Estudio Bíblico
El Protoevangelio
Autor
Teólogo: Cruz
Monasterio
Estudio Bíblico
Tema: El Protoevangelio
Texto: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre
tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en
el calcañar.” (Gen. 3:15).
Introducción
Lo primero que tenemos que resaltar de este suceso es la actitud de
Dios ante la caída de Adán y Eva: “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se
paseaba en el huerto al aire del día: y se escondió el hombre y su mujer de la
presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Y llamó Jehová
Dios al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?” (Gen. 3:8-9).
Sorprendentemente, la primera acción de Dios en esta narrativa fue hacerles sentir Su presencia, tal y como lo hacía a menudo con ellos. No llegó regañando, vociferando, asustando, sino que llegó de manera apacible. " Jehová le dijo: Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová. En ese momento pasaba Jehová, y un viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Tras el viento hubo un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Tras el terremoto hubo un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado." (1 Reyes. 19:11-12). Llegó a platicar con ellos. Dios se les acercó en amor.
Ahora bien,
la actitud de amor de Dios no pasa por alto Su santidad ni elimina las
consecuencias del pecado. Dios maldice al hombre y en él, a la tierra. "Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás." (Gen. 3:17-19), diciéndole que con sudor
comería todos los días y que espinas y abrojos produciría la tierra, es
decir que la tierra ya no sería un lugar de descanso y de reposo para la
humanidad caída. También maldice a la mujer (Gen. 3:16), multiplicando el dolor de parto y
con un deseo de controlar o dominar al marido, terminando ella siendo dominada.
Él también
maldice a la serpiente de una manera importante. Al animal le dijo que reptaría
y comería polvo toda su vida. Pero luego profetizó el fin y la derrota eterna
de Satanás diciendo: “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu
simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el
calcañar”. Claramente Dios está anunciando a Cristo, aquel “nacido de mujer” (Gál. 4:4), llamándolo “la simiente” de
ella. Él profetizó su sufrimiento y aun su muerte en la cruz (herida en el
calcañar), pero eso implicaría a su vez la derrota de Satanás en la consumación
de los tiempos por medio del Cristo resucitado. Aquí vemos claramente anunciado
ese Protoevangelio.
División
Parte de la
interpretación Mesiánica de la iglesia ha sido heredada: Génesis cap. 3 verso 15,
frecuentemente llamado el “protoevangelio,” se encuentra acompañada de una
explicación cristiana sólo desde el tiempo de Irineo en el siglo II. El N.T. No
se refiere a este pasaje directamente e incluso algunos eruditos han aseverado
que “no contiene ningún asomo de Mesianismo.” No obstante, la tradición del
Targum arameo encuentra una profecía Mesiánica clave aun aquí. El Protoevangelio dice así: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar.” El pasaje habla primeramente de la “enemistad” o lo que sería una
mejor traducción del hebreo “odio” que se introdujo en el mundo como
consecuencia del pecado. Fue rota la comunión con Dios, y el hombre empezó a
huir para tratar de esconderse de la presencia de Dios. Las consecuencias de la
Caída fueron: pecado, enfermedad y muerte. La Biblia habla de la
personificación del mal en el diablo.
Una de las tareas del
Mesías es precisamente conquistar la muerte: Dado que el estilo de la
exposición del Mesías es, como lo hemos visto, tratar, vale la pena analizar el
mensaje completo del protoevangelio usando más o menos el mismo método. Según
los rabinos el Mesías llevará a cabo una “reparación,” en el mundo. Los
teólogos de hoy han empezado a comentar sobre el concepto de “rehabilitación.”
Cuando Cristo expió nuestros pecados, llevó nuestras enfermedades, y conquistó
la muerte, ‘rectificó’ las consecuencias de la Caída. Daniel cap. 9 verso 24, describe esta
encomienda Mesiánica más breve y claramente diciendo: “Poner fin al pecado, y
expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable.” De esta manera la
simiente de la mujer ha de aplastar la cabeza de la serpiente. Estos aspectos
del protoevangelio se manejan en forma figurada, tanto en la exégesis judía
como en la cristiana.
