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CAPÍTULO I
Introducción.
El Espíritu Santo en el Antiguo
Testamento.
El Espíritu
Santo en el Nuevo Testamento.
El Espíritu Santo en la historia.
Los Títulos (Nombres) del Espíritu Santo y
Su significado.
Los símbolos
del Espíritu Santo y su significado.
INTRODUCCIÓN.
El estudio de la persona
y de la obra del Espíritu Santo debe ser necesariamente, para el cristiano
devoto, una cuestión de vital interés.
Estudiar lo concerniente al Espíritu Santo, es estudiar lo concerniente a
aquella actividad de Dios por medio de la cual El se mueve para comunicarse a
sí mismo, y para ministrar aquellos que le pertenecen. El Espíritu Santo es
aquélla persona de la santa trinidad cuyo oficio es tocar sobre el creyente, y
servir como el canal divino que provee comunión personal.
El conocimiento
de Dios por parte del creyente no puede nunca ser completo si no conoce la
tercera persona de la Deidad.
El ministerio activo del Espíritu Santo marca
la edad de la Iglesia
como la "Edad del Espíritu", en contraste con la era de los
Evangelios que es descrita como la "Era del Hijo", y el Antiguo
Testamento que es llamado "La era del Padre". Todos aquellos que
están genuinamente en la Iglesia del Señor Jesucristo, son producto
de la obra creativa del Espíritu Santo por medio de Sus múltiples ministerios.
El Espíritu Santo morando en el creyente le
asegura la verdad que el Cristianismo
no es la mera mirada intelectual en la naturaleza
de una religión
filosófica. Contrastando conceptos analíticos o naturalmente éticos, la
doctrina Cristiana llega a ser una fe vivificada con ímpetu dinámico y validez
convincente. La diferencia es debida al ministerio del Espíritu Santo. Puede
ser dicho que en la medida que el creyente ha apropiado el Espíritu Santo, en
esa medida ha participado del poder
del Evangelio de Cristo Jesús.
Para el creyente, el Espíritu Santo es la
llave a toda dádiva y aproximación espiritual. Bien se ha dicho: "El
Espíritu Santo es la experiencia de Dios en el creyente", y "El
Espíritu Santo es la acción
viviente de Dios en el mundo". El Espíritu Santo en su ministerio se
concierne especialmente en transmitir al creyente los frutos de la victoria de
la obra consumada por Cristo sobre el Calvario.
El estudio del Espíritu Santo permite al
creyente:
1. Apreciar más adecuadamente la naturaleza
y la persona de Dios.
2. Comprender mejor la naturaleza de la
Iglesia como cuerpo orgánico vivificado por el poder del Espíritu Santo.
3. Comprender el plan
de Dios para el creyente y Su provisión divina para una vida Cristiana
victoriosa.
Al estudiar acerca del Espíritu Santo el
creyente no está estudiando acerca de un ser extraño; él está estudiando a
Dios. La naturaleza y el ministerio del Espíritu Santo son exactamente los de
Dios el Padre y Dios el Hijo.
Las enseñanzas de las Escrituras
concernientes a la doctrina del Espíritu Santo son más limitadas que aquella
que conciernen al Padre y al Hijo. El Espíritu Santo mismo es responsable de
esto, pues Él es autor de la Escritura.
Modestamente el Espíritu Santo rehúsa sobrecargar Su obra con detalles acerca
de Sí mismo. A un cuando es positivo que Cristo haya hecho muchas referencias
verbales acerca del Espíritu Santo durante Su ministerio terrenal, sin embargo
no hay más que cinco referencias registradas en las Escrituras, pronunciadas
antes de la semana de Su muerte.
Sin embargo, fue necesario durante Sus últimos días sobre la tierra,
y que Sus declaraciones concernientes al Espíritu Santo fuesen preservadas, y
por consiguiente, encontramos numerosas referencias al Espíritu Santo en los discursos
de Jesús durante la semana de la Pasión.
B) EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO.
El hecho de que la mayoría de las
referencias al Espíritu Santo se hallan en el Nuevo Testamento no es suficiente
razón para declarar que la doctrina del Espíritu Santo no está en el Antiguo
Testamento. Al considerar la doctrina del Espíritu Santo es esencial apelar a
toda la Biblia, pues cada parte de los registros
sagrados hacen su contribución apropiada. La Biblia es para el hombre
el único origen de información
divina revelada concerniente a esta verdad. Hay una referencia al Espíritu
Santo al principio de la Biblia en Génesis 1.2, y otra al fin, en Apocalipsis
22.17.
Dos palabras distintas son usadas en el idioma original Hebreo: "RUACH" Y "NESHAMAH"
La primera significando el Espíritu de Dios
o del hombre
(determinado por el contexto), y la segunda significando el soplo de vida del
cuerpo. Existe una gran variedad de referencias al Espíritu Santo en el Antiguo
Testamento, un total de ochenta y seis (86), y se hallan en veintidós (22) de
los treinta nueve (39) libros
del Antiguo Testamento. Todas estas referencias preparan el terreno que luego
ocupan los pasajes del Nuevo Testamento.
Entre los nombres usados para el Espíritu
Santo en el Antiguo Testamento, la expresión "El Espíritu del Señor"
ocurre por lo menos veinticinco (25) veces; "Espíritu de Dios"
catorce (14) veces; y "Espíritu Santo" dos (2) veces. Aun cuando las
enseñanzas o están del todo desarrolladas, los rudimentos de la doctrina están
claramente trazados.
H.L. Turner declara: "Todo lo revelado
acerca del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, ya ha sido hallado en el
Antiguo Testamento, con una sola excepción. Esa es la palabra
"Bautizar".
C) EL ESPÍRITU SANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Hay en el Nuevo Testamento doscientas
sesenta y un (261) referencias sobre el Espíritu Santo es especial y
directamente mencionado. Con la excepción de Filemón, II y III de Juan, el
Espíritu Santo es mencionado en todos los libros del Nuevo Testamento.
El libro
de Los Hechos tiene cincuenta y siete (57) pasajes que se refieren directamente
al tema. Es el libro "especial" de las Escrituras que se refieren al
Espíritu Santo; y se nos dice más acerca del ÉL aquí que en ningún otro libro.
Una de las grandes características de los
pasajes del Nuevo Testamento acerca del Espíritu Santo, es la gran variedad de
nombres con que ÉL es conocido.
D) EL ESPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA.
Fue solamente con el correr del tiempo
que la Iglesia transformó el legado escritural de la verdad concerniente al
Espíritu Santo en una formulación doctrinal y teológica. Muchos de los Padres
de la Iglesia Primitiva y la mayoría de los primeros credos hicieron referencia
al Espíritu Santo, pero por o general la doctrina no fue hecha objeto de
controversia, y por consiguiente no fue desarrollada. El credo
de los Apóstoles que simplemente dice: "Creo en el Espíritu Santo",
data del primer siglo en su compilación original.
Recién en el siglo cuarto (IV) le dio su
forma moderna. Es evidente que las primeras décadas de la Iglesia por lo menos
estaba entregada a la verdad de la existencia y el ser del Espíritu Santo.
Uno de los primeros autores que mencionaron
el Espíritu Santo fue:
Clemente de Alejandría (155-220 D. C. ).
Escribió: "El espíritu Santo es uno y el mismo por todas partes". Él
enseñó que el Espíritu Santo, descendiendo del cielo sobre el hombre, le hacía
capaz de contemplar las cosas divinas.
Tertuliano escribió en el (160-222 D. C.
), sobre el bautismo en aguas, una confesión específica de fe en el Espíritu
Santo es indicada, antes de la inmersión. Tertuliano fue el primer Padre de la
Iglesia que usó el término "trinidad" aplicado en referencia a las
personas de la Deidad, colocando consecuentemente al Espíritu en la misma base
con el Padre y con el Hijo.
En cierta ocasión Tertuliano se refirió al
Espíritu Santo como el "Vicario" de Cristo. Esta palabra significa
"sustituto", pero desde entonces ha sido adoptada por la Iglesia
Romana y es usada para el Papa.
Orígenes (186-253 D. C. ) En una
declaración de las doctrinas de su tiempo dijo: "El Espíritu Santo es
asociado con el Padre y el Hijo en honor y dignidad.
No es claro si fue o no engendrado. Él inspiró a los escritores sagrados".
De otros escritos es evidente que Orígenes adoptó la posición de creer que el
Espíritu Santo es increado. Enseñó que el ministerio del Espíritu Santo era
para otorgar santidad, y que la doctrina del Espíritu emanaba solamente de la
revelación.
Por otro lado no todos los registros
antiguos concuerdan con la ortodoxia.
Los Monarquianos Al comienzo del (segundo)
II siglo, enseñaban que el Espíritu Santo no es distinto del Padre y del Hijo.
Pelagio (360-420 D. C. ) rechazó la
doctrina de la obra creativa del Espíritu en regenerar a los creyentes, y con
esto comenzó una línea de pensamientos que ha llegado a estar representada por
el Unitarianismo y ciertos liberales extremados.
La Escuela
Macedonia Anterior al concilio de Nicea (425 D. C. ) negó la personalidad
y la Deidad del Espíritu.
Hipólito (Siglo III) es responsable de
haber presentado al Espíritu Santo como una mera fuerza
en vez de una persona.
Aún los creyentes ortodoxos no siempre
estaban de acuerdo con la sana doctrina. Las funciones
de la Palabra y el Espíritu eran evidentemente confundidas.
La Homilía de Clemente (95 D. C. ) Menciona
al Espíritu Santo, pero aparentemente adopta la posición de que el Espíritu era
un ser creado. Aun cuando Tertuliano es considerado ortodoxo, también se nota
que él enseñó que el Espíritu Santo era algo material, y que de alguna manera
el Espíritu mejoraba los efectos del bautismo en agua.
En términos generales, la doctrina del Espíritu que nos han dejado los Padres
de la Iglesia es fragmentaria y falta de sistema,
y en el juicio de la mayoría de los eruditos modernos de la Biblia sería
declarada doctrina no-ortodoxa.
En el año 325 D. C. El Concilio de Nicea en
su Credo original solamente declaró: "Creemos también en el Espíritu
Santo". Fue más tarde en el año 381 D. C. Cuando el Concilio de
Constantinopla preparó el Credo de Nicea más conocido, el cual declaró que fe
ortodoxa incluye creer: "En el Espíritu Santo, el Señor y Dador de vida,
quien procede del Padre, quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y
glorificado, quien habló por los Profetas". Es aparente que esta versión
corregida del Credo de Nicea, quiso transmitir la idea de que el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo son seres no creados y que deben ser adorados en conjunto
como un solo Dios.
Sin embargo, fueron necesarios siglos de discusiones antes que finalmente el Credo apareciera con la declaración que completó la intención original del Credo.
Sin embargo, fueron necesarios siglos de discusiones antes que finalmente el Credo apareciera con la declaración que completó la intención original del Credo.
En el siglo anterior al desarrollo
de las controversias de proceso, tuvieron lugar en dos Concilios de la Iglesia:
1 - El Concilio de Alejandría (362 D. C. ).
2 - El Concilio de Constantinopla (381 D.
C. ).
Trataron en parte de la doctrina del
Espíritu santo. La posición ortodoxa que mantenía que el Espíritu era de la
misma sustancia del Padre y el Hijo, fue apoyada. Atanasio (300-373 D. C.)
Durante este período el campeón de la ortodoxia, quién refutó a Arrió en el
Concilio de Nicea, tuvo ocasión de disputa con Macedonio, Obispo de
Constantinopla. Este último mantenía que el Espíritu Santo era un asistente y
sirviente de la Deidad con la posición de un ángel.
Arrió, además de sus ideas confusas
concernientes a la deidad de Cristo, había declarado que el Espíritu Santo era
meramente un ser creado. Contra estos dos opositores, Atanasio fue vencedor.
La controversia de proceso surgió en el
principio del Siglo V (quinto) y fue una disputa en cuanto a la terminología
usada en el Credo de Necea. Se llegó a la conclusión que la palabra latina
"filioque" debiera ser agregada de tal manera que se leyese:
"Quien procede del Padre y del Hijo". (La palabra filioque significa
" y al Hijo").
En el Concilio de Toledo en España
en el año 589 la palabra "filioque" fue oficialmente insertada en el
Credo por los clérigos del occidente (romanos) que estuvieron presentes.
Más de un siglo anterior al Concilio de
Toledo, la Iglesia Oriental había abrazado las enseñanzas de Theodoret,
enseñanzas opuestas a la doctrina del "proceso" del Espíritu del
Hijo. Por lo tanto la acción tomada en el Concilio de Toledo no fue aceptable a
la Iglesia Oriental. El punto de vista de la Iglesia Oriental era que solamente
Cristo podía ser descrito como "Procediendo de" en su encarnación.
Las diferencias suscitadas entre el Oriente y Occidente en relación a la controversia del proceso fueron una de las causas mayores que finalmente produjeron la división entre las Iglesias del Oriente y Occidente en el año 1054 D.C.
Las diferencias suscitadas entre el Oriente y Occidente en relación a la controversia del proceso fueron una de las causas mayores que finalmente produjeron la división entre las Iglesias del Oriente y Occidente en el año 1054 D.C.
Debe ser notado que en conexión con el
Espíritu Santo la expresión "procede" es bíblica: "...el
Espíritu de verdad, el cual procede del Padre.." Juan 15.26. Se mantiene
el hecho de que el Espíritu Santo, eterno y esencialmente procede como un
aspecto específico de la naturaleza divina.
Walvoord dice: "... Proceso tal como
la generación eterna de Cristo no es parte de creación, comienzo de existencia,
o análogo en ninguna manera a las relaciones físicas comunes en la esfera
humana. Por el contrario. "Procede" de la misma naturaleza de la
Deidad, siendo esta necesaria a su existencia. Sin el Espíritu Santo, la Deidad
no sería lo que es".
Por el hecho de que el Espíritu Santo
procede del Padre y del Hijo, no es más inferior, como tampoco lo es Cristo en
Su posición como resultado de la "generación de Cristo".
A través de los siglos desde los tiempos
primitivos hasta el presente, los conceptos pertinentes al Espíritu Santo muy
rara vez han sido enfatizados adecuadamente, pero por lo general entre aquellos
quienes eran verdaderos Cristianos, han sido mantenidos ortodoxamente.
Excepciones a esto incluyen tales
movimientos como los místicos del siglo XVI (16)
quienes eran conocidos por "Luz
Interior" , en los Socinianos del mismo siglo. Sebastián Frank, quien
murió en 1542, del movimiento
Luz Interior, enseño que el Espíritu Santo es una posesión natural del hombre
que le permite alcanzar "vistazos de comprensión" en las Escrituras.
El Socinianismo adoptó la posición de que
el Espíritu Santo es nada más que el poder y la influencia de Dios.
A medida que el antiguo liberalismo
se desarrolló, la persona del Espíritu Santo fue más y más subordinada.
Schleiermacher (1768-1834), enseñó que el Espíritu Santo era una emanación de
Cristo y meramente una fuerza espiritual obrante. Ritschl (1822-1889),
transfirió la persona del Espíritu a un concepto
de un poder impersonal que emanaba de Dios y que moraba en la Iglesia.
El desarrollo final de tal dirección
de pensamiento
trajo como resultado la oscuridad de distinciones, de tal manera que la persona
y el ser del Espíritu Santo se confunde con cualquier buen propósito en el corazón
humano.
El movimiento de Oxford de Inglaterra
en la segunda mitad del siglo XVIII (18), trajo a la escena una disputa
pertinente al sentido del "Soplo Divino" del Espíritu o la
inspiración de las Escrituras.
Este movimiento, naturalmente, se
identificó con la iglesia del liberalismo y rechazó la tradicional inspiración
plenaria de las Escrituras. En los Estados
Unidos de América,
medio siglo más tarde.
Horacio Bushnell (1802-1876) descontaba al Espíritu Santo como agente especial en la salvación del hombre. Además Bushnell mantuvo la idea de que el carácter de una persona era transmitido por la generación natural y que solamente precisaba ser nutrido y animado en vez del nuevo nacimiento.
Horacio Bushnell (1802-1876) descontaba al Espíritu Santo como agente especial en la salvación del hombre. Además Bushnell mantuvo la idea de que el carácter de una persona era transmitido por la generación natural y que solamente precisaba ser nutrido y animado en vez del nuevo nacimiento.
Consecuentemente los maestros de esta
época, decidieron expulsar al Espíritu, tanto de Su ministerio en relación a
las Escrituras, como de Su ministerio en relación al nuevo creyente.
El neo-ortodoxia de hoy da lugar a una
entrega interior y a una experiencia personal que tienen paralelos con una obra
genuina del Espíritu Santo, pero al efectuar una investigación
precisa de las enseñanzas de esta doctrina, la misma es hallada tristemente
fallida.
El concepto neo-ortodoxo del Espíritu Santo
aparenta ser cualquier cosa que uno desee hacerlo; un sentir de convicción, un
sentir de desesperación un sentir de represión propia. No hay una comprensión
genuina de un Espíritu Santo divino y personal quien lleva a cabo una obra
milagrosa en el corazón y la vida del convertido.
La entrega existencial del neo-ortodoxia
aparenta sustituir en lugar de la regeneración milagrosa operada por el
Espíritu, la entronización del "ego" interior.
Finalmente la heterodoxia del neo-ortodoxia
en su doctrina del Espíritu Santo es también evidente en su posición
concerniente al ministerio del Espíritu en inspirar e iluminar las Escrituras.
El punto de vista neo-ortodoxo no está
dispuesto bajo ningún punto de vista a colocar al Espíritu Santo en la posición
que le corresponde: En el centro de la revelación de Dios. El neo-ortodoxia se
contenta con hablar acerca de la Escritura "inspiradora", y considera
que la obra que es hecha por el Espíritu Santo es hecha como una obra subjetiva
en el lector, en vez de un proceso objetivo
que garantiza un libro infalible.
E) LOS TÍTULOS (NOMBRES) DEL ESPÍRITU SANTO
Y SU SIGNIFICADO.
Las Escrituras nos presentan una amplia variedad de designaciones en referencia al Espíritu Santo, muchas de las cuales son vitalmente importantes para la comprensión de Su naturaleza y el desarrollo de Su obra.
EL ESPÍRITU SANTO
Lucas 11.13 - "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?"
Este nombre enfatiza el carácter moral
del Espíritu, pero no significa que el Espíritu es más santo que el Padre o el
Hijo, Este título tiene preferencia a Su carácter oficial.
Él es el autor de Santidad, Este título lo
distingue de todo otro espíritu en el mundo.
A Él ha sido encomendada la obra de
ejecutar santidad divina en todo el universo,
y en el hombre. Este título, Espíritu Santo pone el énfasis, no sobre la
persona, sino sobre el poder, la manifestación y la operación del Espíritu.
Efesios 4.30 - "Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención".
Este título enfatiza el origen divino, el carácter divino y el poder divino del Espíritu. El Espíritu está específicamente relacionado con el Padre, pues procede del Él. Además representa al Padre aquí en la tierra, y es el canal del poder de Dios. Hay once (11) títulos en las Escrituras que prueban Su relación con el Padre: Espíritu de Dios - Espíritu del Señor – Espíritu de nuestro Dios – Su Espíritu – Espíritu de Jehová – Tu Espíritu – Espíritu del Señor nuestro Dios – Espíritu del Padre – Espíritu del Dios viviente – Mi Espíritu – y Espíritu de Él. El Espíritu Santo ha sido prometido por Dios, dado por Él, y enviado de Él, con el fin que Él cumpla la buena voluntad del Padre.
EL ESPÍRITU DE DIOS.
Romanos 8.9 – "... Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".
El Espíritu Santo está muy especialmente
relacionado con el Señor Jesucristo. El imparte la vida de Cristo (Romanos
8.2), Él produce el fruto de Cristo (Filipenses 1.11), Él revela las cosas de
Cristo (Juan 16.16), Él imparte el poder de Cristo (Hechos 1.8 y Juan 14.12) y
Él toma el lugar de Cristo ascendido (Juan 14.16-18). Cinco (5) títulos
relacionan al Espíritu Santo con el Hijo: Espíritu de Cristo - Espíritu de
Cristo Jesús – Espíritu de Jesús – Espíritu de Su Hijo – Espíritu del Señor. El
Espíritu ministra para hacer a Cristo presente en la Iglesia, y para formar a
Cristo en el creyente tan real como Él formó el cuerpo del Jesús humano antes
de Su nacimiento aquí en la tierra.
EL ESPÍRITU DE CRISTO.
EL CONSOLADOR.
Juan 14.26 - "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho".
"Consolador" es el título dado al
Espíritu Santo en el Evangelio de San Juan capítulo 14.16. La Palabra
"Consolador" viene de la palabra "paracletos" en el idioma
original griego y significa: "Uno llamado al lado de otro para el
propósito de ayudarle". El Espíritu Santo como Paracleto es Aquél que está
listo para proveer: coraje, fuerza, sabiduría, y gracia para toda necesidad. Él
puede suplir todo cuanto un compañero amante puede proveer al corazón humano
anhelante. Él Espíritu Santo como Consolador representa al Señor Jesucristo al
creyente. El Espíritu es dado para que Él sea a los creyentes aquí en la tierra
lo que Cristo sería si Él estuviere presente personalmente.
EL ESPÍRITU DE GRACIA.
Hebreos 10.29 - " ... e hiciere afrenta al Espíritu de Gracia?".
Aún cuando Cristo es el origen y la fuente
de Gracia, el Espíritu Santo es el canal por el cual esta gracia es transmitida
a la humanidad. Hace real en la vida de los creyentes las provisiones potentes
del don de la gracia. La designación del Espíritu Santo por medio de este
título implica que su bondad para con los hombres no depende de la dignidad de
los hombres.
6. EL ESPÍRITU DE GLORIA (GLORIOSO).
1º Pedro 4.14 - "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, por que el glorioso Espíritu de Dios..."
El espíritu Santo se dedica a traer gloria para Dios, e impartir "gloria" en el corazón de los creyentes. "Gloria" lleva en sí la idea de honor y de alabanza adscrita en la adoración.
El Espíritu Santo, al llenar al creyente
con un sentido de lo divino, le mueve a rendir este honor y alabanza.
Juan 16.13 - "Pero cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad..."
Pero cuanto Dios es el autor de la verdad,
Su Espíritu, es el Espíritu de verdad. El Espíritu es aquél que revela la
vedad, un testigo de la verdad, y la personificación de la verdad, opuesto al
espíritu de error. Una prueba bien definida de que el creyente ha sido llenado
del Espíritu es si su vida y mensaje están en armonía con la verdad. Fue Jesús
quien dio este título al Espíritu Santo. Lo usó tres veces. Puede decirse que
el Espíritu Santo manifestó completamente Su palabra como espíritu de verdad al
inspirar a los escritores del Sagrado Libro.
Fue allí donde dio testimonio del Padre y
del Hijo en toda verdad. El error y el engaño están en abierta contradicción
con la naturaleza del Espíritu Santo, y fue por esta causa que Ananías y Safira
perdieron la vida. Hechos 5.1-11.
EL ESPÍRITU DE VERDAD.
EL ESPÍRITU DE VIDA.
Romanos 8.2 - "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".
"Creo en el Espíritu Santo, el Señor,
y Dador de la vida" consta en el antiguo credo, El Espíritu de vida nos
libra de la ley del pecado, nos da vida espiritual y produce en nosotros fruto.
El Espíritu vivifica al hombre muerto en delitos
y pecados, y les imparte nueva vida. En la presencia del Espíritu Santo, la ley
del pecado y de la muerte
que es la herencia
natural de hombre es reemplazada por un torrente de vida divina que fluye
dentro del creyente.
9. EL ESPÍRITU SANTO DE LA PROMESA.
Efesios 1.13 – "En el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".
Es así llamado porque el recibimiento de su
poder y de su gracia constituye una de las bendiciones sobresalientes
prometidas en el Antiguo Testamento. Ezequiel 36.27; Joel 2.28.
Él cumple las promesas del Señor en las
vidas de los creyentes y en el corazón del creyente da seguridad
de que todas las promesas del Señor serán cumplidas. El Espíritu Santo está
relacionado con las promesas concernientes al Señor Jesucristo en Su primera y
segunda venida, y también a las promesas de Dios a Cristo durante su venida
aquí en la tierra.
10. EL ESPÍRITU DE ADOPCIÓN.
Romanos 8.15 - "...sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!".
Cuando una persona es salvada, no solamente
se le da el nombre de hijo de Dios, y es adoptado en la familia
divina, sino que también recibe dentro de su alma
la conciencia
de que es participante de la naturaleza divina. El Espíritu Santo que imparte
esa conciencia al creyente de que es hijo de Dios, y es Su presencia en el
creyente la que constituye el impartimiento de la naturaleza divina dentro del
ser del creyente.
El ESPÍRITU DE SABIDURÍA
Éxodo 28.3 – "...a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría..."
Toda la sabiduría verdadera procede del
Espíritu Santo y Él es el autor y el canal de la sabiduría. Véase en Isaías
11.2; Efesios 1.17.
12. EL ESPÍRITU DE ARDIMIENTO (DEVASTACIÓN).
Isaías 4.4 - "Cuando el Señor lave las inmundicias... con espíritu de juicio y con espíritu de devastación (ardimiento)".
La función
de ardimiento del Espíritu enfatiza el ministerio del Espíritu en buscar,
refinar, consumir la escoria, e iluminar. La palabra "ardimiento" se
utiliza en la antigua versión de Cipriano de Valera.
F) LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO Y SU SIGNIFICADO.
Pardington dice: "La palabra SÍMBOLO, viene de dos palabras griegas: SUN, que quiere decir justo; y la palabra BALIO que quiere decir tirado; significando literalmente algo que ha sido tirado junto con otra cosa, uno al lado del otro, el uno para representar y explicar el otro. En otras palabras un símbolo es un emblema material que muestra y descubre una verdad espiritual".
Estos símbolos, son dados por Dios para que
podamos más fácilmente comprender lo que el idioma mismo no puede explicar o
expresar. Son empleados para describir las operaciones
del Espíritu Santo.
1. EL FUEGO. - "... él os bautizará en Espíritu Santo y fuego"
Mateo 3.11.
El fuego calienta, ilumina, purifica, prueba, produce energía, y genera poder. El fuego consume el combustible, y refina o purifica aquello que no puede ser consumido. Espiritualmente, presenta la presencia de Dios en Su capacidad como Juez. En el creyente, el Espíritu Santo, como el poder de Dios, purifica el alma, consume la escoria, e imparte pasión ardiente y gran celo. El Espíritu como fuego ministra calor al corazón y luz a la mente.
2. VIENTO. - "El viento sopla de donde quiere... así es todo aquel que es nacido del Espíritu". Juan 3.8.
El viento simboliza la obra redentora del
Espíritu como misteriosa, invisible, poderosa, penetrante, que da vida,
exhalante y refrescante. Es invisible en su operación e inesperado en sus
consecuencias.
De los originales Hebreo y Griego, la palabra Espíritu puede ser traducida: espíritu, o viento, o aliento. El Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado de Dios. El Espíritu Santo es la atmósfera en la cual el creyente vive.
De los originales Hebreo y Griego, la palabra Espíritu puede ser traducida: espíritu, o viento, o aliento. El Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado de Dios. El Espíritu Santo es la atmósfera en la cual el creyente vive.
Sin la constante renovación y vivificación del Espíritu que imparte vida, el creyente no podría sobrevivir. Véase Ezequiel 37.7-10. Job dijo: "El Espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida". Job 33.4.
3. AGUA. - "Mas el que bebiere del
agua que yo le daré, no tendrá sed jamás".
Juan 4.14.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el orden material. E agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra fructífera. Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es un símbolo muy apropiado de la gracia divina que no solamente limpia el alma sino que le añade belleza. El agua es un elemento indispensable de la vida física: el Espíritu Santo es como un elemento indispensable de la vida espiritual.
"Agua viva" es el agua en
contraste con las aguas estancadas de cisternas o pantanos; es un agua que
salta a borbotones y fluye siempre en comunicación
con la o el material del cual procede.
El creyente tendrá agua viva solamente mientras esté en contacto con su divina fuente, que es Cristo Jesús mismo. El Espíritu limpia de los hábitos pecaminosos, y sirve como fuente que produce ríos de santidad, y se transforma en un río de vida que satisface las demandas del alma, refrescándose y renovándose, para que Su presencia sea bendición al que recibe, y a otros por medio del que recibe.
4. NUBE, LLUVIA Y ROCÍO. Salmo 72.6; Salmo 133.3; Óseas 14.5.
Así como la lluvia o el rocío desciende sobre la tierra árida y seca para refrescarla, de la misma manera el Espíritu Santo desciende sobre el alma del creyente que responde a la voz del Espíritu.
5. SELLO. - "... fuisteis sellados con
el Espíritu Santo de la promesa".
Efesios 1.13.
Véase además Efesios 4.30 y 2ª Corintios 1.22. El sello es puesto sobre una cosa de valor y denota una transacción terminada, como así también algo que es genuino, incambiable y de gran valor.
En los tiempos de la Biblia el sello
demostraba la propiedad,
daba autoridad
y prometía seguridad. Véase Daniel 6.17. En vista de que el contrato
de la redención de Dios bilateral – hecho entre el Dios el Padre y Dios el Hijo
- la función del Espíritu es la de servir como testigo, a fin de que nunca se
dude de la eficiencia
de la misma. Al mismo tiempo, el Espíritu mismo es el sello que Dios el Padre
pone en el corazón del creyente a fin de asegurarle la certeza de una
transacción completa. En todo caso, cuando el Espíritu descansa sobre el
creyente, existe evidencia, indiscutible de que el mismo se ha apropiado de la
validez de la obra consumada en el Calvario.
6. ACEITE. - "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los
pobres..."
Lucas 4.18; Hebreos 1.9
En los tiempos de la Biblia, la unción con aceite era usada primordialmente para limpiar, suavizar y relajar; y para hermosura como subproducto. Muchos de los rituales del Antiguo Testamento requerían el uso del aceite, y en solemne ceremonia de unción de aceite, los reyes, profetas y sacerdotes fueron puestos aparte para su llamamiento divino. El creyente ungido del Nuevo Testamento representa su real sacerdocio, 2ª Pedro 2.9, pues por la virtud de la unción del Espíritu, cada creyente es tanto sacerdote como rey. Como aceite, el Espíritu es visto no solo en la unción sino también en la sustentación (aceite es alimento), proveyendo luz, sanando, y suavizando. Así como fue prohibido imitar el aceite de la unción en el Antiguo Testamento y usarlo para propósitos seculares, de igual manera nadie puede imitar con validez la unción del Espíritu Santo.
7. PALOMA. - "... y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu
De Dios que descendía como paloma, y venía
sobre él"
Mateo 3.16.
El interés del Señor en este suceso es evidente por el hecho que se registra en los cuatro evangelios. Una tradición judía traduce Génesis 1.2. De la siguiente manera: "El Espíritu de Dios como una paloma cobijaba el haz de las aguas". Las características de la paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente, fácilmente contristada o asustada y fiel. El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni fuerza a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones. Cristo instruyó a los creyentes de ser "sencillos como palomas", Mateo 10.16. El tener al Espíritu Santo morando dentro como paloma es saber que uno está en paz con Dios.
Isaías 55.1.
Es un símbolo de alegría, Salmo 104.15; un ingrediente de la adoración, Joel 1.10; y un complemento del pan, Jueces 19.19.
El vino del Espíritu es el estímulo
espiritual Divino que Satanás procura falsificar por medio del estímulo del alcohol.
El vino es aquello que suelta las restricciones e inhibiciones, da denuedo y produce abundancia de palabras. El trabajo del Reino requiere obreros vigorosos, entusiastas y estimulados, para una realización de obra más efectiva. La expresión de los observadores en el día de Pentecostés fue cínica: Hechos 2.13. Fue en el vigor y el estímulo de esta clase de relación con el Espíritu Santo como los apóstoles proclamaron el mensaje del Evangelio en ese día y vieron tres mil almas añadidas a la Iglesia.
9. ARRAS. - "... y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones".
2ª Corintios 1.22.
Las "arras" es la seña de pago de algo que será pagado en su totalidad en un tiempo futuro. Véase Números 13.2325. Las arras obligan a ambas partes a cumplir su parte del contrato.
Cuando Dios da de Su Espíritu Santo al
creyente, ÉL se compromete a mantener para siempre Su provisión para ese
creyente. De igual manera, el creyente al recibir el Espíritu se entrega a sí
mismo a perpetua fe en su Señor. El Espíritu Santo que Dios da en esta vida es
solamente un "arras", pero su otorgamiento es prueba amplia de que
bendiciones inagotables del mismo calibre están disponibles, y que serán
derramadas.
Coro evangélico
ESPÍRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI;
ESPÍRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI;
QUEBRANTARME, TRANSFORMARME, CONSUMAME Y LLÉNAME.
ESPÍRITU DEL TRINO DIOS, VEN SOBRE MI.
CAPÍTULO II
A) PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
El Espíritu Santo tiene un oficio que demanda una personalidad.
Pronombres personales aplicados al Espíritu
Santo.
El Espíritu Santo es identificado con otras
personalidades.
Hechos personales adscritos al Espíritu
Santo.
El Espíritu Santo es susceptible al
tratamiento personal.
B) LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
Nombres divinos dados al Espíritu Santo.
El Espíritu Santo posee atributos divinos.
El Espíritu Santo hace hechos y obras
divinas.
El Espíritu Santo está relacionado con el
Padre y con el Hijo.
La Escritura interpreta al Espíritu Santo
ser Dios.
LA PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
La personalidad del Espíritu Santo es uno de los aspectos más descuidados. Aún creyentes responsables se refieren al Espíritu Santo como "eso" o como "algo" en vez de considerarlo como ÉL, y en muchos casos no existe el concepto de la posibilidad de una relación personal entre el Espíritu y el creyente. Él debe ser distinguido de una mera influencia, emanación o manifestación.
El Dr. R. A. Torrey dice: "Es de suma importancia que nosotros decidamos si el Espíritu Santo es solamente algo misterioso y un poder maravilloso que nosotros en nuestra debilidad e ignorancia podamos de alguna manera alcanzar y usar, o si el Espíritu Santo es una persona, infinitamente sabia, infinitamente santa, e infinitamente tierna, QUIEN va a tomar posesión de nosotros y usarnos".
E el desarrollo de la historia, la iglesia
declaró como herejía las enseñanzas de los Arrianos, Sabelianos y Socinios,
quienes o bien rechazaron o ignoraron la
personalidad del Espíritu Santo.
Cada uno de estos grupos trató de adherirse a la idea que el Espíritu Santo es meramente la energía que eternamente procede de Dios.
Esta posición ha caracterizado al
movimiento Unitario moderno.
Cambrón dice: "El nombre personal del
Espíritu Santo es desconocido. Se le designa con el título "Espíritu
Santo", lo que Él es; este no es su nombre. El silencio de las Escrituras
en relación a su nombre es muy significativo. Retiene Su propio nombre para que
el nombre del Señor Jesucristo sea exaltado".
"Personalidad" no es el cuerpo físico compuesto de ojos, manos, pies, oídos, etc. La verdadera "persona" es el espíritu dentro del cuerpo. El Espíritu Santo es una persona; pero Él es un Espíritu que no posee un cuerpo físico. No es necesario que el Espíritu Santo tenga un cuerpo físico como nosotros para ser una Persona. Los elementos esenciales de la personalidad son cuatro:
Intelecto – Poder de pensamiento. 1ª
Corintios 2.10-13; Juan 14.26.
Sensibilidad – Poder de sentir las cosas.
Romanos 15.30.
Voluntad – Poder de hacer a nuestro deseo.
1ª Corintios 12.11.
Conciencia moral – Conocer el bien y el
mal. Juan 16.9; Juan 16.13.
1. EL ESPÍRITU SANTO TIENE UN OFICIO QUE DEMANDA UNA PERSONALIDAD.
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre..." Juan 14.16,17.
Fue Cristo mismo quien designo el oficio básico principal del Espíritu Santo: CONSOLADOR. Otros oficios incluyen el de: Autor, 2ª Timoteo 3.16; Maestro y guía, Juan 14.26; Testigo de Cristo, Juan 15.26; y el de Creador, Salmo 104.30.
En las Escrituras, solamente el Señor Jesús usó la palabra CONSOLADOR para describir el oficio del Espíritu Santo. Implicó con esto que el Espíritu Santo habría de ser para los creyentes, lo que Él había sido para sus discípulos aquí en la tierra.
La palabra CONSOLADOR significa: instructor, guía, abogado, uno que comparte, uno que da consejo, gobernador, asistente ayudante o cuidador. Es además, la palabra "Paracleto".
Ciertamente, ninguno de estos oficios puede
ser efectuado por una "mera influencia" impersonal.
El Señor Jesús prefirió hablar acerca del Espíritu Santo como el CONSOLADOR , pues esta palabra permite el uso de un pronombre personal masculino. Juan 16.7 y 14. En el capítulo 16 de San Juan el pronombre personal masculino "ekeinos" es usado dos veces en referencia al Espíritu Santo. Una sana base teológica ha sido usada al traducir Romanos 8.16 y 26 con la expresión "El Espíritu mismo".
