Estudio Bíblico
El Misterio de la Iniquidad de los Últimos Tiempos
Autor
Teólogo: Cruz Monasterio
Estudio Bíblico
Tema: El Misterio de la Iniquidad de los Últimos Tiempos
Texto: “Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo, es venido
en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo del cual vosotros
habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo.” 1 Jn. 4:3).
El Misterio de la Iniquidad: Es la advertencia
de Jesús, Pablo, y
Juan con respecto al prerrequisito absoluto del regreso del Mesías para reunir
a los santos en el “Arrebato.” Esa advertencia no es de largo alcance
profético, como lo fue en sus días, pero es reiterada en el contexto de la
decepción consumada de la Iglesia Cristiana en nuestros tiempos actuales.
El Teólogo Juan y la Iniquidad: El Apóstol Juan dijo que "todo el que comete pecado comete
también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad" (Jn. 3:4).
Si analizamos detenidamente el mensaje de Juan veremos que la iniquidad no es
solamente el pecado, sino que el pecado es parte de esa iniquidad. Por ello la
iniquidad es la incredulidad y la negativa a creer en Cristo. Es el rechazo del
único camino para ingresar en la comunión de vida con Dios. Es la negativa de
entrar en comunión con el Hijo, el Padre y su Espíritu Santo. Peor aún; es la
apostasía, que suele hacerse visible cuando el rechazo a la comunión eclesial y
la desvinculación a la pertenencia eclesial se pone públicamente de manifiesto
como un modo de apartarse del amor de la Iglesia y de los hermanos, demostrando que se ama más al mundo que al
Padre; más a las propias pasiones que a Dios como Padre.
Por todo ello y según el propio Juan, la iniquidad consiste en el
rechazo de Jesucristo, el Hijo obediente que vive y pone por obra la voluntad
del Padre.
Quien no cree en Jesús, quien le ignora o desconoce, igualmente rechaza
la voluntad del Padre y comete iniquidad, excluyéndose a sí mismo de la vida
celestial y eterna.
El misterio de la
iniquidad está trabajando activamente en lo político, en lo económico, en lo
social, en lo moral, en lo familiar, en lo religioso, dando los toques finales
al escenario de la historia, para que haga su aparición el Anticristo, aquel
“inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás”. Pero diametral y tenazmente opuesto al
misterio de la piedad, está el segundo misterio: El Misterio de la Iniquidad.
“Porque ya está en acción el misterio
de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su
vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el
Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su
venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales
y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden,
por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios
les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean
condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron con
la injusticia.” (2 Tesalonicenses 2:7-12).
Por estos versículos es igualmente
fácil entender que el misterio de la iniquidad es la manifestación, plenitud y
destrucción del “hombre de pecado”, el Anticristo.
La personificación del diablo en el
Anticristo.
La presencia del espíritu del diablo
en el Anticristo.
La participación de los demonios en el
Anticristo.
La propaganda engañosa en favor del
Anticristo.
La perdición y condenación de los
seguidores del Anticristo.
La destrucción y la ruina del
Anticristo.
La Palabra de Dios describe los
postreros días, los días de la aparición del Anticristo, como los días de Noé,
cuando serían amadores de lo malo, cuando se amasarían grandes riquezas
corrompidas, cuando muchos apostatarían de la fe, y habría muchas doctrinas de
demonios, espíritus de error y falsos Cristos. Cuando habría frecuentemente
terremotos, hambre, pestilencias, guerras y revoluciones. Cuando la ciencia
sería multiplicada y los judíos regresarían a Palestina.
Todo esto se está cumplido en nuestros
días, y positivamente, estamos viviendo en los “postreros días”. La Palabra de
Dios lo afirma, el Espíritu lo reafirma y la historia moderna lo confirma.
Si amados, el misterio de la iniquidad
se está adelantando continuamente. El mundo está pidiendo al Anticristo, todo
está listo para la manifestación de aquel inicuo que vendrá por operación de
Satanás.
Dice la Biblia: “Ya está en acción
(operando) el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo
detiene”, que es el Espíritu Santo y la Iglesia. Y cuando el Espíritu Santo y
la Iglesia sean quitados, “entonces se manifestará aquel inicuo”.
En el
desarrollo del Misterio de la Iniquidad es posible que ya esté viviendo en el
mundo el Anticristo, pero que aún no se haya manifestado.
Amados, el
Misterio de la Iniquidad trabaja febrilmente, y avanza a pasos gigantescos, en
estos postreros días. Aun países latinoamericanos están cayendo bajo la
influencia del materialismo ateo, el misterio de la iniquidad. ¡Trabajemos por
Cristo, para que no nos sorprenda el Anticristo! ¡Impulsemos el misterio de la
piedad para que no nos envuelva el misterio de la iniquidad!