Exégesis: Es la explicación o interpretación de algo, generalmente de la obra de un autor o de un texto concreto, especialmente bíblico.
Exégesis: Es la explicación o interpretación de algo, generalmente de la obra de un autor o de un texto concreto, especialmente bíblico.
La serpiente también
desde tiempos antiguos ha ocupado su propio lugar en la exégesis de la
esperanza de liberación Mesiánica, como veremos al llegar a la bendición de
Jacob. Durante su peregrinar por el desierto Moisés hizo una serpiente de
bronce, con la cual el pueblo fue sanado de sus mordeduras de serpiente, al
mirarla. 2 Reyes cap. 18 verso 4, refiere cómo Ezequías destruyó este talismán que se
había convertido en substituto de la verdadera religión: “Hizo pedazos la
serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban
incienso los hijos de Israel; y la llamó ‘Neh. ustán.’” [Pedazo de bronce]. Tal
es la naturaleza humana que un objeto inanimado puede llegar a ser objeto de un
culto falso. “Pero
les diste una señal de salvación, para que recordaran los mandatos de tu ley.
Quien se volvía hacia aquella señal, se salvaba, no en virtud de la señal misma
que veía, sino gracias a ti, salvador de todos... Tú nos bajas al reino de la
muerte, y nos sacas de él.” (Jn. 3:15). La cruz fue dada como una “señal de
salvación.” Jesús descendió al Hades y resucitó, quitando la enemistad y
trayendo la paz. Los Targumes recalcan que el Mesías vendrá “en los tiempos del
fin.” El término arameo “en el fin,” be-I.qvah, se parece al concepto I. qvoth
meshih. A, que significa las ‘huellas del Mesías.’
Pero, ¿quién es esta
“simiente de la mujer”? ¿Por qué se usa el pronombre personal, ‘Él,’ para
referirse a la simiente?
En
la literatura judía recibe el nombre de Targum la
versión del A.T. en arameo: El Targum
definitivamente asocia en pronombre ‘él’ con el Mesías Rey. Pero, ¿el concepto de ‘simiente’
tendrá implicaciones Mesiánicas en otros contextos también?
Efectivamente
lo tiene: En Génesis 4:25, “Dios me ha dado otra simiente en lugar de Abel, (Set).” La
promesa de una simiente para Abraham en Génesis cap. 22 verso 18, "En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Ella ocupa un lugar central en la teología cristiana, también se ve en los Midrashim al referirse al Mesías: “Y mediante tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto tú has obedecido mi voz.” Midrash Rabbah comenta el tema ampliamente y declara que “en los días del Mesías, Israel será comparada a la arena del mar.” V 16, "y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo."
Pablo, en Gálatas cap. 3 verso 16, entendía el significado de ‘simiente de Abraham’ de manera similar: “A Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: ‘Y a las simientes,’ como si hablase de muchos, sino como de uno: ‘Y a tu simiente,’ la cual es Cristo.” se asocia la ‘simiente ‘con el concepto del Mesías cuando habla del ‘pariente redentor’ en Ruth cap. 4 verso 8. El Midrash resalta a Fares, que significa brecha) según el Génesis fue el hijo de Tamar y Judá, hermano gemelo de Zara. Er desposó a Tamar, pero murió sin tener heredero. Onán se casó después de su muerte con la viuda Tamar según la Ley del levirato. La ley del levirato o simplemente el levirato es un tipo de matrimonio en el cual una mujer viuda que no ha tenido hijos se debe casar (obligatoriamente) con uno de los hermanos de su fallecido esposo. Para continuar la línea sucesoria y la descendencia familiar, el nombre del primer varón de esta nueva unión ha de ser el mismo que el correspondiente al difunto, y heredará sus bienes.