PRONOMBRES PERSONALES APLICADOS AL ESPÍRITU SANTO.
EL ESPÍRITU SANTO ES IDENTIFICADO CON OTRAS PERSONALIDADES.
El hecho que el Espíritu Santo es la tercera persona de la santa trinidad es prueba notable de Su personalidad. Esto se ve en la fórmula de bautismo y en las bendiciones de la Biblia.
Mateo 28.19 y 2ª Corintios 13.14.
El Espíritu se identifica con los creyentes al hacer decisiones personales. Hechos 15.28. Aún cuando el Espíritu es un Canal de Poder, sin embargo no es meramente un poder mecánico ni inanimado. Las Escrituras hacen una distinción entre el Espíritu y Su poder. Hechos 10.38 y 1ª Corintios 2.4.
En la manera de obrar, el Espíritu Santo y
nuestro Señor son uno. Si el Padre es una persona, también lo es el Espíritu.
2ª Corintios 3.17.
HECHOS PERSONALES ADSCRITOS AL ESPÍRITU SANTO.
a) "todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios". 1ª Corintios 2.10.
b) El Espíritu Santo habla. Hechos 13.2,
21.11, 1ª Timoteo 4.1.
c) El Espíritu Santo intercede por
nosotros. Romanos 8.26.
d) El Espíritu Santo nos enseña. Juan
14.26, Nehemías 9.20.
e) El Espíritu Santo nos guía. Hechos 16.6,
Romanos 8.14.
f) El Espíritu Santo testifica. Juan 15.26.
g) El Espíritu Santo participa o tiene
comunión. 2ª Corintios 13..13.
h) El Espíritu Santo obra milagros. Hechos
10.38.
i) El Espíritu Santo llama y pone en
puesto. Hechos 20.28.
Estos pasajes muestran operaciones personales del Espíritu, tales como: Su hablar, Su dirigir y guiar, Su retener y dar convicción, y todo esto solo puede ser adscrito a una persona.
Tales características exceden la actividad
de una mera influencia o emanación. Todos aquellos que aceptan la inspiración y
veracidad de las escrituras deben sentirse convencidos con el hecho de Su
personalidad revelada por medio de Sus acciones.
El Espíritu Santo puede ser afectado por las acciones de personas de igual manera que cualquier otra persona puede ser afectada pues:
El Espíritu Santo es contristado. Efesios 4.30.
El Espíritu Santo es enojado. Isaías 63.10.
El Espíritu Santo es resistido. Hechos
7.51.
Es posible rebelarse contra el Espíritu
Santo. Isaías 63.10.
El Espíritu Santo es mentido. Hechos 5.3.
El Espíritu Santo es afrentado. Hebreos
10.29.
El Espíritu Santo es blasfemado. Mateo
12.31-32.
El Espíritu Santo puede ser apagado. 1ª
Tesalonicenses 5.19.
EL ESPÍRITU SANTO ES SUSCEPTIBLE AL TRATAMIENTO PERSONAL.
El Espíritu Santo en sí mismo es una persona divina, distinta, viviente, poderosa e inteligente. Él está vital íntimamente relacionado con el Padre y el Hijo. Por cierto que Él no es meramente una bendición, o sentimiento, influencia o la mera refulgencia procedente de Dios el Padre, así como se exhala el aliento del cuerpo. En la época del Antiguo Testamento, Él reveló al Padre; en tiempos del Nuevo Testamento fue por medio de Él que Cristo fue concebido, y es por medio de Él hoy día que todo convertido recibe vida espiritual que no debe ser restringida o medida por ningún "recipiente" humano en el cual Él mora.
Se ha dicho: "Cristo es el abogado para con el Padre por nosotros, mientras que el Espíritu Santo es nuestro Abogado del Padre con nosotros". Él esta presente para usar al creyente como canal divino, y de llevar a cabo la obra del Reino sobre la tierra. Como persona, Él es bondadoso y sabio, y digno de la confianza y rendición total del creyente.
Sanders dice: "Si Él fuera meramente
una influencia, nuestro blanco constante sería: ¿Cómo puedo obtener más de esta
influencia? Pero si Él es una Persona Divina, nuestra actitud
consistente será: ¿Cómo puede él tener más de mí?".
El Espíritu Santo hoy día busca ser para los creyentes lo que Cristo fue para sus discípulos, cuando anduvo sobre la tierra, los creyentes pueden disfrutar la comunión del Espíritu, y en el proceso, humillarse, a fin de que vivan bajo Su control. Es particularmente en virtud del hecho de que el Espíritu mismo es una persona, que en el proceso de relacionarse con los creyentes, les es posible hacer real la persona del Señor Jesucristo. Siendo ÉL mismo una persona le es posible hacer partícipe al creyente la persona de Cristo.
LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
Como resultado de las disputas teológicas del siglo IV (cuarto) y V (quinto) se llegó a la afirmación de la deidad del Espíritu Santo en el Concilio de Calcedonia en el año 451 D. C.
En su existencia esencial, el Espíritu
Santo no difiere de Dios el Padre y Dios el Hijo. Con ellos Él es coigual y
coeterno. Sus atributos son idénticos con los del Padre y el Hijo, visto que en
esencia ambos son deidad. Es bien válido y correcto decir que el Espíritu Santo
es Dios.
Las Escrituras nombran a Dios o al Señor y al Espíritu Santo en el mismo contexto, lo que indica que los nombres son claramente intercambiables. Es así, que el Espíritu es llamado Dios y Señor. Hechos 5.3-4; 1ª Corintios 12.4-6; 1ª Corintios 3.16; 2ª Corintios 3.17.
NOMBRES DIVINOS DADOS AL ESPÍRITU SANTO
EL ESPÍRITU SANTO POSEE ATRIBUTOS DIVINOS.
Cuatro de los atributos de la deidad son adscritos al Espíritu Santo:
a) Eterno Hebreos 9.14
b) Omnipresente (en todo lugar) Salmo
139.7-10.
c) Omnisciente (Sabe y conoce todo) Juan
14.26 y 16.13.
d) Omnipotente (todo poder) Lucas 1.35.
La vida de existencia propia poseída por el Espíritu Santo le caracteriza definitivamente como Divino, Romanos 8.2.
3. EL ESPÍRITU SANTO HACE HECHOS Y OBRAS DIVINAS.
Muchas cosas llevadas a cabo por el Espíritu Santo, solamente pueden se hechas por un ser divino: crea, levanta a los muertos e impartir vida, regenerar, dar convicción, y echar fuera demonios.
El Espíritu Santo es descrito en las Escrituras como el ejecutor del plan divino; Él es el agente activo y el poder de la deidad. Job 26.13; Romanos 8.11; Juan 3.5-7; Juan 16.8; Mateo 12.28.
El Espíritu Santo es el principio fundamental de vida activa en todo el universo. Adán vivió porque el Espíritu Santo "Sopló aliento de vida", Génesis 2.7; y todo organismo viviente desde este día, depende de él. Job 33.4. El Espíritu Santo como principio de vida fue responsable de la concepción del Señor Jesús. Y como "Señor y dador de vida" pudo levantar a Jesús de entre los muertos transformándolo en las primicias de los que durmieron.
La inspiración de las Escrituras y el origen de la profecía divina son obras del Espíritu Santo en su deidad. 2ª Pedro 1.21. Todo esto ciertamente establece el hecho de la deidad del bendito Espíritu Santo.
4. EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ RELACIONADO CON EL PADRE Y CON EL HIJO.
La Escritura identifica explícitamente al Espíritu Santo como un miembro de la deidad:
a) En el bautismo de Jesús Mateo 3.13-17.
b) en el mandato apostólico Mateo 28.19.
c) En la fórmula de bautismo Mateo 28.19.
d) En la administración
de la Iglesia Efesios 4.4-8 y 1ª Corintios 12.4-6.
Aquí le vemos sobre la misma base de igualdad con el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo existe como el poder y la virtud de Dios, y Él es el medio por el cual Dios mismo se transmite y se comunica al hombre. La salvación del creyente es llevada a cabo como un esfuerzo cooperativo por la Trinidad co-igual y coeterna. Padre, Hijo y Espíritu Santo son personalidades separadas, pero cada uno representando la totalidad de la esencia divina, y por lo tanto disfrutando relaciones el uno con el otro, y aplicando pronombres personales el uno al otro. Cómo puede el Espíritu Santo ser uno con Dios y el Hijo, y al mismo tiempo distinto de Dios y el Hijo, constituye una parte del misterio de la trinidad.
5. LA ESCRITURA INTERPRETA AL ESPÍRITU SANTO SER DIOS.
En varias ocasiones, el Nuevo Testamento, al referirse al Antiguo Testamento, adscribe al Espíritu Santo obras o puntos de vista, que en el momento original fueron atribuidos a Dios o al Señor. Compárese Isaías 6.8 con Hechos 28.25; con Hebreos 3.7-9 y Jeremías 31.33 con Hebreos 10.15,16. El Espíritu Santo es Dios, y por lo tanto Él es el agente y ejecutor de los propósitos divinos. El Espíritu de Dios mismo comunicándose al hombre, de igual manera que el Hijo es Dios manifestándose a sí mismo al hombre. Las características del Espíritu Santo son tales que lo que es conocido de Él, no puede ser predicado en ningún otro que no fuera Dios mismo. Experimentalmente el creyente en quien Dios el Espíritu Santo opera, dará gustosamente testimonio de la realidad de la deidad del Espíritu operando en él.
En la experiencia del creyente, hay un solo Espíritu divino, el Espíritu Santo, y Él es al mismo tiempo el Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo.
CAPÍTULO III
La obra del Espíritu Santo en el Universo físico.
La obra del Espíritu Santo en el hombre no
regenerado.
La obra del Espíritu Santo en el Antiguo
Testamento.
La obra del Espíritu Santo en el Señor
Jesucristo.
La obra del Espíritu Santo en la Iglesia.
La obra del Espíritu Santo en el creyente.
Es bien claro en las Escrituras que el Espíritu Santo fue agente en la creación original.
Génesis 1.2; Salmo 33.6; Job 33.4; Job
26.13. Y la función especial del Espíritu Santo parece haber sido la de dar
orden y organización
a lo que estaba siendo creado.
La Escritura introduce al Espíritu Santo en el segundo versículo de la Biblia para hacer evidente su asociación con la obra creativa divina. El Espíritu Santo además es el principio básico de vida en todo el universo físico. No solo en la vida de las plantas y en la vida animal, pero también en la vida humana.
Desde la época de la creación original hasta el presente, el Espíritu ha sostenido el universo físico. Salmo 104.30.
WALVOORD dice: "La creación ha sido ordenada por Dios en tal manera, que en cierta medida se sostiene a sí misma; pues la vida de las plantas y de los animales se perpetúan a sí mismas. Sin embargo, detrás de todo este fenómeno maravilloso está la obra del Espíritu Santo, sosteniendo, dirigiendo y renovando".
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL UNIVERSO FÍSICO.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL HOMBRE NO REGENERADO.
El Espíritu Santo constantemente busca de guiar a todos los hombres a buscar y a conocer a Dios. Sus esfuerzos son resistidos por el hombre carnal y por el Adversario. Véase Juan 14.17 y 1ª Corintios 2.14.
El espíritu Santo obra sobre la persona no regenerada desde afuera; ÉL no mora el inconverso.
La obra básica del Espíritu para con el no
regenerado es la de CONVICCIÓN. ÉL ministra para proveer un "sentido de
maldad – pecado" a fin de que el hombre se sienta impelido a apropiarse de
la justicia
de Cristo Jesús.
Hay un triple aspecto de la obra de convicción de pecado:
Descubrir el pecado.
Denunciar el pecado.
Pronunciar juicio sobre el pecado.
Consecuentemente es solamente por medio del ministerio del Espíritu Santo que el pecador se convierte, y nunca por el mero esfuerzo o argumento humano. Y como "Fiscal" divino, el Espíritu Santo obra personalmente en las vidas de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en San Juan 16.7-11, donde tres aspectos son claramente enseñados:
El pecado de incredulidad. Versículo 9.
La justicia de Cristo. Versículo 10.
El juicio de Satanás. Versículo 11.
El Espíritu Santo hace efectiva la predicación del Evangelio y el llamado a la penitencia.
Una buena parte del ministerio del Espíritu
Santo consiste en Su testimonio de Cristo a través de las vidas de los
creyentes en los cuales ÉL mora.
El Dr. Torrey dijo: "El Espíritu Santo no tiene otro medio de alcanzar a los inconversos excepto por medio de nosotros que ya somos salvos". Nótese la declaración de Pedro en Hechos 5.30,32.
C) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Cristo en Juan 14.17, al decir "el Espíritu mora con vosotros, y estará en vosotros", hizo notar el contraste entre el creyente del Antiguo Testamento y el creyente del Nuevo Testamento en su relación con el Espíritu Santo. Las Escrituras en el A. T. indican lo siguiente:
1. El Espíritu vino sobre él Números 24.2;
Jueces 11.29.
2. Llenado del Espíritu Éxodo 31.3; Miqueas
3.8.
3. Posó sobre ellos el Espíritu Números
11.25-26.
Cambrón dice acerca de la era del Antiguo Testamento:
El Espíritu Santo los llenó pero nunca hizo morada con ellos.
"Ningún creyente del Antiguo
Testamento fue bautizado con el Espíritu Santo. El bautismo inicial vino el día
de Pentecostés, cincuenta días después que Cristo resucitó".
Véase Salmo 51.11; Éxodo 31.3,4.; Jueces
13.24,25; 2ª Pedro 1.21.
Puede ser dicho que en la era del Antiguo Testamento las operaciones del Espíritu Santo estaban bajo la voluntad soberana de Dios.
Turner clasifica el ministerio del Espíritu Santo en el A. T. En cuatro:
Números 11.15,17; 1ª Samuel 10.6,10.
Políticamente, como con Moisés o Saúl para
dar poder e investidura.
al avivamiento nacional. Jueces 6.34.
Moralmente, como con Gedeón para prepararlo
para guiar al pueblo
Físicamente, como con Sansón dándole
fuerza, o como con Ezequiel dándole energía. Jueces 14.6 y Ezequiel 2.2.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
Intelectualmente, como con Bezaleel y sus ayudantes, dándoles capacidad para construir el tabernáculo. Éxodo 31.2,3; 35.31,35.
Toda la vida de Cristo aquí en la tierra
fue consistentemente identificada con el Espíritu Santo.
Notemos lo siguiente:
Notemos lo siguiente:
1. Su nacimiento Lucas 1.34,35.
2. Su bautismo en agua. Juan 1.32; Mateo
3.16.
3. Su tentación Mateo 4.1; Marcos 1.12;
Lucas 4.1,2.
4. Su ministerio Lucas 4.14; 4.17,21;
Isaías 61.1,2; 11.1,2.
5. Su muerte Hebreos 9.14; Lucas 9.30,31;
Juan 2.19; Mateo 16.21.
6. Su resurrección Romanos 1.4; 8.11; 1ª
Pedro 3.18; Juan .1,3.
7. Su ascensión Juan 1.33; Juan 16.7;
Hechos 2.33.
En nuestra era podemos decir que el Espíritu Santo no obra en el Señor Jesucristo sino que obra por Él. Consecuentemente, el Espíritu Santo ministra para revelar a Cristo al creyente y para reproducir en Él la vida de Cristo.
E) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA.
La Iglesia debe su origen y existencia misma al Espíritu Santo.
El día de Pentecostés el principio de vida fue impartido a la Iglesia, y mientras que la Iglesia exista aquí en la tierra, ese mismo Espíritu Santo continuará morando en la Iglesia y dándole la vida tan especial.
Hay un sentido en el cual el Espíritu Santo es "Encarnado" en la iglesia, así como la segunda persona de la Trinidad fue encarnada en la humanidad de Jesús. El Espíritu Santo es aquél por medio de quien el Señor Jesucristo se hace presente en Su Iglesia. El don del Espíritu Santo el día de Pentecostés es inseparable de la obra del Hijo sobre el Calvario.
El Espíritu Santo opera para edificar la Iglesia. Efesios 2.22.
Fusiona a los creyentes que constituyen la iglesia. 1ª Corintios 2.13. y por morar en todos los creyentes, el Espíritu provee unidad para la Iglesia. 1ª Corintios 3.16; Efesios 4.3.
Es la presencia del Espíritu Santo morando
en los creyentes e impartiendo la vida de Cristo que determina el hecho que la
Iglesia es un organismo y no una organización.
Una de las contribuciones importantes del Espíritu Santo a la Iglesia es constituida por el hecho que ha dado y confirma la Palabra escrita. Por medio de una intuición directa en el corazón del creyente el Espíritu Santo constituye una declaración de que Dios es el Autor de las Escrituras.
Todos los negocios y el programa de la Iglesia en la tierra deben estar bajo la dirección y la guía del Espíritu Santo. Hechos 20.28; 15.28. La Iglesia progresa en la medida que el Espíritu Santo es permitido de ser el líder.
La unidad de la Iglesia es obra del
Espíritu Santo. Efesios 4.3. No es el deseo del Espíritu Santo de proveer
uniformidad, pero sí unidad con diversidad. Es unidad espiritual, no unión
organizacional.
LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CREYENTE.
El Espíritu Santo se constituye en el poder y la capacitación para el creyente, para toda operación y función espiritual. Para que un creyente pueda ser espiritual, se requiere la presencia y el ministerio del Espíritu Santo. Su ministerio es interno, tocando profundamente el ser en quien obra. El creyente no debe estar satisfecho con tener una "teología" del Espíritu Santo; debe tener un sentir viviente de
Su presencia y poder. El Espíritu Santo:
1. Regenera. Juan 3.5 – Tito 3.5 – Juan 3.6.
2. Da seguridad Romanos 8.16 – Efesios
4.30.
3. Mora en el creyente Romanos 8.9 – Juan
14.17 –1ª Corintios 3.16,17
1ª Corintios 6.19 – 2ª Corintios 13.5
4. Santifica Gálatas 5.22,23 – 1ª Pedro 1.2
5. da fortaleza 1ª Tesalonicenses 1.5 –
Efesios 3.16.
6. Guía y dirige Romanos 8.14 – Juan 16.13
- Juan 14.26.
7. Ayuda al creyente en la adoración y en
la oración. 1ª Corintios 14.15 –
Efesios 6.18 – Romanos 8.26.
8. Vivifica Romanos 8.11.
9. Adopta Romanos 8.15,16.
10. Tiene comunión Filipenses 2.1 – 2ª
Corintios 13.14.
11. Unge. 1ª Juan 2.20,27.
12. Sella. 2ª Corintios 1.22 – Efesios
1.13.
CAPÍTULO IV
La naturaleza del Bautismo del Espíritu.
Fondo histórico de la doctrina del Bautismo
del Espíritu.
El propósito del Bautismo del Espíritu.
El proceso (Secuencias posibles) de recibir
el Bautismo del Espíritu.
La evidencia del Bautismo del Espíritu.
Los resultados del Bautismo del Espíritu.
El Bautismo del Espíritu y la terminología
del Nuevo Testamento.
El Bautismo Pentecostal distinto a la
conversión.
Bautismo del Espíritu y Santificación.
Bautismo del Espíritu y plenitud día por
día.
La palabra "Bautismo" siempre implica el ser completamente cubierto, y cuando la idea es relacionada con el Espíritu Santo implica la saturación completa del ser interior por la Tercera Persona de la Deidad. Este bautismo es una comunicación directa entre Dios y el hombre, y también debe ser un estado de completa rendición.
Aún la lengua funciona de acuerdo al control del Espíritu. Santiago 3.8 - Hechos 2.4.
La experiencia de recibir el bautismo del
Espíritu Santo es el último paso en el proceso de modificar la carne y de
rendirse al Espíritu. Romanos 8.13.
Frecuentemente, aún cuando no necesariamente el bautismo del Espíritu Santo produce como resultado una "sacudida emocional intensa" en el creyente, que llena el alma de éxtasis celestial.
La persona que recibe el bautismo del
Espíritu Santo, es inundado con gloria divina que electrifica su naturaleza. Un
Pentecostés personal puede ser descrito como "un nuevo descubrimiento del
Señor Jesucristo viviente, hecho cuando Dios, el Espíritu Santo comienza su
morada en el creyente". Debe ser por lo tanto recordado que las relaciones
de la persona, ya sean tenues o intensas, son las relaciones de la carne y no
son manifestaciones del Espíritu. Es obvio que los ciento veinte (120) en el
aposento alto fueron movidos profundamente, pues dijeron de ellos: "Están
llenos de mosto". Hechos 2.13.
La experiencia del bautismo del Espíritu Santo libra al que busca de sí mismo y lo identifica con la Deidad. Por primera vez, el creyente es sometido a la operación sin límites de lo divino; un pequeño "gusto" de lo que un día será amplio. 2ª Corintios 1.22. y la Escritura hace claro el hecho que la porción que recibe el creyente es solamente las arras de lo que disfrutaremos. Efesios 1.13, 14.
Loa teólogos evangélicos no están de
acuerdo con la posición Pentecostal, sin embargo tienen su propia posición bien
definida en relación a la plenitud del Espíritu.
Talbot dice: "Tiene más del Espíritu el hombre que ha sido llenado del Espíritu, que aquél que no ha sido llenado? No, por el contrario, el Espíritu tiene más de algunos creyentes que de otros".
Cambrón dice: "Sería mejor decir ser
‘controlado’ por el Espíritu, en vez de decir ‘llenado’ por el Espíritu".
La verdad básica es que: "NO ES CUANTO DEL ESPÍRITU UNO TIENE, SINO
CUÁNTO DE UNO TIENE EL ESPÍRITU". Es evidente que para ser lleno del Espíritu, no hay lugar para el ego.
CUÁNTO DE UNO TIENE EL ESPÍRITU". Es evidente que para ser lleno del Espíritu, no hay lugar para el ego.
LA NATURALEZA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
FONDO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue declarado como el cumplimiento específico de Joel 2.18,19, profecía que prometió la experiencia a todas las personas de diferentes clases. Isaías 28.11; 1ª Corintios 14.22.
Juan el Bautista incluyó la predicción del bautismo del Espíritu, como aspecto del ministerio del Mesías que habría de venir. Lucas 3.16; Juan 1.33. Durante su ministerio terrenal nuestro Señor se refirió al cumplimiento de la profecía de Joel. Los Evangelios registran ocho predicciones hechas por Cristo de un derramamiento Pentecostal.
El Pentecostés original validó la obra de Cristo, y constituyó un acontecimiento dispensacional al venir a la tierra para morar en Su Iglesia, el Espíritu Santo, el administrador
Divino, véase también Juan 14.16; Marcos
16.17; Juan 16.7; Hechos 1.5; Juan 7.37-39, Juan 14.26; Juan 15.26; Lucas
11.13; Lucas 24.49.
La fiesta de Pentecostés en el Antiguo Testamento tomó lugar cincuenta (50) días después de la Pascua. Representaba el comienzo de la cosecha. Simbólicamente, el derramamiento inicial del Espíritu en el día de Pentecostés fue el comienzo de la cosecha del Evangelio. Los 120 tuvieron que esperar, no porque no estuviesen listos para recibir, sino que Dios no estaba listo para derramar su Espíritu. Sin embargo, esos días de espera produjeron, sin lugar a dudas, una medida de sumisión y rendición y rendición sí mismos. Desde ese día, el esperar no es descrito. Véase Hechos 10.44.
Aun cuando el Espíritu de Dios había obrado
anteriormente en la tierra, El no había establecido su morada permanente en los
corazones de creyentes para constituirlos en Iglesia. El derramamiento del
Espíritu significaba que el Mesías había completado su obra redentora y había
ascendido a la gloria.
El pentecostal original fue un tiempo llamativo fenomenal de carácter sobre natural. El público no fue atraído por debate teológico, sino por el milagro de las lenguas, y de las lenguas de fuego y aun el impacto hecho sobre el edificio donde estaban congregados, como si Dios dijera al mundo que el derramamiento Pentecostal no era un incidente trivial.
Una experiencia similar al modelo de Los Hechos 2 continuó siendo normal en la Iglesia del Nuevo Testamento. Hay un total de cinco casos en el libro de los Hechos que describen un derramamiento Pentecostal similar en clases y manifestación al caso original del día de Pentecostés. El último caso registrado en la Biblia está en Hechos 19, y esto tomó lugar unos veinte y uno años después del derramamiento original. El modelo Pentecostal parece haber sido bien autenticado y establecido.
Testimonios de experiencias Pentecostales
en la Iglesia Primitiva, datan de la fecha de los primeros escritos de los
padres durante el II y III siglo:
Ireneo (130-202) escribió: "Llamamos personas ‘perfectas’ aquellas que han recibido el Espíritu de Dios, y quienes por medio del Espíritu de Dios hablan lenguas".
Clemente de Alejandría - Hacía mención de
"un derramamiento total del Espíritu Santo".
Tertuliano – Durante la misma época hizo
mención de la continua manifestación de los dones del Espíritu.
Crisóstomo (347-407) declaró: "Todo aquel que era bautizado en tiempos apostólicos, inmediatamente habló en lenguas; de inmediato recibieron el Espíritu".
San Agustín (354-430) escribió:
"Todavía hacemos lo que los Apóstoles hicieron cuando les impusieron las
manos a los Samaritanos y pidieron el descenso del Espíritu sobre ellos.
Esperamos que los convertidos hablen en nuevas lenguas".
A medida que se fue desarrollando la Iglesia Romana, el aspecto fenomenal del bautismo en el Espíritu Santo gradualmente se transformó en un ritual. Al llegar al fin del siglo V (5), la practica general era que se constituía una pequeña sala detrás del altar, y era usado como el lugar donde recibir el Espíritu Santo. Luego de ser bautizado en agua, el candidato pasaba a la sala de oración, y allí el obispo el imponía las manos y era ungido con aceite. El obispo pedía a Dios que enviase el Espíritu Santo, pero también gradualmente con el correr del tiempo, no se esperaba ninguna manifestación. Consecuentemente, hoy día, la ceremonia de la confirmación es el resultado, y la Iglesia Romana mantiene que en el momento de ese rito el candidato recibe el bautismo en el Espíritu Santo. No se hace mención del hablar en lenguas.
A través de los tiempos la historia nos preserva el registro de la manifestación Pentecostal, no solamente entre el pueblo evangélico pero también entre los miembros de la Iglesia Romana, Monjes del siglo XIII (13) practicaban en hablar en lenguas.
San Vicente Ferrer (1350-1419) tenía el don
de lenguas.
Francisco Xavier (1506-1552) misionero en
la China,
según la Enciclopedia Católica hablaba en lenguas.
Sour En su Historia de la Iglesia Cristiana (volumen 3, página 406) dice: "El Doctor Martín Lutero fue un profeta, evangelista, hablador en lenguas e intérprete en una persona, investido con todos los dones del Espíritu Santo".
Tomás Walsh – Ayudante de Juan Wesley, escribió en su libro diario el 8 de marzo de 1750.
"Esta mañana el Señor me dio un lenguaje
que yo no conocía, elevando mi alma hacia ÉL en una manera maravillosa".
R. Boyd – En su libro Pruebas y Triunfos de Fe (1875), escribió acerca de los avivamientos de D.L. Moody en Inglaterra: "Cuando llegue a los cuartos de los jóvenes de la Asociación Cristiana de jóvenes, la reunión encendida por el fuego celestial, los jóvenes estaban hablando en lenguas y profetizando. ¿Qué significaba esto? Simplemente que el hermano Moody les había estado hablando durante la tarde".
F.B. Meyer – Cuando visitó Estonia encontró a congregaciones de bautistas en las cuales escribió a Londres: "Dios está renovando entre esta gente aquellas maravillosas manifestaciones que fueron evidentes durante la primera predicación del Evangelio. El don de lenguas se oye a menudo en las reuniones. Cuando estos mensajes son interpretados significan lo siguiente: JESÚS VIENE PRONTO OTRA VEZ; JESÚS ESTA CERCA; ESTEMOS LISTOS".
Carlos G. Finney y D. L. Moody – Estos Evangelistas dieron testimonio de experiencias espirituales que eran positivamente Pentecostales en su naturaleza y en sus resultados.
Al comienzo del presente siglo, en el día de Año Nuevo de 1901, el Espíritu Santo descendió en forma Pentecostal sobre un grupo de estudiantes en un pequeño Instituto Bíblico en la ciudad de Kansas en los Estados Unidos. Este derramamiento fue precedido por estudios minuciosos de las Escrituras, y los alumnos habían llegado a la conclusión de que la evidencia del bautismo en el Bautismo del Espíritu Santo era hablar en nuevas lenguas. De allí se esparció en Texas y a California, donde el año 1906 tomó lugar un gran derramamiento que a continuado a todas partes del mundo en lo que va del siglo XX.
El Espíritu Santo del punto de vista Pentecostal (página 2)
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C) EL PROPÓSITO DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
El momento del bautismo del Espíritu Santo constituye la experiencia inicial del creyente en rendirse incondicionalmente al Espíritu de Dios. En algunos casos, después de prolongados esfuerzos, el creyente aprende a rendirse. La rendición es la llave del éxito para todo crecimiento espiritual, por cuanto es la rendición total que produce la fe que se apropia de aquello que Dios provee.
El bautismo en el Espíritu Santo no es un blanco en sí, sino una puerta de acceso. Es el deseo de Dios que así como el creyente descubre el calibre de rendición necesaria para apropiarse de las bendiciones divinas, de igual manera luego ande en la luz de ese descubrimiento. El bautismo en el Espíritu Santo no es algo alcanzado una vez y para siempre que establece al creyente en una nueva posición ante Dios. Es una experiencia dada para enseñar el método y grado de rendición al cual Dios responde. Se ha llegado más plenamente a la meta del propósito de esta experiencia cuando el creyente después mantiene ante Dios una nueva medida de sumisión devota; cuando en su andar diario se esfuerza en rendirse aún más completamente y más a menudo sin reservas a Dios.
L. Pethrus – Ha escrito: "El bautismo en el Espíritu Santo está tan íntimamente relacionado con nuestra voluntad que si ésta no está estregada a El, habrá continuamente lucha y contención".
El bautismo en el Espíritu santo abre la
puerta a los más altos dotes de la vida cristiana. Los Dones del Espíritu, 1ª
Corintios 12.7-11. La manifestación del Fruto del Espíritu,
Gálatas 5.22,23
Estos son alcanzados por el creyente solo en la medida que la presencia y control del Espíritu en su vida, y traen como resultado una medida mayor de la morada y del control genuino del Espíritu, que es la verdadera espiritualidad.
El bautismo en el Espíritu Santo es verdaderamente una inmersión del espíritu humano dentro del divino, de tal manera que lo humano está verdaderamente preparado para su ministerio de exaltar al Señor Jesucristo. La vida espiritual comienza al pie de la Cruz; el servicio espiritual comienza con Pentecostés . En todo momento, el creyente bautizado en el Espíritu es desafiado de mantener su rendición a fin de que el Espíritu pueda mantener su control.
Casi la totalidad de los creyentes en el mundo están de acuerdo en dos cosas:
Que los creyentes debieran recibir el
bautismo del Espíritu Santo.
Que Dios está dispuesto a dar el don.
EL PROCESO (SECUENCIAS POSIBLES) DE RECIBIR EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
El Dr. R. A. Torrey escribió: "Estamos abundantemente seguros en decir que cada hijo de Dios está bajo la más solemne obligación de ocuparse a fin de que definitivamente reciba el Espíritu Santo, no solamente como un poder regenerador y como presencia morando en su ser, pero como una investidura definida de poder, antes que trate de efectuar cualquier servicio para Dios".
La Escritura declara que Dios otorga de Su Espíritu en cinco maneras:
1. El da Su Espíritu. Lucas 11.13.
2. El envía Su Espíritu. Juan 14.26.
3. El suministra Su Espíritu. Gálatas 3.5.
4. El derrama Su Espíritu. Proverbios 1.23.
5. El pone (viste) Su Espíritu. Isaías
52.1.
Esta es evidencia abundante de que Dios no retiene de Su Espíritu para con el creyente.
Fe es necesaria para recibir el Espíritu Santo, fe en la promesa divina, y en Cristo Jesús el bautizador. El creyente en su búsqueda dirige su fe hacia Dios por más de El. Sobre todas las cosas viene con un corazón rendido y entregado a la voluntad divina del Trino Dios. La clave principal en el proceso de recibir el bautismo en el Espíritu Santo está en la rendición a Dios.
Aquella clase de rendición que significa que la voluntad interior está totalmente entregada al Señor, y que toda lucha y contención de parte del creyente ha cesado. Bien puede ser declarado que el creyente, pero si, el creyente dando posesión al Espíritu.
El creyente que desea que el Espíritu Santo
venga a morar en su vida, debe presentar una vida limpia a Dios. Bien se ha
dicho: "Dios no requiere vasos de oro,
ni tampoco busca vasos de plata, pero debe tener vasos limpios".
Fórmulas, métodos y técnicas especiales, ritos y momentos o lugares especiales; circunstancias o ideas propias son inaplicables tanto al que desea ser bautizado como al bautizador Divino.
Las Escrituras no prohíben el "asentar
y esperar", pero el énfasis dado para la Iglesia
está puesto en la importancia de recibir.
Muchos creyentes han sido ayudados por el
proceso externo de la imposición de manos. Hay solamente tres casos en el Nuevo
Testamento, donde se impusieron las manos. Hechos 8.17,18; 9.17; y 19.6.
Dos veces Pablo escribe a Timoteo y menciona la imposición de manos pero en relación a los Dones espirituales en vez del bautismo inicial. 1ª Timoteo 4.14. y 2ª Timoteo 1.6.
Hubo cientos de creyentes en el Nuevo Testamento que recibieron el bautismo del Espíritu Santo en relación a los cuales no se hace mención de la imposición de manos.
E) LA EVIDENCIA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La evidencia inicial de ser bautizado con el Espíritu Santo es el poder hablar en otras lenguas. Esta conclusión proviene de las Sagradas Escrituras. De las cinco ilustraciones del libro de Los Hechos, tres incluyen específicamente el hablar en otras lenguas:
a) El día de Pentecostés. Hechos 2.
b) La casa de Cornelio, 8 años más tarde.
Hechos 10.
c) Los creyentes en Efeso, 25 años más
tarde. Hechos 19.
Cuando Pablo el Apóstol recibió el bautismo del Espíritu Santo, las lenguas no son mencionadas pero más tarde el mismo declaró: "Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos a vosotros". 1ª Corintios 14.18. (Señal 14.22)
Debemos enfatizar claramente que el hablar en lenguas en si no es el bautismo, es solamente la señal o evidencia. Ninguna persona bien informada en las Escrituras busca lenguas sino por el contrario busca a Dios, al Hijo y la dulce presencia del Espíritu Santo de Dios.
Las lenguas luego se transforman en la señal para el que busca como para aquellos que están a su alrededor. Y el órgano humano del habla sirve para manifestar el control no restringido del Espíritu de Dios, y lo expresado por el creyente con frases coherentes, generalmente alabanzas a Dios, en un idioma que no ha aprendido.
En vista de la sobre abundancia de evidencias de lenguas en las experiencias en la Biblia, debemos sostener que las lenguas son la evidencia del bautismo del Espíritu Santo.
Las experiencias de los creyentes de la
Biblia, y particularmente de aquellos que estuvieron presentes en el día de
Pentecostés, deben servir de ejemplo a todas las experiencias futuras. NO hay
indicación en las Escrituras de que este suceso fenomenal estaría limitada
solamente al capítulo 2 de Los Hechos. Pedro declaró: Hechos 2.39.
F) LOS RESULTADOS DEL BAUTISMO DEL
ESPÍRITU.
La fuerza básica de la experiencia del bautismo Pentecostal es el impartimiento de poder espiritual proveniente de un origen divino.
Investidura de poder para dar testimonio de
Cristo. La declaración de fe de la Unión de las Asambleas de Dios, dice:
"Con el bautismo del Espíritu Santo
recibimos poder para la vida y servicio, la concesión de dones y sus usos en el trabajo
del ministerio".
El avivamiento Pentecostal del Siglo XX trajo consigo un despertamiento espiritual, nuevo celo en la obra misionera y en la evangelización, como así también un ministerio de poder y de vigor.
El libro de Los Hechos da la siguiente lista de resultados:
a) Poder para testificar. Hechos 1.8.
b) Poder para hablar persuasivamente y con
coraje. Hechos 4.8,9.
c) Poder para dar testimonio y gracia.
Hechos 4.29,33.
d) Poder para declarar la deidad de Cristo.
Hechos 9.17,20.
e) Poder para magnificar a Dios. Hechos
10.44-46.
f) Poder para manifestar para provecho. 1ª
Corintios 12.7.
Pedro, quien negó al Maestro justo antes del Calvario, llegó a ser un canal poderoso de ministerio después de Pentecostés.
El creyente no puede rendirse para recibir la tercera Persona de la Trinidad en Su plenitud sin al mismo tiempo tener un nuevo grado de pasión por las almas, una nueva determinación de separarse del mundo, un nuevo ímpetu para orar, una nueva devoción a la Palabra de Dios, y una nueva vida de adoración y alabanza, que transforma el trabajo del creyente en un gozo en vez de una obligación.
G) EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y LA TERMINOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO.
