Estudio Bíblico
Quién es la mujer vestida de escarlata
Autor
Teólogo: Cruz
Monasterio
Título: Quién es la mujer vestida de escarlata
Texto: Ap cap. 17 versos 1 y 2; “Vino entonces uno de
los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven
acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada
sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.”
Introducción
Apocalipsis cap. 17,
describe a una ramera vestida de púrpura y escarlata que ha fornicado con los
reyes de la tierra.
Pero, ¿quién es esta
mujer y qué representa?
El libro de Apocalipsis es una visión
dada por Cristo (quien la recibió del Padre) que revela los eventos que van a
ocurrir antes de su regreso y el establecimiento del Reino de Dios en la
tierra. Este libro profético sigue un orden cronológico en su mayor parte, pero
también encontramos algunos recuentos históricos de temas específicos que
interrumpen la cronología.
Así como en el capítulo 12 encontramos
un breve relato de cómo Satanás ha intentado destruir a Cristo y su pueblo
(incluyendo a la Iglesia de Dios) a través de la historia, Apocalipsis 17
describe la obra de un poderoso sistema religioso falso que ha engañado y
gobernado a numerosas naciones y pueblos durante mucho tiempo.
Y así como en el capítulo 12 de “Apocalipsis ¿qué representan la mujer, el niño y el
dragón?” vimos que el antiguo Israel y la Iglesia de Dios son
representados por una mujer, Apocalipsis 17 utiliza un simbolismo similar esta
vez para hablar de una mujer inmoral.
Desarrollo
La prostitución como
símbolo de inmoralidad
Comentario Teológico Bíblico
Sistemático. Apocalipsis 17 comienza describiendo a la mujer como una
“ramera... con la cual han fornicado los reyes de la tierra” (Ap. 17:1-2). Esta
referencia parece aludir a los enredos políticos que los líderes de estas
naciones han tramado conjuntamente con la “ramera” movidos por intenciones
inmorales y buscando su propio beneficio. En varias ocasiones, Dios también
describe la desobediencia de Israel como algo equivalente a adulterio o
prostitución (Jer. 3:8-9; “Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la
había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá su
hermana, sino que también fue ella y fornicó. Y sucedió que por juzgar
ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la
piedra y con el leño.” Jer 5:7; “¿Cómo te he de
perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los
sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.”
Jer 13:27; “Tus adulterios, tus
relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados; en el campo vi tus
abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás
tú en purificarte? Eze. 16:32; “sino
como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.”.
Claramente, la mujer descrita en este
capítulo tenía y tiene gran influencia. No sólo controla a los reyes de la
tierra, sino también a gran parte de la humanidad. Como leemos más adelante,
las “muchas aguas” sobre las cuales está sentada “son pueblos, muchedumbres,
naciones y lenguas” (Ap. 17:1-15). El versículo 2 además nos dice que “los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”.
Identidad de la mujer
Más adelante, el versículo 4 la describe
“vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de
perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la
inmundicia de su fornicación”.
Aunque actualmente tendemos a relacionar
el color escarlata con la infidelidad, en el primer siglo cuando fue escrito el
Nuevo Testamento la ropa de este color era “de mucha estima”, y era “comúnmente
usada por gente de alto rango y con mucha riqueza”, Marcos 15:17 y 20, “Y le vistieron de
púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, Después de haberle
escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le
sacaron para crucificarle.” Luc. 16:19. El color púrpura tiene más azul que el
carmesí, pero los límites no están muy bien definidos y las palabras a veces se
utilizan como sinónimos.
Es por esto que la capa que le pusieron al Salvador en
son de burla, se describe como πορφύραν porphuran (“púrpura”) en Marcos 15:17
y Marcos 15:20, y como κοκκίνην kokkinen (“escarlata”) en Mateo 27:28; “Y
desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata Apocalipsis 17:4.
Por lo tanto, las vestiduras púrpura y
escarlata de la mujer describen su riqueza y autoridad. De hecho, no sólo viste
con estos colores, sino que además está adornada de oro, piedras preciosas y
perlas y tiene un cáliz de oro en la mano. Pero, en contraste absoluto con la
impresionante belleza de su imagen, su cáliz está lleno “de abominaciones y de
la inmundicia de su fornicación”
Ap 17:4; “Y la mujer estaba vestida de púrpura y
escarlata, y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la
mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su
fornicación.” En otras palabras, la apariencia de la mujer es engañosa; se ve hermosa
por fuera y tiene vestiduras que denotan riqueza, lujo y autoridad, pero sus
acciones son abominables para Dios.