El matrimonio por levirato se ha realizado en sociedades con fuerte estructura de clanes en los que se ha prohibido el matrimonio exogámico, es decir fuera del clan. Ha sido tradicionalmente habitual en los pueblos panyabíes, jats, israelitas, hunos (chinos xiongnu, hsiong-nu, etcétera), mongoles y tibetanos.
Más sabiendo que, debido a esa ley sus hijos no serían suyos, evitó consumar su relación. La conducta de Onán motivó su muerte. Judá pidió a Tamar que se quedara en la casa de su padre, hasta la mayoría de edad del tercer hijo, Selá, que la desposaría.
Ella ocupa un lugar central en la teología cristiana, también se ve en los Midrashim al referirse al Mesías: “Y mediante tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto tú has obedecido mi voz.” Midrash Rabbah comenta el tema ampliamente y declara que “en los días del Mesías, Israel será comparada a la arena del mar.” V 16, "y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo."
Pablo, en Gálatas cap. 3 verso 16, entendía el significado de ‘simiente de Abraham’ de manera similar: “A Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: ‘Y a las simientes,’ como si hablase de muchos, sino como de uno: ‘Y a tu simiente,’ la cual es Cristo.” se asocia la ‘simiente ‘con el concepto del Mesías cuando habla del ‘pariente redentor’ en Ruth cap. 4 verso 8. El Midrash resalta a Fares, que significa brecha) según el Génesis fue el hijo de Tamar y Judá, hermano gemelo de Zara. Er desposó a Tamar, pero murió sin tener heredero. Onán se casó después de su muerte con la viuda Tamar según la Ley del levirato. La ley del levirato o simplemente el levirato es un tipo de matrimonio en el cual una mujer viuda que no ha tenido hijos se debe casar (obligatoriamente) con uno de los hermanos de su fallecido esposo. Para continuar la línea sucesoria y la descendencia familiar, el nombre del primer varón de esta nueva unión ha de ser el mismo que el correspondiente al difunto, y heredará sus bienes.
El matrimonio por levirato se ha realizado en sociedades con fuerte estructura de clanes en los que se ha prohibido el matrimonio exogámico, es decir fuera del clan. Ha sido tradicionalmente habitual en los pueblos panyabíes, jats, israelitas, hunos (chinos xiongnu, hsiong-nu, etcétera), mongoles y tibetanos.
Más sabiendo que, debido a esa ley sus hijos no serían suyos, evitó consumar su relación. La conducta de Onán motivó su muerte. Judá pidió a Tamar que se quedara en la casa de su padre, hasta la mayoría de edad del tercer hijo, Selá, que la desposaría.
Pero un Evento inesperado abrió la brecha para
el nacimiento de Fares y su mellizo Zara. Tamar, pasando el tiempo y pensando que Judá nunca le daría a su
último hijo por esposo, se disfrazó de prostituta y tuvo relaciones carnales
con su suegro, que había quedado viudo. Tamar quedó embarazada. Aún sin que
Judá la reconociera, logró que le entregara su sello y su bastón como prenda
hasta que le pagara un cabrito prometido por prestarse a la relación. A los
tres meses, dijeron a Judá que Tamar estaba embarazada, por lo que ordenó que
la ajusticiasen como castigo por su adulterio. No obstante, Tamar probó gracias
al sello y el bastón de su suegro que era él quien la había embarazado. Judá la
perdonó, ya que se sentía culpable por no haberle dado a su hijo Selá. Tamar
alumbró dos gemelos: Fares y Zara.
En Fares siguió la
genealogía de Jesús, como relatan los Evangelios de Mateo (Capítulo
I) y Lucas (Capítulo
3:33). Siendo esta relación conflictiva, y sin embargo es la genealogía
de Jesús, los autores de estos dos evangelios
subrayan que Tamar, consigue con engaño una descendencia que Judá le negaba y
también el derecho que nace del perdón, después de una conducta taimada.