Los creyentes Pentecostales están de acuerdo en que se use la expresión "bautismo en el Espíritu Santo" para referirse a la experiencia de Hechos capítulos 2 y otras. Los términos usados son: llenado, derramado, vino, sobre y recibido.
El punto de vista PENTECOSTAL está basado en lo siguiente:
PRIMERO: Al ascender a los cielos Cristo dijo: "mas vosotros seréis bautizado con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1.5). Esta declaración del Hijo de Dios incluye en el día de Pentecostés el bautismo del Espíritu Santo.
Pedro hablando de lo ocurrido en la casa de
Cornelio dijo: "...más vosotros seréis bautizados con el Espíritu
Santo" (Hechos 11.16). Estos sucesos fueron en verdad experiencias
Pentecostales, por cuanto la Escritura expresa de aquellos alrededor que hablan
en lenguas, y que magnificaban a Dios" (Hechos 10.46).
Pearlman dice: "Cuando la palabra ‘bautismo’ es aplicada a la experiencia espiritual es usada figurativamente para describir la inmersión en el poder energético del Espíritu Divino".
El término "bautismo" es
definitivamente una palabra bíblica que describe la experiencia inicial de ser
llenado con el Espíritu Santo.
Pero "bautismo" y "llenamiento" o "plenitud" no son siempre sinónimos. Los creyentes son bautizados una sola vez, pero son llenados muchas veces. De ahí el eslogan: "Un bautismo y muchos llamamientos". El bautismo en el Espíritu es una experiencia una vez y para siempre por cuanto el creyente puede ser llenado por primera vez solo una vez. Pero no es una experiencia de una vez y para siempre en relación en el cumplimiento de las necesidades espirituales. Uno continúa necesitando una infusión diaria del Espíritu Santo y el bautismo inicial en el Espíritu Santo es simplemente el comienzo de lo que luego ha de ser una relación diaria.
SEGUNDO: Como punto de vista Pentecostal, de acuerdo a la escritura hay una segunda experiencia indicada: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo".
1ª Corintios 12.13. La mayoría de los
maestros eruditos de las Escrituras están de acuerdo que este pasaje se refiere
al nuevo nacimiento en vez de la experiencia Pentecostal. En otras palabras
esta experiencia es sinónima con la conversión. Alguien ha dicho: Esta es la
manera Paulina de declarar el nuevo nacimiento de Juan 3.7".
Consecuentemente, vemos dos bautismos del Espíritu en las Escrituras.
También es posible aceptar el hecho que existe la posibilidad de experimentar ambos bautismos al mismo tiempo, o por lo menos muy cerca el uno del otro. Es posible que esto fue lo que ocurrió en la poca del libro de Los Hechos.
La conversión es la ocasión de bautismo por el Espíritu, cuando el convertido es tomado por el Espíritu y puesto dentro del cuerpo de Cristo. El bautismo Pentecostal es una experiencia subsecuente a la conversión cuando el creyente es completamente "llenado" con el Espíritu Santo. Notemos los siguientes casos que demuestran que el bautismo en el Espíritu es subsecuente a la conversión:
El grupo
congregado en el aposento alto y que recibió el Pentecostés original eran ya
creyentes. Véase Juan 14.17 y Juan 15.3. Estos creyentes ya en comunión con el
Espíritu recibieron una experiencia espiritual subsecuente del Bautismo.
El sermón de Pedro en el día de Pentecostés. Hechos 2.38. Aquí vemos al arrepentimiento y la remisión de pecados como una experiencia básica anterior a la recepción del don del Espíritu Santo.
Saulo de Tarso tuvo una experiencia con el
Señor que le conmovió hasta lo más profundo en el momento de su conversión,
pero tres días más tarde vino Ananías quien oró por él para que fuese lleno con
el Espíritu Santo. Hechos 9.17.
Dice la Escritura que Cornelio era "Varón justo y temeroso de Dios", pero recién después del mensaje de Pedro, él y los suyos recibieron el Espíritu Santo. Hechos 10.44.
Los Efesios ya eran convertidos al evangelio,
pero Pablo les impuso las manos y recibieron el Espíritu Santo. Hechos 19.6.
Hay cierto significado en el Antiguo Testamento. La ceremonia para la limpieza del leproso requería primero la sangre antes de la unción de aceite. Levítico 14. La fiesta de la Pascua precedía a la fiesta de Pentecostés. Levítico 23.
S U M A R I O
EL BAUTISMO PENTECOSTAL DISTINTO A LA CONVERSIÓN.
BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y SANTIFICACIÓN.
Uno de los frutos del bautismo del Espíritu es el acceso a una medida mayor de santidad. Romanos 15.16, 2ª Tesalonicenses 2.13 y 1ª Pedro 1.2. El hecho de ser lleno del Espíritu Santo positivamente compatible con el andar en santidad demostrado por santificación en práctica. El bautismo del Espíritu está asociado con la investidura de poder. Santificación es limpieza, mientras que el bautismo es un llenamiento.
Donald Gee – Dice:
"La verdad bíblica es que seguido del bautismo del Espíritu Santo hay mucha santificación personal necesaria en el creyente, y esta tomará lugar a medida que el hijo de Dios ‘anda en el Espíritu’. Gálatas 3.2,3. y 5.16-25. Es vana cosa pensar que cualquier ‘crisis’ o ‘bendición’ de experiencia puede tomar el lugar de un continuo ‘andar’ en el Espíritu".
La operación santificadora del Espíritu Santo en el creyente es progresiva más que instantánea. Su poder para producir rectitud en el creyente está en proporción a la medida de la sumisión de la voluntad. La santificación del Espíritu produce un refinar de la conciencia, y un mayor grado de comunión entre Dios y el creyente. El hecho de recibir la experiencia del bautismo del Espíritu Santo relaciona al creyente en una manera personal a la Tercera Persona de la Deidad y esto provee el camino para la recepción de mejores cosas de Dios a través de las experiencias de la vida diaria del creyente.
Existen variadas opiniones de relación con las referencias bíblicas del bautismo de fuego, Mateo 3.11 y Lucas 3.16. No es nuestro deseo negar la verdad del bautismo por fuego, pero más bien asociarlo con la operación total del Espíritu en todo lo que Él hace por la virtud de morar en plenitud por el bautismo.
F. Boyd – Ha escrito:
"El bautismo en el Espíritu Santo no es una cosa y el bautismo con fuego otra, pero lo primero es la realidad, y lo segundo es el símbolo. Cristo es el agente personal que efectúa esta saturación de la frialdad del hombre con el fuego de Dios. El Espíritu Santo quiere ser en el corazón del hombre un Espíritu de fuego – fuego para muerte o fuego para vida, pare destruir o para purificar. La presencia de Dios en el corazón del hombre es el mayor don de Dios.
Consecuentemente bien puede ser llamado un
fuego. Separa lo bueno de lo malo, purifica, prueba. Es nuestro deber anhelar y
obedecer este espíritu de fuego".
BAUTISMO DEL ESPÍRITU Y PLENITUD DÍA POR DÍA.
Todo creyente que de verdad cree la Biblia estará de acuerdo con la necesidad imperativa de ser lleno del Espíritu día por día. Efesios 5.18; Hechos 13.52. El creyente debe vivir en la plenitud del Espíritu y no en la esfera de la carne. La plenitud del Espíritu no es el privilegio de unos pocos, pero la prerrogativa y responsabilidad de todos los creyentes.
Ruth Paxon – Escribe:
"Así como es el mayor pecado para el inconverso rechazar la vida de Cristo y en Cristo, en el creyente el mayor de los pecados es el rehusar la vida abundante por medio del Espíritu. La plenitud del Espíritu no es discrecional pero obligatoria". Plenitud diaria no es una crisis pero un proceso.
El creyente no puede en un dado momento
alcanzar la plenitud del Espíritu requerida para toda su vida. En el momento de
recibir el bautismo en el Espíritu Santo el creyente descubre el camino de
rendición, que es el modelo
para su vivir diario. La plenitud día por día del Espíritu requiere la misma
clase de rendición.
A pesar del ímpetu que una experiencia, o crisis puede producir, la única manera de poder disfrutar de la plenitud día por día es por medio de rendirse diariamente a un nuevo y fresco flujo del Espíritu.
CAPÍTULO V
A) Los Dones del Espíritu.
B) El Fruto del Espíritu.
A) LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO.
1. LA NATURALEZA DE LOS DONES Y LA MANERA EN QUE SON OTORGADOS.
Hay una diferencia bien clara entre: "Los Dones del Espíritu Santo" y "El Don del Espíritu."
Se puede ejemplificar de la siguiente
manera:
Todos los que creen en Cristo Jesús, como su único y suficiente Salvador de su vida física y espiritual, tienen el Don del Espíritu Santo de Dios; solamente algunos creyentes, que permanecen fieles sirviendo al Señor, con toda la plenitud de sus fuerzas, físicas, mentales y espirituales, son usados por Dios como instrumentos útiles para honra, manifestándose a través de ellos en momentos determinados, para poner en práctica la operación de los Dones.
El Don del Espíritu del Señor es dado a cada creyente individualmente.
Los Dones del Espíritu Santo son dados, para el ministerio y adoración a la Iglesia, mejor dicho; al Cuerpo de Cristo que constituye la Iglesia.
Este estudio tiene su base en el texto Bíblico ubicado en 1.ª Corintios 12.
La palabra de Dios, no da condiciones para
recibir en estos momentos determinados, los Dones del Espíritu, salvo que
exhorta al creyente a desearlos.
Los dones del Espíritu no son apropiados por fe como la salvación.
Básicamente los dones son concedidos, operando el Espíritu Santo en su soberanía absoluta. "Pero todas estas cosas las hacen uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere." 1.ª Corintios 12:11.
Hay un principio básico expresado en 1º Corintios 12:7. "A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho."
El Espíritu opera por medio de los Dones del Espíritu Santo para provecho mutuo.
Consecuentemente los Dones son más bien
para ejercicio público y no privado.
Los Dones son para ser operados a través de
individuos en la congregación.
Otro principio básico vertido en Las Escrituras, es que la experiencia de uno no debe ser la misma de otro. Romanos 12:6, 1.ª Corintios 12:29-30. Pero no debe cesar de procurar los Dones mejores, esperando y confiando en Dios.
Pablo habla de los Dones del Espíritu (en el idioma griego), en su aspecto triple.
(1º Corintios 12:4-7)
"CARISMATA" = variedad de dones impartidos por el Espíritu
Señor.
"DIAKONIA" = variedad de servicios efectuados en la causa del
"ENERGEMATA" = variedades de
poder, de un Dios que opera en todas
las cosas y por medio de ellas.
Todo lo anterior; a, b, c, se denomina "Manifestaciones de Espíritu."
El propósito principal de los dones del Espíritu, es capacitarnos espiritualmente para edificar la Iglesia de Dios, instruyendo a los creyentes y propiciar el conocimiento de la salvación de los inconversos. Efesios 4:7-13.
2. LOS NUEVE DONES DEL ESPÍRITU DE 1ª CORINTIOS.
A) Dones de Revelación: Palabra de Sabiduría - Palabra de Ciencia - Discernimiento de espíritus
B) Dones de Poder: Fe - Operaciones
de milagros - Dones de sanidades.
C) Dones de Inspiración: Profecía - Géneros
de lenguas.(Expresión) - Interpretación
de lenguas.
a) DONES DE REVELACIÓN.
1) PALABRA DE SABIDURÍA
Myer Pearlman describe en su libro, los Dones del Espíritu, le aconsejo leerlo y sacar por comparación su propia conclusión.
Para encontrar una descripción precisa del carácter y operación de la palabra de Sabiduría, analicemos las palabras del hermano Horton: "La palabra de Sabiduría es la revelación sobrenatural por el Espíritu Santo, de propósitos divinos; la declaración sobrenatural de la mente y voluntad de Dios."
La palabra de Sabiduría no es únicamente expresada en decir cosas del futuro, sino también en las instrucciones que Dios da a los hombres, que vienen de Su conocimiento del futuro.
Dios prepara a los hombres para el futuro
con las instrucciones como deben seguir en ciertas circunstancias.
Fue por este Don que Moisés recibió los diez mandamientos, y las ordenanzas dadas en el libro de Levítico.
La Palabra de Sabiduría puede ser manifestada:
POR LA VOZ DE DIOS.
EN UN SUEÑO.
EN UNA VISIÓN.
POR PROFECÍA.
.........................? (Sólo Dios sabe
las diferentes formas de manifestarse)
Tenemos en La Palabra de Dios; La Biblia, ejemplos de cada una de estas formas de revelación.
Dios usó el Don hablando a Noé, ver en: Génesis 6:13, cuando quería avisar al pueblo del peligro que Iba a venir sobre el mundo.
Otra vez avisó a Lot del peligro que iba a
venir sobre las ciudades de Sodoma y Gomorra, ver en: Génesis 19:12,13. Vino
esa vez la Palabra de Sabiduría por la voz de un ángel.
En los hechos, capítulo diez, vemos otra revelación del mismo Don, cuando Dios muestra a Pedro por medio de una visión que debe llevar el mensaje del evangelio a los gentiles que iban a venir a su puerta.
Debemos distinguir claramente entre la Palabra de Sabiduría y la de Ciencia. Son parecidas, sin embargo operan en dos esferas separadas.
La Palabra de Ciencia es una revelación de sucesos pasados o presentes, fuera de nuestro conocimiento natural, en cambio la Palabra de Sabiduría revela los propósitos de Dios en cuanto a cosas, personas, etc. e instrucciones en cuanto al futuro.
LA PALABRA DE SABIDURÍA NO ES UN DON DE SABIDURÍA. Es una Palabra de la Sabiduría de Dios en circunstancias especiales y el hecho de que no es solamente un mayor desarrollo de la sabiduría humana se ven en las instancias de su uso en la Biblia.
SÓLO DIOS TIENE CONOCIMIENTO DEL FUTURO y cuando da a un hombre la posibilidad de ver este futuro y cómo debe afrontarlo, se ve claramente que es una revelación de una pequeña parte de la Sabiduría de Dios.
Ha sido confundido este Don con un alto grado de capacidad intelectual, pero no era la sabiduría de Pablo que reveló a él los detalles de la Venida del Señor Jesucristo, como está escrito en: 1ª Tesalonicenses 4:16.
Pablo era un hombre sabio y conocía las Escrituras, pero esta sabiduría en cuanto a la Venida del Señor Jesús, no vino de capacidades o cualidades naturales, era todo un milagro de revelación dada por Dios. Un hombre sabio con un conocimiento profundo de las Escrituras puede conocer la voluntad de Dios ya revelada en la Biblia, pero para declarar la voluntad de Dios no revelada en La Palabra y conocer sus propósitos escondidos, aparte de la Palabra, uno debe recibir la Palabra de Sabiduría milagrosamente de Dios.
La manifestación de este Don puede variar de acuerdo con el lugar que ocupa el que lo recibe o con su personalidad, Daniel recibió información de los asuntos de Estado, en cambio Ezequiel supo de las cosas espirituales tocante a la restauración de Israel. Ya que la información recibida no depende de ninguna facultad natural, puede ser recibida por un niño como Samuel o un esclavo como José.
En nuestro presente siglo, especialmente entre los que reconocen lo sobrenatural y el poder de manifestaciones del Espíritu Santo ha habido numerosos incidentes de la operación del Don de la Palabra de Sabiduría. Ocasiones cuando han venido avisos de peligros venideros, instrucciones en cuanto a pasos a tomar y revelaciones del futuro.
Una hermana sintió un llamamiento misionero pero no sabía a donde ir. Orando a Dios, vio un cierto puerto y muchas caras de niños chinos. Enseguida se dio cuenta de que tenía que ir a la China. Al llegar allí desembarcó en el mismo puerto que había visto en el sueño.
"Dios es el mismo hoy... ayer... y por
los siglos."
Amén.
PALABRA DE CIENCIA.
"La Palabra de Ciencia como está revelada en las Escrituras, es la revelación de una manera espiritual y sobrenatural de ciertas cosas de la mente de Dios." Dijo el hermano Harold Horton.
Sabemos que Dios tiene delante de ÉL, todo
conocimiento de los cielos y de la tierra.
Él conoce a todos, sean; personas, lugares o cosas. Todo lo que hay en existencia
y está consciente de todos a la vez.
Esta es la cualidad de Su carácter que llamamos Omnisciencia. Él nunca tiene que recordar cosas; Esto sería memoria.
Él tiene todo siempre delante de Él, todo tiene en Su mente infinita, esto es Ciencia. La Palabra, en el uso del Don que estamos estudiando, es cuando Dios revela al hombre por Su Espíritu algún detalle de su conocimiento de TODO. Puede ser la existencia, la condición o el lugar en donde se encuentra una persona, o un lugar, la localidad u ocasión de algún acontecimiento.
Se llama Palabra de Ciencia porque Dios nos
da todo Su conocimiento, solamente en porciones pequeñas para usar en alguna
necesidad temporaria. Tampoco se puede decir que la Palabra de
Ciencia es una amplificación humana. Es un fragmento de Ciencia Divina dada divinamente. No es el conocimiento que viene por estudiar o por consagración. Es Ciencia que solamente tiene Dios, y por la operación del Espíritu Santo sobre un persona en algún momento que agrada a Dios, revelarlo a tal hombre, para cumplir Sus propósitos. El hombre no contribuye nada; recibe todo de Dios.
Ciencia es una amplificación humana. Es un fragmento de Ciencia Divina dada divinamente. No es el conocimiento que viene por estudiar o por consagración. Es Ciencia que solamente tiene Dios, y por la operación del Espíritu Santo sobre un persona en algún momento que agrada a Dios, revelarlo a tal hombre, para cumplir Sus propósitos. El hombre no contribuye nada; recibe todo de Dios.
El hecho que se llama Don a la Palabra de Ciencia ha dado la impresión que el Don es vocal. La verdad es que esa revelación de Ciencia Divina solamente llega a ser vocal cuando se ha dicho a otros.
El Don también ha sido confundido con esclarecimiento natural, pero no es natural, es sobrenatural. Conocimiento natural es fruto de medios o recursos naturales de conseguir tal conocimiento como si fuéramos a recibir información por carta o de un libro, la Palabra de Ciencia es recibida en contacto con el Espíritu Santo, como en Apocalipsis 1:2. Allí Juan recibe en el espíritu conocimiento de la condición en que se encontraban las siete Iglesias de las cuales habla. La Palabra de Ciencia depende totalmente de nuestra comunión, consagración y la voluntad de Dios.
Un ejemplo es: la gran confesión de Pedro, el apóstol, en San Mateo 16:16, Jesucristo dijo que esa gran declaración no vino de carne, ni sangre, más el Padre Celestial se lo había revelado esto a Pedro.
No debemos confundir tampoco el Don de la
Palabra de Ciencia con un conocimiento profundo de la Biblia y de la Teología.
La mente del hombre opera pasivamente y la mente del Espíritu activamente en la
operación de este Don. La mente humana recibe sin esfuerzo la impresión de la
mente de Dios. Las cosas que la Palabra de Ciencia revela, no podrían ser
conocidas por el estudiar más diligentemente de La Biblia o la Teología.
La Palabra de Ciencia no es un Don especial guardado para el clérigo, como vemos en lo siguientes ejemplos:
Para avisar a un Rey de los planes del enemigo. (2ª Reyes 6:9-12).
Para dar luz y ánimo a un siervo del Señor.
(1ª Reyes 19:14-18).
Para convencer a un pecador de su necesidad
del Salvador. (Juan 4:18,19.29).
Para indicar a un hombre en necesidad.
(Hechos 9:11).
Para revelar corrupción
en la Iglesia. (Hechos 5:3).
Para conocer los pensamientos de los
hombres. (Juan 2:24 y 1ª Samuel 9:19).
No tenemos lugar para mencionar los muchos ejemplos de uso de éste Don hoy día; pero hay muchos y sabemos que está todavía en operación y puede ser de gran bendición a la Iglesia.
Por los ejemplos que hemos leído de La Biblia, nosotros podemos llegar a algunas conclusiones acerca de éste Don. Vemos que la revelación que trae la Palabra de Ciencia no es del futuro y que las distancias no impiden su operación. La edad, educación y nacionalidad, no son calificaciones para recibir este Don.
Finalmente por el operar de la Palabra de Ciencia, la Iglesia puede ser purificada, consolada y el enemigo puede ser vencido y Cristo glorificado en todo.
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CONSEJO: Lea por lo menos tres veces cada
hoja, y ruegue a Dios que le revele, todo lo que no he podido explicar más
claramente.
Consulte a Su Pastor sobre el tema, las veces que sea necesario, hasta que se le aclaren todas sus dudas.
3) DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS
Este Don de la Discreción (Discernimiento) de Espíritus es un poder que es de suma importancia a la Iglesia de Dios. En estos últimos tiempos del siglo de La Gracia, las fuerzas diabólicas están en una furia para engañar a los santos de Cristo y hacer las almas perderse en deleites y pecados del mundo. Pues un Don que lo revela, cuando operan espíritus de engaño entre el rebaño de Cristo es de lo más importante.
Dios nos enseña que hay estos espíritus en abundancia y también nos concede poder para vencerlos siempre.
El Discernimiento de Espíritus da compresión sobrenatural, en el dominio secreto de los espíritus, revelando cual es el origen del espíritu que opera en una persona la cual manifiesta poder o sabiduría sobrenatural.
Nos hace saber la fuente del milagro, si es de Dios o de espíritus inmundos.
Algunos han entrado en dificultades con la idea errónea que este Don les concede discernimiento de todo y toman sobre sí mismos la tarea de investigar las vidas de todos los demás creyentes. Este viene a ser más bien un Don particular de sospechar, el cual la mayoría de la humanidad tiene, y seguramente no es de los Dones del Espíritu Santo.
La Discreción de Espíritus, opera enteramente en una manera sobrenatural y las cosas que revela son del dominio de espíritus. Este Don está incluido en el grupo de Dones que se llama: Dones de revelaciones el cual incluye la Palabra de Sabiduría y la Palabra de Ciencia, más es distintos de éstos Dones, en que sus revelaciones son de carácter material o natural.
Es exclusivamente para la discreción de espíritus, mientras tanto que los dos Dones mencionados pueden revelar cosas naturales, como peligro por venir y cosas por el estilo. Pablo el apóstol, lleno del Espíritu Santo, puso sus ojos en Elimas, el encantador y percibió que era un hijo del diablo que quiere trastornar los caminos rectos del Señor.
Pablo discernir el espíritu, usando la Discreción de Espíritus que le mostraba el origen y naturaleza de ese espíritu que operaba en Elimas. Hechos 13:9,10.
Otra vez cuando estaba con los Filipenses, Pablo discernió el espíritu que dominaba la muchacha que los seguía molestándolos. Hechos 16:16. Conociendo su origen Pablo hizo al espíritu salir de la muchacha e hizo fracasar los planes del diablo de molestar la obra de Dios en aquel pueblo. Espíritus de error y doctrinas de demonios abundan en nuestro tiempo en que reina la apostasía y en que muchos niegan al Señor Jesús que les salvó. Para separar lo bueno de lo malo no alcanzaría la sabiduría de Salomón si uno depende de modos humanos. Es menester pedir que Dios de este Don bendito a los fieles para que rechacen los espíritus diabólicos con sus doctrinas inspiradas por los mismos demonios. Doctrinas que solían negar los milagros del Señor, su nacimiento virginal, la obra expiatoria de Cristo, el castigo seguro de los pecadores, y cualquiera otra verdad que sería de provecho a las almas de los hombres.
Cuando hay algo verdadero, siempre hay algo que es una imitación que es falsa, y en consecuencia hay milagros mentirosos hechos por el poder del diablo.
Todo es para engañar a los que buscan señales de Dios y si no fuera por lo Dones del Espíritu, los mismos santos serían engañados por los "espíritus de demonios obrando milagros." Apocalipsis 16:14. Pues en éstos días la Iglesia debe buscar el pleno poder del Espíritu Santo con todos los Dones para proteger la Iglesia y combatir las "señales de Satanás", que vienen con más frecuencia cada día.
Terminemos el estudio con algunas palabras de caución. Espíritus de demonios no ceden a cualquier persona. Tiene que ser un siervo de Dios lleno del Espíritu Santo. Hechos 19:13-17. Y vivir muy cerca del Señor Jesús. Mateo 17:16. Es tomar la parte de uno con poca sabiduría, el tratar de hacer salir espíritus malos sin tener la plena seguridad por este Don que hay tal espíritu en posesión de la persona.
Hay muchos casos de opresión de estos demonios en que no han tomado posesión actual de la persona. Mateo 4:24.
El Don de Discernimiento de Espíritus, no lleva la autoridad de hacer salir a los demonios, sino es para percibir su origen. Una vez discernidos estos demonios, que hacen a los hombres suicidarse, que los hacen paralíticos, mudos, lunáticos, (aunque no todos estos enfermos son por demonios en sí), es necesario tener los Dones de Poder, para hacerlos salir.
Esto estudiaremos más adelante.
b) DONES DE PODER.
4. FE
Para poder recibir abundantes bendiciones físicas y espirituales de Dios, necesitamos algo semejante a una llave, como la FE; para abrir las puertas, las ventanas de los cielos.
Hebreos 11:6 Pero sin fe es imposible
agradar a Dios...
Debemos notar la diferencia entre:
La fe que todo ser humano tiene por naturaleza (aún los incrédulos).
La fe en dioses.
La fe que salva.
La fe en Cristo, es fe en acuerdo con
promesas.
La fe como un Don del Espíritu Santo.
1. Llamándose fe natural, como la que tiene el chacarero cuando siembra y piensa, voy a cosechar. Esta fe tiene por conocimiento básico las leyes de la naturaleza, de carácter cíclico como las estaciones del año, épocas lluviosas, épocas de sequía, movimientos lunares, influencia del Sol, agentes atmosféricos, que por supuesto varía según el lugar geográfico donde uno se encuentra en el mundo, ejemplos: zonas Polares, Ecuatoriales, etc.
La fe natural del comerciante, que fabrica innumerables artículos para uso doméstico, industrial,
Etc. pensando en que se va a vender.
La fe natural del que compra objetos, alimentos, animales, etc., dependiendo de que estos no se echarán a perder, descomponer, contaminarse, por los elementos con los que cuenta para garantizar su seguridad, y en el caso de los animales piensa no se van a morir.
Es una fe que no pasa más allá del
entendimiento.
2. La fe en dioses, es una amplísima diversidad, para su conocimiento general, recomiendo leer cualquier tratado o libro, sobre religiones comparadas, en forma especial recomiendo los apuntes del Doctor Odo, que consta de más de 600 páginas. Por esta causa, no entro en mayores detalles y escapa al propósito de este estudio.
3. La fe que salva. Aparte de todo mérito humano, es confianza personal en el Señor Jesucristo, quién fue entregado por nuestras transgresiones y resucitado para nuestra justificación.
(Romanos 4:5, 23-25).
Leer Efesios 2:8. Analice y note en este
versículo, la palabra Don se utiliza como contraria a las obras.
Por esta causa esta clase de fe es
diferente.
4. La fe en Cristo, es fe en acuerdo con promesas.
Leer Lucas 3:4-6. Este pasaje es una
promesa profética, especialmente el verso seis.
Leer Mateo 1:21. Un ángel anunció la
promesa.
En Lucas 6:9, es una promesa de santidad,
que es independiente del día, costumbres y lugar, la fe en Cristo por su
obediencia y la obra de ÉL, dio lugar a tal milagro.
Leer Mateo 9:22. Por fe en Jesús fue salva.
Leer Mateo 24:13. Si perseveramos,
obtendremos nuestra promesa de salvación.
De los ejemplos anteriores, deducimos que
hay en la Biblia innumerables pasajes de fe en acuerdo con promesas; solamente
vimos estos pasajes, para diferenciar esta clase de fe.
5. La fe como un Don del Espíritu Santo.
La Fe Divina toca en la profundidad del
corazón.
El Don de Fe, es una fe en lo que parece
imposible.
El Don de Fe es dotado por Dios, en forma sobrenatural por la operabilidad del Espíritu Santo, la cual se convierte en una realidad, lo deseado por un hombre inspirado de Dios.
En el capitulo once de la Epístola a los
Hebreos, encontramos ejemplos del uso de Fe milagrosa dada por Dios, a los
hombres del Antiguo Testamento.
En el Nuevo Testamento, más propiamente en este período de La Gracia, época de la Iglesia, leemos en
1º Corintios 12:9. Dios nos provee un revestimiento especial del poder del Espíritu Santo.
El Don de Fe, emplea fe activa, que
pasivamente espera un milagro.
El ejemplo se encuentra en los Hechos 28:1-6. Pablo pasivamente espero el milagro.
La operación del Don de Fe, es por lo general menos espectacular que la manifestación de los demás Dones y muchas veces se manifiesta en secreto, sobre un largo período, sin embargo es milagroso y de mucha bendición en la Iglesia, en todo el mundo.
Hombres con el Don de Fe, son las chispas
necesarias, para prender el fuego de avivamiento en la Iglesia de Jesucristo,
en este siglo de incredulidad.
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SÍNTESIS DE FE
Todo ser humano tiene algo de FE, ya sea que lo sienta o no, ignorándola.
La Fe es semejante a la Gravedad, siempre
está latente, actuando, pero solamente la recordamos y nos hace sentir su
fuerza, cuando se nos cae un vaso de vidrio
de las manos y este al llegar al piso se rompe en pedazos, o simplemente cuando
nos caemos de la manera más absurda.
Entonces la recuerdan a la Gravedad y sus
leyes, mejor dicho las leyes de Dios, establecidas para el comportamiento
de la naturaleza.
¿ Cómo puede ser usada nuestra fe?.
Recurrimos al ejemplo dado por el Rvdo.
Paúl Yonggi Cho, de los cuatro procesos
básicos en la incubación: una ley
de la fe.
PRIMERO. – Para poder usar nuestra fe, nosotros debemos tener una clara visión de nuestros objetivos.
SEGUNDO. – Tenemos que poseer un deseo ardiente por nuestros objetivos, experimentar un deseo ardiente. Proverbios 10:24-b.
TERCERO. – Debemos tener la sustancia, o la seguridad. (En el idioma Griego, sustancia es Hypostasis, traducido al lenguaje común, significarían título o papel legal)
Debemos esperar delante del Señor, todo el
tiempo necesario hasta adquirir la seguridad.
CUARTO. – Debemos dar muestras de nuestra fe.
Los milagros no se realizan por medio de una lucha ciega, sino por las Leyes del Reino Espiritual, manifestándose a través de nosotros, como se manifestó en nuestro Redentor Jesucristo.
El Espíritu Santo es el que se manifiesta a
Sí mismo por medio de nosotros. No tenemos ninguno de los Dones, sólo el
Espíritu Santo los tiene. Debemos creer en ÉL y obedecerlo en toda la Potencia
de Su manifestación.
"Pronuncia la palabra que te ha sido
dada."
Romanos 10:17.
PARA PENSAR: Los Conquistadores, al llegar a nuevas tierras; las hacían suyas y peleaban por ellas aún ofrendando sus propias vidas.
¿Tu por FE que conquistasteis?
¿Estás peleando contra el enemigo? (dioses,
ídolos, pecado de todos los ordenes, etc., etc.)
¿Ofrendaste tu vida a Jesucristo?
La respuesta a éstas preguntas, es para ti
mismo, y luego elévalas al Señor. Él te bendecirá.
5. OPERACIONES DE MILAGROS
Podríamos mencionar; acerca de la obra de Dios, que realiza Milagros en innumerables ocasiones, Milagros para libertar, proteger y proveer las más complejas necesidades del ser humano.
Daré algunos ejemplos Bíblicos como introducción.
En Éxodo 14:16 está recordado el Milagro
por el cual el pueblo de Israel escapó de las aguas del mar y pasaron en seco
todos los miles del pueblo elegido de Jehová, sanos y salvos al otro lado de
este gran mar. Los Israelitas alabarán a Jehová en gran manera por esta
demostración de Su Poder Milagroso. En este caso el Milagro fue hecho para
hacer escapar al pueblo de Israel de las manos de sus enemigos.
Durante el ministerio terrenal de nuestro Señor Jesucristo, el mundo de aquella época vio, disfrutó y creyó, en los maravillosos Milagros realizados.
En San Juan 2:1-12. Cuando Cristo fue a la
fiesta de las bodas de Caná y cambió el agua
a vino, hizo Su primer Milagro. El hecho de cambiar el agua
a vino fue un Milagro, porque por el Poder del Espíritu Santo las leyes de la
naturaleza fueron suspendidas por unos momentos.
En muchas ocasiones el Don de Operaciones
de Milagros, ha sido usado por Dios para llevar a cabo sus juicios y su disciplina
en contra de los que han actuado en oposición de la obra de Dios.
Desde tiempo muy antiguo, el hombre ha relegado el Poder que obra Milagros de Dios Todopoderoso a una prisión de incredulidad, de escepticismo y negligencia.
En Hechos 5:4,5. Leemos que Pedro, siendo
lleno del Espíritu Santo, para mostrar a la Iglesia primitiva, el juicio de
Dios en contra de los que defraudan a ÉL, usó su autoridad en el Espíritu. Este
es el caso de Ananías y Safira.
La Iglesia primitiva fue completamente pobre en posesiones terrenales, sí, pero la Iglesia nunca ha sido más poderosa espiritualmente, ni más eficiente en cumplir su verdadero propósito.
Después de ser llenos del Espíritu Santo
los discípulos de Jesús, actuaban con Poder Milagroso; uno de ellos dijo
intrépidamente a un paralítico. (Hechos 3:6) "No tengo plata ni oro, pero
lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda."
El Apóstol Pablo usó este Don para confirmar La Palabra de Dios, que predicaba al procónsul en la isla de Chipre. (Hechos 13: 11,12) El procónsul creyó en la doctrina del evangelio que predicaba Pablo, viendo el Poder que hizo ciego al falso profeta.
Los Milagros muestran que Dios vive y que
está obrando entre los hombres.
Estas son señales de la Presencia de Dios
en medio de Su pueblo.
Quedamos atónitos en Su Presencia y somos como el polvo en el viento, llevados de un lado a otro a su entera voluntad, cuando ÉL elige mostrar Su Gloria, aún en contra de todas las leyes de la naturaleza que conocemos.
Lo que debe quedar bien claro es que todas las Operaciones de los Dones del Espíritu Santo, son los Milagros.
He hablado y ejemplificado las Operaciones de este Don de Milagros.
Preste atención,
no debemos quedar con la idea de que Dios está limitado a usar los hombres para
hacer un Milagro. La Biblia nos cuenta de muchos que no tenían ningún
instrumento humano para realizar algún acto de esta magnitud, MILAGRO, y otros
actos en los cuales Dios NO usó hombres, ni instrumentos; si no usó
directamente a sus Santos Ángeles.
El propósito de este estudio es mostrar especialmente el uso de este Don por medio de hombres para producir Milagros. Nadie lo tiene al Don de Operaciones de Milagros, sino creemos que nuestro Dios es el mismo hoy, ayer y para siempre, y como un buen Padre está dispuesto a dar sus buenas dádivas a sus hijos fieles, cuando ÉL quiere y es su voluntad de usarnos como instrumentos útiles para Su Gloria, y no cuando nosotros queremos que sea nuestra voluntad, por particulares intereses o por querer demostrar que nosotros lo tenemos y los demás no, o porque queremos aparentar de que nuestra Iglesia, nuestra Organización, nuestro Pastor, nuestro Evangelista tiene poderes especiales.
Basta recordar lo que el gran maestro nos enseñó:
San Mateo 6:9 -13 "Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Porque Tuyo es el Reino, y el PODER, y la gloria, por todos los siglos."
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Síntesis de la clasificación de los
milagros según el diccionario
de la Biblia y diversos libros
de enseñanza
Teológica.
Hay una diversidad de Milagros que
podríamos clasificar y recomendar de la siguiente manera:
El Milagro central del cristianismo:
La encarnación de Jesús.
El Milagro de fertilidad: La conversión del
agua en vino en las bodas en Caná de Galilea. En este Milagro se proclama el
Poder de Dios, que está presente en la naturaleza. Dios permite la existencia
de la lluvia en diferentes temporadas, razón por la cual la tierra produce las
uvas, y se hace el vino todos los años como parte de un proceso normal de la
fertilidad; pero Jesucristo el Dios encarnado, en una sola ocasión acorta el
proceso natural y hace el vino en un instante. (Juan 2:1-12).
Milagro de Sanidad: Estos revelan que en
Cristo se personifica el poder que estaba siempre detrás de todas las
curaciones.
Para entender los Milagros es necesario distinguir entre la constante providencia Soberana de Dios y Sus actos extraordinarios. La fe en los Milagros debe armonizarse con el contexto de un mundo completo, en el cual toda la creación constantemente depende de la actividad sustentadora de Dios y está sujeta a su voluntad Soberana (Col. 1:16,17) Las Leyes naturales derivan del conocimiento del universo en cual Dios siempre trabaja.
Los Milagros están íntimamente relacionados
con la fe de los espectadores, los afectados directamente (Éxodo 14:31), y la
de aquellos que habrán de oírlos o leerlos posteriormente (Juan 20:30,31).
