Reforma Profética
La Reforma
que se avecina
Autor
Teólogo:
Cruz Monasterio
Reforma Profética
Tema: La Reforma que se avecina
Texto: Mar cap. 7 versos 20 al 23; " Pero decía, que lo que del hombre sale, eso
contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen
los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño,
la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al
hombre."
Introducción
Los activistas
demandan cambios y los líderes intentan hacer reformas. Pero cuando Cristo
regrese traerá la transformación que el mundo tanto necesita. Actualmente vemos cómo cientos y a veces miles de manifestantes
se reúnen en diferentes partes del mundo para demostrar la insatisfacción que
sienten contra sus líderes, condiciones o eventos.
La protesta
más importante de la historia probablemente fue la Reforma Protestante, que se
inició en 1517 con la publicación
del Cuestionamiento al poder y eficacia de
las indulgencias o Las 95 tesis de Martín Lutero, quien desafiaba la
autoridad del papa en particular y la autoridad de la Iglesia Católica Romana
en general. Lutero demandaba que la iglesia hiciera reformas para restaurar lo
que según él eran las verdaderas enseñanzas de la Biblia, y que se liberara a
los cristianos de la Iglesia Católica.
Sin duda la
Reforma Protestante tuvo un gran impacto en los tiempos de Lutero y sus efectos
siguen sintiéndose hoy. Pero, no logró lo que se quería en principio: la completa restauración de las enseñanzas de Jesús y de
la Iglesia que Él fundó.
Han pasado
cerca de dos mil años desde que Jesucristo vino a la Tierra, y durante todo
este tiempo no se ha llegado a un consenso de cuáles fueron sus enseñanzas y
qué significa seguirlo. La mejor manera de solucionar el problema sería que
Jesús mismo lo hiciera, y para nuestra fortuna eso es exactamente lo que
sucederá.
División
Jesús
prometió que regresaría (Jn 14:1-3; Zac
8:3; Hec 1:9-11) y cuando lo haga, Él establecerá el gobierno de Dios en la
Tierra, que traerá no sólo una reforma, sino una transformación completa,
restaurando la verdad de su mensaje del evangelio (las buenas noticias) del
Reino de Dios.
Bajo su
autoridad y dirección, el mundo será un lugar completamente distinto. Las
personas de todas las naciones reconocerán a Jesucristo como su Salvador,
aprenderán a vivir y a convivir en armonía, y descubrirán cuál es el propósito
de su vida. Finalmente habrá paz en todos los niveles: paz mental, paz en las
familias y paz entre las naciones, y el mundo será transformado por completo.
Un cambio de corazón o pensamiento: El meollo de este
gran cambio será el corazón del hombre la transformación del corazón humano es
el primer paso. La Biblia utiliza el concepto de “corazón” para referirse a los
pensamientos, al carácter y a las emociones de una persona lo que una persona
es en su interior. Jesús describió el corazón como la fuente de todo mal
comportamiento (Mar 7:20-23), y el profeta Jeremías dijo que “Engañoso es el
corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer 17:9).
En el pasado, Dios hizo un acuerdo (pacto) con la nación de
Israel, prometiendo protegerlos y bendecirlos abundantemente si ellos obedecían
sus instrucciones. Israel accedió, pero Dios sabía que en realidad no tenían el
corazón para cumplir su parte del trato (Deut. 5:29).
Cuando Jesús
regrese hará un Nuevo Pacto disponible para toda la humanidad. Una profecía en Jeremías 31 afirma: “He aquí que vienen
días, dice el Eterno, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y
con la casa de Judá… Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón” (Jer 31:31, 33). Él prometió: “Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros”. Así todo el mundo
será capaz de obedecer sus mandamientos (Eze.
36:26-27).
La clave de
todo es el nuevo espíritu. En el día
de Pentecostés, registrado en Hechos 2, el Espíritu Santo se le dio a la
primera generación de su nueva Iglesia, estableciendo así el Nuevo Pacto (Hec 2). Ese mismo proceso de
conversión ha continuado a través del tiempo a medida que Dios ha traído
personas a su Iglesia (Hec 2:38-39).
Pero las profecías de Jeremías y Ezequiel se refieren a un tiempo en el que
Jesús ofrecerá su Espíritu a toda la humanidad, lo cual eventualmente producirá
un cambio profundo de corazón.