Pablo de Tarso
y la Iniquidad: Pablo dijo a la comunidad de Tesalónica que "el misterio de la iniquidad ya está
actuando." Pero él le dio nombre al protagonista de tal
misterio, que no es otro que el Impío, a quien "el Señor
destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la manifestación de su
Venida" 2ª. Tesalonicenses 2:7-8).
En
definitiva, es Satanás y su imperio de maldad quien está estableciendo en el
mundo este liberalismo y falta de valores morales que se van acrecentando a nuestro alrededor
día a día, lo cual conduce a las personas hacia una total impiedad y a una
absoluta iniquidad. El apóstol Pablo nos confirma este punto al decirnos que se
manifestará el hombre de iniquidad, el hijo de perdición, el
Adversario, quien se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o es
objeto de culto (2ª. Tesalonicenses 2:3-4). Pero también Pablo nos advierte que
llegará el momento en que todo el torrente del mal humano quedará libre en la
tierra y, cuando esto suceda, llegará el tiempo de mayor sufrimiento que el mundo
jamás haya presenciado: "La venida del Impío estará señalada por
el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, signos, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que
seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad, que les hubiera salvado. Por
eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira para que sean condenados todos cuantos no
creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad" (2ª. Tesalonicenses
2:9-12). Esa es la característica del espíritu de iniquidad: el engaño, la
mentira, el pecado y la confusión que conduce a la impiedad.
Conclusión
Pero
Pablo, además de llamarnos a combatir contra el Mal, nos advierte de que
las armas que debemos usar no son ni humanas ni
naturales, porque la lucha no es contra la carne y la sangre (Efesios 6:12). Las armas tienen que ser las
adecuadas al género del enemigo y de acuerdo al combate.
Precisamente porque la lucha es contra los espíritus del Mal, sólo valen las
armas de Dios; sólo ellas harán posible resistir las acechanzas del Diablo
(Efesios 6:11) y resistir en el mal día, manteniéndonos firmes después de haber
vencido (Efesios 6:13).
Pablo
reconoce que él mismo lucha y se fatiga en el combate, pero sigue adelante con
una energía que no es la suya, sino que es la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en él
(Colosenses 1:29). Sólo con Cristo y su fuerza es posible la victoria final.
La caída
inminente: En el
misterio de iniquidad, está implícita la realidad de que Dios mismo permite el
total despliegue de la misma, y con ello, del mal; cosa que sucederá en el
momento en que el Espíritu de verdad sea quitado por mandato divino. Esto es lo
que se puede extraer de 2 Tés. 2:11. “Por esto Dios les envía un poder
engañoso, para que crean la mentira”. Si se echa un vistazo al mundo, es
sorprendente todo lo que es considerado verdadero, especialmente en el ámbito
de la religión. Pero aquello que ha de venir, sobrepasará todo lo existente
hasta el momento. Podemos ver cada vez con mayor claridad sus inicios. Todo
esto llevará a un sistema mundial babilónico de los postreros tiempos
(Apocalipsis 17).
Jesús mismo dijo acerca de estos últimos
tiempos: “…y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará” (Mateo 24:12). Sin lugar a dudas, vivimos actualmente en esta era
de la “iniquidad”. Debemos velar para que, a pesar de la época adversa,
no se enfríe el amor que Cristo puso en nuestros corazones a través del
Espíritu Santo (Romanos 5:5). De esto se trata la advertencia de Jesús. Para
nosotros, que conocemos a Jesús y sus palabras, no es ningún misterio ni
tampoco una sorpresa que se incrementen sobremanera la injusticia y la iniquidad,
sino que, antes bien, es una señal de que el arrebatamiento de la Iglesia está
muy próximo.
Tras la
iniquidad hay otro espíritu, que en la Biblia se denomina “espíritu de
mentira”, el cual proviene de Satanás. Hasta la actualidad, este poder maligno
tiene limitaciones impuestas por el Espíritu de verdad. Pablo, a quien le fue
revelado esto, lo describió de la siguiente manera: “Porque ya está en
acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene,
hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Tesalonicenses 2:7).
El Misterio de la Iniquidad
Es
una advertencia final dada a Estados Unidos y al mundo a lo que es inminente y
no puede ser
evadido, sin importar lo que uno elija. La Biblia documenta las ramificaciones
legales de la rebelión original de Satanás,
su autoridad como dios de este siglo, su apostasía en la tierra, y su rebelión
final.