La frecuencia de las curaciones milagrosas es mucho más notable en la época de Nuevo Testamento que en otro período del Antiguo Testamento. Los Milagros realizados por Jesús están en íntima relación con su función Mesiánica. Los Milagros que realizaron los apóstoles y líderes de la Iglesia primitiva se hicieron en el nombre de Jesucristo. Eran la continuación de todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar, en el poder del Espíritu Santo que ÉL envió de su Padre. Los Milagros son una parte de la proclamación del Reino de Dios, pero no un fin en sí mismos.
Milagros de destrucción: De esta clase sólo
se registra uno entre los milagros de Jesús: La maldición de la higuera.
Milagro de dominio sobre las fuerzas naturales: Leer (Mateo 8:24-26) la tempestad calmada.
Milagro de transformación total: Revelan el
poder de Dios sobre la muerte.
La resurrección de Lázaro y especialmente la de Jesús. El milagro de la
resurrección corporal es medular en la fe y esperanza cristiana (1º Corintios
15:12.)
Romanos 1:16 "Porque no me avergüenzo
del evangelio, porque es PODER de Dios para salvación a todo aquel que
CREE."
6. DONES DE SANIDADES
Los Dones de Sanidades son provistos por Dios, en momentos determinados y según Su voluntad, para la sanidad sobrenatural de toda clase de enfermedad; aún anulando y sobrepasando los principios básicos, elementales y los más destacados por las Ciencias Científicas y Médicas conocidas por el ser humano.
Es difícil poder dar una definición completamente correcta de este Don, pero es fácil entender, y mucho más fácil para aquellos que experimentaron un Milagro de Sanidad en su vida.
Quienes han leído la Santa Biblia, pueden
sacar una conclusión del ministerio del Señor Jesucristo, de tal manera que
coincidirá con mi descripción;
Jesucristo dio un lugar prominente a éste Don, en las muchas sanidades hechas
durante su ministerio público y también en la autoridad que dio a sus
discípulos de hacer las mismas obras por el Espíritu Santo.
En la gran comisión que les dio, su mandamiento: Sanar los enfermos, tiene un lugar importante. Cristo les dijo que estas señales y las sanidades iban a confirmar la verdad del Evangelio que predicarán.
Además acompañarán en su ministerio.
Al leer 1º Corintios 12:9. Encontramos Dones que tiene pluralidad de nombre, por eso podemos decir que son muchos los Dones de Sanidades y no un sólo Don como en el caso de los demás Dones del Espíritu.
Un creyente que recibe la manifestación de Dios en uno o más de estos Dones, puede ser usado por Dios en la Sanidad de ciertas enfermedades, pero no siempre en todas.
Por esta causa les recomiendo que presten
atención y no les atribuyan poderes generalizados a la gran cantidad de
Evangelistas, Pastores y creyentes fieles. Hemos conocido algunos que han
tenido éxito en sanar a los ciegos; otros en sanar a los sordos y así con la
gran variedad de las enfermedades que conoce la humanidad. Entonces estamos en
condiciones de decir que los Dones de Sanidades son dados y manifestados como
Dios quiere a igual que los demás Dones.
- En la Biblia encontramos muchos usos de los Dones de Sanidades, como esta escrito en:
San Mateo 8:3,7. El Señor Jesucristo ha
declarado que es su voluntad sanar a los enfermos.
Naturalmente lo principal es librar a los
enfermos y destruir las obras de Satanás en el cuerpo humano.
Cristo fue a lo largo de Palestina sanando y haciendo lo bueno a todos los oprimidos del diablo y cuando dio la gran comisión a sus discípulos prometió las señales que les habían seguido en su ministerio, a sus discípulos. Ni la comisión, ni las señales han sido quitadas de los siervos del Señor y están todavía vigentes y actuando en la Iglesia. Lean en: Hechos 10:38.
El poder de Cristo para sanar a los
enfermos, vino a la Iglesia con el derramamiento del Espíritu Santo en el día
del Pentecostés y todos los creyentes en Cristo pueden gozar de este mismo
poder por medio de los Dones espirituales que aparecieron en la Iglesia
primitiva después del día del Pentecostés.
En una ocasión Cristo perdonó los pecados de un paralítico y fue criticado por los fariseos por perdonar pecados. Dijeron ellos que haciendo así, Cristo blasfemó en contra de Dios porque solamente Dios tiene poder de perdonar los pecados. Cristo les dijo: ¿Qué es más fácil, decir?
Los pecados te son perdonados; o decir
Levántate, toma tu lecho y anda. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre
tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dijo entonces al paralítico)
Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa.
Cuando el muchacho se levantó y se fue a su casa, la gente se maravilló y glorificaron a Dios.
La Sanidad hizo que la gente creyera en Cristo y estableció que ÉL era el Hijo de Dios. La Sanidad era la señal que confirmó la verdad de la obra de Cristo. Refiriéndonos otra vez a la gran comisión, vemos que Cristo prometió la misma clase de señales a los discípulos que salieron a predicar su evangelio.
Los Dones de Sanidades sirven para confirmar la verdad de nuestro mensaje y mostrar la autoridad que tenemos de predicar en el Nombre de Cristo.
Pedro pidió valor
para hablar de Cristo y Poder para sanar y hacer Milagros y maravillas como una
respuesta a las amenazas de incredulidad de la multitud. Hechos 4:29-30.
Dios contestó y por las manos de los
apóstoles fueron hechas muchas señales y maravillas entre el pueblo. Todo
sirvió para convencer al pueblo de que estos hombres eran de Dios y hablaron
con autoridad.
El resultado fue que la Iglesia creció y muchos vinieron a Cristo pidiendo perdón por sus pecados.
Los Dones de Sanidades sirven también para
llamar la atención de los incrédulos. Vienen a ver y escuchar el evangelio y
son atraídos a Dios por lo que ven. En San Juan 4:1-2. Leemos que la multitud
siguió a Cristo, porque vieron los milagros que hizo entre los enfermos. Tenían
el interés
despierto por los milagros y siguieron. Cristo y también los discípulos siempre
aprovecharon la oportunidad de hablarles de sus pecados. Las sanidades llamaron
su atención y les convenció de la verdad del evangelio. Hechos 9:32.35.
Mientras nosotros estamos teniendo reuniones en nuestras Iglesias, llegan las noticias de varios lugares del mundo de las grandes cosas que Dios está haciendo hoy día.
Las Operaciones de los Dones de Sanidades
todavía sirven para llamar la atención y tornar a la gente hacia Dios.
Estos preciosos Dones son instrumentos que inspiran fe y coraje entre el pueblo de Dios y trae gloria al nombre de Dios. En la historia de la Iglesia primitiva en el libro de los Hechos las personas se animaban a trabajar más y más y tenían más coraje diariamente para predicar cuando vieron los milagros que hizo Dios entre ellos.
Estas maravillas de Dios eran suficientes para hacerles salir y testificar de Cristo aunque hubo peligro de muerte. ¿Quién puede temer la multitud cuando ve la mano de Dios con él? El pobre débil Pedro, que negó a Cristo, cambió y se transformó en un hombre valiente y poderoso cuando vio el poder de Dios obrando por medio de él. Hechos 3. De varios versículos aprendemos que las sanidades vienen por el toque o la palabra, de Jesucristo con autoridad. Lea Mateo 8:8. En algunos casos han estado en contacto con el que manifiesta el Don de Sanidad, pero no es suficiente para tener la autoridad de poder sanar. Lea Hechos 19:11-21.
La Sanidad que viene por ungir con aceite y la oración de los ancianos de las Iglesias o Asambleas; no es necesariamente por la Operación de los Dones de Sanidades, sino es una función normal que debe estar en todas las Asambleas (Iglesias) Santiago 5:14. Aunque parece que la oración mencionada en Santiago 5:14 se refiere exclusivamente a los creyentes enfermos, no está prohibido orar por la sanidad de los pecadores.
Pero tenemos que tener plena conciencia, que el pecador tenga voluntad de ser sanado y pida o muestre estar dispuesto a que uno ore por ellos.
Leer Juan 5:6 y 6:37.
También es necesario decirle al pecador, que es absolutamente imprescindible que uno crea en Dios y que Dios puede sanarlo. Puede ser la fe del enfermo, o la fe del que ora o una combinación de los Dones de Sanidades.
A veces hay casos de enfermedad que Dios ha permitido venir sobre uno por alguna razón. No podemos decir que esta persona será sanada hasta que el propósito de Dios se cumpla en permitirlo, y sea hecho.
Por lo mencionado anteriormente, y por otras causas aún no muy claras en esta dispensación de la Gracia, les recomiendo presten mucha atención, en la forma que ofrecen la Sanidad Divina, al incrédulo. No tome el lugar de Dios afirmando que todas las enfermedades serán sanadas, cuando el evangelista o pastor está orando por los enfermos, sino presente el mensaje del evangelio, con sinceridad afirmando que uno, aunque ha sido usado muchas veces por Dios para sanar a los enfermos, no tiene la autoridad de disponer los Dones del Espíritu Santo cuando uno quiere, sino cuando es la voluntad de Dios y cuando ÉL tiene misericordia del enfermo y le perdona sus pecados y lo puede sanar instantáneamente, o le provee gozo al enfermo y Dios le da una sanidad progresiva.
Debemos recordar que Dios tiene muchas maneras de tratar con la humanidad y debemos hacer todo en conformidad con su voluntad.
Sin embargo, es seguro, que es la voluntad
de Dios sanar a todos los enfermos, excepto aquellos casos que Dios lo permite,
los cuales son muy raros. Pida pues de Dios con reverencia su misericordia y Su
santidad divina, creemos que ÉL te sanará.
Iglesia de Cristo, pongamos empeño en
buscar el rostro de Dios, para tener la plena operación de los Dones del
Espíritu Santo en nuestro medio.
Recuerde: San Juan 14:13 – 1º Juan 5:14-15.
"LA FE EN EL NOMBRE DE JESÚS OPERA MILAGROS."
c) DONES DE INSPIRACIÓN (EXPRESIÓN)
PROFECÍA.
Al estudiar el Don de Profecía, debe distinguirse bien claramente la diferencia entre el Don propiamente dicho y el ministerio del profeta, que Uds. lo pueden leer en la Biblia; en el libro de la Epístola a los Efesios, en el capítulo Nº4 (cuatro).
Tampoco debe confundirse el Don de
profecía, con los profetas del Antiguo Testamento.
Este Don es algo completamente nuevo y particular del Nuevo Testamento, dado a la Iglesia entre los demás Dones, como un Don del Espíritu para la edificación de la misma Iglesia.
Al leer la Biblia, llegamos a conocer
muchos profetas; aunque los que ejercitan el Don de Profecía en forma
particular los del Nuevo Testamento se llaman profetas, como en el caso de las
Hijas de Felipe, leer en Hechos 21:9,10. Es muy notable que no son profetas en
el sentido de los mensajeros de Dios en el orden de Elías, en el Antiguo
Testamento.
Este estudio nos proporciona razones claras,
para distinguir entre el DON DE PROFECÍA y EL
MINISTERIO DEL PROFETA.
MINISTERIO DEL PROFETA.
En el ministerio de un profeta, la revelación de cosas del futuro, pasado, o presente son necesarias, como en el caso de Isaías y sus profecías del Mesías y del Milenio. Estas cosas que el Señor revela fuera de Su Palabra en la Biblia.
Todo lo contrario sucede en el Don de Profecía, estas revelaciones no son incluidas en la esfera del Don de la profecía. Leer 1º Corintios capítulo 14, ni implica en ningún lugar que tales revelaciones personales vienen a los que son usados con el Don de Profecía. En el versículo 3 (tres) del capítulo 14 (catorce), este Don es comparado con el Don de Lenguas y la interpretación como para sugerir que en esa forma los dos son iguales en valor. Pero ninguno quiere decir que el Don de Lengua e interpretación hace de uno, un profeta como David, y tampoco lo hace el Don de la profecía que tiene igual valor.
Entre los que tenían este ministerio, de profeta, en la Biblia hay estos valientes como Moisés, Elías, David, Isaías, y Pablo. Al examinar sus vidas se ve que tenían muchos Dones poderosos además del Don de la Profecía.
Cualquier persona puede poseer el Don de Dios, en especial ser usado por el Señor con el Don de Profecía, pero esto no quiere decir que en verdad cumple con el ministerio de Profeta. La enseñanza está en la Biblia. Pablo al encontrarse entre los Efesios oró a favor de los nuevos creyentes y recibieron el Espíritu Santo y hablaron en lenguas extrañas y profetizaban. Leer Hechos 19:6. Esto
Tampoco NO debemos entrar en el error
prevalente que el Don de Profecía da PODER para profetizar acerca del futuro.
Esto no está indicado en la referencia citada en 1º Corintios 14:3. Profetizar
no quiere decir que uno predice las cosas del futuro, sino simplemente que uno
habla por otro.
En el caso de un profeta, el profeta está
hablando en el lugar de Dios, y dice las palabras que Dios quiere decir al pueblo.
Es siempre posible que dentro de la profecía entre alguna predicción del futuro, pero esto viene no por el Don de Profecía, sino por el Don de Sabiduría. Por eso podemos decir que las revelaciones del futuro siempre vienen por La Palabra de Sabiduría y no por el Don de Profecía.
Las revelaciones de las Epístolas y de toda
La Santa Escritura, son como un torrente continuo del Don de Profecía, que
contiene dentro de sí muchas revelaciones del futuro, por supuesto dadas por la
Palabra de Sabiduría.
Algunos han confundido el Don de Profecía, con el de predicar; pero hacer así es robar al Don el carácter sobrenatural. En el idioma original en que fue escrito La Biblia, se encuentra que la palabra PREDICAR, es siempre diferente que la palabra PROFETIZAR.
En Hebreo, predicar se pronuncia DARECH. En cambio profetizar se pronuncia NIVA. Aún viendo la escritura; las dos palabras, aunque Ud. no sepa Hebreo, puede notar que son totalmente diferentes.
Para aclarar algo más podemos decir, que la
palabra predicar siempre lleva el sentido de proclamar, anunciar, clamar, o
decir siempre en el sentido de exponer La Palabra de Dios, o sea las
Escrituras.
En la verdadera predicación de La Palabra
de Dios, la mente es operada e inspirada por el Espíritu Santo de Dios, mientras
que en la profecía, la mente del Espíritu está hablando por medio de un
instrumento humano. Naturalmente hay casos especiales y ocasiones especiales en
que el predicador es levantado fuera de la predicación al dominio bendito de la
Profecía por el poder del Espíritu Santo.
La predicación es inspirada, más La Profecía es en todo sobrenatural.
Los usos de este Don son:
Para hablar a los hombres sobrenaturalmente
(1ª Corintios 14:3)
Para edificar a la Iglesia.
Para exhortar a la Iglesia.
Para dar consuelo a la Iglesia.
Para hacer aprender a los creyentes (1ª
Corintios 14:31)
Para convencer al inconverso y manifestar
los secretos de su corazón (1ª Corintios 14:21-25)
Cualquier persona estudiando éstos versículos puede tener una idea clara como el Don es usado en la Iglesia hoy día.
Para concluir nuestro estudio pongamos atención en algunas observaciones generales del Apóstol Pablo sobre este Don.
Él dice en 1ª Corintios, el versículo 39
del capítulo 14, que debemos procurar profetizar. Muestra así que el Don es
algo para desear y que debe estar en evidencia entre los creyentes. La
implicación en todos estos versículos referente al Don es que las MUJERES igual
que los HOMBRES pueden ser usados con el Don, por la Gracia de Dios, aún en la
profecía de Joel, acerca del derramamiento del Espíritu Santo, encontramos el
mismo pensamiento.
Joel 2:23.
Pablo hace notar que el que profetiza es responsable por el uso del Don y tiene control sobre sus usos.
Es posible que uno haga mal uso del Don y
Pablo quiere poner la responsabilidad, donde Dios la pone, con el que dice
tener el Don o es usado por Dios con este Don. Finalmente Pablo exhorta a que
todo sea hecho en orden y no hay mejor regla en el ejercicio de estos benditos
Dones que el que Dios ha dado, para la edificación de Su Iglesia. Que así sea.
Gloria a Dios.
PARA CONOCER: PROFETISA. – Título o distinción que el A.T. se confiere a cinco mujeres. María la hermana de Moisés (Exodo 15:20) y Débora La Juez (Jueces 4:4), quienes cantaron la victoria de Yahveh. Hulda la Profetisa a quien el Rey Josías mandó consultar cuando halló el libro de la ley y quien profetizó el juicio de Yahveh sobre el pueblo (2º Reyes. 22:14-20; 2º Crónicas 34:22-28) Noadías la Profetisa que se menciona entre los adversarios de Nehemías (Nehemías 6:14). Isaías se refiere a su esposa como Profetisa (Isaías 8:3).
Además, también se habla de Profetisas
falsas (Ezequiel 13:17).
En el N.T. el término se aplica a Ana
(Lucas 2:36). Las cuatro hijas de Felipe profetizaban (Hechos 21:9)
(Ap. 2:20) habla de una seuda Profetisa,
Jezabel.
1ª Tes. 5:20 "No menospreciéis las
profecías."
2ª Pedro 1:21 "Porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana."
8. GÉNEROS DE LENGUAS
Este Don es llamado comúnmente: Géneros de Lenguas.
Lleva este nombre común, porque siempre
está en evidencia entre los creyentes que reciben el bautismo del Espíritu
Santo, el que ha recibido el bautismo según indica y ejemplifica la Biblia, en
el Libro
de los Hechos 2:4, está determinado definitivamente una señal y es la de hablar
en otras lenguas, según el Espíritu les da que hablen.
Otro ejemplo Bíblico, donde los creyentes gentiles
recibieron el bautismo del Espíritu
Santo con la misma señal de hablar en otras lenguas, se encuentra en
Hechos 10:44-46.
Igual que los Dones anteriores, este Don es también SOBRENATURAL y se caracteriza de los demás que es visible y sobre todo audible.
Por lo mencionado anteriormente, causa
mucha discusión y a la vez mucha controversia. ¿Cómo piensa Ud. al respecto?
Pablo el Apóstol, dedicó a este Don casi un
capítulo en La Biblia, y de alguno de los Dones importantes escribió apenas una
frase.
Sin ninguna duda el Apóstol Pablo aclaró el
mal entendido que había acerca del Don.
Las Escrituras hablan abundantemente acerca de nuestro tema y no es difícil explicarlo a los que creen en La Biblia, como La Palabra de Dios.
Se describe el Don de Géneros de Lenguas
así: Es una declaración sobrenatural por medio del Espíritu Santo, en idiomas
nunca aprendidos por el que habla, ni tampoco entendidas por la mente del que
habla. Hechos 2:4-12.
- Por lo que Ud. puede leer en La Biblia, y
es de conocimiento
general de los creyentes pentecostales, este Don no tiene que ver nada con las
habilidades lingüísticas, ni tampoco con la capacidad de la mente humana .
(Conozco un hombre
que habla 48 idiomas)
Contrario a las técnicas
humanas, en su diversidad de métodos
para aprender un idioma. Dios se manifiesta, es la expresión de la mente del
Espíritu de Dios usando los órganos humanos del lenguaje.
Al recibir el Don, la voluntad del hombre, ciertamente opera, y su espíritu y sus órganos de expresión vocal también; más la mente que opera, es la mente de Dios por medio del Espíritu Santo.
Doy este ejemplo Bíblico: (No tiene que ver
con el Género
de Lengua,
pero su comparación sí) Cuando Pedro, el Apóstol dijo al hombre cojo que
mendigaba junto a la puerta del Templo que se llamaba la Hermosa: Levántate y
anda, el hombre
inmediatamente se levantó, saltando y andando. ¿No fue hecho este milagro de
sanidad por el PODER
de DIOS?
De igual modo el hablar en lenguas en el
uso de este Don, es toda una Operación del PODER de DIOS. Opera la mentalidad
de Dios y habla la voz del hombre y dice las palabras que el Espíritu le da que
hable.
Los usos de este Don son varios, cuando el Señor Jesucristo dijo que esta señal iba a manifestarse entre los que creen, Marcos 16:15,16,17, sin lugar a duda le dio entre sus fieles una importancia principal, equipándose con los Dones sobrenaturalmente.
Principalmente, el hablar en lenguas es la
evidencia Bíblica del bautismo del Espíritu Santo.
El que habla en lenguas conforme le dio el Espíritu Santo, no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios. 1ª Corintios 14:2.
El que habla en lengua extraña, a sí mismo
se edifica. 1ª Corintios 14:4.
El Don de Géneros de Lenguas, juntamente
con el Don de Interpretación
de Lenguas, también edifican a la Iglesia.
Toda la enseñanza
doctrinal básica al respecto de los usos y su orden está bien explicado en el
capítulo 14 de 1ª Corintios. Le recomiendo lo lea varias veces.
9. INTERPRETACIÓN DE LENGUAS
.
. . y a otro, interpretación de lenguas. 1ª Corintios 12:10.
. . y a otro, interpretación de lenguas. 1ª Corintios 12:10.
De los nueve Dones del Espíritu, Ud. puede
llegar a la conclusión de que siete son comunes a ambos testamentos, mientras
que los otros dos han entrado en función
solamente desde el día del Pentecostés.
Analizando más profundamente, encontramos que el Don de Géneros de Lenguas y el Don de Interpretación de Lenguas, son los más relacionados de todos los Dones.
Al decir que están relacionados, eso no
quiere decir que el uno es inútil sin el otro.
Es cierto suponer, que el Don de
Interpretación de Lenguas, no tendría significado alguno sin el Don de Géneros
de Lenguas.
El Don de Género de Lenguas, no depende en el sentido absoluto de El Don de Interpretación de Lenguas, por el hecho que tiene su propio propósito, como hemos visto; la edificación del Espíritu individual, completamente apartado de otro propósito.
La Interpretación de Lenguas es la señal sobrenatural presentada por el Espíritu, dando el significado de una expresión en otras Lenguas jamás aprendidas, por el que lo realiza. Esta interpretación no es una operación de la mente del intérprete, sino de la mente del Espíritu de Dios.
Aunque el mensaje enviado a la Iglesia por el Don de Géneros de Lenguas sea realizado en un idioma conocido como el Inglés, Alemán u otro. La interpretación, dada por medio del Don, no es una traducción literal, del mensaje, sino una expresión global de la voluntad de Dios, aunque del mensaje enviado, algunas palabras sean entendidas y pueden coincidir en parte de la interpretación, no es el todo. Pero se han presentado casos en que el mensaje enviado según el Don de Géneros de Lenguas sea por ejemplo en el idioma Alemán; y encontrándose en la Iglesia algún Hermano/na. Que conoce el idioma perfectamente, entiende el mensaje en su más puro significado, pero este Hermano/na.
Si no tiene el Don de Interpretación de
Lenguas, comprende todo pero no lo traduce para La Iglesia, sino el mensaje es
interpretado por el Hermano/na. Que nunca estudió el idioma y da la
interpretación en forma general, de tal manera que el Hermano/na. que conoce
dicha lengua queda maravillado del grado de perfección, con el cual fue dado el
mensaje e interpretado.
Lo más sorprenderte aún es que en diversas ocasiones el Hermano/na. Que domina el idioma en el cual fue enviado el mensaje, sabe o lo conoce al Hermano/na. Que nunca estudió dicho idioma, pero dio el significado maravilloso de la expresión en otras Lenguas.
El intérprete por lo general nunca entiende
la Lengua que interpreta y no tiene parte alguna en proveer términos
equivalentes en su propia lengua para las palabras sobrenaturales que son
habladas, estas son palabras desconocidas tanto que ellas son imposibles de
distinguir en las frases de las cuales forman parte.
La interpretación, es un milagro tan real, como lo es la expresión original en Lenguas. Ambas son expresiones igualmente directas de la mente del Espíritu de Dios.
En verdad, un creyente usado por Dios con
este Don de Interpretación de Lenguas no presta atención
alguna a los términos hablados en el lenguaje
desconocido que interpreta; El simplemente mira a Dios como dependiente
directamente de El para que le muestre el significado de la misma manera que él
que habla en Lenguas, mira en la plena dependencia e ignorancia a Dios para su
expresión sobrenatural.
En la mente de Dios, como es natural, las dos operaciones están exactas y bienaventuradamente unidas; en la mente de los hombres, las dos expresiones son completamente independientes e igualmente directas de Dios. Este constituye el poderoso milagro de ambos, el Don de Géneros de Lenguas e Interpretación de Lenguas.
En la misma lista de los Dones, mala concepción y mala interpretación han causado que muchos lo ignoren, nieguen y destruyan su carácter sobrenatural; y aún este hermoso Don no ha escapado a la intención, e imitación del adversario.
Debemos con todos nuestros poderes guardar los Dones de todo intento de reducirlos a un nivel natural. El Don de Interpretación de Lenguas es precioso y enteramente milagroso.
SAN MATEO 5:18 . . . ni una jota ni, una
tilde pasará de
la ley,
hasta que todo se haya cumplido.
EZEQUIEL 36:27. En la promesa del Espíritu:
JOEL 2:28-29.
LOS DONES ESPIRITUALES Y EL EVANGELISMO.
1ª CORINTIOS 13. El verdadero amor
siempre piensa primero en otros.
Este es el motivo primordial para el evangelismo. Pero los creyentes corintios no se preocupaban del incrédulo que se hallaba en medio de ellos, mientras no pudieran dar rienda suelta a un goce o despliegue desenfrenado de sus propios dones espirituales.
Consideración para los "otros" es
la divisa de Pablo, Capítulo 14:17-19 con respecto, tanto a sus compañeros
creyentes como a los incrédulos.
Haríamos muy pocas equivocaciones con los dones espirituales si estuviéramos siempre dominados sobre todas las cosas por una pasión por las almas-por "otros". No es la obra del Espíritu Santo en los cultos evangelísticos lo que debemos temer. El jamás alejará una alma del evangelio, ya sea durante los preliminares, la predicación, o la llamada al altar.
Es la obra de nuestro propio Espíritu la que necesita tan cuidadosa vigilancia. Y esa vigilancia debe redoblarse en los servicios evangelísticos, recordándose que se arriesga la salvación de las almas. Un yerro entre otras ocasiones podrá no importar mucho; un yerro en esta puede ser fatal. Mejor será errar en la reprensión personal y si acaso erramos.
Es probable que no se contriste mucho el Espíritu si nuestro motivo fue el cuidado de no impedir que alguna alma viniera a Cristo. Cada parte de un servicio evangelístico es mejor dejarla a los que han tenido experiencia, y se han probado que conocen la mente del espíritu.
No era el hablar en lenguas lo que
ocasionaba el peligro de que la gente dijera que la Asamblea de Corinto se
había vuelto loca; era que todos hablasen lenguas (14:23); esto, es todos
simultáneamente o en número excesivo, y sin interpretación. Era un uso
desordenado de un don que podría ser poderosamente eficaz si se usaba el tiempo
debido y en el modo debido.
Algunas personas no creen que necesitamos que se nos enseñe la manera de usar los Dones del Espíritu, pero nosotros sí.
No es que el mismo Espíritu Santo pueda
equivocarse alguna vez pero nuestro propio espíritu sí puede, y de aquí la
necesidad de las reglas expuestas en 1ª corintios 14.27,33, para que nosotros
nos examinemos en estos asuntos. El gran ideal es que el Espíritu de Dios
controle tan perfectamente cada miembro del cuerpo de Cristo al grado de que
cada operación de un don sea precisamente una "obra" del Espíritu
Santo. (Cap. 12.11) Entonces podremos estar seguros
de que no habrá impedimento al evangelismo o a la santificación o a cualquier
otra gran obra en que el Espíritu se halle ocupado en es momento, pero los
hijos de Dios se hallan en diferentes etapas de entendimiento espiritual.
Acerca de los dones espirituales los corintios no eran otra cosa sino "hombres"
1ª Corintios 14.20 y tenemos que lo mismo
podría escribirse de muchos de nuestros queridos hermanos del pueblo
pentecostal de Dios ahora. Por lo consiguiente, Pablo tuvo que establecer
reglas que serían superfluas, si estuviéramos siempre en el Espíritu.
El resumen final de toda la materia
se halla en el Cap.14.40.
"Hágase todas las cosas decentemente y
con orden". Ningún don espiritual, ejercido en el Espíritu, infringe jamás
esa regla y en consecuencia, nunca estorba el verdadero evangelismo.
Rectamente entendidos y rectamente usados,
los Dones del Espíritu son el único equipo adecuado de la Iglesia para el
cumplimiento de su gran comisión de predicar el evangelio a toda criatura.
4) EL REGULAR DE LOS DONES Y SU APARENTE
ABUSO.
Todos aquellos familiarizados con reuniones
pentecostales estarán dispuestos de admitir que hay casos específicos del
aparente abuso de los Dones espirituales. Esto no se limita a la época moderna
en la cual vivimos pues San Pablo escribió partes de las cartas
a los corintios para poner en orden los abusos y excesos. Dijo:
"Hágase todo decentemente y con
orden". Notemos lo siguiente:
Dios obra en manera cooperativa.
2ª Corintios 6.1. Mientras que la ineficiencia de los que trabajan con ÉL no le
deshonran, Dios permite a Sus hijos libertad.
El abuso de los Dones puede ser una
situación temporaria. Un nuevo creyente que no alcanza a comprender todo. 1ª
Corintios 12.1
1ª Juan 4.1; 1ª Timoteo 2.9. Una
manifestación de esta naturaleza
vendría sobre una persona
deliberadamente en relación con las fuerzas del mal. Tarde o temprano aparecerá
la vida de imitación que respalda el don de imitación.
Los Dones espirituales pueden ser imitados
por espíritus satánicos.
La escritura
declara que en ninguna manera es Dios el autor de la confusión. Uno de los
Dones que ha traído más disensión y problemas,
es el Don de Géneros de lenguas. 1ª Corintios 14.27 dice: "Sea esto por
dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete".
EL FRUTO DEL ESPÍRITU.
Cualquier confusión en el uso de los Dones no viene por obedecer las Escrituras, sino por el descuido de las mismas.
Mientras que los Dones del Espíritu
conciernen al servicio del creyente, el Fruto del Espíritu concierne al
carácter.
No es el caso de un momento especial de
bendición como los Dones, pero el producir el Fruto del Espíritu en la vida del
creyente es el resultado de una vida vivida en rendición al Espíritu. El Fruto
del Espíritu es la cosecha inevitable donde hay una vida vivida en sumisión al
Espíritu. La palabra "Fruto" esta puesta en singular en las
escrituras, con el pensamiento
que todo es de una clase,
divino y sobrenatural, a pesar del hecho que hay diversas manifestaciones.
Gálatas 5.22,23.
Hay sin lugar a dudas una relación muy íntima entre la obtención del Fruto del Espíritu y santificación progresiva. En ambos el carácter es modificado y el la generalización (estándar) de la santidad es alcanzado, no solo por medio de esfuerzo propio o lucha personal, pero por rendición incondicional a Dios en Su tercera Persona.
A continuación estudiaremos El Fruto, en forma individual, de un todo.
Ellos son: Amor.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Benignidad.
Bondad.
Fe.
Mansedumbre.
Templanza.
Autor del mensaje: Pastor Dionisio Medina (Uruguay)
FRUTO - AMOR
"Amor es el sentimiento que inclina el corazón hacia lo que le place".
Platón definía el amor
superior como el deseo de lo bueno, la aspiración, la ascensión gradual hacia
la suprema idea del bien.
"El amor a Dios, considerado en sí mismo y sin ninguna mezcla de motivo interesado, ni de esperanza, es el amor puro o la caridad perfecta", dijo Fenelón.
Cuando uno ama de veras, se prefiere el
bien de la persona amada al bien propio. La madre que ni duerme ni descansa
cuidando al hijo moribundo, el esposo que pierde su salud debido al excesivo trabajo
para sustentar y alimentar a su familia,
o el padre que se arroja a la peligrosa corriente para salvar a su hijo que se
ahoga; se niegan a si mismos, se sacrifican y sufren por el supremo bienestar
de los seres queridos.
"El verdadero amor tiene corno base la renuncia al bien individual" afirmó Tolstoi.
No importa que la persona amada lo
agradezca, no importa las privaciones que ello implique, lo que cuenta es el
beneficio que reciba el receptor del amor.
"Amar es gozar con la felicidad de
otro" enseñaba Leibniz.
Amar es un anhelo ferviente de que la persona amada goce de bienestar y felicidad. En sentido esencial se opone al egoísmo. Se ama al hermano, al amigo, al desvalido, al desgraciado, al prójimo, al enemigo. Es la tendencia de lo superior y perfecto a descender hasta lo inferior e imperfecto, en amor hacia todas las cosas por el amor mismo y no por la mera apetencia de ellas.
El amor a Dios debe ser total y pleno,
ofrecido sólo a él y expresado en servicio, reverencia y obediencia. Jesús
declaró que la ley se resume en el amor a Dios y al prójimo, ambos deben ser activos
y concretos.
Cristo nos dio el ejemplo más puro y elevado del amor desinteresado y abnegado. El nos enseña que éste debe ser total y sin reserva. Es Su muerte y resurrección es donde el Señor ha puesto en acción su amor por la redención de una humanidad perdida, caída y fracasada. Su muerte voluntaria es el resultado del amor del Padre y del Hijo.
Pablo escribió "Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" Romanos 5.5. Es el Espíritu el verdadero manantial del amor. Para poseer amor basta que el Espíritu Santo nos llene completamente. La vida cristiana es sencillamente vivir amando, cuando estamos poseídos por él, el amor brota espontáneamente como el agua de la fuente.
En el idioma griego existen cuatro términos para designar el amor:
I. EROS. Se refiere a la atracción física o sexual que un
hombre siente hacia una mujer
y viceversa. El amor erótico lleva en sí la idea de pasión o afecto carnal,
II. FILIA. Cariño o estima calurosa hacia
los amigos.
III. STORGE. Afecto familiar que se siente
por los padres, por los hijos o por los hermanos.
IV. ÁGAPE. Este es el amor más sublime
profundo e inquebrantable Esta palabra "ágape"
se refiere al amor cristiano sobrenatural,
el cual sólo es posible cuando es impartido por el Espíritu Santo en el
creyente.
En la actualidad se habla mucho de amor. El lema de las obras clásicas, delas grandes novelas y poemas gira siempre en torno al amor. Todo drama que conmueve hasta las fibras más profundas del ser, toda hazaña de valentía y coraje, toda acción heroica, toda demostración de benevolencia y compasión, tienen como fundamento el amor.
Pero debemos establecer una diferencia.
Tanto el eros, como el filia y el storge son aspectos del amor natural y
humano. En cambio
el ágape es "el amor del Espíritu". Sólo el Espíritu Santo puede
producirlo, procede de las alturas. Nos viene de arriba. Es divino, celestial y
glorioso. Incomparablemente superior a cualquier amor terreno.
1. El amor humano es emocional, sentimental, espera ser correspondido, retribuido; pero el amor de Dios es desinteresado, imparcial, paciente y misericordioso. No espera recompensa. Es sufrido, sacrificado y abnegado. No se irrita, no guarda rencor. Jesús en la cruz pronunció aquellas memorables palabras: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" Lucas 23.34, palabras que revelan su incomparable amor hacia sus adversarios y crueles verdugos. El Señor no tuvo ningún sentimiento adverso hacia ellos, ninguna palabra hiriente, ningún deseo vengativo. Vivió amando y murió amando. Pregonó el amor con el ejemplo hasta el último momento de su existencia. Muchos de los mártires cristianos en la antigua Roma morían en el Circo o en el Coliseo cantando alabanzas a Dios y con una sonrisa en sus labios, sin proferir palabras de injuria a sus torturadores. A pesar de que muchos eran destrozados despiadadamente por las fieras, sin embargó, no había en sus rostros expresiones de ira o desesperación.
El sublime amor del Espíritu extiende su noble influencia al paria, al miserable, al desvalido, a aquellos que nada pueden hacer por nosotros; como también expande sus luminosos rayos hacia los enemigos, los que nos calumnian, los que se burlan, los que no nos saludan, los que nos tratan mal. El amor siempre perdona, bendice a los que nos maldicen, ora por los que nos ultrajan y persiguen, y olvida todas las ofensas.
2. El amor humano es limitado y sectario, en cambio el amor del Espíritu es general, universal, amplio, ancho, profundo. Ama por el mero hecho de amar, sin favoritismos. El Señor hace salir el sol sobre justos e injustos. La benefactora lluvia cae sobre el campo del bueno y del malo. "De tal manera amo, Dios al mundo", Dios ama a todos, quiere que lodos sean salvos porque su esencia es amor.
El corazón amoroso es abierto para toda
clase de amistad,
brinda su cálida influencia sin mirar a quién, se expresa y comunica con justicia,
equidad
y comprensión.
El amor natural puede llegar a ser
exclusivista cuando sólo aprecia a los de su familia, nacionalidad,
raza, color,
posición o círculo social.
Jesús dijo: "Porque si amáis a los que
os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los
aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien ¿qué mérito tenéis? Porque
también los pecadores hacen lo mismo". Lucas 6.32-33. "Y si saludáis
a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de mas" ¿No hacen también así
los gentiles?" Mateo 5.47. El ágape se extiende igualitariamente a lodos,
deja caer sus semillas de bondad, cariño y dulzura en cada corazón que
encuentra a su paso. Presto está en ayudar y consolar a toda persona en
cualquier momento y situación.
