El Ministro y la Apostasia

                                       
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ESTUDIO BÍBLICO
     
EL MINISTRO Y LA APOSTASÍA



                            Autor
                                                           Teólogo: Cruz Monasterio




                                                  ESTUDIO BÍBLICO

Tema: El Ministro y la Apostasía

Texto: "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren." (1 Tim. 4:16).

Introducción

1)    El ministro debe cuidarse y no dejarse engañar
2)    El ministro debe comprender la amenaza que representan las filosofías de este mundo para el Pastor
3)    Que la iglesia sea vigilante en cuanto a aquellos que le ministran la palabra  de Dios y consideren cual haya sido el resultado de su conducta.
Los ministros de Dios son llamados: Dios escoge entre los salvados, aquellos que serán sus ministros. Esto se evidencia en la recomendación hecha por el apóstol Pablo a Tito, quien estaba de pastor  en creta. "El apóstol le escribió que seleccionará a aquellos que tenían llamamiento y testimonio para establecerlos en la obra." (Tít. 1.9)

a)     El genuino llamamiento de Dios muchas veces se confunde con manifestaciones circunstanciales de aparente y real conexión con el ministro.
b)    Una vida consagrada de oración y ayuno.
c)     Una vasta preparación intelectual y teológica.
d)    El estímulo que reciben de personas que le aseguran que tienen ministerios.
e)     La escasez de obreros.

División

El ministro de Cristo debe estar debidamente preparado, (No un Neófito).
Son muchos los que se vanaglorian diciendo que no necesitan la preparación  que se imparte en una escuela teológica. Tal jactancia es anti Bíblica.

Las Sagradas Escrituras revelan que tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, existían escuelas donde se preparaban aquellos que serían los futuros profetas. “Entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, los cuales vieron una compañía de profetas que profetizaban, y a Samuel que estaba allí y los presidia. Y vino el Espíritu de Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron." (1 Sam. 19:20).

Los apóstoles durante tres años y medio aprendieron de su gran maestro Jesús. El gran apóstol a los gentiles Pablo estuvo en el desierto de Arabia, donde recibió las grandes enseñanzas que él llamó, la Sana Doctrina. El mismo Espíritu del Señor se le “apareció”, a Pablo y lo enseñaba, así lo evidencia la palabra en el libro de los hechos. (22:14-15-17 al 21; 26: 16 al 18).

Esta doctrina es la misma que hoy la iglesia tiene para su conducción. (Gal. 1:15-17).

El Señor santifico a sus ministros: Dios capacita a sus ministros para hacer la obra. Cuando Dios llamaba a alguien en el Antiguo Testamento;  Consagraba al ministro con una Unción; ósea  con el derramamiento de aceite  sobre su cabeza, el cual simbolizaba al Espíritu Santo. (1 Sam. 16:1-13; 2 Rey. 9:1-3).

El Señor envía a sus ministros: El apóstol Pablo recibió junto con su salvación el llamado al ministerio. (Hec. 9:6-15). Después de un tiempo de permanencia en la iglesia de Antioquia de Siria, donde vivió consagrado a su Señor, fue enviado a la obra del ministerio. (Hec. 13:13)

El ministro ante la apostasía, su responsabilidad: El ministro tiene la gran responsabilidad de anunciar al pueblo la palabra, que es donde se encuentran las grandes verdades y advertencias con relación a la apostasía.

El ministro no puede callar ante la iglesia y hacerse el indiferente cuando el enemigo está atacando los fundamentos de la fe. El apóstol Pedro se pone como ejemplo y recomienda lo que debe hacerse con todo hermano que ande desordenadamente. (1 Ped. 5:2-3).

Los siervos del Señor están en la obligación de apartarse de aquellos ministros que enseñan cosas contrarias a la sana doctrina. (1 Tim. 6:3-5).

La apostasía es una gran amenaza, tanto para el siervo de Dios como para la iglesia. Por eso las advertencias que hace el Señor son muchas tocantes a la apostasía. (2 Tim. 2:17-18).