Babilonia la Grande
Comentario Teológico Bíblico Sistemático. El versículo 5 además nos dice que el
nombre de la mujer es: “BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. Aunque estas palabras no aparecen en mayúscula en
los manuscritos originales, muchos traductores han hecho esta modificación tal
como en Mateo 27:37; “Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY
DE LOS JUDÍOS.” Marcos 15:26; Lucas
23:38; Juan 19:19 para indicar que se trata de un título o inscripción.
La referencia a Babilonia implica que la
mujer extendería su influencia e impondría su forma de adoración falsa e
idólatra tal como lo hizo el imperio Babilónico (el primero de los cuatro
imperios mundiales profetizados en el libro de Daniel). Por ser madre de las
rameras, también tendría hijas que enseñarían doctrinas abominables similares ;
doctrinas que se opondrían a las enseñanzas de Cristo y sus discípulos. Además,
la mujer es responsable de la muerte de los fieles “mártires de Jesús” y se
describe como “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” (Ap.
17:6-18).
Pero ¿adónde nos lleva todo esto? Como
la historia moderna demuestra, la Iglesia Católica romana localizada en Roma
pero en el territorio independiente del Vaticano gobernó a los reyes de la
tierra en el pasado. Y, aunque se dice cristiana, esta institución también ha
perseguido al pueblo de Dios a través de las épocas y ha cambiado las doctrinas
fundamentales que Cristo y los apóstoles del primer siglo enseñaron. (“Esmirna”
describe cómo esta iglesia intentó convencer al pueblo de Dios de abandonar la
enseñanza de Cristo y sus apóstoles acerca de la Pascua.)
La mujer y la bestia
Comentario Teológico Bíblico Sistemático. Probablemente uno de los versículos más
intrigantes de Apocalipsis 17 es el versículo 3: “Y me llevó en el Espíritu al
desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres
de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”. ¿Qué o quién es esta
bestia tan extraña?
Como se explica en el capitulo “La marca de la bestia”, la
bestia de Apocalipsis es la continuación del cuarto imperio mundial profetizado
en Daniel 7:1-8, el Imperio romano. Otros pasajes revelan que, si bien este
imperio sufriría una “herida mortal”, volvería a tomar fuerza durante los tiempos
del fin (Apocalipsis 13:1-3). Vale la pena mencionar que Apocalipsis 19:20
también se refiere al líder humano de este imperio como “la bestia”, pero
Apocalipsis 17:3 parece referirse al imperio en sí.
Otro punto interesante es que la mujer
parece controlar a la bestia tal como un jinete controla su caballo.
Según Albert Barnes’ Notes on the Bible , “Esto es una
representación de la iglesia romana en su punto de máxima prosperidad
anticristiana, pues se sienta sobre la bestia escarlata, una impresionante
imagen de su absoluto dominio sobre el Imperio romano secular”
Comentario Bíblico Sistemático de Apocalipsis 17:3; Es por esto que el
imperio ubicado en Europa central y controlado por la Iglesia católica romana
luego pasó a llamarse “Sacro imperio romano germánico”.
Las siete cabezas de la bestia “son
siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes. Cinco de
ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es
necesario que dure breve tiempo” (Apocalipsis 17:9-10).
Y Apocalipsis 17:12-13 explica que “los
diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero
por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Éstos
tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”.
Estos datos parecen indicar que, según
la profecía, la mujer, la Iglesia Católica romana controlaría al Imperio romano
en varias de sus etapas, incluyendo la última que se presentará en los tiempos
del fin. Esta futura y breve resurrección del Imperio será liderada por un
grupo de diez reyes que se unirán para revivir el cuarto imperio de Daniel 7 por
última vez.
El Imperio de los últimos tiempos será
controlado por la ramera durante poco tiempo y recibirá su poder de Satanás el
diablo; en Apocalipsis 13:4 leemos que los habitantes de la tierra “...adoraron
al dragón que había dado autoridad a la bestia”.
Poco antes, la Biblia describe al dragón
(Satanás) de la siguiente forma: “tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus
cabezas siete diademas”, lo cual simplemente señala que, como dios de este
siglo, Satanás controla todos los gobiernos humanos de este mundo (2 Corintios
4:4; Gálatas 1:4; Mateo 4:8-9).
Conclusión
El fin de la mujer
Influenciados por Satanás y la mujer,
los diez cuernos “entregarán su poder y su autoridad a la bestia” y “por una
hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia” (Apocalipsis
17:12-13). Y antes de que su breve reinado termine, “Pelearán contra el
Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de
reyes” (v. 14).
Pero tal parece que estos diez reyes
finalmente se darán cuenta del engaño de la bestia o se decepcionarán de ella,
pues “los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y
la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;
porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de
acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios”
(vv.16-17).