3. FI amor humano es momentáneo o temporáneo. El amor del Espíritu es perenne, permanente, imperecedero. Dios le habló a Israel diciéndole: "Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia" Jeremías 31.3.
El amor humano es irregular y fluctuante.
Depende de la situación en que nos encontremos o de los seres con los cuales
nos relacionemos.
Hay personas que según su estado
temperamental o se encuentran en la cima; amorosas, tiernas y cariñosas, o
descienden al valle de la brusquedad, tosquedad y rudeza.
Nuestro estado de ánimo no debe afectar la
demostración del amor. Las personas que nos rodean no deben sufrir por nuestra
situación personal. Si estamos pasando por pruebas
y tribulaciones no debemos traslucir ni contagiar a nuestro prójimo.
Marchen bien las cosas o no marchen bien es preciso seguir amando. El gozo del
Señor es nuestra fortaleza.
Nada debe impedir que el río interior del
amor pueda fluir libremente para el beneficio de nuestros semejantes.
4. El amor humano es más bien exterior, depende de lo que ve. Pero el amor del Espíritu vive y se sostiene por fe.
El amor humano toma en cuenta la apariencia
física, o las virtudes o cualidades de la persona amada.
Dios con su amor contempla al pecador y ve
en él un santo en potencia.
Jesús pasó por donde estaba Mateo cobrando los impuestos
y no vio a un simple cobrador de impuestos como lo hubiera visto cualquier
hombre, sino un discípulo ferviente y un talentoso escritor de uno de los
evangelios.
Cristo se encontró con María Magdalena y
sus ojos amorosos no vieron en ella a la prostituta endemoniada y despreciable,
sino a una mujer libre, santa y fiel servidora de su causa.
Cristo llamó a Juan "Hijo del
trueno", hombre precipitado y violento; el cual tratado en la escuela
del amor, llegaría a ser el discípulo amado, y el escritor más tierno, profundo
y delicado sobre el tema del amor.
Dios nos ve a través del lente de su amor. El nos contempla no como estarnos hoy en nuestra inmadurez, sino cómo llegaremos a ser en el futuro, siervos fervientes y esforzados por su causa. Su mirada de amor siempre se extiende al porvenir. El nos ve desarrollados, crecidos, útiles, brillantes, glorificados y victoriosos. El no toma en cuenta que somos barro informe en sus manos ahora, sino que nos observa ya acabados y perfeccionados como vasijas ideales en donde su poder se muestra con toda su plenitud.
5. El amor humano es impulsivo e instintivo. El amor del Espíritu es de origen divino. Viene como producto de la presencia sobrenatural del Santo Espíritu en nuestro corazón. Procede del corazón de Dios al corazón del hombre. Es celestial, puro, santo, inconmensurable. No crece en forma natural en el terreno de nuestra carne humana. Tiene su fuente en el Todopoderoso. Es infinito y permanecerá para siempre.
El amor humano es de origen terreno, por lo
tanto desaparecerá ya que nuestra vida es tan breve en comparación con la
eternidad. Vivimos setenta u ochenta años y luego la vida terrena se termina.
Mas el amor divino es el salvador
del mundo, es el que nos ha permitido formar parte de la familia
celestial, y es el que nos ha abierto las puertas al hogar eterno en donde
estaremos disfrutando de una comunión indisoluble con Dios y todos los
redimidos.
6. El amor humano es pasional e inmoderado. El amor del Espíritu es sobrio, sensato y templado. Mantiene su equilibrio y justicia, sin excesos y violencias
El esposo que entrañablemente ama a su
esposa, que se comporta tan dulce y delicadamente con ella, puede en un
arranque pasional proferirle las palabras más groseras e hirientes movido por
los celos o el enojo. Los padres que quieren tanto a su hijo, pueden
descuidarse en la educación
y disciplina
del mismo; permitiéndole que haga lo que quiera, no poniendo freno a sus
desbordes juveniles por temor a ofenderle, desbordes que pueden afectar su
futuro y llevarle al fracaso. El genuino amor disciplina, educa, Incluso
prohíbe para el mayor bien de la persona amada. El amor del Espíritu es
correctivo e instructivo. El Señor
mira siempre el porvenir, el horizonte. El
sabe lo que nosotros precisamos para madurar correctamente en la vida
cristiana. Sus pensamientos no son siempre nuestros pensamientos, ni sus
caminos son nuestros carninas Por esa causa es que El muchas veces usa la vara
de la corrección: nos castiga, nos hiere, para encauzarnos y enderezarnos, no
porque quiera perjudicarnos, sino porque nos ama y desea nuestro supremo bien.
7. El amor humano tiene como fundamento las virtudes de la persona amada. Mira sus cualidades, su apariencia, sus gracias, sus méritos, su posición. El amor del Espíritu es desinteresado, proviene del corazón, del alma, de las entrañas, de adentro. Cuando Samuel iba a ungir al futuro rey de Israel, el Señor le advirtió "No mires a su parecer, ni lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre: pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón" 1ª Samuel 16.7.
El amor natural se siente seducido por los atributos del ser amado, por su belleza, su simpatía, su personalidad. Mas el amor del Espíritu prodiga su cálida influencia a todo el mundo, a todos los seres, hasta los más bajos, desaprobados y miserables.
Para el borracho, el ladrón, el criminal,
el traidor, el drogadicto, siempre hay una esperanza, una oportunidad, una
puerta que se abre por medio del amoroso Espíritu Santo. Para el ser más
repulsivo y condenable existe lugar bajo la sombra de la cruz.
El amor divino pudo rescatar al jefe pandillero de Nueva York Nicky Cruz, héroe principal del libro ‘La cruz y el puñal" y hacer de él un consagrado cristiano, predicador del evangelio.
Por su amor, el Señor nos ve no como somos,
sino como llegaremos a ser.
8. El amor humano es natural, terreno, imperfecto. El amor del Espíritu es divino, puro, celestial, completo y perfecto. Cuando el Espíritu Santo nos llena de su presencia, nos repleta de su amor. Al inundar el Espíritu el receptáculo de nuestro corazón nos llena de Cristo, ya que el Espíritu Santo revela a Cristo, muestra a Cristo, glorifica a Cristo, nos implanta la naturaleza de Cristo, Así que, cuanto más estamos llenos del amor del Espíritu, la persona de Cristo se mostrará más evidente en nosotros, de modo que podemos exclamar con el apóstol Pablo: "Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí" Gálatas 2.20. Y todas las virtudes cristianas podrán brotar de nuestro corazón, la ternura, la paciencia, la mansedumbre; las cuales harán que nos asemejemos más patentemente al Rey de Reyes y al Señor de Señores. "A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria"
Colosenses 1.27.
9. El amor humano es egocéntrico, sólo piensa en sí mismo, en su propia satisfacción, beneficio y bienestar. Es de naturaleza egoísta porque su propósito es lograr sus fines, sus deseos, sus ambiciones, saciar sus propias aspiraciones.
El hombre generalmente quiere a quién
corresponda a su amor, ama a los que le tratan bien, aquellos de los cuales
puede sacar ventajas, provechos y beneficios.
El amor divino es generoso, dadivoso y
servicial. Ama sin esperar recompensa o reconocimiento. Ama por la alegría de
amar. Ama porque anhela consolar, ayudar, socorrer, levantar. Está dispuesto a
la negación y al sacrificio con el fin de ver la felicidad en el ser amado.
Muchas veces el amor de naturaleza pasional
se ha descontrolado transformándose en odio, celos y resentimiento al sentirse
decepcionado por no sor correspondido. Cuántos crímenes, violencias y horrores
se han cometido por un amor herido que se ha vuelto en ira cruel, despiadada e
irracional.
En cambio el amor del Espíritu es dadivoso, altruista, se olvida de sí, se priva de su propio bienestar y comodidad con tal de ver contentos a los demás.
10. El amor humano es perecedero. En cambio el amor del Espíritu permanecerá para siempre. "El amor nunca deja de ser" 1ª Corintios 13.8. Se acabarán los dones, las profecías, se terminarán, las lenguas cesarán, la ciencia con todos sus logros, descubrimientos y conquistas tendrá su fin. Pero el amor jamás dejará de ser. Es la más valiosa, grande y elevada virtud "Y ahora permanecen la f e, la esperanza y el amor; pero el mayor de ellos es el amor" 1ª Corintios 13.13.
Amar es el fruto del Espíritu, es el
resultado de estar en estrecha relación con el cielo, es a evidencia de un
sólido crecimiento espiritual. Pero además es un mandato del Señor Jesús, él
dijo en Juan 13.34-35: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos
que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".
Dios nos insta, nos manda que amemos. Es el glorioso Espíritu Santo quien puede educarnos en la escuela del amor. Jornada tras jornada, año tras año, él va tratando con nosotros, limándonos, puliéndonos, para que en toda nuestra personalidad pueda brillar con todo su fulgor la perla del amor de Dios. Amor que esta esencia de la santidad, la plenitud de toda bondad y la fragancia suprema de Cristo en nosotros.
11. El amor humano es reaccionario y vengativo. Mas el amor del Espíritu es misericordioso, perdona y olvida. Cuando Dios nos perdona arroja todas nuestras iniquidades a la profundidad del mar y no se acuerda más de ellas.
El novio que ama, en una suprema demostración de cariño, puede obsequiarle a su amada un fresco ramo de tiernos pimpollos, o con suma caballerosidad le puede alcanzar el pañuelo de seda que se le ha caído, pero el mismo, al verse ofendido o desechado, puede enceguecerse de tal manera que sus manos crispadas e iracundas pueden golpear, empuñar el cuchillo o apretar el gatillo. El amor humano puede transformarse en odio feroz y sanguinario al verse defraudado.
EI amor del Espíritu no se cansa de perdonar. Cristo dijo que debiéramos hacerlo hasta setenta veces siete. El perdón debe practicarse indefinidamente. El amor divino no alberga ninguna clase de sentimiento vegetativo de ira, revancha o desquite.
El ágape es el amor cristiano sobrenatural. Debe ser buscado y cultivado intensamente.
Es el amor que se interesa más en dar que
en recibir. Es el amor que se proyecta para el beneficio de nuestros
semejantes. Es el amor por todos los hermanos, incluyendo a aquellos que no
están de acuerdo con nosotros y nos irritan. Es el amor que no nace por lo que
puede tener el ser humano, sino por lo que es el ser humano en si. Es una
manifestación libre, espontánea, un esfuerzo deliberado, desinteresado, que no
espera galardón ni retribución. Es el amor que se consume a si mismo en aras
del bien de los demás.
El ágape no conoce limitaciones, ni distinciones de cultura, nacionalidad, sexo o rango Nadie lo puede destruir porque es el amor de Dios y "Dios es Amor" 1ª Juan 4.8.
Este maravilloso amor sólo puede
encontrarse en aquellas personas que son motivadas, saturadas y capacitadas por
la unción del Espíritu Santo.
El amor del Espíritu es "sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser" Corintios 13.4-8.
Lo que más necesita la humanidad es amor. Al nuestro alrededor existen personas hambrientas y sedientas de amor. La frase "nadie me ama" se encuentra con frecuencia. ¿Quiénes deben ser los dadores del ágape? ¿Quiénes pueden realmente sembrar el amor de Dios en los corazones vacíos? ¿Quiénes pueden ser fuentes de amor y cariño para sus semejantes? Pues, nosotros, que ya hemos experimentado y sentido el amor de Dios. ¡Dejemos, pues, que los ríos del amor del altísimo nos inunden! ¡Permitamos que ellos fluyan incesantemente de nuestro corazón! Sembremos amor, amor y amor, porque sembrando amor sembramos a Cristo.
GOZO
Alegría, dicha, contentamiento, regocijo, complacencia, satisfacción, bienaventuranza.
"Porque el reino de Dios no es comida
ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo" Romanos 14.17.
El término "gozo" aparece sesenta
veces en el Nuevo Testamento. El verbo "regocijar" se encuentra
setenta y dos veces. El mensaje del evangelio es "buenas nuevas de gran
gozo" Lucas 2.10. Pablo aconsejó: "Estad siempre gozosos"
1ª Tesalonicenses 5.16. "Regocijaos en
el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos!" Filipenses 4.4. Es la
orden divina para el creyente. Existe gozo en el creer. Cuando los samaritanos
se entregaron al Señor había gran gozo en la ciudad, Hechos 8.8. El Espíritu
Santo es el Espíritu de gozo.
En el mundo se habla mucho de gozo. Existe el gozo natural, que no es fruto del Espíritu sino que procede de la satisfacción de tener una esposa, una familia. Existe el gozo de viajar, de contemplar la naturaleza; de participar de un deporte; de escuchar música agradable; de desempeñar un trabajo correctamente; de deleitarse con una comida.
Pero todos esos gozos son efímeros, temporarios, pasajeros, momentáneos. No son permanentes. La belleza de una flor se marchita, el vigor de la juventud disminuye, la familia con los años se desintegra; los seres queridos se van. La alegría terrena nunca es completa debido a la inestabilidad del ser humano y a la fugacidad de la vida. Un famoso millonario contemplando a su hijo muerto a los veintidós años en un accidente de aviación exclamó: ¿Y ahora para qué quiero la vida? Su corazón destrozado por ese golpe no pudo resistir y al poco tiempo él también murió.
El sabio Salomón disfrutó de todas las alegrías que los mortales pueden experimentar. No negó a sus ojos ninguna cosa que desearan, ni se privó de ningún placer. Sin embargo, luego de aventurarse en toda clase de diversiones, arriba a la conclusión de que. "Todo es vanidad y aflicción de Espíritu, y sin provecho debajo del sol" Eclesiastés 2.11.
El Señor nos invita, a través de su Palabra, a que estemos permanentemente gozosos. El gozo del cristiano no es sólo una emoción pasajera, sino una corriente ininterrumpida en cualquier circunstancia, tanto en los momentos de victoria, corno en las situaciones de pruebas y dificultades. La alegría de Cristo es perenne. Tanto el creyente individual, como la iglesia en general, deben vivir en una constante atmósfera de gozo.
¿Cuáles son las características del gozo
del Espíritu que lo hacen realmente incomparable?
1) - Debemos gozarnos en el Espíritu porque Dios mismo es el manantial de donde él procede. "Y el Dios de esperanza, os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo" Romanos 15.13. Dios mismo constituye el secreto de toda alegría y regocijo espiritual. David escribía desde la hondura de su alma. "Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre" Salino 16.11.
Los goces terrenos son efímeros porque provienen de cisternas rotas que no retienen aguas, proceden de circunstancias pasajeras y cambiantes. El jardín se engalana en primavera, pero el invierno le hurta la belleza. El dinero se gasta y se va. El banquete dura sólo unos momentos. Pero el gozo que viene del cielo no está sujeto a las vicisitudes de la existencia.
Dios es eterno, inmutable: sus virtudes son
para siempre "Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia
y gozo" Eclesiastés 2.26. Jesús dijo:
"Estas cosas os he hablado, para que
mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido" Juan 15.11.
Pedro escribió: "En quién creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso" 1ª Pedro 1.8. ¡Regocijaos en el Señor siempre! Sólo él puede concedernos una alegría exuberante y duradera.
Jesús, durante su ministerio terreno, se
regocijó en el Espíritu: "En aquella misma hora Jesús se regocijó en el
Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a
los niños.
Sí, Padre, porque así te agradó" Lucas 10.21.
A su regreso de una gira evangelística los setenta volvieron llenos de gozo por los milagros, señales y liberaciones que habían hecho en el nombre de Jesús. El Señor entonces se regocijó en el Espíritu, en lo más intimo de su ser, "se conmovió de regocijo" por el amor y la sabiduría del Padre al revelar a los niños lo escondido a los sabios y entendidos. Cristo se gozaba no sólo por lo que el Padre hacía, sino también por lo que el Padre era en sí; fuente de amor, bondad y misericordia.
Hoy también tenemos que gozarnos no sólo
por las obras que Dios realiza, sus sanidades y prodigios: sino también por lo
que él es en sí "la plenitud de nuestro gozo" y "la fuente de
nuestra vida".
"Gócense y alégrense en ti lodos los
que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación, engrandecido sea
Dios" Salmo 70.4.
2) - Debemos gozarnos en el Espíritu ante el privilegio de servirle. Cristo se regocijó en la salvación de las almas. En el evangelio según San Lucas, capítulo 15, Jesús pronunció tres parábolas: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida y la del hijo pródigo, cada una de las cuales enfatiza la verdad del regocijo que hay en el Padre y en los ángeles cuando un pecador se arrepiente El quiere que también nosotros poseamos este gozo del Espíritu, pero para disfrutarlo es necesario que salgamos corno él a encontrar la oveja perdida. Es preciso que busquemos con diligencia al pecador extraviado; como la mujer a la moneda perdida. Es imprescindible que tengamos un corazón misericordioso y amante como el padre que recibe a su hijo pródigo.
Cuando el Señor nos bautiza con el Espíritu Santo, con la señal física de hablar en otras lenguas, un
gozo pleno satura el corazón. Pero ese gozo debe traducirse en un entusiasta deseo de testificar, de anunciar el evangelio.
No olvidemos que al ser llenos del Espíritu
Santo; recibimos poder de Dios, dinamita divina para servir al Señor.
Cada cristiano sellado por el Espíritu es un ganador de almas, ya que el Espíritu actuando dentro de él lo va a impulsar para trabajar activamente por la causa del Altísimo. El concede dones y ministerios para servirlo mejor.
La tarea prioritaria de la iglesia es el
evangelismo. Toda congregación que quiera mantenerse viva y feliz debe realizar
evangelisrno. La presencia del Espíritu dentro del cuerpo de Cristo hace que
éste se descentralice para esparcirse corno un agresivo ejército para llevar
las buenas nuevas de salvación a los inconversos.
Las iglesias de mayor crecimiento en el mundo son las que oran más, las que buscan más de las inagotables fuerzas del Espíritu Santo, las que se gozan más en el servicio cristiano. Tanto la iglesia del Dr. Cho en Seúl, Corea, como la iglesia Metodista Pentecostal de Jotabeche, Santiago, Chile, como la de las "Asambleas de Dios" de Madureira, Río de Janeiro. aunque empleando diferentes métodos de evangelización, todas reconocen su imperiosa necesidad del Espíritu Santo, todas trabajan fervientemente, todas se gozan en el servicio. Para los creyentes de estas congregaciones es un gozo ir a la iglesia, es un gozo salir a evangelizar, es un gozo pertenecer a un gran movimiento conquistador
Cuando Pablo y Bernabé iniciaron su primer viaje misionero, luego de recorrer Chipre y predicar en Antioquía de Pisidia, estaban "llenos de gozo y del Espíritu Santo" .
Hechos 13:52.
El apóstol Pablo le expresa a los tesalonicenses: "Vosotros sois nuestra gloria y gozo"
1ª Tesalonicenses 2.20.
¡Hay gozo en los cielos cuando un pecador
se arrepiente!
"Irá andando y llorando el que lleva
la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus
gavillas" Salmo 126.6
¡Qué gozo indescriptible produce el servicio cristiano! ¡Qué alegría inconmensurable! Los cielos retumban de regocijo cuando un alma se convierte, los ángeles desbordan de alegría cuando un pecador se refugia al pie de la cruz. ¡Sirvamos, prediquemos, enseñemos, testifiquemos! ¡Los que enseñan Justicia a la multitud resplandecerán como estrellas a perpetua eternidad!
3) - Debemos gozarnos en el Espíritu al hacer la voluntad de Dios.
Jesús se deleitaba al hacer la voluntad del
Padre:
"Porque he descendido del cielo, no
para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió" Juan 6.38.
Cuando los sabios y gobernantes le hablan desechado y despreciado, cuando su
pueblo le rechazó como Mesías, el Señor manifestó gozo en aceptar el rechazo
como la voluntad del Padre.
Las persecuciones, las afrentas, los vituperios que sufrimos en este mundo por causa de Cristo son permitidas por Dios a fin de amoldarnos a la semejanza de su amado Hijo y deben ser aceptados con gozo. "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia" Santiago 1.2-3. "Gozaos cuando sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.
Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado"
1ª Pedro 4.13-14.
Pablo testificaba. "Sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones"
2ª Corintios 7.4. "Por lo cual, por
amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en
persecuciones, en angustias, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte"
2ª Corintios 12.10.
Cuando Pablo y Silas arribaron a Filipos en su segundo viaje misionero para predicar el evangelio, fueron encarcelados por echar fuera el demonio de adivinación de una joven. Luego de azotarlos brutalmente el carcelero les puso los pies en el cepo, encerrándolos en el calabozo de más adentro. Pero ellos no estaban tristes ni desanimados.
En la mitad de la noche oraban a Dios
cantando himnos con regocijo. Y de repente, sobrevino un gran terremoto de modo
que los cimientos de la cárcel se sacudían, se abrieron todas las puertas y las
cadenas de todos se soltaron.
El carcelero viendo las puertas abiertas pensó que los presos se habían escapado y sacó la espada para matarse. Pero Pablo clamó a gran voz y le dijo "No te hagas ningún mal pues todos estamos aquí; y entonces el carcelero se postra ante Pablo y Silas y les dice: ¿Qué puedo hacer para ser salvo? Y ellos le dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa" Hechos 16.31. Y en aquella noche el carcelero se convirtió "y se regocijó con toda su familia de haber creído en Dios" Con las espaldas heridas y sangrientas, los discípulos no perdieron el gozo del Espíritu.
Ellos estaban allí cumpliendo la voluntad de Dios que les había enviado a Filipos para predicar a Cristo. En medio de la adversidad, Cristo es glorificado, y el carcelero con todos los suyos se regocijó por haber encontrado la vida eterna.
Cuando todas las cosas marchan bien es fácil gozarnos, mas el genuino gozo del Espíritu se muestra en medio de los problemas, pruebas y sufrimientos. "El gozo del Señor es nuestra fortaleza".
Hacer la voluntad de Dios con alegría debe
ser el blanco supremo de nuestra vida; aunque ello implique tener que pasar por
peligros, crisis
y tempestades. El divino Consolador nos dará un revestimiento especial de poder
para estas circunstancias y su gozo nunca faltará.
4) - Debemos gozarnos en el Espíritu pues el regocijo divino es imperecedero, permanente, eterno. Gloriosas recompensas hay para nuestra labor por el Señor.
Aun en medio de la agonía de la cruz, Cristo se gozó con anticipación de ver linaje y el fruto del trabajo de su alma. "Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos" Isaías 53.10-11.
Hebreos 12.2 dice "Puesto los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de
Dios" Jesús tenía un gozo "puesto delante de él", él vivía
mirando el futuro, el porvenir, en la perspectiva de una gran cosecha de almas,
de una multitud incontable de redimidos en la gloria que llegarían allí por su
sacrificio expiatorio en la cruz.
Este gozo puesto en la seguridad
de la victoria final fue lo que mantuvo firme a Cristo hasta llegar al
Calvario.
El creyente también espera este gozo inefable y glorificado cuando escuche de labios del divino maestro las alentadoras palabras. "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" Maleo 25.21
El apóstol Pablo se gozaba grandemente ante la visión del galardón que iba a recibir por su labor: "Así que, hermanos míos amados y deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados" Filipenses 4.1. "Porque ¿Cuál es la esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante del Señor Jesucristo, en su venida?
1ª Tesalonicenses 2. 19.
¡Qué gran privilegio ganar almas para el reino de los cielos! ¡Cuánta recompensa! Dios tiene galardones, coronas incorruptibles de gloria, premios especiales para los que siembran para la eternidad. Por eso es que el gozo del Espíritu es inefable.
No se puede comparar con los goces del
mundo; estos son fugaces, huyen y desaparecen con rapidez, son de muy corta
duración. En cambio el gozo divino es continuo y eterno: "Y los redimidos
de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre
sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido"
Isaías 35.10.
Vale la pena seguir testificando. Vale la pena seguir predicando. ¡Esforcémonos! "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" 1ª Corintios 15.58.
PAZ
"Estado de sosiego y tranquilidad,
serenidad de Espíritu"
La paz es uno de los dones más gloriosos que Dios tiene para sus hijos. Es un tema central de la Palabra de Dios. Cuando la Biblia habla de paz lo hace en un sentido mucho más profundo y significativo de lo que el mundo lo hace. Para éste, paz significa sencillamente tranquilidad y ausencia de guerras o disturbios; o se refiere a aquel genio sosegado y apacible, o a la afabilidad de unos con otros, especialmente en las relaciones familiares.
La paz de la cual nos hablan Las Sagradas Escrituras es más que el estado de reposo, armonía o calma; es el acto de recibir todos los beneficios y gracias de Dios. Tiene su fundamento en Dios mismo: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" Filipenses 4.7.
Es imposible gozar de una genuina paz interior sin La ayuda y la presencia de Dios.
Para el apóstol Pablo Dios es "nuestra
paz". En sus epístolas siempre mencionaba. "la gracia y la paz de
Dios y del Señor Jesucristo".
El Dios de la paz desea conceder una
perfecta y completa paz a sus hijos para que puedan reposar en él en todas las
contingencias de la vida.
Existen cuatro manifestaciones o aspectos de la paz divina a nuestro favor:
I. LA PAZ CON DIOS
A) Cristo es el manantial de la PAZ
"Justificados, pues, por la fe tenemos
paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" Romanos 5.1. El
hombre, muerto en delitos
y pecados, está separado y alejado de Dios; vive esclavo de la maldad, los
vicios, el mundo, la carne y el diablo.
Pero por la gracia de Dios, por la sangre preciosa derramada por Cristo en la cruz; somos limpiados, salvos y santificados. Lejos de Cristo estábamos sin esperanza y sin Dios en el mundo, no pudiendo agradar ni al Señor ni a nuestros semejantes. Pero ahora, Cristo ha obrado la reconciliación; podemos disfrutar de comunión con Dios y el prójimo. "Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre" Efesios 2.17-18.
La paz del corazón, del Interior del alma; viene a nosotros por el perdón efectuado por la sangre del Cordero de Dios. La conciencia intranquila y culpable sólo puede descansar plenamente por la restauración que opera la cruz de Cristo "El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su haga fuimos nosotros curados" Isaías 53.5. "Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" . Colosenses 1.20.
B) El Espíritu Santo es el agente de la PAZ
Jesús dijo: "Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" Mateo 11.27. A sí mismo él se presentó como el origen, el productor la fuente de la paz. El es la paz, el descanso y el reposo del pueblo de Dios. Por medio de su sacrificio el hombre puede vivir en armonía con Dios.
Mas, quién promueve y pregona la paz de Cristo hoy es la tercera persona de la Trinidad; el bendito Espíritu Santo. El es el vicario, el representante, el sustituto de Cristo. El es el "otro Consolador" quien tendría el ministerio de ayudarnos, fortalecernos y saturarnos de paz.
Jesús cuando dio la promesa del Consolador
a sus discípulos les dijo: "no se turbe vuestro corazón", "yo
rogaré al Padre y os daré otro Consolador para que esté con vosotros para
siempre".
Cuando recibimos el bautismo en el Espíritu Santo, con la señal de hablar en otras lenguas, sentimos inmediatamente la paz de Cristo en el alma. Es una paz profunda, avasallante, dominante. Es una paz dinámica, "como un torrentoso río" que corre por toda nuestra personalidad inundandonos de una maravillosa seguridad.
"El ocuparse del Espíritu es vida y
paz" Romanos 8.8. Cuando nos preocupamos buscando las inescrutables
riquezas del Espíritu, él se encarga de fortalecer. Espíritu, es él quien nos
"da testimonio en nuestro espíritu", es él quien nos "da
testimonio en nuestro espíritu de que somos hijos de Dios" Romanos 8.16.
II. LA PAZ DE DIOS
"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo;
y sed agradecidos" Colosenses 3.15.
"Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera" 2ª
Tesalonicenses 3.16.
A) La paz que concede Jesús
Antes de ser crucificado, el Señor varias veces habló a sus discípulos tratándoles de preparar para el momento de su muerte. Les anuncio que seria menospreciado por los ancianos y sacerdotes y luego crucificado y muerto. Los discípulos se quedaron muy tristes y preocupados, entonces el Maestro les da la promesa del descenso del Consolador y de que él les daría de su paz: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" Juan 14.27.
El Señor vio lo que precisaban esos corazones turbados y abatidos, ellos urgentemente necesitaban su paz, esa paz que sólo Cristo podía proporcionarles porque él vino para hacer la paz. Su paz no es ni temporal ni pasajera, es perenne. Sea en momentos de victoria, como en las tormentas y huracanes de la vida, esa paz permanecería. No es una paz circunstancial, ni fofa, ni falsa como la que el mundo ofrece, sino una paz inconmovible.
La paz del mundo es fugaz y traicionera. ¡Cuántos tratados de paz han sido violados, cuántas promesas, cuántas normas de convivencia!
La paz que Cristo nos concede es plena y abundante. No comprende tan solamente la tranquilidad espiritual; sino también todos los beneficios que él obtuvo al morir en la cruz, la salud, la prosperidad, la bendición, el bienestar.
B) Asegurados por la paz de Dios
Se dice comúnmente que "la vida es una batalla" y es muy cierto. Existen muchos adversarios que tenemos que enfrentar; el pecado, el mundo, la carne, los peligros, las dolencias, las pruebas, el diablo, etc. Muchos cristianos pierden la compostura y la calma debido a las adversidades y a la presión de las circunstancias. En lugar de exaltarse o irritarse por los sinsabores de la vida; el cristiano genuino debe depositar sus cargas en el Señor. "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepase todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" Filipenses 4.6-7. Por la súplica constante el creyente debe llevar sus necesidades al Señor. De nada sirve ponerse nervioso y perder tos estribos o la calma. El Señor nos ha dado la receta para obtener ayuda en medio de los embates de la existencia. Hay que descansar en sus brazos de amor, echando toda nuestra ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de nosotros, La oración eficaz del gusto puede mucho.
Cuando oramos ponemos en movimiento la mano que creó el mundo, que trazó los cielos.
El Señor promete contestar todos nuestros
ruegos: él nos dará su paz, la paz que sólo él posee por ser santo, puro,
bueno, poderoso y lleno de amor. Tenemos que estar "Calzados con el
apresto del evangelio de la paz", el cual nos da firmeza y estabilidad.
Cuando su paz nos envuelve podemos pararnos valientemente delante del enemigo,
teniendo la completa seguridad de que él nos dará la victoria. Si su paz está
con nosotros no resbalaremos ni caeremos. Los temores y afanes serán hechos
añicos por el divino Consolador y exclamaremos desde las fibras más íntimas de
nuestro ser: ¡Qué maravilloso, qué glorioso es el Señor!
La paz que nos viene del Espíritu es eminentemente práctica. Hace sentir su generosa influencia en nuestro diario vivir. Para cada problema y necesidad está disponible para cubrirnos con su manto de seguridad. Cuando aparecen los quebrantos de salud:
arrecian las dificultades económicas, o los
temores quieren apoderarse de nosotros, podemos recurrir a aquél que nos ha
dicho: "Mi paz os dejo, mi paz os doy". El puede auxiliarnos y
alentarnos para salir triunfantes en cualquier contingencia por difícil que sea.
Precisamos acostumbrarnos siempre a echar
mano de la paz de Cristo. No debemos permitir nunca que las tempestades de la
vida nos agobien y desalienten El desánimo es presagio del fracaso.
Tenemos una roca firme en quién descansar,
un castillo fuerte para refugiarnos. El es el dueño de la situación. Nada hay
difícil para él, sigue sentado en el trono, es nuestro Supremo Sacerdote.
Alleguémonos, pues, al trono de su gracia para alcanzar misericordia y hallar
gracia para el oportuno socorro.
III. LA PAZ CONSIGO MISMO
"Y la paz de Dios gobierne en vuestros
corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un soto cuerpo, y sed
agradecidos" Colosenses 3.15. El Señor desea que nuestro corazón sea un
jardín de la paz, en donde ella pueda crecer y dar sus generosos frutos,
"mucha paz tienen los que aman tu ley" Salmo 119.165. "Pero los
mansos heredarán la tierra y se recrearán con la abundancia de paz"
Salmos. 37.11.
A) La paz debe crecer
La paz del Espíritu debe ser como un impetuoso río, fluyendo, creciendo en nuestro interior. Pero para que esa paz corra libremente es necesario caminar en santidad. En Isaías 48.18 el Señor nos dice. "¡Oh, si hubieras atendido mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar". Dios desea concedernos una desbordante paz; pero para ello debemos guardar su Palabra, eliminar de nuestro corazón todo pecado. Si dejamos que el orgullo, la envidia, el rencor, los celos, florezcan en nuestro corazón imposible será que tengamos una genuina paz. El pecado trae intranquilidad, desvelos y zozobras.
La paloma de la paz que es santa y pura huye del corazón rebelde y pecaminoso. La ira debe ser refrenada, la soberbia extirpada y el odio arrancado de raíz. SI permitimos que estas malezas crezcan nos volveremos hacedores de iniquidad y perderemos la comunión con Dios y la vida eterna.
Para que podamos disfrutar de una
descollante paz es preciso que seamos humildes y mansos. Cuanto más
quebrantados estemos más reconoceremos nuestra total dependencia del Altísimo.
Los mansos son aquellos que han renunciado a su yo, al egoísmo, al orgullo,
para servir a Dios y a su prójimo.
Aquél que está quebrantado puede fácilmente comunicarse con sus semejantes; sus contactos con las personas ya no son señalados por la brusquedad, la agudeza o la reciedumbre. Su carácter es humilde y apacible, y todo su ser, sus modales, su voz, muestran que posee la paz interior del Espíritu.
Cuando estamos quebrantados no confiamos en
nuestras propias capacidades humanas, sino que hemos aprendido a descansar y
esperar en él con una fe decidida y firme.
"En descanso y reposo seréis salvos,
en quietud y confianza será vuestra fortaleza" Isaías 30.15.
Dios anhela que la paz que hoy late en nuestro ser siga creciendo. Andemos en santidad, quebrantémonos más y más; y la paz del Espíritu será un tesoro inestimable en nuestra vida espiritual.
En la actualidad mucho se habla de paz.
Pero lo cierto es que existen muy pocas personas que puedan disfrutarla. La
ciencia dice que el setenta por ciento de las enfermedades tiene su
origen en factores psicosomáticos; preocupaciones, angustias, temores y
ansiedades. Infinidad de personas se enferman del corazón, úlceras y nervios
por causa de tensiones emocionales; porque les falta tranquilidad interior.
Viven en un estado de depresión
que a veces les conduce al mismo suicidio.
Las instituciones de enfermos mentales están repletas de gentes que han vivido en un estado de ansiedad, angustia, postración y derrote. La psiquiatría con sus diversas terapias no puede dar una solución definitiva a los conflictos interiores. Los médicos pueden ayudar al cuerpo, pero sólo Dios puede salvar el alma y proporcionar imperecedera paz.
Para que haya una complete paz interna es
la clave una buena relación con Dios. Cuando estamos saturados de su Palabra, y
dependemos de su ayuda diariamente buscándola por medio de la oración, no
existe lugar para la ansiedad, la preocupación o la depresión.
B) Plenitud de paz
Isaías 26.3-4. dice: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en tí persevera. porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos".
Paz completa, perfecta, tienen aquellos que confían, cuyos pensamientos perseveran en el Señor. No es sólo un sentimiento de reposo y quietud; sino una experiencia decisiva de bienestar y seguridad que procede de un abandono incondicional y total a la protección divina.
"He aquí que yo les traeré sanidad y medicina;
y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad" Jeremías 33.6.
El Señor está dispuesto a darnos abundancia y plenitud de paz, paz que sobrepasa todo entendimiento, paz tan sublime y gloriosa que ninguna circunstancia por adversa que sea puede menoscabarla.
IV. LA PAZ CON NUESTROS SEMEJANTES
"Seguid la paz con todos" Hebreos 12.14. "Tened paz entre vosotros"
1ª Tesalonicenses 5.13.
A) Instrumentos de paz
Dijo el sabio Salomón: "Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él". Proverbios 16.7.
Nuestra paz debe mostrarse también en las
relaciones que tenemos con nuestros semejantes, especialmente en nuestra familia
e iglesia.
Debemos ser promotores de la paz, canales de paz. Esto significa que en el
lugar en dónde nos movemos, actuamos o trabajamos debemos cuidarnos y no
fomentar situaciones tirantes o embarazosas, discusiones que puedan alterar los
ánimos y crear una atmósfera
de discordia.
En toda relación debemos mostrar siempre un espíritu perdonador, manteniendo una actitud amorosa y comprensiva. Preciso es eliminar todo sentimiento de desquite, todo deseo revanchista, "mía es la venganza -dice el Señor- yo daré el pago". "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de beber". Romanos 12.17-20.
Perdonar es un atributo divino, una virtud del alma. Jesús perdonó hasta en los últimos momentos de su vida "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" Lucas 23.34
Si nosotros no perdonamos las ofensas,
tampoco nuestro Padre celestial perdonará nuestras ofensas. El hecho de
perdonar es un acto de paz, de armonía, de conciliación. Sólo los corazones
llenos del amor
del Espíritu pueden perdonar como Cristo perdonó.
B) Seguir la paz
El Señor quiere no sólo que promovamos la paz sino que también sigamos la paz. El apóstol Pablo aconseja a su hijo en la fe Timoteo que siga "La justicia, la fe, el amor y la PAZ, con los que de corazón limpio invocan al Señor". 2ª Timoteo 2.22. Lo que revela realmente que somos propiedad de Dios es que producimos justicia, amor y paz. Pablo también aconseja: "Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación".