Fares: conocido por la genealogía en Mateo cap. 1 verso 3 y el relato de
Génesis capítulo 38. La frase “otra simiente de otro lugar” se usa de nuevo,
aquí refiriéndose a Fares. Precisamente en relación con Fares se hace la
observación de que el Mesías corregirá los estragos ocasionados por la Caída.
El Midrash mismo menciona esto como un ejemplo de entendimiento “profundo.” El
Midrash Rabbah describe de la siguiente manera la fase nueva que inició con
Fares: “Esta es la historia de Fares y tiene una importancia profunda. . . .
Cuando el Santo creó su mundo aún no había Ángel de Muerte. Pero cuando
Adán y Eva cayeron en pecado, todas las generaciones se contaminaron. Con el
nacimiento de Fares la historia empezó a cumplirse por él, porque de él saldría
el Mesías, y en sus días el Santo haría que la muerte fuera consumida, como
está escrito: ‘Destruirá a la muerte para siempre’ y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho." (Isa. 25:8).
Conclusión
La justificación es por
medio de la fe en Jesús: Aun en el Antiguo Pacto, la salvación era por creer en
el Mesías prometido y no por cumplir la ley de Moisés. De igual forma es en
Génesis: la salvación vendría por creer por fe en esa “simiente de mujer”.
Entonces, ¿creyeron ellos este mensaje? La respuesta podemos encontrarla
en las acciones después de la caída.
¿Qué hizo
Adán inmediatamente después de escuchar el Protoevangelio? “Y el hombre le puso
por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes” (Gen. 3:20). En
lugar de volverla a acusar, Adán le cambió el nombre a su esposa a uno que
significa “vida.” Lo hizo porque él comprendió por medio de ese Protoevangelio
que por la “simiente de su mujer” es que la muerte eterna sería removida y el
pecado perdonado. Por tanto la llamo Eva, pues estaba convencido ahora que
ella era madre, no de “muertos” sino de “vivos.”
Eva
igualmente creyó al primer evangelio: Vemos que no solo siguió y se sometió a
su esposo por mandato de Dios, sino que cuando nació su primer hijo, ella
exclamó en Génesis 4:1: “He adquirido varón con la
ayuda del Señor”. Eva bendijo al Dios Creador, ya que al creer
en la simiente victoriosa prometida, ella esperaba con ansías tenerlo algún día
con “ayuda del Señor.”
El Targum de Jonatán Ben U. zziel afirma aquí que si la
descendencia de la mujer cumple la ley, estarán en una posición que les permita
aplastar la cabeza de la serpiente: "Pero cuando vino
el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo
la ley, para
que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos.” (Gal. 4:4-5). “Y finalmente harán la
paz en los días del Mesías Rey.” El Targum hace un juego con las palabras a.
qev, ‘calcañar,’ e i.qvah, ‘fin.’ El Targum de Jerusalén señala los últimos
tiempos al interpretar el versículo así: “Harán la paz al final, al cierre de
los días postreros, en los días del Mesías Rey.” La palabra aramea para “hacer
la paz,” shefiyuta, se parece a la palabra hebrea para “aplastar,” yeshufchah,
y algunos eruditos del arameo aceptarían la traducción: “Finalmente, en los
días del Mesías Rey, él será herido en el calcañar.” Esto concuerda con el
versículo 16 del Salmo 22, que según la exégesis cristiana se entiende como
tipo del Mesías. En muchos idiomas este versículo se ha traducido, según la
interpretación más probable del original: “Me horadaron las manos y los pies.”
De manera semejante Zacarías cap. 13 verso 6, en el hebreo dice: “¿‘Qué son
esas heridas entre tus manos?’ Y él responderá: ‘Con ellas fui herido en casa
de mis amigos.
Comentario Final: En estos dos versiculos, se evidencia al Redentor, su misión salvifira, el rechazo departe de su pueblo (Israel), y la entrega por amor hacia su projimo para rescatarlos del pecado, librarlos del infierno y darles vida eterna a los que lo han aceptado como su salvador y la adopción de ser echos hijos de Dios.
El Protoevangelio en acción. Aleluya gloria a Dios.