El ministro debe cuidarse de la literatura “Ique cristiana”, que se produce hoy. Por ejemplo el libro “viendo lo invisible”, donde se da por cierto que los muertos en Cristo están haciendo su aparición en la tierra para ayudar a los creyentes. Esta es una doctrina de “ERROR”, apostata.

Así también los libros que hablan afirmando que los extraterrestres son ángeles enviados por Dios. (1 Cor.14:33).

El Señor demandará del ministro su irresponsabilidad o culpabilidad por grey: Algunos ministros son culpables de que la apostasía haya invadido la iglesia; porque se dejaron corromper por argumentos que invalidan la palabra de Dios.

Niegan parte de ella, cuando no creen que Cristo resucitó corporalmente; cuando no aceptan la existencia de los ángeles, Satanás, ni el infierno, e igualmente cuando niegan el rapto de la iglesia y otras doctrinas básicas de la Biblia. (Lam. 2:14; 4:14; Jer. 6:13; 8:10).

En las cartas enviadas por el Señor a las iglesias de Pergamo y Esmirna condena la actitud de sus ministros, por haber permitido que la apostasía reinará dentro de ellas. Allí se congregaban los apostatas “Nicolaitas, Balaam y Jezabel. (Ap. 2:14-15 y 20).

El Señor pone como ejemplo la lealtad del siervo Antipas, quien combatió contra la apostasía con la palabra hasta llegar a poner su vida en sacrificio, como fiel siervo de Dios. (Ap. 2:13).

Los ministros u el deber ante la iglesia: La iglesia del Señor debe ser vigilante  de la doctrina que el ministro está impartiendo y si esta no es pura o no. Dios manda a imitar la fe del ministro, si está sujeta a la palabra.

La iglesia pierde autoridad a causa de los ministros que los pastorean, cuando no reciben orientación sobre los peligros de la apostasía, y que predican falsas promesas a la iglesia, ocasionando que el pueblo pierda su fe.

Son muchos los que siguen las enseñanzas de estos falsos maestros. Hoy la iglesia sufre por causa de la apostasía como sufriera el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, por los falsos profetas que le anunciaban cosas vanas. (Jer. 27:14-15; Fil. 3:2).

Las ovejas del Señor pierden el verdadero redil cuando el poder apostata ha destruido al pastor que los guiaba. A consecuencia de esto algunas ovejas son heridas, otras confundidas y hasta muertas por el espíritu de la apostasía.

Resultado de la apostasía en los ministros: La apostasía hace que el ministro “Pierda el llamado y la Unción que Dios le dio para hacer su gloriosa obra. Esto le aconteció al Rey Saúl. (1 Sam. 15: 1-11; 16:1-14).

Entienda esto “Ministro, mi hermano”; En el ministerio de un apostata tanto sus relaciones interministeriales, como sus mensajes, están de acuerdo con los deseos de este mundo y no según la palabra de Dios.

Conclusión

El ministro debe permanecer ceñido a la palabra, que es la espada del Espíritu, con la que pueda apagar el fuego de la apostasía. (Efe. 6:13-18; 2 Tim. 2:15; 3:14-17).

Tiene que ser vigilante, juntamente con su iglesia y guardarse de los falsos líderes que con doctrinas erróneas, vienen disfrazados. (Mat. 7:15).

El ministro debe mantener una vida de oración, ayuno y meditación de la palabra, para que pueda ser librado de los terribles ataques de la apostasía que Satanás ha desatado con toda su furia en estos últimos tiempos.
   
El Espíritu Santo llama y escoge siervos para realizar su obra, a quienes reviste de poder, sabiduría y discernimiento para que realice el trabajo.

Él espera que cada siervo sea obediente y dócil a ese llamado.

La apostasía no se puede evitar; ella está en el mundo tratando de desviar a los ministros y creyentes.

Los ministros y creyentes no tienen por qué dejarse vencer; Dios les ha entregado las armas necesarias con las cuales pueda triunfar.

Dios es fiel a su palabra y espera fidelidad de sus siervos y su pueblo. La promesa es grande y eterna. (Mat. 25:14-23). 



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