Romanos 14.19. En la iglesia, en la
fraternidad de los santos, hay que fomentar todo lo que contribuye a la unidad
y armonía del cuerpo de Cristo.
"Os ruego que andéis como es digno de
la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor; solícitos en guardar
la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" Efesios 4.1-3.
En medio de un mundo turbulento, como el ave que en medio de las rugientes olas, posa tranquilamente en la cima de una roca, nosotros los hijos de Dios tenemos paz como un río, paz de Dios; paz con Dios; paz con nosotros mismos y paz con nuestros semejantes. ¡Sigamos, prosigamos, persigamos la paz! En la tierra hay mucha aflicción, pero Cristo es nuestra maravillosa paz. ¡Gloria a Dios!
EL FRUTO PACIENCIA
INTRODUCCIÓN: Hoy quiero hablarles, básicamente de lo que ya les expuse anteriormente y presentar el tema, a manera de introducción; en forma gráfica, tomando de la vida real como ejemplo, un "RACIMO DE UVAS", simbólicamente éste racimo de uvas representaría El Fruto del Espíritu Santo y que está constituido sólo por nueve uvas.
Tres para con Dios: Amor, Gozo y Paz.
Tres para con el prójimo: Paciencia,
Benignidad y Bondad.
Tres para consigo mismo: Fe, Mansedumbre y
Templanza.
Estas son las muestras indelebles de El
Fruto, de una verdadera intimidad con Cristo.
Ya les predique, acerca de las tres primeras uvas (Amor, Gozo y Paz).
De esta segunda tríada, mi tema es: Las
uvas para con el prójimo, manifestado como El Fruto, en la forma de PACIENCIA.
Leeremos de La Santa Biblia, en la Epístola a Los Gálatas, capítulo 5, versículo 22 y 23 (Gá. 5:22, 23), para recordar cuál fue nuestro punto de partida.
La Biblia dice:
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay Ley".
De El fruto del Espíritu Santo, manifestado como la PACIENCIA, les hablaré cuatro puntos principales.
Ellos son:
La Paciencia de Dios.
La Paciencia con relación a los demás.
La Paciencia en circunstancias adversas.
La Paciencia en la carrera cristiana.
LA PACIENCIA DE DIOS.
En la Epístola a los Romanos, capítulo
quince, versículo cinco (Ro. 15:5), La Biblia dice:
"Pero el Dios de la paciencia y de la
consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús".
En la segunda Epístola a Los Tesalonicenses, capítulo tres, versículo cinco (2 Ts. 3:5). La Biblia dice:
"Y el Señor encamine vuestros
corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo".
Como algo imposible de definir, acerca de
Dios, intento inferir de Su Palabra, lo que creo que es lo más acertado. Y
digo:
La Paciencia es una cualidad esencial de
Dios.
¡Cuán inmensa, podría decir infinita e incomprensible es La Paciencia de Dios!. Analice Usted.
Lo insultan con los calificativos más
denigrantes.
Niegan Su misma existencia.
Violan sus gloriosos Mandamientos.
Lo acusan de todos los males y
padecimientos que hay en el mundo.
Podría seguir enumerando, muchísimas cosas
más, de lo que se manifiesta contra Dios.
Pero Dios en Su Paciencia, a toda criatura,
aún les da:
Vida.
El aire
que respiramos.
El sol.
Las lluvias.
Sus familias, amistades, goces y
pasatiempos.
Bendiciones de toda índole, que realmente
no lo merecen.
¡Todo esto y mucho más, se deben a La
Paciencia de Dios!.
Todos los seres humanos nos hemos
beneficiado de La Paciencia del Creador.
Si no fuera por La Paciencia de Dios:
a) Millones de seres humanos que han vivido
y viven egoístamente, no disfrutarían de las bellezas de este mundo.
b) Las Naciones malvadas en sus actos y
designios, hubieran sido extirpadas.
c) Toda la raza humana, hubiese sido
barrida de sobre la faz de la tierra.
Que desinteligencia, existen hombres (Hablo
genéricamente) que viven en la opulencia, cómodos, en posiciones envidiables, y
consideran que es fruto de su propio esfuerzo el haber obtenido sus riquezas y bienes
terrenales, olvidándose o no reconociendo que Dios es el Autor y dueño de todo
lo que existe.
La Biblia dice: (En el Evangelio de San
Mateo 16:26).
¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo
el mundo, y perdiere su alma?.
En otro pasaje Bíblico, (En la Parábola del
rico insensato, en el Evangelio de San Lucas 12:20). Dios le dijo:
"Necio, esta noche vienen a pedir tu
alma".
Fíjese el Apóstol San Pablo, cuando
escribió la Epístola a Los Romanos, en el primer capítulo, describe la historia de la depravación
del ser humano.
Les leo ahora, una porción de La Biblia, en
la Epístola a Los Romanos, capítulo uno, versículo veintiuno. (Ro. 1:21).
"Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido".
Estas personas, están llenas de toda
injusticia, maldad, codicia, perversidad, envidias, homicidios,
riñas, engaños, y otras cosas similares, pero desastrosas.
Estos son los que desprecian La Paciencia
de Dios. Lea en su casa La Epístola a Los Romanos capítulo dos, versículo
cuatro. (Ro. 2:4). La tendencia del hombre es abusar de La Paciencia de Dios. El hombre
trata siempre de justificar sus acciones.
Se atribuye el mérito que en realidad no lo tiene,
Les daré algunos ejemplos con relación, a
lo que les estoy mencionando.
El impío comete sus maldades y nada
catastrófico le ocurre.
El político ambicioso, promete un paraíso
de prosperidad y felicidad, y cuando llega a la cúspide del poder
se olvida de sus promesas.
El Padre o Madre que abandona su hogar e
hijos y aparentemente lo pasa muy bien.
Un país poderoso, ocupa una Nación
indefensa, la conquista
y sigue de lo más campante, pensando que todo está muy bien, después de haber
destruido pueblos y vidas.
Y seguiría diciendo, etc., etc., etc. Tal
vez Ud. o Uds., en este instante, están pensando en muchas cosas que no he
mencionado, y conoce estas realidades.
Estos siguen y siguen, abusando de La
Paciencia de Dios.
Pero Dios sabe, que llegará el momento
cuando esas personas, verán sus sueños y su seguridad
arrasados.
Dios espera con Paciencia, el día en que
los suyos verán Su Gloria y triunfarán sobre toda clase
de abusos.
En la segunda Epístola del Apóstol San
Pedro, en el capítulo tres y en el versículo nueve, (2 P. 3:9), dice:
"El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento".
Si el hombre tiene que sufrir o atravesar
experiencias duras y amargas, para llegar al arrepentimiento, debe considerarlo
como una incomparable bendición, porque si se arrepiente y busca a Cristo El
Señor, la Paciencia de Dios ha sido justificada y la salvación será una
realidad.
Si se llega a la salvación, es porque Dios
es paciente, dándonos el suficiente tiempo
para llegar a esa conquista.
Dios nos espera cada día, cada hora, cada
instante, siempre con Su amor tierno, y con los brazos abiertos.
Dios hoy te sigue esperando, sigue siendo
paciente. Él quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento
de Su Verdad. Entonces podrán decir aquel día, los que la encuentren, con mucha
alegría: "Encontramos al Maestro y ahora somos de Él".
LA PACIENCIA CON RELACIÓN A LOS DEMÁS
Paciencia con respecto a los inconversos
"El fruto del justo es árbol de vida;
Y el que gana almas es sabio". (Proverbios 11:30).
Leo en la Epístola de San Pablo a Los
Efesios, en el capítulo cuatro, versículo dos. (Ef. 4:2), y dice lo siguiente:
"Con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor".
Leo otro pasaje Bíblico, en segunda
Timoteo, capítulo tres, versículo doce, (2 Ti. 3:12). Y dice así:
"Y también todos los que quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución".
Por causa del Señor Jesús seremos:
Atacados en orden físico.
Vituperados.
Despreciados, criticados, calumniados y
zaheridos.
Al pasar por estas circunstancias debe
salir a relucir El Fruto de La Paciencia. Por esa causa Dios crea en nosotros
frente a éstas adversidades, un Espíritu de Paciencia, que no busca
represalias.
Los intereses del yo, la sensibilidad en
cuanto al yo desaparecen. Por esto, en cualquier lugar donde nos encontremos,
tenemos que dar testimonio de nuestra fe.
Hay un Coro que dice: "Brilla en el
sitio donde estés"
Les doy un ejemplo de la vida real. (Describir
cuando era estudiante del IBRP).
La Luz
no tiene comunión con las tinieblas.
La Paciencia de Cristo, es la arma más
efectiva e incisiva para pasar por alto, los vituperios y mostrar el
incomparable amor de Dios.
El Señor nos da, El Fruto de la Paciencia,
justamente para vencer estas adversidades, y es ahora en nosotros La Paciencia
de Cristo, por el Poder del Espíritu Santo.
Nuestra paciencia con relación a los demás,
una vez que recibimos del Señor, por medio de Su Espíritu Santo, diríamos que
se comporta como:
No a la auto defensa en nuestra vida.
No a la sensibilidad para reaccionar.
No más represalias.
No a contra golpear, sino estamos
preparados a presentar la otra mejilla.
No al pleito, estamos preparados por Cristo
el Señor, para darles aún nuestra capa.
Si nos obligan a cargar un kilómetro,
vayamos dos.
Si alguien viene a pedirnos algo y lo
necesita, estamos capacitados para ayudarle con lo que tenemos.
El cristiano que recibió El Fruto,
manifestada en la forma de La Paciencia, aguanta, se niega a sí mismo, y a la
larga ve los resultados positivos, porque su única preocupación es servir a sus
semejantes, ganar almas y buscar que la gloria y la honra sea de nuestro
Maestro a saber Jesucristo.
LA PACIENCIA CON RESPECTO A LOS CRISTIANOS
El creyente debe cultivar La Paciencia, con
relación a los Hermanos en Cristo.
El Apóstol San Pablo dice a Los Efesios, en
el capítulo cuatro, versículo uno y dos, (Ef. 4:1-2).
" Os ruego que andéis como es digno de
la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre,
soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor".
En la Iglesia del Señor, o sea el cuerpo
(simbólicamente) de Cristo, se encuentra que:
Hay, diferentes opiniones.
Hay, personalidades distintas.
Hay, ministerios
diferentes.
Hay, dones variados.
Hay, talentos multifacéticos.
Pero a pesar de todas estas
características, es necesario fomentar la unidad en medio de la diversidad.
Cada miembro del cuerpo desempeña una tarea
especial, pero todas, a pesar de la diversidad de funciones
manifestadas, deben trabajar como un todo, para un solo
Organismo, presidido por Cristo.
Debe existir una armonía e interdependencia
recíproca entre todos los miembros y órganos integrantes del cuerpo.
Así debe ocurrir dentro de la Iglesia del
Señor.
Todas las tareas dentro de la Iglesia del
Señor, están definidas y todas sin excepción son importantes.
Por eso La Paciencia, soporta la flaqueza
de los débiles y deja pasar por alto infinidad de situaciones, gracias a la
presencia interior del Espíritu Santo.
Jesús dijo:
" Yo estaré en vosotros".
Produce en nosotros, "El hacer y el
querer", de Cristo.
En la Epístola del Apóstol San Pablo a Los
Romanos, dice en el capítulo cinco, versículo tres, (Ro. 5:3).
"Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia".
Jesús es el Señor de La Paciencia. Según La
Biblia, en el Libro
del Profeta Isaías, capítulo cincuenta y tres, versículos, tres y siete. (Is.
53:3,7), encontramos lo siguiente:
"Despreciado y desechado entre los
hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de
él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Angustiado él, y afligido, no abrió su
boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca".
En La Epístola a los Hebreos, capítulo
cinco, versículo ocho y nueve. (He. 5:8,9). Tenemos:
"Y aunque era Hijo, por lo que padeció
aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen".
Otro ejemplo Bíblico, que nos da Jesús, se
encuentra en la primera Epístola del Apóstol San Pedro, capítulo tres,
versículo dieciocho. (1 P. 3:18). Y dice así:
"Porque también Cristo padeció una
sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,
siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en el Espíritu".
Otro ejemplo Bíblico de La Paciencia con
relación a las circunstancias adversas, es: La de Job. Pasaje Bíblico muy
conocido.
La Palabra de Dios nos exhorta a buscar La
Paciencia y consuelo, por eso debemos leer Las Escrituras.
Todas las dificultades que tenemos que
enfrentar, tienen un significado.
Detrás de toda tormenta, existe una gran
bendición.
"A los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan para bien".
Lo último de este tercer punto principal,
puedo decir que:
"El sufrimiento es el Maestro por
excelencia en la vida cotidiana; por lo general las adversidades, dan siempre
experiencia y sobre todo paciencia".
LA PACIENCIA EN CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS
LA PACIENCIA EN LA CARRERA CRISTIANA
En la Epístola a Los Hebreos, capítulo
doce, versículo uno. (He. 12:1). Dice:
"Por tanto, nosotros también, teniendo
en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y
del pecado
que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante".
Para poder correr exitosamente veremos tres
formas probables. (Preparativos).
A) 1. En toda competencia,
existen normas
estrictas que hay que cumplir.
2. Hay que correr de acuerdo a los
reglamentos establecidos.
3. El que compite, debe ajustar su conducta
durante la competencia a las leyes
imperantes, si no cumple será descalificado.
Son muy conocidas las reglas en una carrera
pedestre, violar algunas de las leyes, constituye la descalificación del
concursante.
En nuestra carrera espiritual, existen
también normas que debemos obedecer.
Se debe correr, legítimamente, y ser
genuino.
Las normas para el Creyente están en las
Sagradas Escrituras, a saber La Biblia.
En esta competencia, La Biblia constituye
el fundamento de nuestra carrera cristiana, debemos cumplirla, obedecerla,
acatarla, y ponerla en practica.
En el Libro de Apocalipsis, capítulo tres,
versículo diez. (Ap. 3:10), dice:
"Por cuanto has guardado la palabra de
mi paciencia, yo también te guardaré en la hora de la prueba que ha de venir
sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra".
Dios llama a La Biblia, "Palabra de mi
paciencia". Porque Dios lo espera con amor al hombre hundido en el cieno
del pecado, y también espera que se vuelva con un espíritu, contrito y
humillado.
B) CORRER CON PACIENCIA, porque hay una
nube de Testigos, que nos observan de todos lados, de lugares increíbles y aún
más, las profundidades espirituales nos observan atentamente y sienten el peso,
del triunfo de nuestra carrera.
CONCLUSIÓN
En el Idioma Hebreo, Paciencia se dice:
SEBELAGUT =
Paciencia como nombre, el idioma Griego:
Es decir la paciencia que crece bajo las pruebas.
HUPOMONE = (hupo = bajo; mone =
permanecer).
ANOCHE = (anecho = denota contención,
soportar, sufrir).
Paciencia como verbo:
MAKROTUMEO = Largura de ánimo o tener
paciencia.
Paciencia como El Fruto:
El creyente que recibió Este Fruto de Dios,
tiene la virtud de: saber sufrir, soportar las adversidades, dificultades,
infortunios, imposiciones, pruebas, trabajos que realiza de todo tipo con
fortaleza, sin lamentarse, y sin perturbación de ánimo.
Paciencia como una primera definición
Se define entonces como:
"La Espera y sosiego de las cosas que
se desean mucho".
Paciencia como una segunda definición
Es la perseverancia de hacer el bien, de
realizar trabajos pesados o minuciosos, que es una forma modesta del amor.
Aquellos que NO son pacientes son culpables
de rendirse a las circunstancias, cometiendo un tipo de indulgencia propia y se
rinden al lujo de la carnalidad.
Por medio del proceso
de Este Fruto, el creyente además es guiado por el Espíritu a refrenarse de la
venganza, por males cometidos en su contra.
Del Griego (Makrothymia), Significa que él
debe tener firmeza, para no dejarse llevar por la ira, cuando lo provocan o
insultan.
Por esta causa podemos clamar a Dios,
pidiendo; Ven Espíritu Santo y toma control
de mi vida.
Y alabamos diciendo, Gloria a Dios, Eres
Poderoso, Eres Grande, Abba Padre, te Exaltamos hoy Señor.
AMEN
Mensaje basado en parte sobre los apuntes
del Pastor:
DIONICIO MEDINA. (Del Uruguay).
ISUM – 18/7/91.
EL FRUTO BENIGNIDAD
INTRODUCCIÓN: como expliqué anteriormente,
hoy de nuevo les hablo del "Racimo de uvas", que simbólicamente
representa El Fruto del Espíritu Santo, y que está constituido sólo por nueve
uvas. Recordemos entonces cómo esta formado este racimo:
Tres (uvas) para con Dios: Amor, Gozo y
Paz.
Tres (uvas) para con el prójimo: Paciencia,
Benignidad y Bondad.
Tres (uvas) para consigo mismo: Fe,
Mansedumbre y Templanza.
Ya les prediqué, a cerca de las cuatro uvas
de este racimo. (Amor, Gozo Paz, y Paciencia), de esta segunda triada, mi tema
es: Las uvas para con el prójimo, manifestado como El Fruto, en la forma de
BENIGNIDAD, según Gálatas 5:22 y 23.
Les comunico, que Los Dones y El Fruto del
Espíritu Santo, ambos son IMPORTANTES.
La primera parte de la historia es,
comenzando desde el Día de Pentecostés y que continúa hasta ahora, con
maravillas y señales
mostradas por medio de los Dones del Espíritu. Pero esta historia para que
tenga un buen balance, debemos recordar de darle igual importancia a El Fruto
del Espíritu.
En la iglesia de Corinto no faltaban los
dones del Espíritu (Según 1 Cor.1: 7), pero sufrían de la escasez
de El Fruto. Aquella iglesia sufría de divisiones, la inmoralidad, peleas entre
los creyentes, problemas
de matrimonios y desórdenes en la reunión.
Dios por medio de Pablo dirigió estas cartas,
que en esencia contenían la indicación de que Los Dones fueran acompañados de
El Fruto del Espíritu.
Cuando se manifiestan Los Dones según la
voluntad de Dios, por medio de algún Hermano o Líder
de la Iglesia y éste no lleva una vida piadosa, la causa de Cristo
Sufre reproche. Si los creyentes hablan en lenguas
pero no muestran amor, son como metal que resuena (1 Cor. 13:1). Lo que debería
edificar la iglesia, llega a ser una causa de irritación para la congregación y
los vecinos que nos conocen.
Los que se deleitan, admirando las
manifestaciones espectaculares, suelen tildar o juzgar a otros sobre la base de
Los Dones. Sin embargo Dios hace Su fallo sobre la base de El Fruto. Uno puede
manifestarse con el Don de profecía, entender los misterios,
poseer gran fe, pero no alcanza la medida que Dios quiere, (lea en 1 Coro. 13:
2), porque falta El Fruto del Espíritu.
Cuando entra el Espíritu habrán Dones, pero
a la vez debe haber Fruto. Jesús declaró que la manera de distinguir entre los
profetas falsos y verdaderos, no era por sus Dones sino por Sus Frutos (Mateo
7:15,16). También nuestro Padre Celestial se deleita cuando llevamos mucho
Fruto (Juan 15:8).
El hombre natural al mirar esta lista del
Racimo de nueve uvas, describe como una vida inalcanzable. Pero por el Espíritu
sí, uno puede alcanzar esta vida. Jesús dio el secreto y dijo: "Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí"
(Juan 15:4).
La Palabra de Dios, indica que los
creyentes deben desear los mejores Dones (1 Cor. 12:31), pero a la vez registra
el mandamiento de Jesús de que moremos en Él para poder llevar Fruto del
Espíritu y no el esfuerzo del creyente.
Solamente cuando los Dones del Espíritu y
El Fruto del Espíritu reciben el mismo énfasis pueden los creyentes
desarrollarse como Dios desea.
Un fundamento de la Benignidad, esta en (1
Cor. 13:4),
Donde se muestra como una clase especial de
amor.
El que no aceptó el Evangelio de Jesús,
"cree que a nosotros no nos importa nada de lo que les pasa". Vez
tras vez, esta expresión nos acucia, pensemos ¿Nos importa realmente? ¿O es
fingido? ¿Es sólo una actitud que la iglesia asume sin que en realidad se
traduzca en algo tangible?
Uno de los rasgos característicos de la
iglesia del Cristo viviente, es el amor que obra, el que se interesa, es en
realidad La Benignidad para con el prójimo.
Mientras que con Los Dones accionamos, con
el Fruto nos formamos, porque Dios está más interesado en lo que somos. Por
medio de El Fruto del Espíritu Santo podemos venir a ser lo que Dios quiere que
seamos.
Recuerde que la prueba verdadera de que
somos espirituales se mide por El Fruto del Espíritu y no por las
manifestaciones sobrenaturales del Espíritu Santo actuando. Debemos producir
fruto y mucho fruto.
No todos son usados o han sido instrumentos
en la operación de Los Dones. Si una persona
no es usada con Los Dones, no significa que haya una deficiencia en su vida
espiritual. En cambio,
la ausencia de cualquier Fruto mencionado por Pablo en Gálatas, sí es
deficiencia. Porque al producir Fruto, sabrán si somos espirituales o no.
El Fruto del Espíritu es una virtud divina
y no humana. El Fruto es el mismo carácter
de Cristo Jesús. La manera que podemos ser como Cristo, amen de otras cosas
más, es sí permitimos que el Espíritu Santo haga este trabajo
profundamente en nuestro corazón.
De El Fruto del Espíritu Santo, manifestado
como La BENIGNIDAD, Les hablaré con tres puntos principales.
Ellos son:
La Benignidad de Dios.
La Benignidad par los nuevos creyentes.
La Benignidad para los necesitados.
Los enfermos.
Los preocupados.
"¿O menospreciáis las riquezas de su
benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento?"
(Romanos 2:4).
Anteriormente, ya mencioné que El Fruto
Benignidad es una virtud divina, máxima del Señor. Él es muy "rico en
benignidad".
Dios desde el cielo, ve a sus criaturas en
sus, desgracias, derrotas y miserias, enredados por tentáculos, como el dolor,
la tristeza, las enfermedades
y angustias. Pero Dios es misericordioso y benigno, se compadece de nosotros,
inclinando su corazón para sacarnos del pantano del sufrimiento y ponernos
sobre la roca de los siglos que es nuestro Señor Jesucristo.
Mas, Dios no es solo benigno con Su Pueblo
selecto y escogido de Hebreos. (Israelitas). Él es también piadoso y clemente
con los redimidos, con los que han sido adoptados como hijos suyos. Pero lo más
glorioso aún es que esa misericordia del Señor, se extiende también a todos los
habitantes de la tierra.
"Porque Él es benigno para los
ingratos y malos". (Lucas 6:35).
"Bueno es Jehová para con todos, y sus
misericordias sobre todas sus obras".
(Salmo 145:9).
Dios es Benigno para aquel que está en
dificultades.
Dios es misericordioso para aquel que se
encuentra en orfandad.
Dios es benigno para los que están en
Sanatorios y Hospitales.
Dios es compasivo para con los niños,
los huérfanos, los miserables y los indiferentes a las cosas espirituales.
Dios es benigno par los que se burlan y
blasfeman su nombre.
Dios es benigno con los que habiendo
conocido su verdad, se apartaron.
Dios es benigno, con los que nunca han
escuchado el mensaje del Evangelio y el nombre de Jesús.
Dios es benigno en aliviar el padecimiento,
sanando a la humanidad de sus enfermedades.
Dios es benigno, con Su Plan
maravilloso, de las Dispensaciones del Tiempo, que se fueron cumpliendo una
tras de otra, hasta la llegada de Su Hijo, El Mesías; Jesucristo, que murió por
la humanidad, que resucitó por el Poder del Espíritu Santo, para luego ascender
al Padre e iniciar su ministerio de Sumo Sacerdote.
Como Sumo Sacerdote, Cristo sigue
derramando las riquezas de su benignidad, contestando nuestras oraciones y
dándonos nuevas fuerzas en los momentos de debilidad.
Dios es misericordioso, permitiendo que sus
Sagradas Escrituras aún existan y que estén al alcance de todos.
En este mundo perdido, con innumerables
dificultades, de todos los ordenes, por la benignidad de Dios, aún se puede
obtener la salvación para entrar en las moradas del cielo.
La sorpresa del hombre es tan grande,
cuando ve a otros hombres, transformados por la sangre
de Cristo Jesús, en personas tiernas, cariñosas, compasivas y con un amor
sobrenatural para transmitir el mensaje de la esperanza de la benignidad de
Dios.
LA BENIGNIDAD DE DIOS
LA BENIGNIDAD PARA CON LOS NUEVOS CREYENTES
"Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo ".
(Efesios 4:32).
"Antes fuimos tiernos entre vosotros,
como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos ".
(1 Tesalonicenses 2:7).
La Biblia hace hincapié en que tenemos que
soportar al débil en la fe, sobrellevar sus cargas, siendo comprensibles y
delicados con ellos.
La Palabra de Dios, nos enseña
detalladamente cómo, debemos tratar, a los nuevos convertidos, dándonos
instrucciones claras, para ayudarlos a crecer y fortalecerse en su vida
espiritual y material.
Por falta de Benignidad, se pierden
preciosas almas por las cuales, murió Jesucristo.
Los nuevos convertidos, son niños en
Cristo, recién nacidos para vida eterna y se comportan como niños de la vida
real y esa es la causa por la cual debemos tenerles mucha paciencia, no conocen
el mensaje de La Biblia, ni las costumbres cristianas, no saben alimentarse por
sí mismos, el alimento espiritual tenemos que servirles con cucharilla y
dándoles porciones pequeñas despacio y moviéndonos al ritmo que ellos se
manejan y no al nuestro, ya que nos consideramos como adultos en la fe, por la
cual sería imposible para ellos seguir a nuestro ritmo.
Por no saber cómo tratarlos, la falta de
tacto, delicadeza y sabiduría, nosotros perjudicamos la fe de los nuevos.
Cuando ayudamos a los nuevos en Cristo, no
es conveniente, presentar un evangelio legalista, de normas y prohibiciones,
los ahuyentaremos, ya que ellos lo verán cómo un evangelio negativo y
pesimista.
Esto no quiere decir que les ocultaremos la
verdad, sino todo a su debido tiempo. Primero los niños espirituales deben
saborear a Cristo, gustar de Cristo y entregarse completamente a Cristo, esto
significa que cuando las personas dejan entrar a Cristo en sus corazones, todo
lo demás vendrá por añadidura.
El mensaje del Evangelio es
Cristo-céntrico, luego el Espíritu Santo va ir puliendo, purificando y educando
toda la personalidad
del nuevo creyente.
San Pablo, tuvo una doble relación para con
los convertidos en su ministerio.
1. Ante Dios eran sus hermanos.
También eran sus hijos a los que había
engendrado espiritualmente.
En este sentido, como hijos, él estaba
obligado a cuidarlos, así como un niño lactante necesita todo el amor y la
benignidad de su madre.
El niño pequeño necesita de sus
progenitores una atmósfera de cariño, él comprende desde que nace el lenguaje
de la dulzura.
Es muy conocido, que en los primeros años
del infante se forman los rasgos más sobresalientes de su personalidad.
La Iglesia del Señor, con sus Miembros,
deben brindar a los nuevos creyentes, por paralelismo de lo descrito anteriormente,
las mismas características maternas, y que sea real para ellos un ambiente
de cordialidad, cari- dad, interés
y calor
humano.
Si sienten el aprecio y la simpatía de los
hermanos máscrecidos, será muy difícil que se aparten del camino del Señor.
LA BENIGNIDAD PARA LOS NECESITADOS
" Vestíos, pues, como escogidos de
Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad,
de mansedumbre, de paciencia."
(Colosenses 3.12).
" Porque el siervo de Señor no debe
ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido."
(2ª Timoteo 2.24).
Es normal que todos los días tenemos
contacto o comunicación
con diferentes clases de personas, amigos y desconocidos, algunos buenos y
amables; otras difíciles de soportar.
En esos momentos, nos encontramos con situaciones de enfermedad, dolor, tristeza, preocupación, soledad, angustia, ansiedad, etc.
En esos momentos, nos encontramos con situaciones de enfermedad, dolor, tristeza, preocupación, soledad, angustia, ansiedad, etc.
En todos éstos casos; es necesario poner en
práctica el Fruto de la Benignidad.
Analizaremos dos subdivisiones:
A) Benignidad hacia los enfermos.
B) Benignidad hacia los preocupados.
Benignidad hacia los enfermos.
Cuando Dios expulsó a Adán y Eva del huerto
del Edén (Génesis 3:24), las enfermedades han plagado al hombre.
1) Los hebreos creían que la enfermedad era
resultado del pecado en el individuo
a quién Dios tenía que castigar (Génesis 2.17).
Proverbios 23:29-32, del pecado de los
padres
(2º Samuel 12:15)
2) La enfermedad debido a una seducción de
Satanás. (Mateo 9.34 y Lucas 13.16)
3) Hay pasajes bíblicos, que demuestran que
no siempre hay una explicación fácil de la enfermedad (Job 34.19-20)
En el período del AT, el pueblo hebreo
relacionaba la sanidad con Dios. (Salmo 103.3)
(Malaquías 4.2)
Durante el ministerio de Jesús la sanidad
de los enfermos tuvo preponderancia.
Hasta en nuestros días encontramos las
curaciones rituales, religiosas y milagrosas. Paralela con la medicina
clásica.
En el curso de la historia de Israel
y de otros pueblos afectaron siempre las enfermedades; les cito algunas de
ellas, donde no puedo entrar en los detalles explicativos, porque no es el tema
que estoy tratando.
Hay enfermedades como:
A) Afasia
B) Apoplejía
C) Ulceras
D) Defectos físicos
E) Ceguera y sordera
F) Sarpullido
G) Cáncer
H) Tisis o tuberculosis
I) Disentería
J) Edema o hidropesía
K) Perturbaciones endocrinas
L) Epilepsia
M) Desórdenes femeninos
N) Fiebres
O) Gangrena
P) Gota
Q) Cojera
R) Lepra
S) Malaria
T) Desórdenes mentales y nerviosos
U) Parálisis
V) Plagas
W) Enfermedades de la piel
X) Viruela
Y) Insolación
Z) Síncope
AA) Enfermedades venéreas
BB) Gusanos
En nuestro diario vivir, nos encontramos
con ésta lista interminable.
Al tratar con las personas, que tiene
alguna de estas enfermedades, no es tarea fácil. El enfermo necesita de nuestra
comprensión y sobre todo, cariño. La recuperación del mismo será positiva,
salvando las dificultades; si vive en un ambiente de ternura y benevolencia. El
factor de la sanidad natural, se expresa en diferentes formas, veamos una.
Proverbios 17:22, conocemos que para las enfermedades del cuerpo y del alma, el
remedio eficaz es el amor. El amor triunfa, cuando todo lo demás ha fracasado.
El poder sanador del amor jamás se comprenderá completamente por los mortales.
Fue el amor y la compasión, lo que envió al Señor a la cruz.
Cuando visitamos y cuidamos a un enfermo
debemos hacerlo pensando como si nosotros tuviéramos lo mismo; es una forma de
identificarse con sus sufrimientos.
Es necesario ser positivos en la
comunicación, optimistas, mostrarles y engendrarles fe, hacerle saber que
tenemos un Dios que todo lo puede, capaz de sanar toda clase de enfermedades y
que se compadece de los que sufren.
La Benignidad quiere decir: que hay que
tratar a otros de la misma manera que Dios nos ha tratado a nosotros.
El trato, es determinante, más aún con los
niños se debe desarrollar la benignidad, ternura y cariño. La Benignidad y
amabilidad es un lenguaje
que pueden hablar los mudos y oír y entender los sordos, es algo positivo y
activo.
Hay sanidad en la expiación por la Cruz de
Cristo.
¿Qué podemos hacer para solucionar el
problema de la soledad?
1. Jesús, clamó a Dios en la hora de la
necesidad.
2. Desarrollar una actitud mental positiva
basado sobre la fe en Dios, ayuda a vencer el problema.
Aceptar la humanidad de otros, de modo que
no seamos amilanados por su falta de comprensión o por sus ofensas.
El pecado no confesado, ni abandonado nos
esclaviza en nuestra soledad.
Declárelo a Dios para ser libre. Recuerde
Hebreos 13.4.
Tristeza ( Mateo 5.4)
La tristeza, por haber sido atrapado en
algo deshonesto no tiene bendición.
La tristeza, por haber fracasado con un
designio egoísta no tiene bendición.
El pesar por las consecuencias, más bien
que por el pecado, es un pesar sin toque de Dios.
La tristeza, según Dios expresa
constricción por el pecado.
B) Benignidad hacia los preocupados
Las circunstancias sociales, económicas y políticas
actuales, nos introducen a una vida de ansiedad, preocupación y zozobra.
Con frecuencia en nuestras iglesias tenemos
que ayudar a ésta clase de personas.
Muchos de ellos se enferman del corazón y
los nervios debido a sus preocupaciones, actúan bruscamente, se irritan con
facilidad, sé acomplejan y deprimen.
A ellos debemos ministrarles con Benignidad
y ternura. La amabilidad conduce a considerar, obrar con buen tino, que es lo
debemos hacer.
La amabilidad, significa siempre ayuda,
saber apreciar a los demás, es el ser constructivo, es tratar de ver lo bueno
que hay en los demás, es perdonadora y misericordiosa.
La benignidad es un delicado Fruto que
todos debemos cultivar.
Estamos viviendo en los tiempos peligrosos
de los postreros días. En vista de las densas tinieblas espirituales que están
cubriendo el mundo entero, es urgente la necesidad de poner en práctica ahora,
lo que las Sagradas Escrituras ordenan.
Según el Plan de Dios, sobrevendrán
acontecimientos, difíciles sobre la redondez de la tierra, y los corazones de
las multitudes se va a secar por el temor y la expectación. Sólo el trato
benigno puede ayudarlos a salir de éste pantano, para que puedan encontrar en
Cristo, la columna firme en que aferrarse. (En Santiago 3.17, habla de la
sabiduría espiritual).
Los preocupados, deben anhelar la sabiduría
genuina, es necesario que la pidan y que la busquen en Dios. Él realiza una
obra secreta en el interior de sus corazones por medio de su Espíritu Santo.
Nosotros estamos involucrados en un
glorioso y espiritual mandato, de ganar almas para el Reino de los Cielos, para
obedecer y cumplir, precisamos cultivar algunas virtudes esenciales, una de
esas virtudes es el Fruto Benignidad.
Si somos conscientes de la tremenda responsabilidad
que pesa sobre nuestros hombros, vamos a buscar la sabiduría del cielo,
precisamos el discernimiento especial del Espíritu, para poder ayudar a las
complejas preocupaciones del ser humano. Dios puede capacitarnos dándonos una inteligencia
aguda para poder orientar a los agobiados por las penas de la vida, Jesús tenía
esa capacidad de penetración en la intimidad espiritual de los hombres y podía
solucionarlo en el momento. Isaías 50.4 – Marcos 9.23.
Que la Benignidad y ternura de Cristo nos
capa-cite para que sea una bendición a los corazones hechos trizas por la pena
y el dolor.
Bs.As. 1/03/99. Argentina
CONCLUSIÓN:
En el idioma Hebreo, Benignidad se dice:
Medibut-leb = ser benigno.
En el idioma Griego, Benignidad se dice.
Como adjetivo:
CHRESTOS = Placentero, benigno.
EUPEITHES = Dispuesto a la Obediencia.
Como verbo:
3. CRESTEUOMAI = Ser Benigno.
BENIGNIDAD COMO FRUTO:
Es el milagroso toque, el misterioso
vínculo del Espíritu, que nos hace agradables a los demás; es ese carisma, esa
indefinible fuerza
que hace que otros confíen en nosotros para que podamos extenderles una mano de
amor y misericordia.
Es poder bajo control completo. El Espíritu
Santo expresa por medio del creyente la virtud de ser un verdadero caballero y
una verdadera dama bajo toda circunstancia.
Es el propósito del Espíritu en este Fruto
de producir en el creyente una madurez sazonada, una suavidad de todo lo que es
desagradable y rudo.
Bs.As., 2/03/99. Argentina.
Mensaje basado en parte sobre los apuntes
del Pastor DIONICIO MEDINA (Del Uruguay) e ISUM del 18/07/91.
FRUTO – BONDAD
INTRODUCCIÓN:
Es la consideración por los demás, el deseo
de hacer el bien sin mirar a quién, tener caridad. Misericordia, generosidad,
altruismo.
Los hermanos que recibieron el Fruto del
Espíritu Santo, son personas generosas, por que Dios se manifiesta a través de
ellos con Su Don y Fruto, tienen inclinación, disposición, servicio,
sin esperar recompensa de los demás y los que no recibieron el Fruto de Dios,
empiecen a rogar a Dios, y cuando lo reciban, entonces será más fácil que el
Señor empiece a usarlos ampliando, perfeccionando su ministerio.
La esencia de Dios es DAR: San Juan 3.16;
Hechos 20.35. Nuestra bondad, debe ser en el Espíritu y actitud. Gálatas 6.9.
