Un poco de Levadura leuda toda la masa
Autor
Teólogo: Cruz Monasterio
Tema: Un poco de Levadura leuda toda la masa
Texto: Gál. cap. 5 verso 9;
“Un poco de levadura leuda toda la masa.”
Introducción
¿Cuál es el significado de la levadura en las Santas Escrituras?:
Es el
agente de corrupción y emblema de las doctrinas perniciosas, de la maldad que
tenemos que guardarnos totalmente los creyentes. Ella simboliza la vieja y
nueva falsa enseñanza de los líderes religiosos del pasado, presente y futuro.
1 Cor cap. 5 versos 6-8;
"No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de
levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para
que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que
es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta,
no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con
panes sin levadura, de sinceridad y de verdad."
Queridos hermanos y amigos, es menester que los creyentes más
crecidos enseñen a sus hermanos menos desarrollados en la fe a no bajar la
guardia contra el fermento de la falsa enseñanza que está en los lugares menos
pensados.
Los cristianos genuinos somos libres a través de la libertad que
el Hijo de Dios nos regaló. Jn cap. 8
verso 36; “Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” Fuimos liberados de
todo lo que podría obstaculizar nuestro desarrollo espiritual, cosas tales como
mandatos minuciosos de reglas y requisitos sacerdotales, así como preceptos
varios del Antiguo Testamento.
Pero nuestra libertad está restringida por los dictados de
nuestra nueva naturaleza, recordemos que somos seres nacidos de nuevo. 2 Cor cap. 5 verso 17; “De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Que estamos bajo la ley de Cristo; “Él le respondió: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu
mente. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo. De estos dos mandamientos pende toda la Ley y
los profetas»” (Mat. 22:36-40), y debemos enseñar la
ley Mosaica por obediencia a nuestro Señor y salvador, pero ya no para
salvación. La ley hace posible reconocer el pecado. Únicamente el sacrificio de Cristo, es el fundamento del nuevo pacto, el puede borrar los pecados cometidos. Los Diez Mandamientos también tienen validez en el nuevo pacto; son obligatorios para todos los hombres. La diferente interpretación de los Diez Mandamientos en el nuevo pacto se debe a que, conforme a la profecía de Jeremías cap. 31 versos 33-34; "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y
yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano,
diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño
de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de
ellos, y no me acordaré más de su pecado." la ley de Dios no sólo está escrita en tablas de piedra, sino que es dada en la mente y escrita en el corazón. Cumpliendo el mandamiento del amor a Dios y al prójimo se cumple toda la ley. Rom cap. 13: versos 8-10; "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al
prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso
testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se
resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el
amor."
División
Así como las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres, así lo señala 1 Corintios
15:33; “No erréis;
las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” Las palabras equivocadas de doctrinas
erradas carcomen como un terrible cáncer, 2
Timoteo 2:17-18; “Y
su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que
se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y
trastornan la fe de algunos.” Ahora bien, no es
necesario destruir para hacer el mal, una mala enseñanza es suficiente para
conseguir alejar de la verdad a cualquier crédulo o al inexperto convertido
desde no hace mucho.
El
evangelio debe doler, arder e incomodar: Jn
cap. 6 versos 51 al 56; “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de
este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo
daré por la vida del mundo. Entonces
los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su
carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis
vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida
eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es
verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y
bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Cuando el Señor Jesús les comenzó a decir a sus
discípulos que tenían que comer su carne y a beber su sangre muchos de ellos se
apartaron y dejaron de seguir al Señor. Observen lo que dicen los versículos 60
y 66-67-68; “Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta
palabra; ¿quién la puede oír? Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna.” Si el evangelio no llega de esa
manera, puede tratarse de charlas religiosas para la motivación de la semana o
de algo más “in” como el “coaching” espiritual. Sermones de pastores que no
piensan en las almas de sus feligreses, buscando elevarles la moral a través de
un sentido pseudo espiritual condimentado de Biblia.
Y las ovejitas asisten domingo tras domingo a calentar el banco
pasivamente, sin cuestionarse absolutamente nada, pensando estar caminando con
el Señor Jesucristo, pero con poco o nada de evangelio en sus corazones. Además
creen que con las prácticas semanales de reunirse en alguna casa para orar y
aprender, o realizar alguna obra buena han llegado a la cúspide de su
cristianismo.
Casi nadie se ocupa de mostrarles el camino verdadero, y si
tienen la bendición de que alguien se les acerque con la verdad, lo rechazan,
porque están cómodos con lo que tienen. Son personas religiosas con la conciencia cauterizada, que se gozan en la presencia de sus falsos maestros,
pues ellos son también como la levadura que contamina la masa con su influencia
negativa en las congregaciones.
Así como un poco de barro contamina el agua en un vaso, también
las enseñanzas falsas cambian el significado del mensaje original,
influenciando malamente el pensamiento de muchos.
Conclusión
Jesús utilizó la parábola de la levadura que leuda la masa para
referirse a las falsas enseñanzas de los fariseos de su tiempo. También en estos
tiempos debemos cuidarnos de los fariseos modernos, es suficiente con una
persona mala para infectar a los demás. 1
Cor cap. 5 verso 11; “Más
bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el
tal ni aun comáis.”
Huyamos de aquellos que introducen errores destructores, y por
supuesto, de quienes se dedican a difundirlos. Al menor indicio estamos
llamados a escapar, mientras podamos resistamos a toda levadura. Sin duda es
mucho más cómodo no oponerse a la mentira en vez de defender la verdad, si el
apóstol Pablo hubiese tomado tal actitud no tendríamos sus escritos y su obra
no habría existido.
Si es necesario ofender a alguien en pro de la verdad y la justicia
será necesario hacerlo. No hay mayor peligro que hacerle creer a un falso
maestro que estamos de acuerdo con él. Reprendamos el pecado y el error,
hagámoslo con amor pero con firmeza. El
apóstol Judas nos enseña en los versos 3-4-10-11-12-13; “Amados, por la gran solicitud que
tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario
escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una
vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,
los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres
impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a
Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Pero éstos blasfeman
de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como
animales irracionales. ¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín,
y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción
de Coré. Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con
vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá
por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y
desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas
errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las
tinieblas.”
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