Sin embargo,
esta transformación del corazón no será un proceso fácil. Será el resultado de
muchos eventos difíciles y dolorosos que precederán la venida de Jesús y
llevarán a toda la humanidad al arrepentimiento (consulte nuestro artículo “¿Qué es el día
del Señor?”). Pero a medida que las personas empiecen a sujetarse a
Él, todo comenzará a cambiar. En lugar de ser un ejercicio externo, las
personas podrán obedecer la ley de Dios con el corazón podrán interiorizar sus
leyes, transformando así su corazón humano y carnal en uno obediente y humilde.
Un mundo basado en la verdad: La cantidad de mentiras y confusión que hoy reinan en el mundo es asombrosa. Pero cuando Jesús transforme la Tierra, la civilización estará basada en la verdad. Como un ejemplo de los maravillosos cambios que Jesús traerá, Isa 2:2-3; nos dice: “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa del Eterno como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno”.
Jesús restaurará la verdad universal de las leyes de Dios, que
serán la base de la sociedad. Y cuando Él reine desde Jerusalén, gente de todas
las naciones se acercará a su trono para aprender cómo vivir. Así, la verdad de
Dios, basada en su ley, se difundirá al mundo entero desde Jerusalén.
Como dice Isa 11:9; “la tierra será llena del
conocimiento de [el Eterno], como las aguas cubren el mar”. ¿Se imagina un
mundo repleto de la verdad de Dios? En primer lugar, la religión será
completamente diferente; no habrá cientos de religiones adorando docenas de
dioses distintos. En cambio, Jesús revelará al Padre a la humanidad y los
dirigirá hacia Él para que todos aprendan a adorar al único Dios verdadero.
La
transformación comenzará con las naciones de Israel y Judá, pero se extenderá a
todos los lugares que han adorado diferentes dioses (Zac 8:20-23). Una profecía en el Salmo 98 alaba a Dios, quien: “ha
hecho notoria su salvación; a vista de las naciones ha descubierto su justicia.
Se ha acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel;
todos los términos de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios” (Sal 98:2-3).
Al fin, un mundo en paz: Cuando la humanidad
finalmente tenga un corazón dispuesto a obedecer y conozca la verdad de Dios,
el mundo se transformará del lugar de guerra y conflicto que han caracterizado
nuestra historia, a un lugar de verdadera paz y seguridad.
Actualmente, frente al edificio de las Naciones Unidas en Nueva
York se encuentra una famosa estatua llamada “Convirtamos nuestras espadas en
arados”, donde se observa a un hombre con un martillo transformando su espada
en arado como símbolo del fin de la guerra. Esta imagen es un ideal que la
humanidad no ha podido alcanzar. Aunque la ONU fue fundada con loables
intenciones, ha demostrado ser incapaz de impedir la guerra y establecer la
paz.
Esta
escultura se basa en la profecía de Isa
2:4; “Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y
volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada
nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.
Jesucristo sí
tendrá la autoridad, el amor y la sabiduría necesarios para solucionar aun
conflictos de mucho tiempo entre naciones y culturas. No habrá más intentos
fallidos de paz por medio de guerras, tratados y alianzas. Las guerras y las
armas se convertirán en artefactos obsoletos, y la humanidad al fin quedará
libre para enfocar sus esfuerzos, recursos y creatividad con fines pacíficos.
La profecía
de Miq 4 es casi idéntica a los
primeros cuatro versículos de Isa 2.
Pero nos añade una hermosa imagen de la paz y seguridad que el mundo
disfrutará: “se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no
habrá quien los amedrente; porque la boca del Eterno de los ejércitos lo ha
hablado” (Isa 2:4).
Conclusión
El momento de una reforma personal: Jesús irá más allá de
una reforma; transformará por completo al
mundo. El apóstol Pablo dijo que el propósito y la voluntad de Dios el Padre
son rescatar a la humanidad “del presente siglo malo” a través de Jesús (Gal 1:4).
Pero todo esto no ocurrirá mágicamente con el chasquido de sus
dedos. Toma tiempo cambiar a toda una humanidad, y ese será sólo el comienzo.
El reinado de mil años de Jesucristo será sólo un paso dentro del maravilloso
plan de Dios para rescatar a toda la humanidad. Para nosotros, que entendemos
lo que Jesús hará, la oportunidad de entrar en ese Nuevo Pacto con Dios y
Jesucristo es ahora. Nuestros corazones pueden ser transformados, podemos
aprender a construir nuestra vida en la verdad, y podemos encontrar el propósito y la paz tan anhelada.