Con la bondad nos daremos a los demás; como
se dio Cristo, Esteban, Pablo y los Apóstoles, entonces el fluir del Espíritu
Santo será abundante por intermedio de nosotros.
Todos los dones, talentos, capacidades y
ministerios que el Señor nos ha dado son para el beneficio de la Iglesia, para
el perfeccionamiento, crecimiento y edificación de la Iglesia.
Según las oportunidades que se nos
presente, será necesario hacer el bien a todos, no solo a los creyentes y
amigos, sino a todos nuestros semejantes, Gálatas 6.10; Mateo 5.44.
En esto los hijos de Dios debemos ser
semejantes al Padre Celestial, cuyo amor abarca a la humanidad entera,
prodigando su amor y cuidados infinitos sobre aquellos que le aman y adoran y a
los que diríamos son de la familia,
pero por ahora están viviendo en otro barrio.
Me expreso de la siguiente forma:
Sembremos el bien mientras podamos, como
uno puede y nos permitan, haciendo lo más correctamente, y cuando podamos.
¡Preste atención!
A esta regla de oro,
que es uno de los resúmenes de La Ley y los Profetas. Mateo 7.12.
Cuando estemos en la presencia del Señor,
frente al "Tribunal de Cristo", seremos juzgados por nuestras
verdaderas obras, llamadas buenas por nosotros, siendo galardonados por las
mismas, de tal manera como dice La Biblia, "Un baso de agua
que demos en nombre del Señor Jesús, no perderá su recompensa".
Del Fruto Bondad, en este mensaje les
hablaré con los siguientes puntos principales:
Los pensamientos deben ser bondadosos.
Las palabras deben ser bondadosas.
Las acciones deben ser bondadosas.
4. La bondad debe ir en aumento.
Los pensamientos deben ser bondadosos.
Leo Filipenses 4.8.
De este pasaje Bíblico inferimos:
"Lo que el hombre es , es producto
de sus pensamientos"
En este caso La Bondad, como Fruto del
Espíritu Santo, proviene de Dios, y nace en las mentes generosas de los
verdaderos creyentes., Isaías 32.8.
Esta clase de pensamiento
es bendecido, Salmo 41.1
En nuestra naturaleza
suceden variadas cosas, entre ellas el dar y recibir. Una alma bondadosa, de
buen nombre que recibió esta virtud, piensa en dar y en continuar dando, es
semejante a un manantial que brota ininterrumpidamente.
El ejemplo clásico es:
Así como no se puede detener la corriente
de un río, y más aún cuando este es caudaloso o está llegando después de una
lluvia intensa, comparativamente, es imposible detener la corriente de los
buenos pensamientos que fluyen como manantiales inagotables, como corrientes de
un río caudaloso, y cuando recibió la lluvia del Espíritu Santo, llega tronando
las muchas aguas de pensamientos puros, honestos y justos.
Para que esto suceda nuestra mente debe ser
rendida completamente a Cristo.
1ª Corintios 2.16.
Si tenemos la mente de Cristo, debemos
actuar como ÉL, durante su ministerio pensó constantemente en otros, ÉL había
venido para servir y no para ser servido, esta es la gran enseñanza
que aprendimos del Señor, pensar en los pecadores, los enfermos, los pobres,
los ancianos, los huérfanos, los fracasados, deben estar siempre en nuestro
corazón para mostrarles nuestro cariño, amor y comprensión.
Les doy la nota de prevención de otro
ejemplo clásico; decimos:
"No podemos impedir que las aves
vuelen sobre nuestras cabezas, pero sí que hagan nido"
El enemigo de nuestras almas, Satanás es
muy sutil en sembrar pensamientos morbosos y perjudiciales, cuando vengan estos
pensamientos, es necesario combatirlos.
Una idea se combate con otra idea, un
pensamiento malo combatimos con otro bueno, cuando un pensamiento pesimista nos
aguijonee, no nos detengamos en él, resistámoslo, expulsémoslos en el nombre de
Jesús.
Nuestros pensamientos deben ser nobles,
altruistas y positivos. Proverbios 21.5.
Si tenemos buenos pensamientos en relación
a Dios, la vida y nuestros semejantes, llegaremos a ser generosos de bendición
y útiles.
2. Las palabras deben ser bondadosas
Nuestros pensamientos, se vinculan por
medio de las palabras con nuestros semejantes, palabras habladas o con señales
que se utiliza en el lenguaje para los sordos y en general, hasta un silencio
es una palabra muy profunda, de esa manera nos comunicamos expresando lo que
sentimos o queremos. Por eso; grandes pensamientos, requieren palabras
específicas, significativas para luego plasmarse.
Jesús dijo: "De la abundancia del
corazón habla la boca" Lucas 6:45.
En nuestra vida diaria sostenemos muchas
conversaciones, hablamos abundantemente, la mayoría de las palabras que
pronunciamos los cristianos genuinos son buenas y correctas. Todo pensamiento
bondadoso lo podemos trasmitir por medio de palabras. Si brota una idea nueva
en el corazón podemos buscar el término adecuado para ilustrarla. La gran
fábrica del lenguaje es el pensamiento. La mente siempre encuentra la manera de
dar a conocer sus ideas.
Al escoger las palabras es necesario tomar
en cuenta su influencia sobre el corazón y el alma. Las palabras bondadosas y generosas
mejoran el alma; pero las palabras pobres, mezquinas e hirientes, la
perjudican. Aquel que se expresa en palabras amargas, escandalosas, egoístas y
falsas, puede llegar a envenenarse con ellas. La lengua
es un miembro muy traicionero. Una lengua desenfrenada causa grandes males
Santiago nos dice que "la lengua es un miembro pequeño", pero se
jacta de grandes cosas. He aquí, ¡Cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.
La lengua está puesta entre los miembros, y
contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es
Inflamada por el Infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de
serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza
humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede
ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y
con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a semejanza de Dios. De una
misma boca proceden la bendición y la maldición. Hermanos, esto no debe ser
así. ¿Acaso alguna fuente echa por la misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos ¿puede acaso la higuera producir aceitunas y la vid higos? Así
también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce" Santiago 3:5.12.
Ya que la lengua, humanamente hablando, es
un miembro indomable ¿quién lo puede dominar? Sin duda que el glorioso Espíritu
Santo. Cuando el divino Consolador llena nuestra lengua, ella llega a ser un
instrumento de paz y bendición. Nuestro lenguaje es cambiado totalmente,
nuestras palabras pronunciarán siempre lo bueno y agradable al Señor.
La señal física externa del
bautismo en el Espíritu Santo es hablar en otras lenguas, Hechos 2:4. Y creo
que una de las razones por las cuales Dios escogió las lenguas, es que cuando
el hombre le entrega la lengua al Señor; que es el miembro más ingobernable que
tenemos, esto revela un total quebrantamiento, una completa sumisión a él. Es
por la acción
interior del Espíritu que nuestro vocabulario se vuelve bondadoso y apacible.
Cuanto más llenos estemos del Espíritu Santo, nuestras palabras exaltarán más a
Cristo.
Para el bien de nuestras almas, y para
provecho de nuestros semejantes, permitamos que el divino Espíritu tome total
control de nuestro vocabulario. Una boca consagrada puede ser una inagotable
fuente para pregonar las incomparable verdades del Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo.
3. Las acciones deben ser bondadosas
La bondad es el amor en acción. La bondad
es una expresión del amor, el cual hace que el alma sea noble y caritativa,
inspira al sacrificio y a las acciones loables nunca falla. Si queremos ser
generosos debemos tener un corazón tierno y amante. El egoísta no su interesa
por nadie, sólo por el yo. El odio se niega a dar buenas dádivas; la
indiferencia se olvida de hacerlo, la avaricia seca las fuentes
de la generosidad. Pero el amor siempre está buscando la forma de hacer el bien
a otros. Nunca secansa. Jamás desespera.
El amor se sacrifica, no calcula los costos,
actúa y hace todo lo que puede.
La historia del "Buen Samaritano"
es una de las lecciones más elevadas del amor. El sacerdote y el levita vieron
al hombre herido y moribundo junto al camino y pasaron de largo. El sacerdote
con su religión,
y el levita con sus leyes, no pudieron ayudar al hombre maltratado. Pero el
Samaritano, con su corazón lleno de compasión, se acercó al herido; con ternura
y misericordia vendó sus heridas; y luego le llevó al mesón y cuidó de él.
¡Bondad maravillosa! ¡Caridad espontánea!
¡Compasión genuina! Tenía un gran corazón,
por eso estaba preparado para realizar cualquier tarea encomiable, cualquier
obra generosa.
Dios no necesita tanto grandes mentes, ni
grandes capacidades, él necesita grandes corazones, corazones rendidos,
corazones quebrantados, por los cuales pueda circular libremente el torrente de
su bondad.
Nuestras acciones son producto de nuestros
pensamientos. A los pensamientos mezquinos, corresponderán acciones mezquinas;
a los pensamientos grandes, grandes acciones.
Es imprescindible cultivar un alma
bondadosa. El amor y la dulzura emanan de un corazón generoso.
Dios nos ha creado seres sociales,
pertenecemos a una familia, a una comunidad.
Ningún hombre vive para sí, cuando procura hacer esto fracasa. Los santos
verdaderamente, no son los anacoretas y ermitaños que se refugian en grutas y
monasterios para vivir en paz y santidad. Los santos genuinos viven entre los
hombres y hacen que el mundo sea mejor por medio de su vida y ejemplo. La vida
en sociedad
es ambiente favorable para la bondad.
Al estar en contacto con nuestros
semejantes podemos hacer el bien, sembrar la generosidad y el cariño.
Jesucristo "anduvo haciendo bienes", tenía un alma bondadosa. Toda su
vida fue un continuo dar. Y al final, se dio a sí mismo en la cruz, para que
con su sacrificio expiatorio, la humanidad tuviera oportunidad de salvarse.
Si tenemos realmente un alma generosa vamos
a desear servir, ayudar, e incluso sacrificarnos por nuestros semejantes. Las
grandes multitudes están hambrientas y sedientas del Señor. Y así como Cristo
alimentó a las multitudes, les predicó y sanó; él nos ha puesto a nosotros entre
las desorientadas muchedumbres de hoy para que las alimentemos, les prediquemos
el mensaje de la esperanza, la salud y la victoria.
No basta solamente tener buenas
intenciones. Los pensamientos y palabras deben ser traducidos en acciones. La
bondad de Jorge Muller le llevó a servir a los huérfanos de Inglaterra,
dependiendo exclusivamente de la ayuda divina. La bondad de Florentina
Nightingale fue la que operó para que dejara a su país y fuera a servir a los
heridos de la guerra
de Crimea, "la dama de la lámpara", como se le llamó, ha quedado en
la historia como una heroína de la fe por su generosidad, bondad y altruismo,
Bernabé, hijo de consolación, era un varón bueno, "lleno del Espíritu
Santo y de fe" Hechos 11.24, que vendió su propiedad para ayudar a los
santos necesitados de la iglesia primitiva.
Dorcas fue una sierva fiel del Señor que
"abundaba en buenas obras y en limosnas que hacia" Hechos 9.36.
Recordemos que nuestra vida es muy breve en
comparación con la eternidad; somos como la flor del campo, como la neblina que
pasa, como un fugaz pensamiento. ¡Tan breve es nuestra existencia! Por lo
tanto, mientras vivamos, hagamos todo lo posible por sembrar buenas acciones.
No hay tiempo para acciones egoístas. Mientras nuestros pulmones respiren y la
sangre circule por nuestras venas; hagamos el bien, ayudemos, prediquemos,
testifiquemos. Demostremos que Cristo mora en nuestro interior a través de una
vida práctica pletórica de acciones nobles.
Tanto egoísmo, envidia, codicia y avaricia
hay en este mundo. ¡Cuántas almas tumbadas y fracasadas por las acciones
rastreras de sus intereses mezquinos! El egoísmo marchita y contrae el alma. En
cambio, la bondad, la ensancha y eleva.
4. La bondad debe ir en aumento
La bondad, cual la corriente de un
Impetuoso río, debe ir en aumento. Muchos nos caudalosos; como el Amazonas,
nacen de una insignificante vertiente que fuego crece, crece hasta
transformarse en un ancho y profundo caudal. Así debe ser el fruto de la
bondad. El apóstol Pablo dice que: "no nos cansemos, pues, de hacer el
bien; pues que a su tiempo segaremos, si no desmayamos" Gálatas 6.9.
La bondad es una creciente virtud, nunca
llegaremos a la meta.
Según crecemos en la plenitud del Espíritu, así debemos crecer en bondad y
generosidad. Existen personas que se cansan de hacer el bien. Pero debemos dar,
dar y dar, en todo tiempo, hasta que lleguemos al cielo. Constantemente. Un
alma noble desea dar y continuar dando. Como fue ejemplificado anteriormente.
Sería una calamidad tratar de atajar la corriente de un río o impedir que el agua
brote del manantial.
El dar es parte del plan de Dios para todo
cristiano que quiera servir efectivamente al Señor. El genuino hijo de Dios
anhela enriquecer su alma con el propósito de dar más y hacer más el bien.
Dios quiere que abundemos en bondad:
"Pero estoy seguro
de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de
bondad" Romanos 15.14.
"El hombre bueno, del buen tesoro de
su corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas
cosas" Mateo 12.35.
El corazón del hombre bueno es como un
cofre lleno de preciosas joyas. Es una bendición estar con el generoso; sus
palabras, pensamientos y acciones son siempre consoladores y alentadores. Su
actitud abierta y servicial es un incentivo para aquellos que le rodean.
"El que siembra generosamente,
generosamente también segará" 2ª Corintios 9.6. Cuanto más generosos, más
bendiciones recibimos.
Los cristianos debemos ser activos
y militantes en el ejercicio de la bondad. A nuestro alrededor existe un sinfín
de oportunidades para practicar la generosidad cristiana. Somos la sal de la
tierra para dar sabor de Cristo. Somos la luz del mundo para Iluminar con los
benefactores rayos del sol de justicia.
Una humanidad enferma, indigente y
desesperada, necesita urgentemente nuestra ayuda, Si mucho tenemos, mucho
podemos dar.
Ayudar y orar por un enfermo, dar de comer
al hambriento, extender un vaso de agua al sediento, vestir al desnudo, visitar
a los presos; son actos de bondad que serán recompensados con creces por el
Señor.
No nos cansemos, pues, de hacer el bien en
todas las oportunidades posibles. Esforcémonos por crecer en utilidad
y al fin de nuestra carrera recibiremos esas inconmensurables palabras de
nuestro divino redentor quién nos dirá: "Bien, buen siervo y fiel; sobre
poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor"
Mateo 25:21.
5. La bondad es el amor
en acción
La bondad es una expresión del amor,
el cual hace que el alma
sea noble y caritativa, inspira al sacrificio y a las acciones
loables. Nunca falla. Si queremos ser generosos debemos tener un corazón
tierno y amante. El egoísta no se interesa por nadie, sólo por el yo. El odio
se niega a dar buenas dádivas; la indiferencia se olvida de hacerlo, la
avaricia seca las fuentes
de la generosidad. Nunca se cansa. Jamás se desespera.
El amor se sacrifica, no calcula los costos,
actúa y hace todo lo que puede.
La historia del "Buen
Samaritano" es una de las lecciones más elevadas de amor. El sacerdote y
el levita vieron al hombre
herido y moribundo junto al camino y pasaron de largo. El sacerdote con su religión, y el levita con
sus leyes,
no pudieron ayudar al hombre maltratado. Pero el samaritano, con su corazón
lleno de compasión, se acercó al herido; con ternura y misericordia vendó sus
heridas; y luego lo llevó al mesón y cuidó de él. ¡Bondad maravillosa! ¡Caridad
espontánea! ¡Compasión genuina! Tenía un gran corazón, por eso estaba preparado
para realizar cualquier tarea encomiable, cualquier obra generosa.
Dios no necesita tanto grandes mentes, ni
grandes capacidades, él necesita grandes corazones rendidos, corazones
quebrantados, por los cuales pueda circular libremente el torrente de su
bondad.
CONCLUSIÓN
Una primera definición: Calidad
de bueno, inclinación para hacer el bien, blandura y apacibilidad de genio.
Una segunda definición: Ser tolerante,
misericordioso, altruista, piadoso, generoso, caritativo, magnánimo,
filantrópico, abnegado.
En Hebreo: (Nedivut -lev) = Bondad
En Griego: agaqwsuvnh (Agathosune) = Bondad
Significa aquella cualidad moral
que se describe mediante el adjetivo agathos (Ver bien).
Subjetivamente es, deseo caracterizado por
bondad, buen deseo.
Objetivamente es, deseo de bondad, de ser
bueno y hacer el bien.
Una actividad bondadosa a favor de ello.
Un pensamiento
general: No es solamente tener una disposición bondadosa, debe tener una acción
bondadosa. Es beneficencia divina activa. Es el amor en acción, deseando y
procurando el bien estar de los demás.
Donald Gee escribe: "Lo que tenemos en
mente es que el creyente tenga una responsabilidad
bien proporcionada, que se pueda depender de él, que tenga un carácter
honesto, y que sea buena compañía en todo andar de la vida.
Bondad es nada más y nada menos que
"Perfección moral"
Bs. As., 3/04/02. ARGENTINA.
Mensaje basado sobre los apuntes del Pastor
DIONISIO MEDINA (Del Uruguay)
e ISUM del 18/7/91, clases dictadas en el I.B.R.P. en Argentina.
FRUTO - FE
Fe, como fruto del Espíritu, es fidelidad,
veracidad, confiabilidad. Es una gracia esencial, móvil fundamental de la vida
cristiana. Es una sincera y entera entrega a Dios, as la atmósfera
espiritual en la cual debemos vivir. Es ese depender diario y consiente en la
ayuda divina, sin alterarnos ni desanimarnos por las tormentas y huracanes de
la vida.
Cristo es el autor y consumador de la fe, y
produce fe en nosotros por su Espíritu Santo. Es el Espíritu quien nos
vivifica, Justificándonos por la fe y haciendo que triunfemos sobre el mundo,
el pecado
y la carne.
La fe verdadera siempre está vinculada con
Cristo, "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
el cual es Jesucristo" - 1ª Corintios 3.11.
Ella es la virtud específica que mantiene
un continuo contacto con Cristo, depende de él, descansa en él. "Porque
por le andamos, no por vista" – 2ª Corintios 5.7.
La fe es la llave que abre todas las
puertas del cielo a nuestro favor. Todas las promesas de Dios se reciben por
fe. Dios nos insta a que crezcamos en fe, permanezcamos firmes en la fe,
mantengamos y guardemos la f e, peleemos la buena batalla de la fe, seamos
ricos en fe; y resistamos al diablo firmes en la fe.
‘Velad, estad firmes en la fe, portaos
varonilmente, y esforzaos" – 1ª Corintios 16.13.
1. Dios es fiel
El Señor es digno de la más entera
confianza, esto incluye el cumplimiento de sus promesas y la ejecución de sus
juicios. Las promesas de Dios son veraces, tienen el total respaldo del cielo;
por lo tanto, su pueblo debe reposar completamente en ellas.
El diablo nunca cumple sus promesas. Los
hombres a veces, ya que el hombre
no puede prever el futuro y los incidentes del futuro pueden hacer imposible el
cumplimiento de lo que habían prometido. Pero Dios siempre cumple, es fiel.
Cuando Dios formula sus promesas, conoce el futuro; y él no haría promesas si
viera algo que pudiera estorbar la realización de las mismas.
Pablo dice: "Porque todas las promesas
de Dios son en él Si, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de
Dios" – 2ª Corintios 1.20,
En el Señor no hay mudanza ni sombra de
variación, él no es hijo de hombre para que mienta o se arrepienta. Todo lo que
él promete en su Palabra lo hará. El "nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina" – 2ª Pedro 1.4.
Sin duda que aquellos que hemos conocido al
Señor ya hemos experimentado el cumplimiento de varias promesas divinas, la
salvación del alma, la sanidad para nuestros cuerpos, el bautismo en el Espíritu
Santo, la contestación a nuestras oraciones, el gozo, la paz, la seguridad
que tenemos en el alma; son todas promesas maravillosas que se han llevado a
cabo en nuestra propia experiencia. Pero quedan aún miles de promesas más para
realizarse.
Recién hemos entrado en la corriente de las
bendiciones de Dios, hay muchas profundidades inexploradas. El mar de las
promesas del Todopoderoso es Insondable. David decía que nuevas son cada mañana
las bendiciones del Señor. ¡Aventurémonos en penetrar en el océano del amor de
Dios! ¡Experimentemos su gracia y su poder!
El es fiel. Las promesas son para nosotros. Ellas son los medios
más eficaces para que comprobemos la existencia y la fidelidad de Dios.
¿Qué ateo puede convencer al cristiano que
Dios no existe, cuando podemos comprobar que él cumple su Palabra? ¿Qué
Incrédulo podré negarnos la realidad del Señor, cuando él nos bautiza con el
Espíritu Santo y nuestro corazón reboza de gozo, brotando de nuestro ser un
incontenible torrente de poder?
Josué, al comprobar que Dios es fiel a su
Palabra, dijo: "Reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda
vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que
Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha
faltado ninguna de ellas" - Josué 23.14.
Pero además, Dios es fiel a su Palabra, no
sólo confirmando sus promesas, sino también ejecutando sus juicios. Su
veracidad hace que lleve a cabo sus juicios tan ciertamente como corrobora sus
promesas. Los desobedientes, incrédulos y enemigos no pueden escapar de su ira:
"Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es
según verdad" - Romanos 2.2.
El día que se cumpla la maravillosa promesa
de la Segunda Venida de Cristo será de gozo y algarabía para los santos:
"Porque es Justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os
atribulan, y a vosotros que sois atribulados daros reposo con nosotros, cuando
se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles
de su poder" – 2ª Tesalonicenses 1.6, 7. Pero ese mismo día será de
tribulación, angustia y desesperación para los impíos y desobedientes, ya que
Cristo se manifestará para ellos "En llama de fuego, para dar retribución
a los que no conocieron a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor
Jesucristo: los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para
ser glorificado en sus santos y ser admirado por todos los que creyeron" -
2ª Tesalonicenses 1.8-10.
"Dios es fiel" – 1ª Corintios
1.9. "Conoce, pues, que Jehová tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el
pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos"
Deuteronomio 7.9.
El Señor es leal así mismo, cumple con su
palabra, guarda los pactos que establece con el hombre; él es infalible e
inmutable. Jeremías, desde la profundidad de su alma exclamaba: "Grande es
tu fidelidad" - Lamentaciones 3.23.
La fidelidad de Dios es alta y sublime:
"Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza
hasta las nubes" - Salmo 38.5. Ella es eterna:
"Porque ha engrandecido sobre nosotros
su misericordia, y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya" -
Salmo 117.2. "De generación en generación es tu fidelidad" Salmo
119.90.
En el Nuevo Testamento se presenta a Cristo
como: "Misericordioso y fiel sumo sacerdote" - Hebreos 2.17.
"Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial,
considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el
cual es fiel al que le constituyó" - Hebreos 3.1 -2.
En su gloria y magnificencia de los cielos
Jesús es "el testigo fiel", y su nombre "Fiel y Verdadero"
- Apocalipsis 1.5; 19.11. Y aquellos que irán
con él "son llamados elegidos y fieles" - Apocalipsis 17.14.
2. Fidelidad en el servicio
"Mis ojos pondré en los fieles de la tierra,
para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, este me
servirá" - Salmo 101.6.
Dios requiere fidelidad para su servicio:
"Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado
fiel" - 1ª Corintios 4.2.
Esta fidelidad debe mostrarse aún en los
detalles más pequeños de nuestras actividades. "Las moscas muertas hacen
heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que
es estimado como sabio y honorable" Eclesiastés 10.1.
¿Cuál es el camino al éxito
en toda empresa
de actividad humana?: EL CUMPLIMIENTO EXTRAORDINARIO DE LOS DEBERES ORDINARIOS.
Los peldaños que conducen a la superación están constituidos trozo tras trozo
por el leal y fidelísimo cumplimiento de los insignificantes, humildes y
cotidianos deberes de la tarea que desempeñamos en el presente momento de la
vida Lo que ahora estamos haciendo abrirá o cerrará la puerta de la superación.
"Sé fiel hasta la muerte,
y yo te daré la corona de la vida" - Apocalipsis 2.10, nos dice el divino
maestro. Fiel hora por hora, jornada tras jornada, año tras año.
Siempre, uno de los indicios del éxito en
el ministerio cristiano es la determinación de hacer las cosas acabadamente
bien; por insignificantes que parezcan, y asimismo rechazar cuanto de vulgar,
chapucero y común hagan los demás.
Es necesario ser fiel a nuestro
llamamiento, fiel al ministerio Hacer lo mejor posible poniendo todo nuestro
corazón en la labor que desempeñamos.
La mayor valía en el servicio del Señor
consiste en la convicción de que no hemos de ceder a nada que pueda perjudicar
nuestro ideal ni deprimir nuestro carácter, porque sólo manteniéndonos en
elevado nivel espiritual, trabajando por el Señor lo mejor que podamos siempre
y en cualquier lugar, lograremos alcanzar a la meta
que tanto anhelamos.
SI ponemos nuestra alma en la obra del
Señor, y cumplimos con la tarea fielmente, de él recibiremos alentadora
recompensa.
La fidelidad en la obra divina que tenemos
en nuestras manos es uno de los factores preponderantes para aumentar nuestra
dicha y regocijo espiritual. El gozo que sentimos cuando hacemos algo para Dios
es un excelente tónico que nos fortalece y reafirma para realizar mayores
desafíos.
Es necesario mantener el entusiasmo, el
fervor, la fidelidad, en nuestra cotidiana labor. El sustentar de continuo en
la mente el ideal de la excelencia hará que la fe que hay en nuestro corazón se
traduzca en loables acciones.
No permitamos nunca que nada nos
desaliente. Eliminemos todo pensamiento de inferioridad, deficiencia o temor.
José es un evidente ejemplo de fidelidad a
Dios, cuando la esposa de Potifar se enamoró de él instigándolo al pecado, se
mantuvo fiel al Señor y a su amo. Guardó su pureza, y ha quedado en la Biblia
como uno de los caracteres más elevados y santos. Su fidelidad a Dios le
levantó a alturas alpinas, porque aunque tuvo que padecer en la cárcel por un
pecado que nunca había cometido; sin embargo, Dios reivindicó a su siervo
elevándolo a la categoría de primer ministro de Egipto,
el imperio más poderoso de aquel entonces.
Daniel es uno de los siervos de Dios más
sobresalientes por su lealtad. En medio de una nación
idólatra y pagana como Babilonia, y siendo cautivo en una tierra
extraña, se mantuvo siempre muy cerca del Señor. Como José en Egipto, llegó a
ser el primer ministro de Nabucodonosor, el monarca que gobernaba el mundo.
Tuvo que enfrentar cruentas oposiciones, pero el triunfo constantemente estuvo
de su parte.
La envidia y los celos de sus adversarios
quisieron destruirle, pero él siguió adelante. "No podían hallar ocasión
alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en
él" - Daniel 6.4. Ni la amenaza de los leones hambrientos y furiosos
lograron menguar en él su fidelidad y devoción a Dios.
En la iglesia
primitiva brilla con fulgor esplendente el joven Timoteo como ejemplo de apego
y fidelidad a Dios. Pablo dijo de él; "Por eso mismo os he enviado a
Timoteo, que es mi hijo amado y fiel en el Señor" - 1ª Corintios 4.17.
Desde temprana edad él había aprendido las Sagradas Escrituras y su fe era
encomiable, "Trayendo a la memoria
la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en
tu madre Eunice, y estoy seguro
que en ti también" - 2ª Timoteo 1.5
Moisés, Samuel. David, Epafras, Onésimo,
Tíquico, Gayo, todos ellos dice la Biblia fueron especialmente
"fieles". Desempeñaron sus funciones
con intensa perseverancia, fueron personas de confianza. Se caracterizaron por
su valentía y decisión en el ideal supremo de cumplir con la voluntad del
Todopoderoso.
3. Perfección de la fidelidad
La fidelidad, como virtud cardinal del
Espíritu Santo puede y debe perfeccionarse. Cuanto más fiel seamos, mejor
realizaremos la labor encomendada por el Señor. Si somos fieles en lo poco, el
Señor sobre mucho nos pondrá.
Nuestra fidelidad necesita permanente y
constante vigilancia y esmerado cultivo para concretarse en hechos excelentes.
Noé fue varón justo, perfecto, caminó con Dios; se mantuvo fiel a pesar de las
críticas y burlas de los de su generación. Por muchos años estuvo pregonando el
mensaje del Señor, pero no creyeron sus advertencias, hasta que vino el diluvio
y los destruyó a todos. Pero el fiel Noé con su familia
pudo salvarse porque perseveró hasta el fin.
Dios quiere perfeccionar nuestra fidelidad.
El nos ha escogido para que hagamos grandes cosas para su causa,
Si examinamos en la historia del cristianismo
la lista de los hombres que han dejado huellas indelebles veríamos, por regla
general, que no se distinguieron por sus grandes intelectos o por poseer
formidables memorias;
quizás no prometían mucho al principio de su carrera, pero se consagraron al
Señor; perseveraron, perfeccionaron su fidelidad hasta que acabaron
cumplidamente su carrera. Su infatigable labor, el esfuerzo sostenido en servir
al Señor, les fue capacitando hasta llegar a ser sobresalientes herramientas
en las manos de Dios.
Mayor posibilidad tienen de triunfar en el
ministerio cristiano los que desde temprano se acostumbran a hacer lo más
perfectamente posible todo lo que les llega a las manos.
Una lectura
bíblica, un cántico que elevamos al cielo, una oración, una visita a un
enfermo; o cualquier actividad, por sencilla que sea, hagámosla de corazón; lo
mejor posible, porque es para el Señor.
Policarpo, discípulo del apóstol Juan, fue
encarcelado durante una de la persecuciones del emperador romano Antonino Pío y
llevado ante el gobernador.
Al serle ofrecida la libertad
si maldecía a Cristo contestó:
"Ochenta y seis años he servido a
Cristo, y él nada me ha hecho sino el bien; ¿cómo, pues, podría yo maldecirle a
él, mi Señor y Salvador? Enseguida fue quemado vivo. Policarpo fue fiel al
Señor hasta la muerte,
y sin duda que recibió del Señor una recompensa eterna.
Seamos fieles, cada vez más fieles. Abramos
el corazón para que el Espíritu Santo lo llene de fidelidad. Dios pone sus ojos
en los fieles de la tierra, - Salmo 101.6.
MANSEDUMBRE
"Sumisión, humildad". Deriva de
la palabra griega "tapeinos" que quiere decir "ser o llegar a
ser humilde". "rebajarse" o "inclinarse".
Es la virtud cristiana que consiste en el
reconocimiento de nuestra bajeza y miseria, en obrar de acuerdo a la suprema
voluntad de Dios. Emana del conocimiento
que uno adquiere de su debilidad, indignidad y estado
pecaminoso, de la necesidad que me tiene de la gracia de Dios para todo lo
bueno; y da por resultado el que no se conceptúe uno a sí mismo más
favorablemente de lo que debe, sino que por el contrario, da toda la gloria a
Dios, y se somete a su santa voluntad.
Jesús fue humilde por excelencia y requiere
que todos sus seguidores sean humildes. "Aprended de mí que soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" Mateo 11.29.
Mansedumbre no es debilidad, es la dulzura
de la fuerza,
es la delicadeza de la violencia
celestial.
Juan Bunyan decía que es muy difícil bajar
al valle de la humillación, pues el descenso es empinado y escabroso; pero una
vez que se llega a él es muy productivo, fértil y hermoso.
Le preguntaron a San Agustín cuál era a su
juicio la primera virtud del cristiano, y él contestó: la humildad. Volvieron a
preguntarle cuál era la segunda, y él contestó. la humildad. Volvieron a
preguntarle cuál era la tercera y él dijo: la humildad. Sin duda que la
humildad es la condición indispensable para recibir todas las bendiciones de
Dios.
Aquellos que se dejan controlar y gobernar
por el Espíritu Santo se vuelven mansos. La mansedumbre es señal de completo
quebrantamiento. Todos los que están quebrantados por el Espíritu Santo se
caracterizan por la humildad. El es el que nos hace dóciles y maleables con el
un de que el Altísimo cumpla su propósito en nuestra vida.
1. El orgullo: enemigo de la mansedumbre
El hombre por naturaleza es obstinado y
rebelde. El orgullo es un mal común en el mundo actual. Para que el Señor pueda
usarnos plenamente, Él debe tratarnos profundamente. Su Espíritu necesita tocar
cada fibra de nuestra personalidad;
nuestras emociones,
voluntad e intelecto, para que podamos ser como la paloma, mansos y tiernos.
La soberbia u orgullo es la antesala que
precedes casi todo otro pecado.
La altivez consiste especialmente en la
indebida estimación propia, es el deleitarse en considerarse a sí mismo como
superior a los demás.
El orgullo se manifiesta de distintas
formas, pero siempre emana del altanero corazón humano. Existen personas que se
enorgullecen de su raza, otros de su posición social, otros de sus negocios,
otros de su apariencia física.
Pero el orgullo más traicionero e insidioso es el orgullo espiritual. Este fue
la causa de la caída de Lucifer. El orgullo espiritual comienza cuando
empezamos a sentirnos dueños de nosotros mismo, cuando consideramos que nuestra
inteligencia
y capacidad son suficientes.
El orgullo descansa y confía en sus propios
atributos y méritos, antes que en la misericordia de Dios. Lleva a un desprecio
hacia los demás y hace que los demás nos desprecien.
El orgullo es engreído, jactancioso,
hiriente y arrogante. Dios lo resiste por cuanto se basa en la suficiencia
propia, desechando todo consejo o sugerencia.
"Dios resiste a los soberbios y da
gracia a los humildes" nos dice la Biblia en Santiago 4.8.
"Abominación a Jehová es todo altivo de corazón: ciertamente no quedará
impune" Proverbios 16.5.
La Palabra de Dios enseña que todo orgullo
es pecado. El es la causa que más impide que los pecadores se acerquen a
Cristo. Y también es el impedimento que más obstaculiza el crecimiento
espiritual.
Muchos cristianos sobresalientes, que
prometían tanto para el reino de Dios, han visto frustrada su carrera por
creerse demasiado: la soberbia les ha llenado el corazón y han perdido la
unción divina. Se han encerrado en su propio yo no queriendo recibir ayuda de
hermanos espirituales; despreciando el ministerio, capacidad y sabiduría de
otros siervos del Señor.
¿Cómo se puede vencer el orgullo? Pues
humillándonos delante de la cruz de Cristo, quebrantándonos ante el
Omnipotente. Nadie puede escalar peldaños en la vida espiritual si alberga
soberbia en su alma. Sólo podemos seguir avanzando en la carrera cristiana si
cultivamos el fruto de la humildad.
La humildad es la regla del enaltecimiento
en el plano espiritual. "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita
la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad,
y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los
humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados" Isaías 57.15.
"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte
cuando fuere tiempo"
1ª Pedro 5.6.
El siervo de Dios verdaderamente humilde
jamás buscará mostrarse superior a alguien o menospreciar a los menos
capacitados, no se empeña vanamente en sobresalir, ni busca egoístamente las
cosas que pueden darle ventaja en detrimento de los demás. Es cortés, tierno,
servicial; pensando siempre en el bienestar de sus semejantes.
"Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual
también por lo de los otros" Filipenses 2.3-4.
Dios exige humildad de sus seguidores:
"Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti;
solamente hacer justicia,
amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" Miqueas 6.8.
2. Paladines de la mansedumbre
CRISTO. Una más sobresaliente virtud fue la
humildad: "Haya, pues, entre vosotros este sentir que hubo también en
Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios
corno cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se
humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz" Filipenses 2.5-8 Jesús nació humildemente en un establo, se mantuvo
en su niñez y juventud
en humildad sujeto a sus padres terrenos, vivió humildemente. Ministró a los
humildes, y padeció la muerte más humillante: la muerte de cruz. No tenía sitio
donde recostar la cabeza. Nació en un lugar prestado, predicó desde un barco
prestado y fue sepultado en una tumba prestada.
Cuando Jesús iba de camino a Capernaum,
hablando a sus discípulos sobre sus padecimientos, muerte y resurrección,
escuchó entre los apóstoles una acalorada discusión. Ellos estaban disputando
quién era el que sería mayor en el reino de los cielos.
El Señor pudo ver que el corazón de sus
discípulos estaba lleno de soberbia. Y para darles una lección objetiva sobre
la importancia de la humildad puso a un niño en medio de ellos y les dijo:
"De cierto os digo, que si no os volvéis y hacéis como niños,
no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como
este niño, ese será el mayor en el reino de los cielos" Mateo 18.2-4.
Durante la pascua, en la última cena, había
entre los discípulos una contienda sobre quién sería el mayor. Jesús nuevamente
percibió que el orgullo había penetrado en el corazón de sus seguidores.
Querían el reino, deseaban los premios y la recompensa sin pagar el precio.
