El profeta de Dios

 El profeta de Dios



Autor

Teólogo. Cruz Monasterio

Título: El profeta de Dios

Texto: (Deut. 18:15; "Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.")

Introducción y Desarrollo

El profeta de Dios. (Efe 1:17 al 19; “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo,


el Padre de gloria, os dé espíritu de Sabiduría y de Revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza.”) A través de los siglos, Dios ha usado a los profetas para hablarle Su palabra a Sus Predestinados, a Sus escogidos y a su pueblo Israel. Los profetas no solamente son los voceros de Dios, sino que también se les llama los amigos de Dios. Jesús dijo a Sus discípulos en (Jn. 15:15; “Os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.”) Los que son llamados amigos de Dios reciben la revelación de Sus planes. Él revela Su voluntad a personas en las cuales puede confiar, es decir, a aquéllos que se consagran a oír Su voz y a obedecerla. (Gen. 5:23-24; “Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, (ósea lo Traslado, se desvaneció) porque le llevó Dios.”) Lo Traspuso, Lo Salvo, Lo Reubicado. (al Seno de Abraham) (Luc. 16:19 al 31) El propósito de Dios: Es usar a los profetas y las profetizas como Sus voceros; y así confirmar Su testimonio a Su pueblo. (Deut. 29:29; “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.”) (Amos 3:7; “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.”) El propósito de Dios: Al usar a hombres y mujeres como Sus voceros es confirmar Su testimonio a Israel y Su iglesia. El Señor utilizó a muchas personas mencionadas en la Biblia para entregar Su Palabra al pueblo escogido y a su iglesia. A algunos de estos profetas se les ordenó escribir la Palabra del Señor a medida que la recibían, creando así los Libros Proféticos de la Biblia tal como los conocemos.

Dios confió Su mensaje a los profetas: Para que ellos lo entregaran a Su pueblo, demostrando que la Palabra era fiel y que verdaderamente se cumpliría. (2 Ped. 1:19 al 21; “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”)

El Señor Jesús Fue el Ungido de Dios: (Isa. 61:1 al 3; “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.”)

El Ministerio del Profeta: Es la unción especial dada a los mensajeros para declarar Sus maravillosas verdades. (Isa. 11:2; “Y reposará sobre Él el Espíritu de Jehová; espíritu de Sabiduría y de Inteligencia, espíritu de Consejo y de Poder, espíritu de Conocimiento y de Temor de Jehová.”)

Son Siete las Unciones que adornaron la vida del Profeta Jesucristo y de los profetas del N/T.. Las consideraremos ahora en relación con la vida y ministerio de un profeta.

a) El Espíritu de Jehová: Es dado para predicar el mensaje del Señor con autoridad y claridad.

b) El Espíritu de Sabiduría: Esta fue la unción de la cual Moisés disfrutó. Cuando impuso las manos a Josué, él también fue lleno de sabiduría (Deut 34:9; “Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.”)

c) El Espíritu de Inteligencia: Un profeta necesita tener entendimiento de los caminos de Dios para instruir a aquellos a quienes es enviado.

d) El Espíritu de Consejo: Uno de los títulos del Señor es el de Consejero (Isa. 9:6; “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”) Un consejero es alguien que instruye a otros en cuanto a su manera de andar y a las decisiones que debería tomar.

e) El Espíritu de Poder: Esta es la unción por medio de la cual se manifiestan las obras poderosas y milagrosas de Dios. Abraham tuvo este poder cuando él y Sara recibieron las fuerzas necesarias para traer al mundo a Isaac, aun cuando hacía mucho tiempo que para los dos había pasado la edad de tener hijos. (Gen. 18:11; “Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.”)

f) El Espíritu de Conocimiento: Es la capacidad para conocer sucesos pasados, presentes y futuros.

g) El Espíritu de Temor de Jehová: Esta es la unción que trae convicción de pecado y arrepentimiento a todo aquél que está dispuesto a servirle al Señor. 

Conclusión

El Ministerio de Profeta está dentro del Don o ministerio Quíntuple. El ministerio profético: Es un Don de Cristo para Su Cuerpo, junto con los ministerios de Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor y Maestro. (Efe. 4:11-12) En conclusión: Un profeta es alguien llamado por Dios para ser Su mensajero con la Palabra y con su vida, un llamado por el cual paga un precio muy alto. Sin embargo, si es hallado fiel, recibe una recompensa muy especial. (Mat. 10:41; “El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá.”) Fin.

Publicar un comentario

0 Comentarios