miembros no van a la zaga del pueblo de Lot, donde la palabra
en Ezequiel cap. 16 versos 49-50; “He aquí que esta fue la maldad de
Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad
tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del
menesteroso. Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de
mí, y cuando lo vi las quité”. En donde la
corrupción sexual había llegado al extremo. Gran parte de la sociedad está
constituida por gente ingrata y rebelde como la de Saba, desagradecida a pesar
de la riqueza otorgada, como la del pueblo de Iram, desobediente y ultrajante
como la del pueblo de Noé, desatenta o indiferente respecto a la justicia
social como la del pueblo de 'Ad.
Todos esos son signos muy significativos…
Deberíamos
tener siempre presente que las diferencias entre unas y otras sociedades en lo
que hace al nivel de avance tecnológico o a sus posibilidades potenciales, no
son importantes para nada. Nadie puede salvarse de la sanción que determina
Dios.
¿Qué quiere decir Profecía?
Profecía es un concepto que procede del latín prophetīa, aunque su origen más remoto se encuentra en la lengua griega. Se trata del don sobrenatural que permite conocer cosas distantes o futuras por inspiración de Dios. El término también se utiliza para nombrar a las predicciones hechas en virtud de este don.
¿Qué son los libros proféticos de la Biblia?
Libros Proféticos. En hebreo se denominan "Profetas posteriores" los libros de la Biblia que contienen las enseñanzas de los profetas de Israel, a diferencia de los "Profetas anteriores", llamados también "libros históricos".
0 Comentarios