Entonces el maestro tomó una toalla y se la
ciñó, luego con una palangana con agua
empezó a lavar los pies de cada uno de los discípulos, después, regresando a la
mesa, les dijo: "¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis maestro y
Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he
lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los
otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho vosotros también
hagáis" Juan 13.12-15.
Para ser grandes en el reino de los cielos
tenemos que ser siervos de todos. SI servimos seremos grandes. La humildad
tiene como esencia el hecho de perder la conciencia
de sí mismo para servir a los demás.
Jesús dijo: "Aprended de mí que soy
manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas" Mateo
11.29.
Cristo se presentó a sí mismo como el sublime
ejemplo de la humildad. La mansedumbre está grabada en toda la existencia de
Cristo. La observamos en su reacción frente a los demás, la vemos sobre todo
cuando tuvo que enfrentar a la persecución, la burla, el desprecio de sus
enemigos. De él profetizó Isaías 42.2-3, diciendo: "No gritará ni alzará
su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará
el pabilo que humeare". Su sumisión total al Padre demuestra claramente su
humildad. Se humilló a sí mismo, se encarnó, se hizo siervo y aceptó morir en
la cruz. Todo esto revela la incomparable mansedumbre de nuestro Salvador.
ABRAHAM. Es uno de los ejemplos más
excelentes de mansedumbre. Cuando Dios llamó a salir de Ur de los caldeos,
salió, "sin saber a donde iba" sujetándose incondicionalmente a la
guía y dirección
del Señor. Cuando su sobrino Lot acordó con él para dividirse la tierra pues
sus ganados eran muchos, Abraham lo dejó escoger primero sin murmurar ni
quejarse. Cuando Dios le pide que sacrifique a Isaac no pone ningún reparo, no
discute a pesar de que Isaac es el hijo de la promesa.
MOISÉS. Era el hombre más manso que existía
en su época: "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los
hombres que había sobre la tierra" Números 12.3. Había sido adoptado por
la hija del Faraón, tenía un futuro brillante, pero "hecho ya grande,
rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con
el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo
por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios,
porque tenía puesta la mirada en el galardón" Hebreos 11.24-26.
Cuando en el peregrinaje a la Tierra
Prometida, sus hermanos Aarón y María murmuraron contra él, especialmente en
relación a su ministerio profético, Moisés no les despreció ni condenó. El
Señor fue quién escuchó la calumnia y actuó inmediatamente para hacer justicia
a su siervo. Moisés demuestra en este episodio que no alberga en su corazón
ningún resentimiento, inclusive está dispuesto a orar por Maria para que sea
curada de la lepra ya que sobre ella había caído el juicio de Dios.
DAVID. Entre sus numerosas características
se encuentra la humildad. Aun cuando sabía que iba a ser rey, pues ya se lo
habían comunicado, ya había sido ungido, sin embargo pudo soportar a Saúl, su
violencia, su desprecio su persecución.
Habiendo tenido varias veces la oportunidad
de deshacerse de él, lo respetó siempre como "el ungido de Jehová". Y
cuando vinieron a darle la noticia de la muerte de Saúl y sus hijos en el monte
Gilboa a mano de los filisteos, no se alegró de la noticia; antes lloró
amargamente porque Israel
había perdido a hombres valientes y esforzados.
ESTEBAN. En el Nuevo Testamento se destaca
con toda nitidez la figura del primer mártir cristiano Esteban. En él vemos la
combinación de la entereza y la mansedumbre; la valentía y la humildad. Con
todo coraje condenó la resistencia
de los líderes del pueblo a la acción del Espíritu Santo, éstos reaccionaron
violentamente contra él apedreándolo con saña indescriptible. Sin embargo, mientras
moría, puesto de rodillas exclamó: "Señor, no les tomes en cuenta este
pecado". Hechos 7.60.
PABLO. Padeció lo indecible en manos de sus
compatriotas. Sufrió la incomprensión de las Iglesias que fundó, especialmente
la de Corinto. En cada uno de sus viajes
misioneros el enemigo trata de obstaculizar encarnecidamente su ministerio.
Pero él sigue adelante. Cuando escribe sus epístolas no hay lenguaje
negativo ni quejumbroso en él. Siempre conciliador, siempre tierno, siempre
humilde.
3. La práctica de la mansedumbre
¿Qué es en sí la mansedumbre? No se trata
de una cualidad natural, es un verdadero fruto del Espíritu Santo.
La mansedumbre no es tranquilidad. Hay
personas que parecen mansas por naturaleza; pero no son mansas sino serenas,
difíciles de alterar o sacar de las casillas.
Tampoco quiere decir debilidad. Para el mundo
de hoy, el humilde es aquel que no tiene personalidad, que no se impone, que no
tiene Iniciativa. La mansedumbre es compatible con una gran fortaleza. Tanto
Moisés, como Esteban y Pablo fueron valientes; personas de autoridad
y poder.
La mansedumbre no es cordialidad o
simpatía. Existen personas que parecen amables de nacimiento.
Son extrovertidos, amigables, tienen don de
gentes; en donde se encuentren siempre están rodeados de un grupo
de personas, son agradables y sociales. Estas virtudes encomiables pueden ser
meramente humanas o biológicas.
La mansedumbre no es algo solamente externo,
que se palpa o se ve. Es, sobre todo, una gracia interna que brota apacible de
las profundas fuentes del Espíritu Santo.
Un cristiano humilde es una persona
quebrantada. Su relación con otras personas no son señaladas por su dureza,
obstinación o imposición, sino por una paciencia, docilidad y ternura,
resultante de una comunión íntima con el Consolador, el bendito Espíritu Santo.
¿Cuáles son las evidencias
de que realmente somos humildes?
- Ser abiertos, accesibles.
Una persona mansa es dócil al trato con sus
semejantes, es fácil de comunicarse y hablar con ella. Cuando se equivoca lo
confiesa libremente. Pide perdón con facilidad.
El cristiano humilde está dispuesto a
escuchar y a aprender. Mantiene siempre abierta la puerta de su corazón para
recibir consejos e instrucciones, permitiendo así que su vida espiritual sea
edificada y fortalecida
Una persona mansa no es sabia en su propia
opinión, ni trata de apabullar a otros con sus ideas y palabras. Respeta las
opiniones ajenas y con tacto y paciencia expone sus pensamientos Nunca está
demasiado ocupada como para no tener tiempo de ocuparse de los problemas
y necesidades de otro.
La mansedumbre es principalmente tener una
idea adecuada de uno mismo, la cual se manifiesta en la acritud y conducta
que tenemos hacia los demás.
Los mansos son los "pobres en
espíritu", de los que habló el Señor en el Sermón de la Montaña. Nadie
puede ser manso si no se ve a sí mismo como un pecador. Cuando uno llega a la
posición de que es "pobre de espíritu", pasa a otra fase de la vida
cristiana en la cual comprende de que nada vale el orgullo. El manso nunca se
gloría de sí mismo, no trata de imponerse FI manso no exige nada para sí, no
reclama lodos sus derechos,
no pide que se tome en consideración sus privilegios, cargos, posición, nivel
social, nombre o bienes
materiales.
No siempre está velando por si mismo o sus propios intereses. No se preocupa
por si mismo ni por lo que los demás digan.
Ser genuinamente humilde significa que uno
ya no se protege porque ve que no hay nada que valga la pena proteger. Por eso
ya no está a la defensiva, ni siente autocompasión; sino que está abierto para
brindarse a los demás; es benigno, gentil, asequible. Nunca mostrará una actitud
brusca, ni cultivará un espíritu de venganza o revancha. Siempre colaborará
para la armonía y la unidad.
B) - Delicada sensibilidad
La mansedumbre es una virtud del corazón, y
todo corazón cristiano debe ser blando y sensible. "Jesús lloró".
Juan 11.35. es una de las citas más emocionantes de la Escritura.
¡Qué difícil es para algunas personas derramar lágrimas! Muchas veces cuando
nuestros pensamientos, voluntad y corazón han sido tocados por el Espíritu
Santo, las lágrimas brotan espontáneamente, toda nuestra personalidad es
conmovida Porque sentimos muy dentro de nosotros nuestra propia pecaminosidad,
o las necesidades o padecimientos ajenos.
Si somos sensibles estaremos listos también
para sentir las necesidades de otro, nos daremos cuenta de la situación de
aquellos que están pasando por problemas y privaciones, tendremos un delicado
tacto pata tocar el corazón de otros con el fin de ayudarles, consolar les y
alentarles.
C) - Capacidad para la vida corporativa
"Someteos unos a otros en el temor de
Dios". Efesios 5.21.
Cada creyente es un miembro del cuerpo de
Cristo Y sólo los que han sido quebrantados por el Espíritu Santo saben en
realidad qué es la iglesia, el cuerpo de Cristo sobre la tierra. Para
participar correctamente de la comunidad
de la iglesia es necesario estar capacitado por el poder de Dios. La vida
colectiva de la iglesia es una vida de quebrantamiento en donde existen
derechos y limitaciones Cada miembro tiene una función
específica y debe respetar las funciones de los demás miembros. Debe cumplir su
tarea con humildad y a la vez con humildad debe aceptar el ministerio, dones y
capacidades de los demás integrantes.
Si a un miembro del cuerpo de Cristo le
hace falta este sentimiento de comunidad y pertenencia es corno si fuera un
miembro artificial, sin vida, él puede estar presente en el cuerpo pero está
inanimado; ocupando solo un lugar pero sin funcionar en la realidad.
Y si esta inanimado no puede recibir vida o
influencia de los demás. No recibe vida ni corrección por, lo tanto se
encuentra aislado y solitario.
Para tener el sentido de armonía y
coherencia con la iglesia es preciso estar quebrantado, tener conciencia de su
unidad, de su espíritu y de su sentir El creyente quebrantado está abierto a la
acción, la influencia y la comunicación
de los demás integrantes de la iglesia.
Para que en la iglesia haya unidad es
necesaria la mansedumbre, al sentido de dependencia y sometimiento de los unos
a los otros. Cada miembro de nuestro cuerpo físico desempeña una tarea
específica. pero todos contribuyen y son necesarios para la función vital; para
que el organismo en su totalidad pueda funcionar correctamente.
El cuerpo de Cristo vive de la misma forma,
todos los miembros poseen un sentimiento común y ese sentimiento es el medio
por el cual Cristo expresa su voluntad y pensamientos. Jesús es la cabeza del
cuerpo, a la vez es quien le imparte vida y dirección.
La mansedumbre produce en nosotros esa
conciencia de la interdependencia, la armonía y la unidad. La iglesia es una sociedad,
una colectividad unida por tos vínculos del amor. Y ese amor, ese
quebrantamiento sólo puede operar por la presencia del Espíritu Santo.
D) - Facilidad para acepta edificación.
El hombre sabio en su propia opinión no
recibe ni consejos, ni sugerencias. Su espíritu altivo lo lleva siempre a
querer avasallar e imponer sus ideas.
En cambio
el manso y quebrantado está dispuesto nos sólo a enmendar sus errores, sino que
es abierto para recibir edificación de los demás cristianos. El que está
quebrantado puede ser ayudado, alentado, corregido e instruido; tiene un
corazón receptivo, quiere ser edificado para que él también sea de edificación.
Cuanto más quebrantados estemos mayor será la oportunidad de recibir
instrucción y aliento de otros ministerios
dentro del cuerpo de Cristo.
Cuando estamos en la atmósfera del Espíritu
podemos ser alimentados y fortalecidos por su acción, no importa por qué
miembro del cuerpo se exprese. Lo importante es estar en la corriente del
Espíritu, con la mente y el alma expectante para escuchar su voz.
E) - Rendición incondicional a Dios
El creyente genuinamente humilde reconoce
el completo señorío de Cristo. Todos sus deseos, sus motivos, sus derechos, su
futuro, los deja en las manos del Señor.
Su meta, sus más caros anhelos, están en
cumplir la voluntad de Dios, en todo momento, en toda circunstancia; inclusive
en medio de las persecuciones, incomprensiones y sufrimientos.
TEMPLANZA
Templanza significa moderación, sobriedad,
continencia, autodominio. Consiste en aplacar los apetitos y el uso excesivo de
los sentidos.
Es el contralor conque el hombre debe utilizar los bienes materiales, de manera
particular la comida, la bebida y los apetitos sexuales
La palabra griega para templanza es
"sofrosyne", la cual señalaba la discreción y moderación que debía
tener un rey en la administración
de sus posesiones.
El dominio
propio o templanza es retener los deseos en estado normal, perfectamente
natural, bajo los límites
establecidos por Dios.
Todo siervo de Dios debe cultivar el fruto
de la templanza.
El autodominio nos lleva a ser mesurados y
disciplinados en el control
de nuestras fuerzas interiores, impulsos, instintos y apetitos.
La vida cristiana es un campo de batalla en
donde tenemos que pelear contra enemigos tanto externos como internos. Y es
sumamente importante que cooperemos con el Espíritu Santo en esta cruenta
batalla entre las tuerzas de justicia y las tuerzas del mal que pugnan por el
dominio de nuestra personalidad. Por eso es que la Palabra de Dios insiste:
"Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a
vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio;
al dominio propio, paciencia" 2ª Pedro 1.5-6.
Existen varios aspectos de nuestro ser en
que debernos cultivar el dominio propio.
A) - Dominio de los apetitos
Se denominan apetitos a los deseos
producidos por la naturaleza física. Son los deseos del cuerpo tales como los
deseos de alimento y bebida, el deseo del sexo,
el deseo de compañerismo, el deseo de vivir, el deseo de conservarse, etc.
Estos deseos son naturales y esenciales
para el bienestar y existencia del cuerpo. Todos los seres de la creación,
tanto los animales
corno el hombre, tienen estos instintos.
Dios los ha colocado para la preservación y
propagación de la vida. Son normales, buenos y correctos. La lucha nuestra está
en mantenerlos en los cauces establecidos por Dios. Muchos han sufrido tantos
fracasos en esta lucha que han llegado a la conclusión de que estos apetitos
son pecaminosos. Pero no lo son. Son perfectamente normales. Mas, tienen que
ser controlados, disciplinados y sujetos en su estado natural o normal. El
exceso convierte en malas todas las cosas buenas Hacer con exceso alguna cosa,
o dejar de hacerla, son extremos que pueden llegar a causar mucho daño.
Todos los seres creados por Dios tienen
deseos de alimento, bebida, reproducción
y preservación. La naturaleza física requiere estas cosas, porque sin ellas la
vida no tendría significado. Los animales jamás desprecian o ignoran estos
apetitos, y en contadas ocasiones se exceden de los límites. Pero, el hombre,
con inteligencia, con libre albedrío, el ser más elevado de la creación, que
debiera comprender perfectamente el valor
real de estos deseos, o los ignora, o les da una importancia excesiva. La mayor
parte de nosotros los estima en exceso
Estos instintos gobiernan o esclavizan a
muchos seres humanos. ¡Sólo viven para comer, beber, drogase o para sus anhelos
carnales! La pasión por obtener estas cosas los lleva a trabajar, luchar,
esforzarse; e inclusive les puede conducir al delito.
Muchos utilizan más energía, tiempo y dinero,
en satisfacer estos apetitos, que el que emplean en satisfacer sus deseos intelectuales
y espirituales.
La templanza nos obliga a respetar estos
apetitos porque son puestos por Dios y necesarios para la vida, así como a
mantenerlos en su estado normal.
B) - Dominio del cuerpo
El cuerpo es la habitación terrena del
hombre. En él vive. Pero además, para el creyente regenerado, es el templo del
Espíritu Santo.
** El cuerpo es la principal herramienta
para todas sus actividades. Todo lo que hace lo realiza con el cuerpo o por
medio del cuerpo. En el cuerpo mora la mente la cual forja los planes e imparte
órdenes para su ejecución.
En todas las épocas de la historia han existido
personas que desprecian al cuerpo y que lo someten a vergonzoso tratamiento,
esto es corrupto y pecaminoso. Personas hay que descuidan su cuerpo por
ignorancia, no sabiendo que esta delicada máquina precisa un esmerado cuidado.
Aun están los que torturan sus propios cuerpos para conformarlos a algún modelo
de belleza, o par a purificarse o perfeccionarse en cumplimiento a extraños
ritos religiosos.
Hoy, con los notables avances de la ciencia,
casi lodos los hombres conocen normas
de higiene
A los niños desde pequeños se les enseña cómo cuidar sus cuerpos. Sin embargo,
la indiferencia y el descuido son todavía muy comunes.
Es necesario alimentar el cuerpo, él lo
precisa; pero no en demasía. Cuando se come de más, se cae en el pecado de la
glotonería. El agua
es imprescindible para beber; pero el que toma bebidas embriagantes que
debilitan los nervios y entorpecen el razonamiento, se está destruyendo a si
mismo. Necesitamos alrededor de ocho horas diarias para descansar con el fin de
reponer energías, pero el que duerme de más, entra en el perjudicial hábito de
la pereza o haraganería.
La mente, y no el instinto, debe gobernar
el cuerpo. EI barco es guiado por el timonel, el cual dirige a su gusto todos
los movimientos de la nave. De igual manera nuestra mente debe dirigir todo el movimiento
de nuestro cuerpo
¡Cuán importante es tener una mente
consagrada a Cristo! "Mas nosotros tenemos la mente de Cristo" 1ª
Corintios 2.16.
Los animales son gobernados por sus
instintos, comen y beben a su satisfacción y en general sin excederse. Pero el
hombre, señor de la creación, tiene una constitución
diferente. El tiene que pensar acerca de su comida o bebida. Sabe como no debe
dejarse dominar por sus apetitos, sino que éstos deben ser gobernados,
disciplinados y dirigidos por la inteligencia. EI cuerpo debe ser nuestro
sirviente, no nuestro amo. El es totalmente del Señor. Debe ser guardado
irreprensible: "Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" 1ª
Tesalonicenses 5.23.
Vivimos hoy en una de las épocas más
corruptas en la historia de la humanidad Jesús dijo que como en los días de
Sodoma y Gomorra, así será en los días de la Venida del Hijo del Hombre. Los
pecados sexuales están hundiendo a muchas personas en el fracaso y la tristeza.
Por causa de la fornicación y el adulterio,
hogares se destruyen, matrimonios terminan en el divorcio,
con las trágicas consecuencias que todo ello acarrea. Las relaciones sexuales
son buenas y correctas dentro del matrimonio;
pero practicarlas antes o fuera del matrimonio son pecaminosas, producen
funestas consecuencias, y al final llevan a la condenación.
El creyente disciplinado, que controla sus
apetitos físicos, siempre es el que lleva el premio en la carrera cristiana. Es
necesario luchar intensamente contra los "deseos carnales que batallan
contra el alma" 1ª Pedro 2.11.
Sólo el poder del Espíritu Santo puede
controlar todas las facetas de nuestra personalidad.
C) - Dominio de los deseos egoístas
El egoísmo es un intenso deseo de poseer
alguna cosa, o de hacer algo que redunde en beneficio propio. Este deseo es personal,
y se sobrepone a toda consideración hacia los demás.
Desear tener o poseer algo es una cosa
correcta y legítima, pero no debe ser la única consideración. Cuando nos
olvidamos de los demás y pensarnos sólo en nosotros mismos nos convertirnos en
seres mezquinos.
Instintivamente nos sentimos obligados a
dividir con los necesitados las bendiciones de que disfrutamos. Un muchacho no
se comerá toda la torta mientras un niñito se sienta a sus pies mirándolo con
ojos hambrientos y boca entreabierta, tendrá que dividir su torta movido por su
generosidad.
*** La codicia o ambición es el desmesurado
deseo de tener honores y ganancias. Una ambición exagerada puede llevar al
desastre, vergüenza y ruina. La codicia impulsó a Lucifer a querer ocupar el
trono de Dios.
D) - Dominio de las emociones
Todos los seres humanos son emocionales.
Algunos más que otros. Todos poseen sentimientos de gozo, de tristeza, de
temor, de odio, de amor. Hay quienes demuestran con libertad sus sentimientos;
otros los reprimen sosteniendo que demostrar las emociones es señal de
debilidad.
Muchos consideran que la emoción no debe
reprimirse sino exteriorizarse, pues piensan que no es sano anular las
emociones.
Es un error llegar a cualquiera de estos
extremos.
Todos los sentimientos han de ser
regulados. El estoico debe cultivar sus emociones, y el demasiado emocional
debe disciplinarlas y controlarlas.
La más elevada de las emociones es el amor.
Pero el amor debe ser regulado por el buen juicio. Si no se controla puede
transformarse en pasión, y la pasión es irracional, no piensa, no calcula, no
razona; se deja llevar por el impulso.
La indignación es una emoción correcta
dentro de sus límites. Podemos indignarnos contra el pecado, la corrupción,
las injusticias; pero cuando se le da rienda suelta puede transformarse en ira,
la ira en furia, y la furia en odio ciego y desenfrenado.
No debemos permitir que "se ponga el sol
sobre nuestro enojo" Es preciso odiar y rechazar al pecado, pero no a los
pecadores.
El Señor nos manda a amar a nuestros
enemigos, hacerles el bien. La razón de este mandato es que si nos dejamos
dominar por las pasiones, el mundo se convertiría en un infierno, y el corazón
del hombre se llenaría de veneno mortal.
Quién se somete al Espíritu Santo llega a
ser una fuente de amor, paz y comprensión. Sus emociones estarán dirigidas por
un poder superior, y serán vínculos, de comunión y hermandad
- Dominio sobre los pensamientos y
palabras.
La mente llega a ser muchas veces un
verdadero campo de batalla. El enemigo con frecuencia trata de penetrar en el
receptáculo de nuestro cerebro
para sembrar malos pensamientos. ¿Cómo vencerlos? ¿Cómo lograr expulsarlos?
Pues, haciendo lo bueno y agradable delante del Señor. Cuando los malos
pensamientos nos asalten pongámonos a leer la Biblia o un buen libro
cristiano, busquemos a Dios en oración, arrodillémonos y abramos el corazón
para que el cielo nos inunde; hagamos un acto de bondad, visitemos un enfermo;
o sencillamente comencemos a cantar. Dios habita en medio de la alabanza. La
alabanza hace huir al diablo.
Hay personas que creen que no son
responsables de sus pensamientos. Pero es un fatal error. Lo que somos es el
resultado de nuestros pensamientos Si no los dominamos nos causarán muchos
problemas, ya que los pensamientos y los deseos están íntimamente unidos. Los
pensamientos producen palabras, las palabras acciones, y las acciones hábitos.
Un pensamiento acariciado produce
Intención, deseo de satisfacerlo ¡Dominad vuestros pensamientos! ¡Es realmente
malo pensar lo malo! Si permitimos que los pensamientos malvados nos esclavicen
tendremos muchos inconvenientes La paz huirá del corazón, la felicidad será
destruida, el hogar sufrirá calamidades y el final será una ruina total.
F) - Dominio sobre la imaginación.
**** La imaginación es la representación
ideal de cosas reales o imaginarias. Algunas personas tienen poca imaginación,
otras, en cambio, poseen una imaginación tan grande que viven en un mundo
irreal y fantasioso.
Los temores imaginarios destruyen la paz
interior, provocan ansiedad, perjudicando y debilitando el organismo.
Gran parte de la miseria humana no viene
como el resultado de los problemas del momento; pero si de la imaginación de
ellos. No hay preocupaciones que puedan torturar tanto la mente o desgastar más
los nervios que las preocupaciones imaginadas. Esto implica que las quejas,
molestias y perturbaciones son de la propia invención de la mente y solamente
pueden ser anuladas por un cambio de actitud y por una transformación decisiva
del pensamiento
"La preocupación es como un anciano
encorvado bajo una carga de plumas que él imagina de plomo".
El temor natural es beneficioso, lodos los
animales sienten temor. El temor avisa de la cercanía del peligro y les obliga
a buscar refugio. Pero el espíritu temeroso es una calamidad, un engendro
infernal, que roba la paz y hace que la vida sea un verdadero tormento. El
temor quita la iniciativa, apaga el entusiasmo y es la antesala de la derrota.
El Señor "no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio"
2ª Timoteo 1.7. La templanza nos ayuda a
vencer toda clase
de miedo pues tenemos una roca firme en quién confiar Cristo nuestro dulce
pastor nos cuidará siempre. El Consolador, el Espíritu Santo, estaría con
nosotros todos los días de nuestra vida.
Pero, además, están las esperanzas
imaginarias que pueden también causar desánimo. Toda buena esperanza debe tener
su fundamento en la razón y en la Palabra de Dios. Existen cristianos que viven
en un mundo ideal de fantasías y quimeras. Están pensando en logros y conquistas
que no tienen fundamento en las Sagradas Escrituras. Viven de sueños e
ilusiones, fabricando constantemente castillos en el aire
en medio de un permanente misticismo. Su Imaginación vuela, vuela, para luego
darse cuenta que los pensamientos irreales con solamente vanidad.
G) - Dominio de los deseos espirituales.
El más importante mandamiento es amar a
Dios con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestras tuerzas; y el segundo es
amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Estos dos mandamientos son
básicos para realmente disfrutar de una positiva vida espiritual. En estos dos
mandamientos descansa toda la ley
divina y son la síntesis
de todo lo que han dicho los escritores sagrados sobre nuestra conducta como
hijos de Dios.
Los deseos espirituales están
indisolublemente unidos a nuestra devoción personal al Señor ya nuestro
servicio y aprecio al prójimo.
Todos deseamos ser más buenos, más útiles,
más consagrados. El anhelo de ser una bendición para nuestros semejantes es
razonable y espiritual. Vivir en un mundo sujetos a las mismas experiencias,
los goces y las tristezas sobrevienen a todos. El Señor nos manda: gozad con
los que se gozan, llorad con los que lloran. Tenemos que identificamos con las
necesidades de nuestro prójimo para tratar de ayudarle. El interés
que sentimos el uno para con el otro es altamente espiritual.
La religión verdadera nos lleva a servir a
los huérfanos, viudas, enfermos, presos; en fin, a los necesitados y
desafortunados. Mas, este deseo debe ser controlado por la razón, la sabiduría
y el Espíritu Santo. Anhelar realizar buenas obras está correcto. Hacer el bien
sin cansarnos es una loable virtud. Pero no debernos olvidar que la labor
prioritaria de la iglesia es "ir por lodo el mundo anunciando el evangelio
a toda Criatura, lo fundamental es esto, sin dejar de hacer aquello.
Existen denominaciones cristianas que
tuvieron un excelente comienzo, evangelizando, ganando almas para Cristo, pero
paulatinamente se han inclinado decididamente por la obra social, olvidando por
completo que la iglesia existe en el mundo para ganar a los perdidos.
En el ejercicio de los dones del Espíritu
Santo, es de primordial Importancia que se manifiesten bajo el fruto del
dominio propio.
Es preciso tener cuidado en no errar en su
ejercicio. La Palabra de Dios tiene normas y reglamentos dentro de los cuales
deben operar los dones, y todo cristiano que desea ser eficaz en el ministerio
de los dones tendrá su corazón dispuesto a encauzarlos de acuerdo a los sabios
consejos de las Sagradas Escrituras.
Tenemos estos tesoros de Dios, los dones,
talentos y facultades, en vasos de barro. Debemos ser vigilantes, alertas y
precavidos, para no errar en el blanco. De ahí que es tan necesario cultivar
una intensa vida devocional de comunión con Cristo, buscando siempre su
dirección para que todo lo que hagamos sea para provecho y beneficio de su
obra.
H) - Dominio propio: Batalla que dura toda
la vida.
La moderación es la llave maestra del
dominio propio. No debemos hacer nada malo, y lo bueno que hagamos, hagámoslo
con moderación. El exceso generalmente es tan perjudicial como el mal hacer.
Se puede comer, dormir, beber con
moderación. Todas estas cosas son naturales, buenas, imprescindibles. Pero,
cuando se exceden de sus límites, acarrean muchas dificultades que llevan al
desprestigio. Por lo general no nos gustan los extremismos, no nos merecen ni
seguridad ni confianza.
Para poder gozar del fruto de la tolerancia
necesitamos la imperiosa ayuda del Espíritu Santo. Es una tarea difícil pues
durante toda la vida tenemos que luchar por ser moderados. Desde la juventud
hasta la vejez
debemos esforzarnos en pos del dominio propio. Es una batalla encarnizada en
contra todos los dardos de luego del maligno. Todas las virtudes cristianas
pueden conquistarse, todas las debilidades y los malos hábitos pueden vencerse.
Si nos dejamos llenar por el Espíritu Santo, la templanza brotará de nuestro
corazón como una fragante y delicada flor.
Querer es poder. Si dependemos de Dios y
colaboramos con el Espíritu Santo, la templanza será una realidad
Imprescindible es poner nuestra voluntad en el logro de tan loable conquista.
La voluntad es el poder dominante de la mente. Todo lo que nos proponemos hacer
con la ayuda del Señor lo haremos! "Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece" Filipenses 4.13. Todos deseamos corregir nuestros errores,
hacer el bien y resistir el mal.
La moderación produce una profunda
fortaleza interior, ella es parte de la cosecha del Espíritu que debemos
anhelar celosamente. Si somos templados gozaremos del respeto
y confianza de los demás, tendremos un exitoso testimonio y el ministerio que
el Señor ha colocado en nuestras manos será coronado por el éxito.
CAPÍTULO VI
Ofensas contra el Espíritu Santo.
Espíritu Santo en el futuro.
Blasfemar.
OFENSAS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO.
La ofensa de blasfemar contra el Espíritu
Santo es la ofensa más discutida y a la cuál más énfasis se le da. La palabra
"Blasfemar" se define como "hablar mal de Dios, o pecar contra
Dios". Mateo 12.31. tomando esta Escritura como base tenemos la expresión:
"El pecado imperdonable". La
palabra blasfemar en el original griego significa "hablar
injuriosamente". Blasfemar es siempre en palabra o hecho.
Injuria, deshonor y desafío a Dios, y su
penalidad es muerte.
El blasfemar involucra una actitud de
desprecio por la personalidad y la autoridad de la Deidad.
Acciones imperdonadas son aquellas que
consistentemente menosprecian al Espíritu Santo y niegan Su lugar o Su parte en
la vida del individuo.
El hombre que continúa en su propia voluntad y camino, y no responde al tierno
llamado del Espíritu Santo, es imperdonado.
No es una acción aislada de la vida, pero
una actitud del corazón que trae como resultado la muerte del pecador
imperdonado.
El calvario hace previsión por todo pecado,
a pesar de lo vicioso y malo que sea, y también hace provisión por la blasfemia
en contra el Salvador.
Lo único requerido del creyente es que sea aceptado el nuevo nacimiento y todos
los beneficios del Calvario son dados, y si el Espíritu Santo es rechazado,
Dios no tiene otro medio para dar de su gracia al hombre. El ser humano que
desprecia y rechaza al Espíritu de Dios se priva a sí mismo de toda esperanza
de la salvación eterna. Visto que el Espíritu Santo es Quien ministra para
implantar la vida divina del Salvador, el rechazar este Espíritu es rechazar su
vida.
Dios no declara la blasfemia contra el
Espíritu Santo imperdonable en base a que:
El no quiere perdonarlo
Su misericordia no alcanza tal nivel; o
La previsión de Cristo es inadecuada.
El pecado permanece imperdonado porque la
misma naturaleza del pecado involucra una condición que hace imposible el
perdón. Cuando el pecado consiste en rechazar el medio de perdón, entonces el
pecador debe permanecer imperdonado.
Nótese que el Espíritu Santo la única
Persona de la Deidad quien puede ser blasfemado.
Huffman dice: "El pecado contra el
Espíritu Santo puede ser notado por una palabra, el sacudir de la cabeza, o el
apartarse de la oferta
de gracia de la salvación en una reunión de evangelización, pero en el análisis
final, no es una acción, sino una actitud del corazón."
Sobre todo, debemos reconocer que la
blasfemia contra el Espíritu Santo no es un pecado de ignorancia, ni de ofensa.
El pecado es consumado en el momento que aquel que ofende, claramente sabiendo
mejor, deliberada y voluntariamente rechaza el llamado divino. Nadie puede
decir si esto toma lugar al principio o más tarde en la experiencia humana;
pues es simplemente aquella ocasión, aquél momento cuando la voluntad, la mente
y las emociones del individuo se unen para rechazar a Aquél quien es el único
medio de vida.
2. Resistir
En este caso el énfasis es puesto sobre una
dureza de corazón obstinada, que constituye el rechazo de Su obra de
regeneración. Hechos 7.51. El resistir al Espíritu Santo es aquella obstinación
y perversidad humana que hace que un ser humano rechace ser un canal a quien o
por medio de quien el Espíritu de Dios puede llevar a cabo Su obra.
3. Contristar
Contristar significa hacer a uno azaroso,
afligido, desconsolado, triste, doloroso, lastimoso, y con pena. El Espíritu
Santo es contristado por nuestros hechos, por la carnalidad en todas sus
formas: mundanalidad, incredulidad, ingratitud, falta de oración, falsedad, ira
sin freno, deshonestidad, amargura, torpes conversaciones. Efesios 4.30. La
palabra "contristar" es una palabra de amor. Solamente se puede
contristar a quien uno ama.
A quien no se le ama se le hace airar.
Contristar al Espíritu de Dios acarrea el ser privado de Su grata comunión.
Si el Espíritu es contristado, obra en
convicción. Da al creyente condenación en vez de aprobación y bendición.
Consecuentemente, el gozo y el poder y la comunión que son características de
la vida normal del creyente son interrumpidas (Cortadas). Esto sin embargo, no
significa que la vida divina es quitada, pero el cortar, el separar de la
comunión divina. El Espíritu Santo no se aparta del creyente ni cesa de morar
en él, pero permanece en una nueva relación, la de convicción en lugar de
consuelo que es su relación normal con el creyente.
4. Apagar.
Alguien ha dicho que el creyente contrista
al Espíritu Santo cuando dice "si" a Satanás; y que apaga el Espíritu
Santo cuando dice "no" a Dios. 1ª Tesalonicenses 5.19. Es el obstruir
deliberadamente los impulsos del Espíritu Santo, el oponerse a su voluntad, y
el rehusar de obedecer Su llamado. Apagar tiene que ver con la supresión de las
"operaciones
de fuego" del Espíritu: el dar vigor, poder y el proceso
de santificación que consume la escoria.
5. Mentir.
Por cuanto El es el Espíritu Santo, toda
clase de engaño y falsedad le es ofensiva. Hechos 5.3. Ananías había buscado
posición espiritual y prestigio por medio de falsedad, y por esta causa su mentira
tuvo relación directa con el Espíritu Santo.
El Rapto.
EL ESPÍRITU SANTO EN EL FUTURO
La traslación del creyente que será
efectuada en "un abrir y cerrar de ojo" durante el rapto será
efectuada por el Espíritu Santo. Aquél que levantó de los muertos al Señor
Jesús, efectuará el milagro de poder, transformando nuestros cuerpos naturales
y dándoles cuerpos glorificados para siempre libres del pecado, la enfermedad y
la muerte. Romanos 8.11 y Gálatas 6.8
2. Durante el período de la Tribulación.
La Escritura nos enseña que la posición
presente del espíritu Santo morando sobre la tierra cesará al comienzo de la tribulación.
2ª tesalonicenses 2.7.
Sin embargo, el Espíritu Santo continuará
su ministerio en la esfera de los seres humanos en el período de la
tribulación. Apocalipsis 5.6. Dice:
"Los cuales son los siete espíritus de
Dios enviados por toda la tierra"
Es evidente que el Espíritu Santo tendrá
parte activa en madurar para juicio a las fuerzas del anticristo. También, es
posible que tendrá parte en ungir y dar poder a los santos y creyentes de este
tiempo, para que su testimonio sea efectivo y que puedan ser fieles aún en el
martirio.
Es evidente que aquellos que tendrán que
sellar su testimonio con su propia sangre
tendrán que depender del Espíritu Santo para todo aquello espiritual que efectuarán.
Apocalipsis 6.9-11 y 7.9.
3. La Segunda Venida.
El Espíritu Santo obrará para la conversión
de los Judíos
Isaías 44.3; Ezequiel 37.14;
Zacarías 12.10. El Espíritu Santo
ministrará a los Judíos igual que lo hizo con el pecador durante la época de la
Iglesia: Dando convicción de pecado e inculcando a Cristo el Mesías.
4. Durante el Milenio.
Uno de los aspectos importantes del Milenio
es el hecho de un derramamiento general del Espíritu Santo.
Todos los creyentes serán poseídos por el
Espíritu, igual que durante la época de la Iglesia Ezequiel 36.27.
Walvoord dice: "El llenamiento del
Espíritu Santo será cosa común durante el Milenio, en comparación con la
infrecuencia en otras edades, y se manifestará en adoración y alabanza del
Señor y voluntaria obediencia a El, al mismo tiempo que en poder espiritual, y
transformación interior. La unidad espiritual y la bendición que caracterizaron
a la Iglesia primitiva son un anticipo de lo que se disfrutará en todo el mundo
durante el Milenio."
Ridout describe el Milenio como una época
cuando el Espíritu Santo "preside sirve toda Su obra de resurrección
nacional, de remisión, restauración y regeneración."
Así la gloriosa y tercera Persona de la
Deidad al fin entrará en su lugar legítimo en relación a toda la humanidad.
* * * * * *
¿RECIBISTEIS EL ESPÍRITU SANTO CUANDO
CREISTEIS?
Hechos 19.2.
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